Fracasa el referéndum de Rumanía contra el matrimonio gay por la alta abstención
- La consulta había sido impulsada por la Coalición para la Familia y apoyada por el Gobierno, lo que despertó el temor desde Bruselas
- Rumanía vota en referéndum sobre el matrimonio gay
Los rumanos han ignorado el referéndum celebrado este fin de semana para vetar el matrimonio entre personas del mismo sexo y consagrar en la Constitución la “familia tradicional”. La consulta no superó el umbral del 30% del censo necesario para que fuera valida, una situación parecida a la que se vivió en Hungría tras el referendo sobre la reubicación de refugiados en la UE. Según datos de la Oficina Electoral Central sólo el 20,41% de los electores participó en el referendo.
Tres millones de firmas hicieron posible este referéndum, cuya sola celebración suponía un giro de llave en la cerradura del armario donde sigue Rumanía y la mayoría de sus vecinos con pasado comunista, proclives a consultas que azuzan a la fractura social.
La iniciativa no partió en este caso del Gobierno, en manos del populista Partido Social Demócrata (PSD), pero su simpatía por el sí fue explícita y su apoyo a los impulsores masivo, por lo que el resultado golpeaba al Ejecutivo. La primera ministra, Viorica Dancila había prometido no interferencia en la consulta a la UE, que ve con preocupación cómo se cortapisan derechos en su flanco Este y se crean bolsas de intolerancia.
Dancila no cumplió su palabra y tampoco los hombres fuertes del partido, empezando por su presidente, el controvertido Liviu Dragnea. “Saben qué es una familia tradicional. Es la formada por un hombre y una mujer que tienen niños”, declaró Dragnea, condenado por fraude electoral en 2016. Para la oposición conservadora, la única posición posible frente al referéndum era la abstención. Tanto el Partido Nacional Liberal (PNL) como la Unión Salvad Rumanía (USR) consideraban que Dragnea utilizaba la consulta como cortina de humo ante la tensión producida por los intentos de los socialdemócratas de aprobar leyes menos estrictas para delitos de corrupción.
En la calle, las estrategias políticas se percibían de otra manera. “La campaña ha generado cotas de odio intolerables. Nunca se habían visto tantos episodios homófobos”, denunció Amnistía Internacional en un comunicado al que se sumaron otras organizaciones no gubernamentales y el colectivo LGBT.
Para Mihai Gheorghiu, líder de la Coalición para la Familia, promotora del referéndum, éste nada tenía que ver con los LGTB y sus costumbres sino con la defensa de la familia tradicional ante quienes, algún día cercano o lejano, pretendieran cambiarlo. Y, por si algún rumano de los 19 millones que estaban llamados a las urnas no alcanzaba a entender lo que estaba en juego o decidía no votar “dos hombres podrán adoptar a tus hijos” y quién sabe lo que entonces ocurrirá, añadía Gheorghiu. “Defender el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer es defender la cabeza y el alma de nuestros hijos frente a una ideología de género y la homosexualidad”, dijo.
La Coalición para la Familia contó con el apoyo de la Iglesia Ortodoxa. Los profesores de religión hicieron campaña por el sí. En un mensaje leído tras la misa, el Patriarca Daniel apeló a los creyentes a ir a votar. Le desoyeron.