“El 80% de los travestidos son heterosexuales”

ENTREVISTA | FRANÇOIS OZON

El cineasta francés juega con la identidad sexual en ‘Una nueva amiga’, una “película transgénero”, cuento de hadas con final feliz, inspirada en un relato de Ruth Rendell y en la realidad de un tipo que se vestía con la ropa de su mujer muerta.

El director de cine francés François Ozon

El director de cine francés François Ozon.- EFE

MADRID.- Las manifestaciones en Francia, en la primavera de 2013, contra los matrimonios homosexuales fueron acciones violentas muy agresivas, reuniones masivas de opositores radicales que mostraron la cara menos conocida de nuestros vecinos. Un país que presumía de moderno se mostraba carca y rancio. El cineasta François Ozon estaba entonces escribiendo el guion de Una nueva amiga, “una película transgénero”, que cambió sustancialmente ante la visión de esa realidad reaccionaria y ultra. “Me molestó toda esa violencia que veía en las calles y entonces intenté hacer algo pedagógico, dirigido a esas personas”.

Romain Duris y Anaïs Demoustier protagonizan este melodrama con final feliz, en el que el cineasta juega con la identidad sexual de uno de los personajes en su búsqueda de la felicidad. Una nueva amiga es la historia de un hombre que, al quedarse viudo, comienza a revelar dudas sobre su sexualidad. Al mismo tiempo, inicia una relación –amigo y amante- de la mejor amiga de su esposa muerta. Inspirada en un relato de la recientemente desaparecida Ruth Rendell, la película —que compitió en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián— también está construida sobre la realidad de un tipo que se disfrazaba con la ropa de su mujer para intentar así devolverla a la vida.
¿Cómo afectaron a la película las manifestaciones de mayo de 2013?
Escribí el guion justo cuando se estaban produciendo todas esas manifestaciones en contra del matrimonio gay en mi país. Me sorprendió muchísimo la violencia de toda esa gente que salía a la calle, ese querer imponer su voluntad, esos gritos en contra de los derechos de las personas… Me molestó toda esa violencia que veía y entonces intenté hacer algo pedagógico, dirigido a esas personas. Quería explicarles que la identidad es un camino muy complejo y que cada uno tiene que buscar la suya. La película me ha salido política, muy a mi pesar.

Sin embargo, es un título de su cine más luminoso, no del oscuro…
Sí, pertenece a ese cine luminoso, pero es algo que depende siempre de la historia. Para cada película hay métodos que parecen estar más cerca de las historias. Esta historia era, de alguna manera, como un cuento de hadas con un plano final que es directamente hollywoodiano. Por supuesto, hubiera podido hacer una película centrada en el mundo gay, pero no quise, porque quería hacer una película popular, que llegara a cuanta más gente, mejor.

En la intención pedagógica que menciona, ¿qué más le gustaría enseñar?
Muchas cosas, porque hay muchas cosas desconocidas sobre el travestismo. Algunas yo las aprendí investigando para la película. Existe el cliché de que todos los travestidos son homosexuales, pero no es verdad, hay muchos heterosexuales. Haciendo la película he conocido a muchos de ellos. De hecho, el 80 % son heterosexuales. Tenemos la idea al revés y eso complica las cosas. He conocido hombres casados, con hijos, y mujeres que saben que sus maridos son travestidos y lo aceptan. Aunque, la verdad, la mayoría decide divorciarse y los hijos les rechazan.

Usted huye justamente de esa realidad, evita las aristas del problema, ¿por qué?
Es verdad. Si la película fuera realista, sería mucho más triste, sería una historia oscura y sombría. Pero yo lo que quería era mostrar la alegría de esa persona. Y funciona, porque hay gente que justo después de ver la película ha decidido contar a su familia su secreto. Una vez vino un hombre y me dijo: “Ahora, sí, por fin voy a contárselo a mis padres”. ¡Tenía ya más de cuarenta años! Me alegro mucho de que la película sirva para eso.

¿Es lo que intenta transmitir con ese happy end?
Absolutamente, porque, de verdad, todas las familias, todos los tipos de familia, pueden existir. En la película Claire (personaje que interpreta Anaïs Demoustier) está embarazada, pero no se especifica de quién, y hay diferentes interpretaciones. Y es muy divertido ver cómo cada persona interpreta una cosa distinta, dependiendo de su forma de pensar.

El relato de Ruth Rendell es un cuento ‘criminal’ ¿qué le interesó de él?
Lo que me interesaba más del relato de Ruth Rendell era el thriller y la relación del marido-mujer-amante, que estaba invertida. Su mejor amiga era un hombre, ese pequeño detalle me encantaba. Pero es cierto que hay importantes cambios respectos del relato. Ruth Rendell terminaba la historia con un asesinato y yo, no, porque yo quería contar una historia de amor…