Los nueve beneficios de la masturbación, más allá del orgasmo
Cada vez parecen más claras las funciones reguladoras y terapéuticas del orgasmo, sin necesidad de que medien fines reproductores
Es fácil pensar que el objeto último del orgasmo es la reproducción, y así lo creen numerosas culturas y, sobre todo, religiones: una recompensa de la madre naturaleza por el sacrificio de procrear. Sin embargo, tanto la ciencia como la propia naturalezademuestran que las cosas no funcionan de este modo, al menos no siempre. Y en caso de que el anterior enunciado fuera válido, la masturbación carecería de sentido, puesto que es enemiga de la reproducción.
Pero existe y compite con el coito por el orgasmo. ¿Fallo evolutivo o alternativa terapéutica para los ejemplares maduros de la especie? Al parecer es más bien lo segundo, puesto que el orgasmo es mucho más que una descarga nerviosa que nos produce placer. Durante él se desencadenan múltiples reacciones, químicas, fisiológicas e incluso físicas, y todas ellas tienen consecuencias importantes sobre nuestro cuerpo. A continuación explicamos nueve maneras en las que podemos beneficiarnos de la masturbación para mejorar nuestro bienestar.
1. Como coadyuvante del sueño
Dos de las hormonas que se secretan en mayor proporción durante el orgasmo, y la excitación que le precede, son la serotonina y, en los hombres, la prolactina. Tanto una como otra tienen intervención en la regulación del sueño y la relajación. Los picos de prolactina generan en los hombres una inhibición temporal de la producción de hormonas sexuales como la testosterona, responsable entre otras muchas cosas del estrés del deseo sexual, la agresividad, la competitividad, etc.
Ayudada por la serotonina, una hormona reguladora del sueño, la prolactina nos produce un somnolencia postorgásmica que nos facilita el quedarnos dormidos. Las mujeres también pueden verse favorecidas por la serotonina, y aunque su secreción de prolactina no es tan pronunciada, sus niveles de testosterona son entre 20 y 40 veces menores que en los hombres.
2. Como excitante
El orgasmo aumenta también la secreción de noradrenalina. La noradrenalina es un estimulante que acelera las sinapsis, aumenta la frecuencia cardíaca y está relacionada con los impulsos de alerta ante peligros, en los que el cuerpo tiene que reaccionar con gran energía y potencia. Así que, si no nos hemos dormido antes, tras el orgasmo experimentaremos una mayor vitalidad.
3. Nos hace más sociables, especialmente si somos mujeres
Otra hormona segregada a nuestro torrente sanguíneo tras la masturbación y el consecuente orgasmo es la oxitocina. En ambos sexos la oxitocina liberada durante un coito estimula la parte del cerebro relacionada con el afecto y el amor, aunque se secreta en bastante mayor proporción en mujeres que en hombres.
Pero la oxitocina también es un gran estimulante de la sociabilidad y el deseo de llevar a cabo actividades creativas y comunicativas. Entrando en el terreno de los tópicos, la oxitocina es la responsable de que a las mujeres nos dé por reflexionar en voz alta tras el orgasmo, mientras que la prolactina es la culpable de que los hombres sintamos sueño.
4. Es un buen analgésico
Tras masturbarnos sentimos una pronunciada sensación de recompensa y bienestar físico, incluso de felicidad, que posteriormente decrece más o menos rápido, según las personas. Una de las grandes culpables de esta recompensa emocional es la ya comentada oxitocina, pero su mayor protagonista es ladopamina, un potente neurotransmisor que actúa sistema del placer del cerebro, suministrando los sentimientos de gozo y refuerzo para motivar a una persona de manera proactiva, a fin de que realice ciertas actividades. Entre ambas hormonas consiguen incluso anular temporalmente el dolor.
5. Aumenta la concentración
Como se ha comentado, la oxitocina genera en las mujeres una mayor creatividad intelectual y más capacidad comunicativa, mientras que en el hombre la noradrenalina dispara la vitalidad, si bien no debe relacionarse la misma con el deseo sexual, que queda inhibido por la prolactina. Esta energía desprovista de libido nos permitirá centrarnos en actividades intelectuales sin interferencias. Finalmente la serotonina también contribuye a relajarnos y por tanto facilita la concentración.
6. Aumenta la lucidez en la tercera edad
Un estudio de la Universidad de Rostock, en Alemania, sobre una población de individuos de ambos sexos septuagenarios y octogenarios, analizó la relación entre su actividad sexual y el mantenimiento de sus funciones cognitivas. El resultado fue que cuanto mayor era su actividad sexual, mejor conservaban tanto sus aptitudes reflejas como su estado de forma intelectual.
7. Refuerza el sistema cardiovascular
Un estudio conjunto de diferentes científicos alemanes constató que al menos en los hombres los niveles de noradrenalina se disparaban en el plasma sanguíneo tras el orgasmo masturbatorio, aumentando la frecuencia cardíaca y la presión arterial. Estos incrementos mejoran la circulación y ayudan a mantener el sistema cardiovascular activo. Quizá no tanto como el deporte, pero seguro que más que el inmovilismo y la castidad.
8. Mejora el sistema inmunitario
En otro estudio conjunto, también de investigadores de diversas universidades alemanas, se constató que los hombres que se masturbaban presentaban tras el orgasmo unos elevados niveles de citocinas en el plasma sanguíneo. Las citocinas son unas proteínas producidas por los linfocitos, células defensivas, y relacionadas con la actividad inmunológica del cuerpo frente a las infecciones.
9. Induce al parto
Si el parto se retrasa, mantener relaciones sexuales puede ayudar a provocar las contracciones, pero también masturbarse o que la masturben a una, por ejemplo con sexo oral. El orgasmo aumenta la secreción de la oxitocina, una de las hormonas responsables de las contracciones.