«Sabían que soy gay y me dijeron todo eso para hacerme daño»
Artículo de MARÍA ALMAGRO publicado en La voz digital de Cádiz
«No me merezco eso. No me merezco que me pase algo así…», repite una y otra vez Jesús Tomillero, un joven árbitro que se ha convertido para su «desgracia», como él mismo confiesa, en el protagonista de un posible nuevo caso de homofobia.
Ocurrió el pasado sábado 26 de marzo. En la ciudad deportiva de La Línea cuando se celebraba el partido de Tercera Andaluza en la categoría cadete entre los equipos Peña Madridista linense y el Mirador de Algeciras. Todo iba como es habitual, hasta que el colegiado no pitó un posible fuera de juego. «El encargado de material empezó a a gritarme desde la portería y le pedí que se fuera hacia la zona técnica que era donde tenía que estar, pero no me hizo caso. Siguió protestando. Así que le expulsé».
Fue entonces cuando, según refleja la denuncia presentada ante la Policía y el propio acta del partido, el encargado de material comenzó con las amenazas. «Tu y yo nos vamos a ver las caras», le aseguró. En la grada siguió con los insultos. «Le dije al delegado del campo que avisara a las fuerzas de seguridad, que esa persona tenía que marcharse al vestuario y que me estaban amenazando, pero me contestó que yo lo que quería era liarla más».
La situación se agravó. «Estuvo toda la segunda mitad insultándome. Me decía: ‘eres un maricón’, ‘anda, que después te vas a hartar de comer pollas…’ Yo intentaba hacer mi trabajo, no hacerle caso pero era difícil». Más aún cuando la actitud del adulto fue secundada por otros jugadores, niños de 14 y 15 años que no dudaron en gritar ‘maricón’ en varias ocasiones a Jesús. «Eres muy malo, sólo sirves para eso», me decían.
Y el acoso siguió tras el encuentro. «Cuando estaba rellenando ya el parte en el vestuario, dos jugadores me lanzaron una piedra». «Nunca había vivido una situación tan humillante», confiesa. «Llegué a mi casa y no podía parar de llorar, estaba muy nervioso». Por eso, justo por el dolor que le causó todo lo que tuvo que escuchar, decidió denunciar. «Mi dignidad ya no me permite pasar ni una más».
Para este joven linense hay una cuestión por encima de todo lo demás:«Yo no oculto mi condición sexual, soy gay, tengo pareja y aquí nos conoce mucha gente. No tengo que ocultar lo que soy y no me da la gana de hacerlo porque no hago daño a nadie. El problema lo tienen ellos, los que insultan a las alturas en las que estamos ya y no respetan a los demás, no yo. Sabían que soy gay y me dijeron todo eso para hacerme daño».
Jesús Tomillero tiene 21 años y desde los once es árbitro de fútbol. «Lo que les tiene que importar es si pito bien o mal, no lo qué hago en mi vida privada», afirma. «Si yo fuera padre, no permitiría que mi hijo hablara así a alguien y además sería el primero en intentar darle ejemplo». Desde que ocurrieron los hechos, el árbitro linense no ha dejado de recibir por redes sociales el apoyo de decenas de personas y colectivos. «Me dan ánimos y las gracias por haberlo denunciado porque a algunos de ellos les ha pasado lo mismo y no se han atrevido. No sé qué ocurrirá pero tenía que hacerlo. Ya está bien».
Tras su denuncia ha recibido la llamada del sindicato de árbitros que ha lamentado que la sanción impuesta a los agresores haya sido «mínima», el Observatorio Español contra la LGBTFOBIA ha denunciado el caso ante el Comité Antiviolencia. El Ayuntamiento de La Línea le ha prestado su apoyo y también algunos miembros del Partido Popular, ya que Tomillero forma parte del comité ejecutivo de Nuevas Generaciones de La Línea.
«Lo que quiero es que no ocurra más, que nadie tenga que vivir lo que he pasado yo».