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Dos para revelar el femicidio

Luego de varios allanamientos, detuvieron a dos sospechosos de entre 30 y 50 años en la zona oeste del conurbano. Ambos fueron señalados por dos testigos. Uno de los detenidos entró con Sacayán y el otro, un rato más tarde. Sacayán los dejó entrar.

La activista transexual argentina Diana Sacayán durante una visita a La Habana

Amancay Diana Sacayán fue apuñalada en su departamento de Rivadavia al 6700 el 13 de octubre pasado.

Dos sospechosos fueron detenidos en la provincia de Buenos Aires acusados del crimen de la líder trans Amancay Diana Sacayán, encontrada apuñalada el 13 de este mes en su departamento del barrio porteño de Flores. Los imputados, de entre 30 y 50 años, aunque sus datos personales no se precisaron dado que rige el secreto de sumario en la causa, fueron apresados el miércoles tras una serie de allanamientos realizados en la zona oeste del conurbano.

La Procuración General de la Nación informó a través de su página web que las detenciones fueron pedidas por el fiscal de Instrucción porteño Matías Di Lello y ordenadas por el juez Gustavo Pierreti, quien indagará hoy a los acusados.

Según el informe oficial, las capturas se concretaron especialmente a partir de los resultados de las “escuchas telefónicas, análisis del flujo de las llamadas y declaraciones testimoniales”.

Uno de los elementos sometido a peritajes fue el teléfono celular de la víctima, el cual se halló en su departamento.

Por su parte, otra fuente de la investigación explicó que la identificación de los sospechosos se logró a partir de dos testimonios clave, los cuales ubicaron a los acusados en la escena del crimen el día del hecho. De acuerdo a estos testimonios, el mayor de los sospechosos fue quien acompañó a la víctima en el ingreso al edificio y al cabo de unas dos horas el otro detenido arribó al lugar, indicó el informante consultado.

Desde el comienzo de la investigación, la principal hipótesis apuntó a que el o los asesinos eran conocidos de Sacayán (40) y que ésta les permitió el ingreso a su departamento, al tiempo que no descartaban el móvil del robo ya que el departamento de la víctima fue hallado todo revuelto.

El crimen fue descubierto el 13 de este mes en el departamento del piso 13 del edificio situado en avenida Rivadavia 6747, donde residía Sacayán, cuyo cadáver fue hallado tirado en el piso, a un costado de la cama.

Según la autopsia, la víctima fue asesinada de una puñalada en el abdomen, dato que coincide con la gran cantidad de sangre hallada alrededor de su cuerpo.

Otras marcas y heridas en el cuerpo demuestran que la víctima realizó movimientos para intentar protegerse de la agresión, para la cual se cree que se utilizó un cuchillo hallado en la escena del crimen, el cual estaba ensangrentado.

En la causa, el fiscal Di Lello trabaja en forma conjunta con la Unidad Fiscal Especializada de Violencia contra las Mujeres (UFEM), a cargo de Mariela Labozetta, y de acuerdo a los protocolos de la “Guía de actuación para las Fuerzas Policiales y de Seguridad federales para la Investigación de femicidios en el lugar del hallazgo”.

Sacayán era líder de la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays y Bisexuales (ILGA), dirigente del Movimiento Antidiscriminatorio de Liberación (MAL) y trabajaba en el Programa de Identidad Sexual del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi).

Familiares y amigos de Sacayán realizarán hoy una marcha en reclamo de justicia hacia la sede de la fiscalía de Di Lello, donde esperan ser recibidos por el instructor de la causa.

Adiós a Diana Sacayán: “Ella dejó un legado, hay que continuar su lucha”

  • El INADI anunció que se va a presentar como querellante en la causa

  • El velatorio se hizo en la sede de la Asociación Boliviana de Laferrere: hubo música de Lila Downs, flores y banderas y carteles de militancia, como ella quería. Más tarde, el cuerpo fue trasladado al cementerio Lar de Paz, en González Catán. Allí familiares y amigos la despidieron con cantos y palabras en su honor. “Espero haber hecho un aporte a la lucha por un mundo sin desigualdad”, había escrito Diana en un poema.

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Cuando el cortejo llegó al cementerio Lar de Paz en González Catán, La Matanza, el coche que trasladaba al cuerpo de Amancay Diana Sacayán pasó por debajo de un puente multicolor. Sus familiares y amigos sostuvieron una bandera enorme de la diversidad sexual. A pesar del dolor, no hubo lugar para el silencio. “Acá está la resistencia trans”, cantaron con voz firme todos los presentes una y otra vez. “¡Diana, Diana, Diana corazón. Acá tenés las travas para la liberación!”, fue otro de los cantitos. Todos terminaban en aplausos y el grito: “Diana Sacayán, presente. Ahora y siempre”. Para muchos el llanto fue inevitable.

“Se va a acabar, se va a acabar, esa costumbre de matar”, vitorearon. A la activista trans la despidieron más de 200 personas. Le dejaron una bandera argentina, una multicolor y una wiphala, la bandera de los pueblos originarios. También tiraron flores de todos los colores. Diana descansa en tierra matancera, donde se crio y vivió desde que era una beba. Está en el lugar desde donde fundó MAL (Movimiento Antidiscriminatorio por la Liberación) en 2002. El cementerio está ubicado muy cerca del predio del CEAMSE donde Diana se unió a la pelea de los vecinos autoconvocados para ponerle freno a esa montaña de basura que les deterioraba la calidad de vida. Sus restos fueron enterrados cerca, también, de la ruta 21 donde ella se plantó como piquetera cuando en La Matanza la comida la ponía la olla popular, la moneda era el patacón y en los barrios se desplegaban los trueques.

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El año pasado la militante trans hizo un poema. “Cuando yo me vaya no quiero gente de luto/ Quiero muchos colores, bebidas y abundante comida/ Esa que de niñ* me hacía falta”, escribió. Anoche, en la sede de la Asociación Boliviana de Laferrere, en el conurbano bonaerense, comenzó su sepelio, con música de Lila Downs de fondo y flores. Como ella quería. Esta mañana continuaron llegando amigos y familiares desde todos lados. Los abrazos, el mate y el recuerdo de Diana circularon entre los presentes.

“Deseamos que esta luche continúe. Ella dejó un legado. Tenemos que continuar su lucha”, dijo Cinthia, una de las sobrinas de Diana. Antes de que comenzara el cortejo que salió en caravana, se improvisó un acto homenaje. Cinthia se paró frente a todos los que se concentraron en el salón donde se hizo el velatorio. No entraba nadie más. Agradeció la fuerza y cariño que le estaban dando a la familia. “Que se esclarezca lo que pasó”, pidió. En el fondo, las fotos de Diana colgaban de las paredes, también había imágenes de Ernesto Che Guevara, Evo Morales y otros referentes bolivianos.

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“Tiene que cesar la persecución al movimiento trans”

Después de las palabras de despedida de Cinthia, que dijo que ayer descubrió “lo inmensa que era su tía”; hablaron distintos representantes de entidades de derechos humanos y sindicales. Pedro Mouratian, interventor del Instituto Nacional contra la Discriminación la Xenofobia y el Racismo (INADI) expuso ante los presentes y anunció que el organismo se va a presentar como querellante en la causa que investiga el crimen de Diana. “Hasta siempre, compañera”, la despidió Mouratian.

“Podemos tener ley de Matrimonio Igualitario, ley de Identidad de Género, ley de Cupo trans pero vamos a seguir peleando por el derecho a la vida”, dijo Noelia Luna de la Asociación Civil Miser (Movimiento de Integración Sexual étnica y religiosa). Todos la aplaudieron.

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Martín Canevaro de 100% diversidad y derechos, frente a todos, destacó que “estamos despidiendo a una gran militante social y política”. Pidió “Memoria, Verdad y Justicia por Diana Sacayán”.

Al momento de hablar Lily Galeano, de HIJOS, contó que era una admiradora del trabajo de Diana. “Nos deja la enseñanza de que había que ir por el trabajo. Tiene que cesar la persecución al movimiento trans”, dijo. Pablo Pimentel, titular de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de La Matanza (APDH) propuso que la ley de cupo trans para la provincia de Buenos Aires se llame Diana Sacayán.

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“Cuando yo me vaya quiero una despedida sin cruces”

La familia de Diana es numerosa: con ella, eran 16 hermanos, todos del mismo matrimonio de padres tucumanos que se trasladaron a la provincia de Buenos Aires cuando la activista tenía nueve meses. Los padres murieron y entre sus hermanos queda una joven trans, que era muy apegada y la tenía como referente. Los que pudieron anteponerse al dolor o a la distancia estuvieron en el velatorio.

“Diana empezó desde joven a considerar esta asociación boliviana como parte de su espacio, fue donde dio sus primeros pasos en el compromiso con el activismo por los derechos humanos. Acá la querían mucho y por eso cuando nos enteramos de esta noticia horrible vinimos a preguntar si era posible velarla acá. Aceptaron y con gusto. Es un espacio que fue importante en su vida y donde se sentía cómoda”, dijo a Infojus Noticias Micaela, una de sus sobrinas.

Detrás del cajón con el cuerpo de Diana hubo una cruz tapada por seis tiras con los colores de la bandera de la diversidad sexual. Ese gesto respondió a otro de los versos de su poema: “Cuando yo me vaya quiero una despedida sin cruces; tod*s saben sobre mi atea militancia/Y sin machos fachos porque también saben sobre mi pertenencia feminista”. Al costado, había un cartel con la inscripción “#NiUnaMenos, basta de travesticidios”.

Ayer a las 23 horas, un micro salió desde el Congreso de la Nación, dispuesto por la Secretaría de Derechos Humanos, para aquellos que quisieran ir hasta Laferrere. A esa misma hora, una corona de flores del intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, llegaba a la asociación boliviana. Hoy, otro micro partió desde la sede porteña del INADI con el mismo fin.

Las coronas llegaron desde todos lados: el Ministerio de Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, Página 12-Diana colaboraba en el suplemento Soy-, la diputada Karina Nazabal, el Bloque de Diputados del Frente para la Victoria, el Partido Comunista, entre otros. Hoy cuando se llevaron el cuerpo armaron un camino de flores para salir del lugar.

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Una muerte violenta

Diana fue encontrada muerta en el departamento donde vivía con una amiga, en el barrio de Flores. La autopsia ratificó que se trató de una muerte violenta producida por heridas de arma blanca y que la víctima intentó defenderse, según publicó el portal Fiscales, de la Procuraduría General de la Nación. El titular de la Fiscalía Nacional en lo Criminal de Instrucción Nº4, Matías Di Lello, avanzó ayer con una serie de medidas destinadas a esclarecer el homicidio en conjunto con la titular de la Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra las Mujeres (UFEM), la fiscal Mariela Labozetta. La presidenta Cristina Fernández de Kirchner se manifestó en contra de la violencia y la discriminación que sufren las mujeres y pidió el pronto esclarecimiento del asesinato.

Diana lideraba el Movimiento Antidiscriminatorio de Liberación (MAL) y era secretaria mundial trans alterna de la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays y Bisexuales (ILGA). Después de la sanción de la ley de Identidad de Género, participó de los proyectos de pensión y cupo laboral trans en la provincia de Buenos Aires.

En 2012, Diana recibió de manos de la presidenta Cristina Fernández su DNI con la identidad de género que eligió para su vida. Ese derecho civil adquirido no fue un principio ni un fin: su activismo había empezado mucho antes y siguió hasta los últimos días. “La semana pasada tuvimos una reunión para coordinar un proyecto de abrir una oficina del INADI que trabaje en la zona oeste, porque hay mucho por trabajar en discriminación y derechos humanos”, contó Penélope Gutiérrez. “Cuando yo me vaya espero haber hecho un pequeño aporte a la lucha por un mundo sin desigualdad de género, ni de clase”, escribió Diana.

 

SOY por Lohana Berkins, ante el asesinato de Diana Sacayán

MI PEQUEÑA SALTAMONTES, COMO TE DECÍA EN LA INTIMIDAD

Tu salto fue demasiado grande, pequeña saltamontes. ¡Te fuiste al carajo!

Llegó de Tucumán hace casi 40 años, con muchos hermanos y hermanas, con un padre y una madre. Quería a su mamá, la quería mucho. Quería a Saya y también a Yoana. Quería y quería y quería ser querida. Soy una carente decía y te arrebataba besos ante el menor descuido. Era su particularidad. Las travas le escapamos al toque y ella tocaba y pedía ser tocada como si allí quisiera curarse de ese daño feroz que la sociedad y sus instituciones nos hacen a las travestis. La familia primero, expulsándonos a tan temprana edad; la escuela luego, entendiendo que el banco ocupado por una trava es un banco perdido; el sistema de salud y la lista sigue.

Es difícil pensar, sentir y pedir que piensen y sientan lo que significa ese desprecio. Primero fue la injuria, decía un escritor francés para referirse a la homosexualidad. Primero y después fue la injuria, decimos las travestis. Crecer en la injuria y arrastrarla en cada paso, en cada esquina, en cada kiosco, en cada colectivo produce un dolor del que es difícil deshacerse; un dolor que parece no tener como frontera el abrazo de una amiga, la generosidad de otra. Un dolor que no termina, nunca.

El asesinato de Diana es un travesticidio y hay que empezar a reconocer estos actos como crímenes de odio. No importa si el responsable es un viejo amigo que esa noche pegó mal, no importa si es uno nuevo que quería sexo gratis, no importa si eran dos tipos que buscaban diversión y se fueron de mambo. Lo que importa es que se sintieron con la impunidad de cometer el asesinato. ¿Cuántas veces se investigan los asesinatos de travas? Es la misma impunidad con la que el candidato del PRO a la intendencia de La Plata dijo que no daría trabajo a las travas, que les daría un médico. Las consecuencias son las mismas, incrementar el odio, legitimarlo. Hay que terminar con estas frases que, dichas risueñamente para que “entren mejor”, juegan con la vida de muchas de nosotras.

Cuando se discutía la Ley de Identidad de Género, una compañera que también nos dejó, decía: cuando a los niños judíos los despreciaban, llegaban a sus casas y sus padres los consolaban, porque ellos mismos habían padecido ese desprecio; cuando los negros llegaban a su casa después de ser motivo de burla en la escuela, sus padres los consolaban, porque eran también negros y sabían de ese dolor. Cuando las travitas llegamos a nuestra casa, después de insultos y golpizas, no hay papá ni mamá que nos consuele sino más palos.

A mi pequeña saltamontes la asesinó la sociedad travestofóbica, la misma que nos recluye en la prostitución como única alternativa para vivir. Puedo decir que Diana seguirá en nosotras y en nuestras luchas y así será. Pero esto es decir sólo una parte del dolor que siento. Diana no estará ya entre nosotras y si el movimiento travesti ha perdido una militante invalorable, quien más ha perdido ha sido la pequeña saltamontes.

Asesinada una conocida activista transexual en Argentina

La activista transexual argentina Diana Sacayán durante una visita a La Habana

La activista transexual argentina Diana Sacayán durante una visita a La Habana. / ALEJANDRO ERNESTO (EFE)

El asesinato de la activista transexual Diana Sacayán, que fue encontrada muerta en su piso de Buenos Aires el pasado martes, ha conmocionado a buena parte de su país. El de Sacayán es el tercer homicidio de una transexual en solo un mes. La presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, pidió este miércoles que las fuerzas de seguridad federales y la Policía Metropolitana —que depende del ayuntamiento de la capital— investigaran el “horrendo crimen”. Aún se desconoce el móvil del asesinato de la mujer, de 40 años.

La imagen de la fallecida dirigente del Movimiento Antidiscriminatorio de Liberación (MAL) y de la Asociación Internacional de Lesbianas, Gais, Bisexuales y Transexuales (LGTB) fue registrada por última vez el pasado domingo por una cámara de seguridad del barrio porteño de Flores en el que vivía. Entró en su piso junto a un hombre. La Policía cree que el asesinato se produjo ese día o al siguiente. El martes fue hallado el cuerpo con una herida de cuchillo en el abdomen y rastros de que la víctima intentó defenderse.

Sacayán fue una de las cuatro transexuales en recibir un nuevo DNI —además de la mano de la presidenta Fernández— con su identidad de género, tras la aprobación de ley de identidad de género en 2012. Nació en un hogar pobre de la provincia norteña de Tucumán. Emigró junto a su familia de pequeña al Gran Buenos Aires (periferia de la capital argentina) y muy joven empezó a ejercer la prostitución para sobrevivir ya que en otros empleos la discriminaban por se transexual. Fue una de las promotoras de la reciente ley de cupo laboral para transexuales y travestis, que establece desde septiembre que al menos el 1% de los funcionarios bonaerenses debe pertenecer a este colectivo.

La víctima también había batallado en 2010 por la ley de matrimonio gay y dos años después, por la de identidad de género. Hacía colaboraciones periodísticas en ‘El Teje‘, el primer periódico transexual de Latinoamérica, y en ‘Página/12’.

La Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (FALGBT) advirtió que el homicidio de Sacayán es el tercero contra una transexual en 30 días. Marcela Chocobar y Coty Olmos fueron halladas muertas en las provincias de Santa Fe y Santa Cruz.. El caso, advirtieron, muestra “con enorme crudeza el efecto concreto que la discriminación y el odio tienen sobre las personas LGBT”. El Consejo Nacional de las Mujeres recordó “la lucha y la figura” de Sacayán y recordó que en Argentina, la expectativa de vida de las transexuales es de 36 años, sobre todo por los crímenes de odio y la violencia institucional.

Sacayán había denunciado hace pocos meses que la Policía Metropolitana la detuvo y la golpeó en medio de una pelea porque un hombre la había insultado en el tren. El año había escrito un poema, Cuando me vaya, en el que decía: Cuando yo me vaya no quiero farsantes en mi despedida;/quiero a mis travas queridas, a mi barrio lumpen, a mis hermanos de la calle, de la vida y de la lucha…/Cuando yo me vaya sé que en algunas cuantas conciencias habré dejado la humilde enseñanza de la resistencia trava, sudaca, originaria”.

Cristina pidió colaboración para esclarecer crimen de Diana Sacayán

En un acto en la localidad bonaerense de Garín

La militante trans fue encontrada asesinada ayer. La jefa de Estado se manifestó en contra de la violencia y la discriminación que sufren las mujeres, pidió “solidaridad” en el género femenino y el pronto esclarecimiento del crimen.

Diana Sacayán con Cristina F. Kirchner

Diana Sacayán con Cristina F. Kirchner

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner se manifestó hoy en contra de la violencia y la discriminación que sufren las mujeres, pidió “solidaridad” en el género femenino y el pronto esclarecimiento del asesinato de la militante por el derecho de personas trans, Diana Sacayán.

Durante un acto en una fábrica de productos de belleza en la localidad bonaerense de Garín, y luego de destacar que más del 50 por ciento de los trabajadores de la empresa son mujeres, la primera mandataria pidió defender “a todas las mujeres” y recordó a Sacayán, quien fue la primera persona en recibir su DNI de acuerdo a su autopercepción.

En ese sentido, pidió la colaboración de las Fuerzas de Seguridad nacionales y de la Policía Metropolitana para el esclarecimiento del asesinato de la líder de la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays y Bisexuales (ILGA), quien fue encontrada sin vida en su casa del barrio porteño de Flores.

Durante el acto, Cristina entregó el Premio Internacional L´oreal – UNESCO “Por las mujeres en la Ciencia” a la jefa del Laboratorio de Virología Molecular de la Fundación Instituto Leloir e Investigadora Principal del CONICET, Andrea Gamarnik.

En su discurso, la Presidenta retomó las palabras que pronunció la científica al agradecer el premio abogando contra la discriminación y sostuvo que en esa lucha no “se debe pensar que son sólo los hombres los que discriminan”.

“Compañeras de género: si somos el 50 por ciento de la planta quiere decir que también tenemos problemas porque nos discriminamos entre las propias mujeres”, añadió y concluyó pidiendo “lealtad entre las mujeres”, señaló.

Apareció asesinada en su casa Diana Sacayán, un ícono de la militancia trans

  • En 2012 había recibido su DNI de la mano de la Presidenta

  • La encontraron en su departamento del barrio de Flores “con signos de violencia”, relató una fuente judicial. La División Homicidios de la Policía Federal investiga a “una persona que entró con ella al edificio”, según el testimonio de un testigo. “Se investiga un crimen, un homicidio”, confirmó a Infojus Noticias un funcionario policial.

Diana Sacayán

Diana Sacayán recibió en 2012 su DNI de la mano de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Defendió su identidad de género autopercibida como mujer trans y también apoyó desde su lugar en el Movimiento Antidiscriminatorio de Liberación (MAL) causas como el cupo laboral para personas trans en la cartera pública de la provincia de Buenos Aires. Hoy el movimiento LGBT está de luto por su muerte: Diana fue encontrada asesinada a puñaladas en su departamento de avenida Rivadavia, cerca de Plaza Flores. Interviene la comisaria 38 porteña y la Fiscalía de Instrucción N° 4, a cargo de Matías Di Lello. El fiscal está trabajando ahora en el lugar del hecho. Fuentes policiales confirmaron a Infojus Noticiasque la División Homicidios investiga a “una persona que entró con ella al edificio”. Llegaron a él a través de un testimonio. “Se investiga un crimen, un homicidio”, aportaron. La policía y médicos del SAME que llegaron al lugar le dijeron a la agencia Télam que Diana “estaba muerta de al menos un puntazo en el cuerpo”.

La División Homicidios y la Unidad Criminalística Móvil de la PFA realizaban peritajes para determinar las causas de la muerte y posibles. Los investigadores determinaron que la puerta de acceso al departamento estaba violentada desde adentro. Por ese motivo presumen que quien cometió el crimen no halló las llaves para abrirla y así poder huir. En el dormitorio había desorden, provocado posiblemente por una pelea. Y como no hallaron faltantes, la policía descartó por el momento el robo como móvil del asesinato. La principal hipótesis es que Diana fue atacada por una pareja o un conocido suyo.

El edificio dónde vivía Diana tiene 80 departamentos divididos en 13 pisos. Está en la zona comercial de Flores. Aunque no tiene cámaras de seguridad, los investigadores van a recurrir a las filmaciones de los negocios linderos. El encargado informó que vio la puerta entreabierta y llamó al 911. Cuando llegó la policía, se encontró con signos de una muerte violenta, que habría ocurrido en el transcurso del fin de semana largo. “El departamento estaba revuelto”, contó una fuente de la Policía Federal a Infojus Noticias.

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Diana tenía previsto viajar este fin de semana a Mar del Plata para participar del XXX Encuentro Nacional de Mujeres. Como no fue, sus amigos empezaron a llamarla. Nunca contestó. Los investigadores creen que el crimen se cometió entre el sábado y el domingo. La autopsia, sin embargo, determinará la fechar la muerte.

Diana había llegado de la provincia de Tucumán con sus padres. Se había radicado en Laferrére y ahora estaba instalada en Flores. Vivió en la pobreza, se prostituyó, pero se organizó, resistió y la militancia le permitió en 2012 postularse como candidata a ocupar la Defensoría del Pueblo de La Matanza. Había trabajado en el INADI, en el programa de la diversidad sexual. También había colaborado en el suplemento Soy, de Página/12, y en la revista El Teje.

El mes pasado, otras dos mujeres trans fueron asesinadas: Marcela Chocobar y Coty Olmos. La población travesti en Argentina tiene una expectativa de vida de 36 años. El colectivo es víctima, principalmente, de la violencia institucional y de los crímenes de odio.

Mariela Labozzetta es la titular de la Unidad Fiscal Especializada de Violencia contra las Mujeres (UFEM), que depende de la Procuración General de la Nación. Se contactó con el fiscal a cargo de la causa y le propuso tener intervención en el caso, lo cual se resolverá en las próximas horas. “Pedimos que se utilice el protocolo para casos de femicidios”, confirmó a Infojus Noticias.

Diana Sacayán con Cristina F. Kichner

Karina Nazabal, diputada del FpV bonaerense, fue quien presentó el proyecto de ley del cupo laboral trans. “Fue un proyecto de ella, yo como diputada lo acompañé, pero era algo que Diana impulsó desde incluso antes de la ley de Identidad de Género. Realmente estamos de luto porque ella era una luchadora. Creo que si hay un legado que Diana le deja a todas las personas trans es, sin duda, el del cupo laboral. Tuvo la valentía de militarlo frente a todos y también estuvo junto a nosotros en todas las instancias del proyecto”, dijo Nazabal a Infojus Noticias, entre lágrimas.

Diana había sufrido dos agresiones que llegó a denunciar. La última, en agosto pasado, con la Policía Metropolitana: había contado que tras ser agredida por un hombre en la calle, llegó la Policía y se la llevaron presa junto a otro activista. La maltrataron, amenazaron y denunciaron por resistencia a la autoridad con lesiones.

“Una policía se acercó cuando oyó los gritos y me quiso esposar. No me preguntó qué había pasado y sin mediar palabra consideró que la esposada debía ser yo. Después los policías empezaron a llegar de todas partes: se bajaron dos de un colectivo, vinieron tres patrulleros y cuatro motos. ¡Eran tres policías para cada una! Cuando me insistían para apresarme uno me amenazó con un aparato para dar descargas, como una picana. Me tiraron contra un colectivo y después volé arriba de un taxi que estaba en movimiento. Una vez que me pusieron las esposas me tenían en el piso con sus botas arriba y me decían que mire para abajo”, había contado Sacayán a Infojus Noticias.

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Una semana después, la Procuvin denunció a la Metropolitana por la agresión. “Son prácticas sistemáticas de la Metropolitana atacar a grupos sociales vulnerables y vulnerados”, dijo el titular de la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin), Miguel Palazzani, quien pidió la indagatoria de al menos 12 policías por torturas y privación ilegítima de la libertad de Diana y un empleado del INADI.

La agresión anterior había ocurrido en agosto de 2013. Diana contó que un hombre “blanco, alto” le destrozó la cara a golpes en la estación Laferrére, en La Matanza. Y agregó que esa noche cuatro gendarmes vigilaban la zona y detuvieron al agresor, pero terminaron por dejarlo ir. “¡Miren lo que me hizo!”, les gritó con la cara  ensangrentada y los agentes de seguridad terminaron por golpearla en las costillas. Solo logró frenar la nueva golpiza, cuando les dijo que trabajaba en el Ministerio de Justicia. Ahí le dijeron: “¡Corré!”.

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“Eso hice: corrí. Estoy acostumbrada”, dijo. Fue hasta la Comisaría 1ª (a pocas cuadras de la estación) donde quiso hacer la denuncia pero no se la tomaron. “Andá el lunes a la fiscalía”, le dijo el comisario y dispuso que un patrullero la llevara hasta el Hospital Germani. “Acóstate, muchachote”, le dijeron quienes la atendieron en el hospital. “Imagínate cómo me sentía. Ni la anestesia me tomó”, lamentó.

A partir de esa primera agresión, se había reunido con funcionarios de la Secretaría de Derechos Humanos para denunciar el accionar de las fuerzas de seguridad y planteó la necesidad de generar protocolos de actuación específicos.

“Hasta la victoria Diana, que alcanzaremos con las semillas que sembraste con tu lucha. Exigimos que se investigue tu muerte y se condene a los responsables. Ni una menos”, dice el comunicado que sacó la diputada Nazabal junto con Lohana Berkins, otra histórica militante trans.