AGRESIÓN HOMÓFOBA QUE INVESTIGA LA ERTZAINTZA
Tras dos días de agresiones verbales, el lunes le golpeó en la cabeza con una silla y varios platos
Concetración de rechazo a la agresión esta tarde en Getxo (Borja Guerrero)
BILBAO – Ser homosexual y besar a un hombre en la calle. Ese fue aparentemente el motivo por el que un hombre golpeó brutalmente a un joven a plena luz del día en Algorta mientras su pareja, mujer, le animaba a ello. La Ertzaintza busca ahora al presunto agresor, quien apaleó a la víctima con una silla y con varios platos que rompió en su cabeza. Las heridas en su ojo, ceja y cabeza, de las que se está recuperando en casa, son muestra de la intolerancia que todavía hoy pervive en algunas personas. La Ertzaintza ha abierto una investigación por la agresión y también por el robo de la riñonera de la víctima, que es miembro del colectivo para la liberación sexual Kitzikan.
El ataque ocurrió el pasado lunes, pero, según confirman a DEIA desde el colectivo en defensa de los derechos de gays y lesbianas, el acoso empezó unos días antes, el sábado. Al parecer, ese día, el agresor se molestó al ver a la víctima besarse con otro chico en la calle. Y ahí comenzaron los primeros insultos. “En cuanto vio que dos hombres se besaban en la calle, delante de todos, le molestó y comenzó a insultarles llamándoles maricones”, explican fuentes de Kitzikan. Según relatan, la pareja decidió marcharse sin dar respuesta a la agresión verbal. Pero, al día siguiente, y ya en domingo, uno de ellos se volvió a encontrar con el atacante. “El chico enseguida reconoció a mi amigo”, explica la misma fuente, “y otra vez comenzó con lo mismo”. Nuevamente, la víctima decidió hacer caso omiso y no darle respuesta.
LA TERCERA BRONCA La gota que colmó el vaso llegó el lunes. Por tercera vez consecutiva, ambos volvieron a cruzarse. En esta ocasión, la víctima se encontraba solo disfrutando de la soleada tarde del lunes en la terraza de un bar de Algorta. Fue entonces cuando, según cuentan desde Kitzikan, el presunto agresor volvió al ataque con palabras despectivas. Pero, en esta ocasión, el joven decidió defenderse y le recriminó la actitud que estaba teniendo. “Entonces empezó la agresión física. Le golpeó con todo lo que pilló por delante”, explican. “Primero cogió una silla y le golpeó con ella en la cabeza. Luego le reventó varios platos, también en la cabeza… le pegó con todo lo que tenía a su alcance”.
Tras esto, el agresor se dio a la fuga, mientras que los testigos de la agresión llamaban a una ambulancia para trasladar al herido al hospital de Cruces. Esa misma noche recibió el alta médica y ahora se recupera de sus heridas en un ojo, en la cabeza y en la ceja. No conforme con esto, “le robó el móvil, solo para molestarle y cotillearle las fotografías que tiene guardadas”, detallan en Kitzikan. “Por lo menos, ahora sabemos que el móvil se ha quedado sin batería así que ya no van a ver mucho más”. Fuentes de la Ertzain-tza confirmaron, además, que en la denuncia por la agresión también se incluyó la sustracción de una riñonera propiedad de la víctima.
“Es injusto que pasen estas cosas; no nos quejamos de una sola agresión, nos quejamos de todas. Si un chico puede besar en la calle a su novia, los homosexuales también tienen ese mismo derecho”, defienden sus compañeros del colectivo Kitzikan. Porque, denuncian, este caso no es aislado y “le puede pasar a cualquier niño en el colegio o a una persona que pasea por la calle”, concretaba. “La libertad sexual no es privada”, concluyen.