“Una parte de la extrema derecha busca el voto gay”
Jérome Fourquet, director del departamento de opinión pública y estrategia del IFOP (Francia)
«Diferentes indicadores de los que disponemos muestran que la preocupación porla amenaza terrorista permanece excesivamente elevada incluso si el debate social no gira en torno a esto».
«Los atentados de 2015 han marcado profundamente la mentalidad francesa. Nada volverá a ser como antes en los próximos años. Basta que un hecho de actualidad ocurra para que todo vuelva a salir a la superficie. El asesinato de la doble pareja de policías durante la Eurocopa volvió a aumentar los niveles de preocupación así como la demanda de nuevos medios para luchar contra el terrorismo».
«Hay un paralelismo con lo que sentía la población española, sobre todo la vasca, con ETA. No tenemos muertes todos los días pero esta violencia está presente en el pensamiento y en el debate público de forma permanente».
«La mayoría de los franceses acepta reforzar las medidas de seguridad que pueden afectar a los sospechosos. La posibilidad de colocarles brazaletes electrónicos, las detenciones arbitrarias o el aumento de los controles de seguridad en estaciones de tren, como se hizo en Madrid, serían decisiones respaldadas hoy».
«Una parte de la extrema derecha se dirige al electorado homosexualdiciéndole que lo que hoy amenaza su modo de vida es la intransigencia del islam. Les prometen protección. No es algo completamente nuevo, pero sí muy inesperado».
«La idea de que Francia sea hoy una potencia media es difícil de aceptarpara un pueblo al que le han contado durante años que era una gran potencia. Está haciendo el duelo y eso cuesta. Mientras que en Italia y España llevan años haciéndose a esa idea, los franceses no están preparados para bajar ese escalón».
«El terrorismo, la seguridad y la temática de la identidad marcarán las presidenciales. Si otra ola de atentados tiene lugar veremos como estas cuestiones sobrepasan los debates económicos y sociales».
«Francia es un pueblo pesimista, según todos los indicadores. Uno de los motivos es que los franceses no están a gusto con la globalización, se percibe como una amenaza».