Tori: “Si me ponéis ropa de niño, me tiro por la ventana”
Artículo publicado en Interviu
Niñas con pene, niños con vulva: el testimonio de los menores transexuales
La identidad sexual no está entre las piernas, está en el cerebro y se construye en el cuarto mes de gestación, según los expertos. Al nacer nos asignan un nombre y el género, en relación a los genitales, pero, a veces, nacen niños con vulva y niñas con pene. Uno de cada mil, según los últimos estudios internacionales sobre transexualidad. Estos menores tienen muy claro a qué sexo pertenecen y, por primera vez, son aceptados y apoyados por su entorno
“Siempre me he sentido una niña, pero nadie lo aceptaba y me enfadaba. A mi papá es a quien más le costó entenderme”, cuenta Tori, una chica transexual de once años que el pasado diciembre consiguió registrarse con el nombre y el sexo que siente. “Por fin tengo una nueva vida; antes no quería coger un avión ni ir al dentista ni al médico ni a ningún sitio donde me llamaran con nombre de chico. Siempre estaba enfadada y rabiosa; ahora soy feliz”, explica esta pequeña alegre e inteligente. Tori y Eli, ambas de once años; Érica, de ocho, y Lans, de 17, cuentan sus frustraciones, la incomprensión inicial de sus padres, sus miedos, la relación con sus genitales y sus logros.
El sexólogo José Ramón Landarroitajauregui que lleva 23 años investigando la transexualidad, explica que la identidad sexual suele estar clara a los dos o tres años “y no depende de lo que tengamos entre las piernas sino en el cerebro”. El doctor Landa, que abrevia así su apellido, explica que el cerebro se sexúa en el cuarto mes de embarazo. Las últimas investigaciones sitúan el cableado neuronal de esa identidad sexual en la zona central del cerebro y recientes estudios internacionales sobre la prevalencia de la transexualidad entre la población general fijan uno por cada mil habitantes. No se debe mirar a otro lado.