Las claves para frenar la pandemia de sida
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Universalizar el test de sida podría reducir la incidencia de la enfermedad
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Para poner en práctica esta medida es necesario sortear antes muchos obstáculos
MADRID.- ¿Podría un programa universal, voluntario y anual de pruebas del sida, que pusiera inmediatamente en tratamiento a aquellos que dieran positivo para el VIH, poner fin a la transmisión del virus? Un modelo matemáticoelaborado por la OMS respondía hace unos meses a esta pregunta y concluía que en 10 años esta medida podría reducir la incidencia del sida a una infección por cada 1.000 individuos al año, frente a las 20 por cada 1.000 que se registran en la actualidad. No obstante, poner en marcha esta iniciativa no es tan fácil como parece sobre el papel.
Anthony Fauci, director de los Institutos Nacionales de Alergias y Enfermedades Infecciosas de EEUU (NIAID) y uno de los mayores expertos en sida, y Carl W. Dieffenbach, director del departamento de VIH de los NIAID, han elaborado una agenda de investigación con todas las áreas que habría que mejorar para que la implantación del programa de ‘pruebas y tratamiento’ (‘test and treat’, según su nombre inglés) lograra realmente estos ambiciosos objetivos.
Tal y como publican en ‘Journal of American Medical Association’ (JAMA), consideran que hay que analizar detalladamente la viabilidad de universalizar el test de sida, la relación entre el estado de la infección y las posibilidades de transmisión, la eficacia de la terapia antirretroviral como medida preventiva, el impacto a largo plazo de la resistencia a los fármacos, los comportamientos sexuales, el beneficio de comenzar el tratamiento cuanto antes y el coste-eficacia del programa ‘prueba y tratamiento’.
“Potencialmente, el modelo matemático de la OMS constituye una importante estrategia de salud pública para luchar contra el VIH. Sin embargo, se basa en muchos conceptos que hay queevaluar y someter a debate público antes de lanzar las campanas al vuelo”, explica Fauci.
La idea de ‘prueba universal y tratamiento’ parte de la siguiente premisa: la terapia antirretroviral suprime la carga viral (la cantidad de VIH circulando en la sangre de los afectados) hasta hacerla indetectable en muchos pacientes. La eficacia del virus para transmitirse es directamente proporcional a la carga viral que presenta el individuo seropositivo. Por tanto, dado el efecto que la terapia tiene sobre este aspecto, es razonable pensar que los fármacos son una buena herramienta para evitar nuevos casos. El problema es que hay muchos otros factores que pueden echar por tierra estas esperanzas.
Los obstáculos para extender la prueba
Incluir el test de sida como parte de la rutina médica es algo que las principales instituciones médicas recomiendan desde 2006. Pero a pesar de las campañas para concienciar a la población de su importancia, muchos ciudadanos se niegan a hacérsela. Fauci y Dieffenbach señalan que los motivos para este rechazo son muchos y complejos, desde cuestiones sociológicas o culturales hasta el miedo al estigma.
Asimismo indican que poner en tratamiento a todos aquellos que den positivo no es tan sencillo. Hay muchas cuestiones que impiden a los pacientes seropositivos pasar del diagnóstico al tratamiento, entre ellas, la falta de un seguro médico, la escasez de recursos, el abuso de sustancias o enfermedades mentales que impidan al afectado seguir la terapia o, simplemente, la dificultad de aceptar el nuevo estado serológico, que hace que algunas personas nieguen su enfermedad.
También explican los autores de este artículo que la terapia antirretroviral necesita ir acompañada de otras medidas para que la prevención sea realmente eficaz. Es necesario reducir los comportamientos sexuales de riesgo, diagnosticar cuanto antes la infección por VIH, ya que en los primeros momentos el virus tiene más capacidad para transmitirse, y tener presente la cada vez mayor resistencia a los fármacos. “Es conveniente analizar cómo se están transmitiendo las cepas del virus resistente y qué mutaciones están experimentando”, escribe Fauci.
Por último, para que la estrategia ‘prueba y tratamiento’ sea realmente eficaz tiene que demostrarse realmente un beneficio significativo de iniciar la terapia cuanto antes tanto a nivel individual como comunitario. Y, por supuesto, la medida tiene que ser rentable y coste-eficaz para la sociedad.