«A Ekai en el instituto de Ondarroa le trataron bien desde el minuto uno»
La muerte de Ekai, el joven transexual ondarrés de 16 años que se quitó la vida la semana pasada, ha movido a la reflexión sobre si en el ámbito escolar se puede hacer más para apoyar a los chavales que se encuentran en esta situación, un complejo trance de sus vidas que en la adolescencia se vuelve extremadamente delicado. Para despejar dudas, la asociación Chrysallis Euskal Herria -que lucha por una ley que proteja y reconozca los derechos a los menores y jóvenes cuyo ‘sexo registral’ no coincide con su género- ha querido dejar claro que, en el caso de Ekai, el alumnado y el profesorado del instituto al que asistía «estuvieron a su lado». «Aceptaron su identidad sexual desde que él lo comunicó en el centro y le llamaron por el nombre que él decidió», subrayan. Asimismo, en todos los documentos escolares «se cambió su nombre anterior y se puso Ekai». En este sentido, la propia madre del chico fallecido ha asegurado, según recoge la organización Chrysallis, que «a Ekai en el instituto de Ondarroa le aceptaron y le trataron bien desde el minuto uno».
Al parecer, los profesores del centro habían trasladado a las aulas el tema de la transexualidad, en un intento por hacer comprender a los chavales esta realidad, que, además, afectaba a uno de sus compañeros. Para ello, habían sido previamente asesorados por la asociación y el Gobierno vasco. No obstante, según lamentan desde Chrysallis, «la formación específica del profesorado todavía no se había hecho», ya que estaba programada para el mes que viene. Y tampoco se había realizado ninguna formación con padres y madres del centro. Para Ekai, estas asignaturas pendientes han llegado tarde.
«Con carácter de urgencia»
Tras agradecer a los alumnos y al personal del instituto de Ekai el apoyo que le ofrecieron y su «capacidad de comprensión y de aceptación de los hechos de diversidad», los miembros de Chrysallis han manifestado la necesidad de «proporcionar un plan de formación integral que incluya al profesorado, a madres y padres y al alumnado». A su juicio, esta tarea debe realizarse de manera coordinada por profesionales de la sexología con conocimiento específico de la transexualidad infantil y juvenil, «y con caracter de urgencia, para que toda la comunidad escolar pueda comprender la realidad de la transexualidad y así poder respetarla». Según recalcan, este plan debería «ser garantizado desde los Departamentos de Educación y de Política Familiar del Gobierno Vasco, cuestión que llevamos dos años demandando y que sigue sin ser atendida en los términos que estas chicas y chicos necesitan».