El Obispado de Cádiz niega que prohibir a un transexual ser padrino sea discriminación
El Obispado de Cádiz y Ceuta ha negado que sea “discriminación” impedir que un transexual ejerza como padrino de bautismo de su sobrino y ha asegurado que “con frecuencia” hay personas que “no son admitidas” para apadrinar “por su estilo de vida, criterios o incongruencia con la vida cristiana”.
La Iglesia gaditana, a través de un comunicado, ha defendido su actuación en el caso de Alex Salinas, un transexual de 21 años al que la Iglesia gaditana impide ejercer de padrino de bautizo de su sobrino en una parroquia de San Fernando, ateniéndose al Código de Derecho Canónico, que señala que “es el párroco quien ha de velar con responsabilidad para que se cumplan los requisitos del canon 874”.
Por ello, añaden, el párroco debe “incluso disuadir a quienes a su parecer no los cumplen por diferentes razones, por el propio bien del bautizado, pues el padrino ha de velar por el crecimiento en la fe del bautizado y acompañarle para que aprenda de su mano los fundamentos doctrinales y morales de la fe cristiana”.
Según explica el Obispado, el párroco mantuvo una “cordial” conversación con Alex y le indicó que debía cumplir con los requisitos que expresa el Código de Derecho Canónico, que exige, a quien haya de ser padrino o madrina de bautismo, “que sea católico, esté confirmado, haya recibido ya el santísimo sacramento de la Eucaristía y lleve, al mismo tiempo, una vida congruente con la fe y con la misión que va a asumir”.
Padrino «espiritual»
En esta misma conversación, según la versión de la Iglesia, “el párroco le animó a vivir congruentemente su fe” y a que “participara de algún modo como padrino espiritual, pudiendo animar y ayudar en la vida de fe al bautizando”.
Además, asegura, le manifestó “su total disponibilidad para ayudarle en cuanto deseara y le transmitió que, la Iglesia, como madre, tiene la misión de acoger, escuchar y ayudar a vivir un camino espiritual donde el mensaje de Cristo se manifiesta en su Iglesia y donde el cristiano halla su felicidad y dignidad”.
Alex, que nació mujer pero que desde el pasado año ha podido cambiar su DNI y está en espera de una operación de cambio de sexo, ha señalado que esta decisión le ha sentado “como una patada en el estómago” porque él es “muy creyente” e incluso antes acudía a misa, pero ahora no puede por sus obligaciones laborales.