EL PAIS:Orgullo madrileño

Dos millones de visitantes convierten este fin de semana a la ciudad en la Meca de la comunidad Gay. Días para la celebración y la reivindicación

orgullo madrileño

El sábado a las 18.30 se inicia la manifestación del Orgullo Gay, el momento culminante de las fiestas del Orgullo Gay en Madrid. / Cristóbal Fortúnez

Este será el quinto año que Per Bang Thomsen, un danés que no hace tanto que inauguró la treintena, vuele a Madrid desde Copenhague para participar en la edición local del Orgullo LGTB. Lo hace, explica, solo para mirar. “No soy muy de desplegar mi sexualidad, pero el Orgullo aquí es tan receptivo, tan divertido, que vale la pena solo estar. Aprovechando la excusa, me junto con amigos de toda Europa”, razona, rectísimo y rubísimo, antes de dar con el meollo del asunto: “Al fin y al cabo, esto es un poco una atracción turística”.

 No es el único que define así el evento más social del verano madrileño. Juan Carlos Alonso, coordinador general de Madrid Orgullo, ya lo había tildado esta semana de “las fiestas de Madrid” al presentar las cifras —110 millones en beneficios para la ciudad, ocupación hotelera del 100%, dos millones de participantes— que avalan el vigor multitudinario y comercial de esta reivindicación de derechos vestida de fiesta.

A su manera, Per es un elemento más de la foto que da la manifestación del Orgullo de Madrid, esa imagen intercambiable con las de años anteriores. La calle de turno, repleta de gente. Pancartas, purpurina y pectorales. Cabalgatas, sol y arcoíris. Como imagen, efectivamente, la representación viva de una atracción. Como definición del Orgullo, es incompleta. Se escurre de ella uno de sus componentes más certeros: el poder que ejerce entre sus participantes, los gais, lesbianas, transexuales y bisexuales a los que alude. “El Orgullo es para los gais como la Navidad para los creyentes: la parte privada y personal es tan importante como la colectiva”, explica Olga de Dios, activista y autora del libro infantil Monstruo rosa. Como toda liturgia, el Orgullo puede magnificar sentimientos. “Pero además, te presenta otro mundo: si eres homosexual te hace sentir acompañado, te valida, te hace estar cómodo en la otredad. Le da una cara al estar con los tuyos. Suena a pequeño pero en realidad es tremendo”, opina Frédéric Martel, el sociólogo francés que estudió en Gay (Taurus) las dinámicas de los colectivos homosexuales en todo el mundo.

bandera arcoirisDe lo que parece pequeño pero resulta tremendo está hecho el ADN de esta celebración. En los cinco años que Per ha estado acudiendo al Orgullo ha podido ver grandes momentos invisibles a su alrededor. Momentos de épica intimidad, de trascendental cotidianeidad. Amistades forjadas o derrumbadas; amores efímeros; relaciones testadas; miedos que se evaporan y demás elementos del género biográfico. Es el Orgullo que nadie cuenta. Por fechas, por ejemplo, el danés no debía andar muy lejos de Cibeles aquel día de 2010 en el que Mara, lesbiana de 39 años, llevó a su hija, Ruth, de uno, a su primer orgullo. Esta camarera considera que fue uno de los puntos álgidos de su existencia. “No era solo estar con los míos, mostrarme contenta de mi identidad al mundo como siempre. Era que lo estaba haciendo ante los ojos de mi hija. Orgullosa, madre, mujer y guerrera, por fin”, explica.

También pudo haberse cruzado, en 2012, con Mario, un editor de libros que entonces tenía 28 años y se sentía aplastado por su soledad y una ruptura sentimental. Lo hubiera visto bebiendo —“algo tenso”—, reconoce riéndose por primera vez en meses con un grupo de personas que había conocido hacía semanas. “Esta gente que me estaba descubriendo que no todo estaba perdido: ellos, rodeados de opciones mejores o más musculadas al menos, que yo, y ahí se quedaron, conmigo, en comunión”. Asegura que estas amistades aún perduran.

Maribel, una mujer transexual, tenía 53 años y el cuerpo de un hombre en 2010, cuando decidió salir del armario y darse al activismo. “Estuve con las pancartas”, explica hoy, aún a la espera de poder operarse. “Decir que me emocionó es poco. Me empoderó”. Historias así hay mil: Guillermo, también de 26, diseñador gráfico, recuerda de 2004: “El año en el que salí del armario colaboré con una de las cabalgatas. Vinieron a ayudarme mi madre y mi hermana. Y ahí subidas se quedaron cuando empezó la marcha, encantadas de conocerse, rodeadas de lo mejor de cada casa y formando de parte de ese mundo adonde, supe entonces, no iba a entrar yo solo”. Mateo, de 23, aún recuerda cuando vio la marcha por primera vez: era 2007, el año en el que tuvo su primera experiencia homosexual, y estaba dando un paseo por Sol. Huyó en dirección contraria. El sentimiento no es el único motor de fondo que mueve al Orgullo. También están los conflictos irresolubles. Los choques con el Ayuntamiento, por ejemplo. O la muy sentida guerra por el nombre, Orgullo Gay cuando debería Orgullo LGTB (“La sociedad está más preparada para prestar atención a hombres”, masculla De Dios).

O la tensión bicéfala que da tener carácter festivo y reivindicativo a la vez. “Abandoné el Orgullo el día que vi las carrozas comerciales: no habíamos convertido en clientes sodomitas con una buena cuenta corriente”, lamenta Juan, profesor de secundaria. Jorge Batén, que durante 10 años ayudó a organizar las cabalgatas antes de dejar la noche y el mundo gay, lo matiza: “Se ha mercantilizado mucho, pero es un evento gigante y, con la clara falta de apoyo del Ayuntamiento, los intereses privados son cada vez más evidentes”.

No había intereses privados cuando Pablo, de 57 años, se abonó a los Orgullos de los ochenta, aquella marcha marginal y juiciosa que durante años pasó desapercibida. “Ahora es mucha fiesta y, sí, me gustaría participar más. Pero la fiesta es para los jóvenes”. Suele huir del centro los días en el que se celebra el acto pero a veces lo observa, desde su ventana en la plaza del Rey. Donde podría haber visto a Mara con su niño, a Guillermo con su madre, a Mateo con sus amigos o Maribel con su pancarta. O a Per, invisible testigo de todo. Él se sabe de otra estirpe: “Soy de la primera generación de homosexuales que siempre tuvo un Orgullo. Es un buen motivo para sentirse orgulloso”.

EL PAIS: El Orgullo lucha por quienes “todavía tienen miedo”

30 carrozas desfilarán en la manifestación, que marchará este año de Atocha a Colón

Los organizadores del Orgullo no quieren que el júbilo de las carrozas esconda la naturaleza reivindicativa del acontecimiento. El acto central de la semana será la manifestación que transcurrirá el sábado desde las 18.30 entre la glorieta de Atocha y la plaza de Colón. El Ayuntamiento no ha permitido en esta ocasión que discurra por Gran Vía por “problemas de seguridad”. El vocal de Comunicación del Colectivo Gay de Madrid (Cogam), Santiago Rivero, ha criticado al Consistorio: “Aunque fuera sí que vende el Orgullo, cuando se trata de apoyarlo parece que no se acuerda tanto de él”. Las celebraciones concluirán el domingo a las 22.45 con la clausura en la plaza del Rey.

En la manifestación participarán 30 carrozas, nueve más que el año pasado. “Poco a poco se ha convertido en un desfile de marcas y nosotros queremos recuperar el elemento reivindicativo”, subraya Olga Iglesias, portavoz de la carroza 100 lesbianas visibles, un grupo autogestionado que rechaza cualquier marca. Los gastos se disparan: 500 euros por desfilar, 1.200 por alquilar el camión, 800 por el equipo de sonido, 400 por la decoración, 300 por la bebida y 360 por la seguridad. En total, unos 3.500 euros sufragados con una cuota de 40 euros por persona. “Seremos entre 80 y 100: algunos son heterosexuales pero la mayoría somos lesbianas”, añade Iglesias.

La carroza quiere desmentir tópicos. “Cuando eres lesbiana te siguen proponiendo un trío. Nuestro objetivos es mostrar que somos de muchos tipos, femeninas o masculinas, y romper los prejuicios”, sostiene Iglesias. Reconoce que en Madrid es más fácil ser lesbiana, pero las trabas persisten. “Mucha gente de pueblos pequeños hemos venido aquí para poder ejercer libremente la homosexualidad. Aunque solo haya unos pocos casos de homofobia, son dramas”.

“Aún hay gente que tiene miedo porque percibe la homofobia en la vida cotidiana. Cuando van a hotel o a un restaurante no pueden manifestar tranquilamente su orientación”, asegura Boni García Rodrigo, presidenta de la Federación Española de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales. Rodrigo explica que el lema de este año, “Nos manifestamos por quienes no pueden”, quiere denunciar la homofobia que el colectivo de la diversidad sexual y de género “está soportando en demasiados lugares”. La Federación pide combatir la persecución, prisión y torturas que padecen en más de 80 países.

El auge de partidos de extrema derecha en Europa y su extensa representación en el Parlamento Europeo supone una amenaza para quien se aleje de la heterosexualidad. “Hay crímenes de odio basados únicamente en la homofobia. No hace falta irse a África para verlo”, sostiene la presidenta de FELGTB. La Federación critica el descenso de casi tres cuartos del presupuesto para prevenir el VIH en España, los “recortes gravísimos” en el acceso a la reproducción asistida y la “inseguridad” en los colegios.

Como capital de un país pionero en aprobar el matrimonio homosexual, Madrid es un ejemplo de convivencia. Hace apenas unos años era noticia que dos mujeres fueran expulsadas de un restaurante por besarse; hoy resulta una temeridad. Madrid, que acogerá en 2017 el World Pride (el festival mundial del Orgullo), se tiñe de diversidad.

EL CORREO:Cifuentes duda de que la marcha del Orgullo se sitúe dentro del derecho de manifestación

La delegada reconoce que empresarios le pidieron que la marcha gay pasara por Gran Vía porque “es una fuente de ingresos”

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El concierto del Orgullo Gay en Madrid. / Efe

La delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, ha afirmado que el desfile del Orgullo Gay, que se celebra este sábado en Madrid, tiene una naturaleza distinta al resto de manifestaciones y que “existen dudas de que este tipo de acontecimientos entren dentro del derecho de reunión”. Aunque finalmente la Delegación ha decidido que sí entra dentro del derecho de manifestación y, por tanto, la institución tiene que regularla, como así ha ocurrido hasta ahora, señala en una entrevista concedida a Europa Press que aunque una parte del Orgullo Gay tiene una connotación reivindicativa, “en el derecho de reunión no entra una manifestación con carrozas”.

“Eso no es derecho de reunión, es otra cosa. Pero como tiene ese componente reivindicativo, es un acontecimiento a caballo entre ese derecho y algo más lúdico”, ha dicho Cifuentes, que ha pedido un informe a la Abogacía del Estado sobre su competencia en este tipo de eventos.

Los escenarios de la marcha

A pesar de ello, la representante del Gobierno central en Madrid finalmente acordó, tras varias reuniones con los organizadores, que la marcha del Orgullo Gay discurriera por el Paseo del Prado, la segunda opción de los promotores del desfile, y no por la Gran Vía, la primera opción que dieron.

“Todo se hizo en base a un informe del Ayuntamiento de Madrid que alertaba de los problemas de seguridad que entraña Gran Vía porque va a reunir a más de un millón de personas. Supone que vayan a circular camiones y la Gran Vía es estrecha porque imposibilita que puedan entrar los equipos emergencia. ¿Quién asume el riesgo un trayecto con un informe negativo de Protección Civil del Ayuntamiento si allí ocurre cualquier cosa, como un incendio en una casa o un infarto y no puede entrar la ambulancia?”, se ha preguntado. Cristina Cifuentes reconoce que ha recibido cartas de asociaciones de empresarios de la noche madrileña y de los comerciantes del Gran Vía solicitando que reconsidera su decisión porque esta opción es “una fuente de ingresos” para los comerciantes y empresarios de esta zona. “Pero yo tengo que velar por la seguridad de todos”, les respondió.

“El Cogam y la FELGTB eran conscientes de que el trayecto de Gran Vía entrañaba el problema de seguridad. A mí me da igual que una manifestación se realice en una vía u otra, incluso en el tráfico puede alterar más el eje Prado-Recoletos que en Gran Vía”, ha apostillado.

“No hay doble vara de medir”

Cifuentes, preguntada por la permisividad entre dicha marcha gay con otras movilizaciones por el centro de Madrid, como las celebración del Real Madrid de la Copa de Europa, ha negado que exista una doble vara de medir, ya que “la Ley es igual para todos”. “Me resulta muy curioso porque una celebración deportiva no entra dentro del derecho de reunión porque tienen legislaciones diferentes. En una celebración deportiva la Delegación del Gobierno no tiene absolutamente nada que decir, mientras que un acontecimiento deportivo sí porque se rige por la Ley de Violencia en el Deporte”, ha explicado.

Así, la representante del Gobierno en Madrid ha precisado que las celebraciones deportivas no entran dentro del derecho de reunión, aunque reconoce que como se producen aglomeraciones importantes de personas la Policía está presente para evitar alteraciones de orden público o delitos de robo al descuido. “Pero ese tipo de eventos que supone la utilización del espacio público corresponde regularlos a los ayuntamientos”, ha apuntado.

Además, Cifuentes señala que ambos eventos son muy distintos, ya que en las celebraciones deportivas se colocan vallas y los aficionados se colocan detrás, mientras que en el Orgullo Gay hay carrozas con la gente entre medias. “En todos los orgullos tenemos la dificultad que tienen las carrozas para ir avanzando y el riesgo objetivo para las personas que van transitando al lado de las carrozas”, ha concluido.

PUBLICO: Cifuentes duda de que la marcha del Orgullo se sitúe dentro del derecho de manifestación

La líder del PSOE en Europa, Elena Valenciano, reivindica los desfiles porque trasmiten “un soplo de fuerza” a las personas perseguidas.

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La delegada de Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes.EP

La delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, ha afirmado que el desfile del Orgullo Gay, que se celebra este sábado en Madrid, tiene una naturaleza distinta al resto de manifestaciones y que “existen dudas de que este tipo de acontecimientos entren dentro del derecho de reunión”. Aunque finalmente la Delegación ha decidido que sí entra dentro del derecho de manifestación y, por tanto, la institución tiene que regularla, como así ha ocurrido hasta ahora, señala que aunque una parte del Orgullo Gay tiene una connotación reivindicativa, “en el derecho de reunión no entra una manifestación con carrozas”.

“Eso no es derecho de reunión, es otra cosa. Pero como tiene ese componente reivindicativo, es un acontecimiento a caballo entre ese derecho y algo más lúdico”, ha dicho Cifuentes, que ha pedido un informe a la Abogacía del Estado sobre su competencia en este tipo de eventos. A pesar de ello, la representante del Gobierno central en Madrid finalmente acordó, tras varias reuniones con los organizadores, que la marcha del Orgullo Gay discurriera por el Paseo del Prado, la segunda opción de los promotores del desfile, y no por la Gran Vía, la primera opción que dieron.

“Todo se hizo en base a un informe del Ayuntamiento de Madrid que alertaba de los problemas de seguridad que entraña Gran Vía porque va a reunir a más de un millón de personas. Supone que vayan a circular camiones y la Gran Vía es estrecha porque imposibilita que puedan entrar los equipos emergencia. ¿Quién asume el riesgo un trayecto con un informe negativo de Protección Civil del Ayuntamiento si allí ocurre cualquier cosa, como un incendio en una casa o un infarto y no puede entrar la ambulancia?”, se ha preguntado.

Cristina Cifuentes reconoce que ha recibido cartas de asociaciones de empresarios de la noche madrileña y de los comerciantes del Gran Vía solicitando que reconsidera su decisión porque esta opción es “una fuente de ingresos” para los comerciantes y empresarios de esta zona. “Pero yo tengo que velar por la seguridad de todos”, les respondió. “El Cogam y la FELGTB eran conscientes de que el trayecto de Gran Vía entrañaba el problema de seguridad. A mí me da igual que una manifestación se realice en una vía u otra, incluso en el tráfico puede alterar más el eje Prado-Recoletos que en Gran Vía”, ha apostillado.

“No hay doble vara de medir”

Cifuentes, preguntada por la permisividad entre dicha marcha gay con otras movilizaciones por el centro de Madrid, como las celebración del Real Madrid de la Copa de Europa, ha negado que exista una doble vara de medir, ya que “la Ley es igual para todos”. “Me resulta muy curioso porque una celebración deportiva no entra dentro del derecho de reunión porque tienen legislaciones diferentes. En una celebración deportiva la Delegación del Gobierno no tiene absolutamente nada que decir, mientras que un acontecimiento deportivo sí porque se rige por la Ley de Violencia en el Deporte”, ha explicado.

Así, la representante del Gobierno en Madrid ha precisado que las celebraciones deportivas no entran dentro del derecho de reunión, aunque reconoce que como se producen aglomeraciones importantes de personas la Policía está presente para evitar alteraciones de orden público o delitos de robo al descuido. “Pero ese tipo de eventos que supone la utilización del espacio público corresponde regularlos a los ayuntamientos”, ha apuntado.

Además, Cifuentes señala que ambos eventos son muy distintos, ya que en las celebraciones deportivas se colocan vallas y los aficionados se colocan detrás, mientras que en el Orgullo Gay hay carrozas con la gente entre medias. “En todos los orgullos tenemos la dificultad que tienen las carrozas para ir avanzando y el riesgo objetivo para las personas que van transitando al lado de las carrozas”, ha concluido.

Por su parte, la presidenta del PSOE en el Parlamento Europeo, Elena Valenciano, ha reivindicado los desfiles del Día del Orgullo Gay como un “soplo de fuerza” para las personas LGTB que, en muchos lugares del mundo son “aisladas, perseguidas, amenazadas, agredidas e incluso asesinadas por ser lesbianas, gays, transexuales o bisexuales. Por ser como son”. A través de su Facebook, Valenciano ha lanzado un mensaje de apoyo y esperanza a todas estas personas, incidiendo en que “nuestra fiesta debe enviar un mensaje sonoro y comprometido”.

La líder del PSOE en Europa ha manifestado que “para muchos homosexuales del mundo, las paradas y desfiles del Día del Orgullo, en ciudades como Madrid, son la única esperanza, el soplo de fuerza que necesitan para seguir sintiéndose dignos y libres aunque vivan prisioneros de la cárcel, de la intolerancia o del miedo”. Valenciano ha terminado su texto mostrando su respaldo y esperanza de cambio: “Estamos aquí, a vuestro lado. La lucha continúa y cada día somos más”.

EL PAIS MADRID: El PSOE pide a Botella que no defienda la semana del Orgullo solo en el extranjero

El portavoz del Grupo Municipal Socialista en el Ayuntamiento, Jaime Lissavetzky, ha pedido a la alcaldesa, Ana Botella, que no defienda las fiestas del Orgullo solo en el extranjero. “No se puede ser muy abierto cuando sales fuera y luego, aquí, poner obstáculos”, ha afirmado durante una visita al barrio de Chueca, donde este miércoles se inauguran los festejos. Lo ha dicho en referencia al acuerdo de colaboración turística entre la capital española y la alemana que la alcaldesa firmó con su homólogo berlinés, Klaus Wowereit, en marzo, mediante el cual pretendía promocionar Madrid como destino para el público LGTB.

Lissavetzky se ha mostrado sorprendido por la “confusa actitud” del Gobierno de Ana Botella ante los problemas que sufre el barrio de Chueca. “Por un lado quiere vender el Orgullo al exterior, pero luego, dentro del barrio, hay situaciones graves como la suciedad”, que hoy han denunciado algunos de los comercios más antiguos de la zona como la Librería Berkana. “Pedimos a la alcaldesa que se acuerde de Chueca no solo cuando venda el Orgullo en el extranjero”, ha recalcado el portavoz.

La semana del Orgullo LGTB constituye, en opinión del líder socialista un referente internacional que la ciudad de Madrid debería reivindicar, defender e impulsar. Por ello, el PSOE, ha dicho, apuesta porque estas fiestas cuenten con una protección especial como otras celebraciones de la capital. En este sentido, ha recalcado la contradicción de limitar el número de decibelios en las fiestas de Chueca a 55, cuando en otras como San Isidro se permite una mayor contaminación acústica. El portavoz del PSOE ha constatado la importancia de “no molestar” a los vecinos, pero también ha subrayado que permitir la libertad de expresión “es una obligación del Ayuntamiento”.

La lectura del pregón vuelve a realizarse este año en la Plaza de Chueca, tal y como estaba programada, por parte de Conchita Wurst y Ruth Lorenzo, pero no acogerá las actuaciones municipales. El delegado de Medio Ambiente y Movilidad, Diego Sanjuanbenito, explicó este martes que, en cumplimiento de la ordenanza municipal, se puede realizar el pregón porque no se espera que se superen los decibelios máximos permitidos por la legislación. Las actuaciones, sin embargo, se repartirán en otros puntos del barrio.

El delegado de Medio Ambiente y Movilidad también ha recordado al portavoz socialista que el PSOE votó a favor de las limitaciones de distancias que impiden que en Chueca se pueda hacer ruido. “El PSOE votó (en 2011) a favor de las limitaciones de distancias recogidas en la ordenanza y que impiden que en Chueca se pueda hacer ruido”, como ha recordado el delegado en declaraciones a Europa Press.

Como señal de protesta, la plataforma ¡Democracia real Ya! ha convocado una pitada contra la alcaldesa a las ocho de la tarde, justo antes del inicio del pregón, a través de la red social Twitter. “El Ayuntamiento de Madrid silencia el pregón. En respuesta se convoca una gran pitada en honor de nuestra ilustre alcaldesa”, reza el mensaje pintado sobre una bandera del arcoíris.

EL CORREO: Chueca vuelve a convertirse en una pista para atletas con tacones

Catorce participantes han competido por convertirse en el mejor atleta sobre unos tacones, que, de media, tenían unos diez centímetros

carrera taconesLa calle de Pelayo, en el barrio de Chueca, ha vuelto a ser un año más el escenario de La Carrera de Tacones, uno de las citas más singulares y vistosas de las fiestas del Orgullo Gay que se celebran en Madrid.

Catorce participantes han competido por convertirse en el mejor atleta sobre unos tacones, que, de media, tenían unos diez centímetros.

Como uno de los requisitos imprescindibles era cruzar la línea de meta con los dos tacones, los corredores han optado por fijarse con cinta adhesiva los zapatos a los pies para no perderlos.

Antonio, novato en la prueba, ha sido el vencedor tras tres fases eliminatorias, en la última de las cuales han tenido que correr mientras que se enfundaba en un vestido, se ponía una peluca multicolor y cogía un bolso.

Como premio, al igual que el segundo y el tercer clasificado, Antonio se ha llevado un vale de una tienda de ropa.

La mayoría de los corredores eran novatos, excepto Alfonso Marín, que ya ha participado en tres ocasiones, aunque ha indicado en declaraciones que nunca ha logrado pasar de las primeras rondas eliminatorias.

Otro de los atletas con tacones, Stephanos, ha explicado que ha participado para defender “la libertad y la igualdad” y que lo ha hecho con unos zapatos nuevos y dos números más pequeños que su talla de calzado.

Varias ‘drag queens’ han amenizado la prueba, que también ha tenido un tono reivindicativo contra el Ayuntamiento de Madrid y la alcaldesa, Ana Botella, por las limitaciones impuestas a la celebración del Orgullo en la plaza de Chueca.

PUBLICO: “Nunca entenderán que un hombre pueda amar a otro hombre”

En India las relaciones sexuales consentidas entre personas del mismo sexo están penalizadas. Los homosexuales son repudiados incluso por sus familias.

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Dos hombres en Agra, en el estado de Uttar Pradesh (India). P. L.

 Salir del armario es todo un reto en India. Tras haber vivido un periodo de aclamada libertad (en 2009 el Tribunal Superior de Delhi derogó una ley del Imperio Británico que criminalizaba la homosexualidad), el pasado mes de diciembre el Tribunal Supremo revocó esta decisión y volvió a penalizar las relaciones sexuales consentidas entre personas del mismo sexo. Pero a pesar de luchar contra una ley que les criminaliza, una sociedad que les margina y una cultura que les estigmatiza, muchas personas homosexuales en India tienen que enfrentarse también a la lucha que más les duele: su propia familia.

Ranjit sabe muy bien lo que esto significa. Hace algo más de dos años se atrevió a confesar a su familia lo que ya sabía desde su adolescencia: que es gay, que le gustan los hombres. “Al principio dudé mucho, temía su reacción, pero comprendí que no podía seguir ocultando a mi familia lo que soy”, cuenta este chico originario del estado sureño de Tamil Nadu que pide usar un seudónimo. Había pasado los últimos cinco años estudiando en Europa, volviendo a India sólo en visitas esporádicas. “Allí era feliz porque no tenía que esconder mis sentimientos, mi forma de ser, de actuar”. Fue a la vuelta que encontró el valor suficiente para confesarle a su familia su condición sexual. Con una feminidad muy evidente, a veces piensa que su familia siempre lo sospechó pero nunca quiso admitirlo. “Es cierto que en India los hombres heterosexuales son más afeminados que en Europa. Igual simplemente pensaban que era un hombre afeminado, pero jamás podrían imaginarse que fuese gay”, comenta.

Pero lo es, y su familia nunca aceptó este hecho. “Durante mi adolescencia sufrí muchísimo —dice mientras se toca las cicatrices de las heridas que se hizo a sí mismo, aún visibles en su muñeca izquierda— pero después comprendí que lo que más daño me hacía era pretender ser lo que no soy, por eso se lo conté”, confiesa. Aunque sabía que les disgustaría, en el fondo tenía la esperanza de que acabasen aceptándole tal cual es. “Al fin y al cabo soy su hijo ¿no?”. Pero no fue así, y hubo un castigo por su confesión. “Pensaban que si me dejaban de enviar dinero cambiaría de opinión. Pero, ¿cómo voy a cambiar? Creen que ser gay es una elección, no comprenden que la homosexualidad no es algo que se pueda ‘dejar de ser'”.

De aquella última discusión han pasado más de dos años. No han vuelto a hablar ni se han vuelto a ver desde entonces. Sólo mantiene contacto esporádico con su hermana menor, que intenta mediar entre ellos, sin éxito. “Ella es la única que me entiende y que me acepta, aunque también está enfadada porque si mis padres no recuperan el dinero con mi boda ella no podrá casarse”.

El matrimonio en India, ese gran evento vital. Basado aun en una fuerte tradición, la familia de la novia es quien debe pagar la boda y una dote a la familia del marido, que será quien se haga cargo de la esposa cuando se casen. Sólo con el dinero de la boda de Ranjit, sus padres podrían costear la de su hermana menor. “Pero casarme con una mujer es algo inconcebible, no sólo por mí, ¿es que acaso la felicidad de mi supuesta esposa tampoco importa?”, comenta indignado.

Un estudio realizado por la ONG The Humsafar Trust revelaba en 2009 que al menos el 27% de los hombres gays entre 24 y 25 años están casados. Una cifra que se dispara hasta llegar al 70% en las grandes capitales y al 82% en ciudades más pequeñas cuando se superan los 30 años de edad. Quien no encuentra el valor suficiente para confesarse a su familia tiene que tomar el camino de en medio. “El ostracismo social es el miedo más grande”, decía Nitin Karani, miembro de The Humsafar Trust. “El concepto de no casarse es ajeno para muchos hombres homosexuales y aceptan hacerlo porque tienen miedo a ser tratados como parias”, decía a los medios locales el activista gay cuando salieron los resultados de la encuesta.

Es el caso de Akhil, un joven bisexual de Delhi, cuya familia ha planeado su boda para el año que viene. “Ellos han elegido a la que será mi futura mujer y en parte no me importa porque aunque me gustan los hombres también me gustan las mujeres”, cuenta a Público en un bar de ambiente de la capital. Tiene muy claro que jamás le dirá a su mujer que también se acuesta con hombres.

El problema al que se enfrenta Ranjit no es aislado. “Me atrevería a firmar que un 90% de los homosexuales en India tenemos que ocultar que lo somos”, explica Mayuke, un joven de Delhi que tampoco se ha atrevido todavía a confesarse a su familia y amigos. Vivir lo que él mismo llama una “doble vida” es común en un país donde la población sigue arraigada en una fuerte cultura conservadora. “El sexo es un tema tabú en las familias, un chico hetero tampoco le cuenta a sus padres si tiene relaciones sexuales o no, así que la dificultad es mayor para los homosexuales”, dice Arka, un chico gay originario del noreste del país.

Mi hijo es gay

Esta preocupación se ha llevado también al cine, que suele dejar de lado temas tan delicados como éste. Dos películas sobresalen en la industria india. I am es la historia de una joven lesbiana que nunca se atrevió a confesar a su familia que le gustaban las mujeres. Su directora, Sonali Gulati, explica que el film es su manera de reconciliarse con su madre ya muerta, a través de la experiencia de jóvenes indios que sí se atrevieron a salir del armario con sus familias.

Mi hijo es gay, una frase que no es fácil de asimilar para muchos padres en India, da título a la cinta del director indio Lokesh. Un proyecto arriesgado no sólo por la historia que narra, sino porque además es la primera película india sobre temática LGBT financiada a través de crowdfunding. “Tenía el deber de hacer una película que hablase de la necesidad que tiene la sociedad india de aceptar a la gente tal cual es”, explicaba el director del film, aun en rodaje. “Si alguien quiere salir del armario, esperemos que esta película se lo haga más fácil”, contaba a la prensa local Nakshatra Bagwe, el actor que encarna el papel de hijo gay que se confiesa a su madre.

Fácil, precisamente el adjetivo que con menos frecuencia puede usarse para definir la realidad a la que se enfrentan las personas homosexuales que quieren sincerarse con su familia en India. “A veces pienso cómo se puede ser tan estúpido y abandonar a tu hijo por ser como es, pero otras veces no les culpo, es su cultura y simplemente nunca serán capaces de entender que un hombre pueda ser feliz amando a otro hombre”, admite Ranjit.

EL PAIS:Conchita Wurts: “La gente no tiene que amarme, sino aceptarme”

Ganar el festival de Eurovisión le ha permitido cumplir su sueño de fama, sorpresas diarias, música y petardeo

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La cantante Conchita Wurts, en Madrid. / Ó. GONZÁLEZ FUENTES (CORDON PRESS)

Fina, de voz aterciopelada, gestos calmados, pestañas imposibles y suave barba. La cantante Conchita Wurst, pregonera de las fiestas del Orgullo de Madrid (MADO14) y que actúa esta tarde en la fiesta-concierto Shangay Pride, en el Vicente Calderón, ha sido una de las sorpresas de los festejos que hasta el domingo revolucionan la capital. “Ya había estado en Madrid, pero solo de paso. Las pocas horas que pasé en la ciudad me dejaron con ganas de más. Noté que encajé con su espíritu”, cuenta con un voluminoso vestido blanco. El miércoles pasado pudo tomarle el pulso a Madrid desde el escenario de la plaza de Chueca, donde, junto a su “gran amiga” y adversaria eurovisiva Ruth Lorenzo, dio el pistoletazo de salida a las fiestas más emblemáticas de la capital. “Todo el mundo conoce el Orgullo de Madrid; es uno de los más importantes del mundo. Desde ese escenario lo pude sentir. La emoción y la alegría de la gente era muy perceptible”.

Ese día, tras sus palabras, también se pudo sentir el enfado y la ira de los presentes. Las protestas contra la alcaldesa Ana Botella, por los cambios y limitaciones a los que ha sometido a la celebración, compartieron protagonismo con Conchita. “Sé que ha habido algunos problemas con el Ayuntamiento. Incluso he oído que lo tachan de homófobo”, cuenta. “En realidad, no sé las razones de esa enemistad entre la organización y las autoridades, pero los políticos deberían valorar más el evento”, responde con cautela. La imagen de diva frívola que puede extraerse de la atracción que provoca con sus apariciones en público, se diluye en cuanto comienza a hablar parapetada tras sus pestañas postizas. “Además de que los madrileños están encantados con el evento, muchos turistas organizan sus vacaciones para acudir al Orgullo. Muchos amigos míos lo hacen. El Orgullo es algo positivo”.

De manera inesperada, el personaje creado por Thomas Neuwirth, de 26 años, se ha convertido en un icono de la libertad y de la lucha contra la LGTBfobia. “Honestamente, no era mi objetivo. Simplemente soy un artista que en un momento dado relató sus vivencias. Hago lo que me gusta. Me parece bien que la gente me tome como símbolo de la causa LGTB y que me usen para dar visibilidad, pero yo simplemente hacía lo que me apetecía”, relata. “Sin duda, es increíble que la gente vea eso en mí. Me siento muy halagada”. Su elección como representante de Austria para el festival europeo de la canción fue controvertida. Su triunfo en el mismo, también. “Es cierto que hubo muchos comentarios negativos y desagradables, pero también mucha comprensión. Desde fuera se veía a Austria como un país conservador, pero a la vez yo iba a ser su representante en Eurovisión. Di muchas entrevistas en la televisión austriaca y me di cuenta de que había mucha gente que no compartía mis opiniones, pero las respetaba”. “Eso es lo que verdaderamente reclamo: la gente no tiene que amarme o quererme sino respetarme y aceptarme”

Nunca estuvo preparada para ganar Eurovisión. “Aún hoy en día, en ocasiones me tengo que recordar que todo esto está ocurriendo porque gané el certamen. En ocasiones me cuesta asimilarlo”, reconoce. “Es muy raro porque simplemente es un festival. Después del triunfo, todo cambió de un día para otro”. Tras pasar dos semanas en Copenhague, donde se celebró la gala eurovisiva, volvió a casa. Lo primero que hizo al ver a su familia y amigos fue llorar. “Todo el mundo sabe que yo lloro todo el tiempo”, bromea. “No creo que las lágrimas sean un reflejo de debilidad. Soy una persona emotiva. También soy una persona fuerte”, dice con vehemencia. Lo mejor de ese triunfo ha sido que ha cumplido su sueño de fama, sorpresas diarias, música y petardeo. Lo peor, dormir en los aviones. “Evidentemente ahora es el momento”, cuenta mientras explica que está preparando un disco con su repertorio. “Mi objetivo es seguir”.

EL MUNDO: Rusia impide definitivamente a gays y solteros españoles adoptar niños

SOCIEDAD Acuerdo para desbloquear las adopciones

  • Ambos países desbloquean la adopción para unos 600 matrimonios tradicionales

  • 19 familias monoparentales habían iniciado ya los trámites

  • Moscú podrá pedir que el menor ‘sea reubicado’ si ve que la situación familiar ha cambiado

    España firmará el miércoles un acuerdo con Rusia que desbloqueará las adopciones de niños por parte de matrimonios homosexuales, pero que impedirá definitivamente que los homosexuales y los solteros españoles puedan acoger a menores rusos.

    El pacto bilateral aliviará a unas 500 parejas casadas que vieron cómo se paralizaron bruscamente sus procesos de adopción hace ahora casi un año, cuando el Ejecutivo de Vladimir Putin decidió abortar cualquier adopción que viniera de países en los que el matrimonio homosexual es legal. De ellas, 150 ya tenían asignado a un menor.

    Pero este mismo acuerdo entre España y Rusia destrozará las esperanzas de 19 familias monoparentales, entre las que hay hombres y mujeres, heterosexuales y homosexuales, que habían iniciado el proceso de adopción de un menor y que no podrán volver a verlo.

    El asunto estaba paralizado desde el 29 de agosto del año pasado, cuando el Tribunal Supremo ruso frenó en seco toda adopción a países culpables de legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo. El tribunal se inspiró en la ley promulgada por Putin un mes antes, el 3 de julio, que prohibía directamente a los gays y lesbianas adoptar.

    Días después de la decisión del Supremo, el 18 de septiembre, el Defensor del Pueblo ruso, Pavel Astájov, dijo que las adopciones sólo podrían llevarse a cabo si se suscribían acuerdos bilaterales entre Estados.

    Entre la veintena de países que quedaban pendientes (los primeros fueron Francia e Italia) estaba España. Tras meses de negociaciones, el Consejo de Ministros español ha autorizado que el miércoles se firme un acuerdo que tiene un punto muy controvertido.

    Informes sobre la situación de los niños

    Según el texto del convenio, las autoridades rusas podrán solicitar informes sobre la situación de los menores rusos adoptados por familias españolas, “con independencia de la fecha de constitución de la adopción. No obstante, se establece que este compromiso se articula en tanto que lo permita la legislación del Estado receptor (España)”.

    Lo relevante es que, según fuentes oficiales que cita Europa Press, Rusia podrá preguntar si se ha producido un cambio en la estructura familiar y, si le parece conveniente, solicitar a España que reubique al niño en otro entorno.

    Eso, dadas las condiciones impuestas por Rusia, podría hacer que el país presidido por Putin pida al de Rajoy que un niño adoptado por una pareja que se ha separado después de haberlo acogido sea enviado a otras personas. O sea, a un matrimonio. Y heterosexual, por supuesto.

    En este punto, el acuerdo introduce una salvedad que podría evitar esa circunstancia: el cambio solicitado por Rusia deberá ajustarse a la legislación española.

    Pese a ello, la vigilancia rusa sobre la adopción no descarta algún conflicto futuro y es tan estricta que el acuerdo obliga a España a que el menor adoptado sea inscrito en la Matrícula Consular del Consulado de la Federación Rusa que corresponda por su domicilio.

    En España hay 12.000 niños rusos adoptados y sólo en 2012 los españoles adoptaron a 502 menores de esa nacionalidad.

EL MUNDO: Un polideportivo público de Madrid acoge un partido contra el matrimonio gay

Alquila una pista para jugar al fútbol pero era un acto político homófobo

grupo futbol fascista

Un grupo de jóvenes posa junto a banderas de grupos de extrema derecha y la bandera preconstitucional E.M.

 Ocurrió el pasado sábado, 28 de junio, en la instalación deportiva municipal de La Elipa, según ha denunciado hoy la Federación de Servicios Públicos de UGT y ha confirmado, con algunas diferencias, el Ayuntamiento.

El sindicato ha denunciado que “organizaciones de extrema derecha organizaron el sábado 28 de junio un torneo de fútbol en contra del matrimonio homosexual en el que se exhibieron y se pusieron a la venta objetos con simbología fascista“.

Ha asegurado que la pista “se alquiló por dos horas, con el motivo ‘Por la familia y contra el matrimonio homosexual’, aunque aquí empiezan las diferencias entre las dos fuentes.

Según el Ayuntamiento, un individuo solicitó con su DNI la reserva de una pista para jugar al fútbol, no para lo que al final fue, que hubiera requerido la autorización de la Junta de Distrito.

El caso es que “se colgaron banderas con propaganda del partido de extrema derecha Alianza Nacional, la bandera franquista, cruces celtas neonazis, Falange, Movimiento Católico Español y Acción Juvenil Española. Incluso sacaron tenderetes en los que comenzaron a vender bebidas y artículos con simbología fascista”, ha asegurado UGT.

Al respecto han indicado fuentes municipales que, al empezar el partido, el personal del polideportivo se percató de que empleaban megafonía y habían sacado banderas y colocado un puesto, por lo que el coordinador de la instalación decidió dar aviso al 112 por “uso inadecuado” de la misma y desde el teléfono de emergencias se aviso a su vez a la Policía Nacional y a la Municipal.

UGT lo ha contado de esta forma: “el centro llamó a la Policía Nacional, que habló con uno de los representantes del evento. A continuación, se retiraron los tenderetes, aunque no las banderas”.

Lo que ha trasladado la Policía Municipal es que a las 11,53 horas del sábado fueron requeridos por emisora para dirigirse al polideportivo de La Elipa y que una vez allí el encargado manifestó a los agentes que al parecer se había producido el alquiler de una pista cubierta de fútbol por varias horas pero en ese momento estaba ocupada por unas 50 personas.

Esas personas habían colocado pancartas y símbolos de Falange, Bases Autónomas y Alianza Nacional y tenían megafonía, por lo que el encargado, al que la Policía Municipal se refiere como “gerente”, les dijo que debían retirarlo todo.

En el polideportivo se personaron varios vehículos de la Policía Nacional y de la Municipal que identificaron al que dijo ser el “coordinador” del evento.

Esta persona informó de que estaban realizando un torneo de fútbol que englobaba a varios partidos políticos llamados “España en marcha”, que celebraban un acto “lúdico” “por la familia”.

La megafonía fue retirada al no contar con autorización y, dado que las personas que acudían vestían prendas deportivas y la actitud ante los agentes era “correcta”, según estos, los municipales se retiraron a las 13,16 horas sin que se produjera “ningún altercado”.

En cualquier caso, UGT ha subrayado que “la normativa municipal prohíbe la venta de artículos y la exhibición de banderas u otros emblemas, por lo que este comportamiento supone un uso fraudulento de las instalaciones”.

La sección sindical del sindicato en el área municipal de deportes “ni entiende ni comparte que este tipo de acto sea permitido y/o autorizado”, ha señalado en un comunicado.

Este acto “en defensa de la familia” y “contra el matrimonio homosexual” también se celebró el 7 de julio de 2013 en el mismo sitio.

Entonces jugaron 12 equipos compuestos por militantes y simpatizantes de La Falange, Nudo Patriota Español, Alianza Nacional, Democracia Nacional y Respuesta Estudiantil, según se puede leer todavía en páginas de Internet de estas formaciones.