DEIA:PAU GUILLÉN DIRECTOR DEL FESTIVAL ZINEGOAK “Queremos que Zinegoak sea un festival inclusivo, que se abra a la gente y en el que la ciudad se implique”

El Arriaga acogió ayer el inicio de la duodécima edición de Zinegoak, el Festival Internacional de Cine y Artes Escénicas gaylesbotrans que tiene lugar en Bilbao

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Pau Guillén, director de Zinegoak

BILBAO– Al igual que las flores amarillas que brotan de un corazón, el elemento principal que conforma el cartel de este año, una delicada ilustración del artista vasco Gorka Olmo, Zinegoak dio inició ayer a una floreciente duodécima edición que se prolongará hasta el próximo lunes. Más de una década en la que su director, Pau Guillén, y el resto de miembros del festival trabajan para seguir creciendo y convertir las proyecciones de las diferentes salas de cine y espacios bilbainos en “lugares que sirvan para generar debate y comunicar”.

A pesar del complicado periodo económico que vivimos, el festival Zinegoak sigue creciendo año a año. ¿Cuál es el secreto?

-La verdad es que nos gusta estirar el dinero del que disponemos todo lo que podemos y hay una cosa que últimamente repito mucho: si este festival se hiciera únicamente en base al presupuesto del que disponemos no podría salir adelante, sería inviable. Todos los que trabajamos en él hacemos un esfuerzo y una apuesta personal para que salga cada año adelante. Esa pasión que ponemos, el creer en lo que hacemos, es fundamental, y en vez de pensar que no nos llega el presupuesto, siempre buscamos la manera para poder buscar alguna ayuda, o hacer un intercambio que nos de la posibilidad de llevar a cabo la actividad que queremos hacer.

Esa implicación personal es, por tanto, la base del proyecto.

-Así es, pero no debemos olvidarnos tampoco de los apoyos de organismos públicos y privados que tenemos. Estos últimos años, además, hemos conseguido firmar varios convenios con instituciones públicas que nos dan cierta serenidad y que disipan un poco esa incertidumbre que puede generar la solicitud de una subvención. Ya sabemos que, en principio, vamos a contar con una ayuda que nos permite seguir funcionando y ampliar el presupuesto. Tengo que decir que nos sentimos respaldados tanto por parte de las instituciones como del público, y eso es una suerte. A mí me emociona mucho cuando voy por la calle y la gente empieza a preguntarme cómo va el festival de este año.

Tras más de una década en la ciudad, ¿se ha instaurado ya entre los bilbainos?

-Hombre, tenemos claro que no es un festival enorme como el BBK Live, pero sí que es verdad que cada vez nos preguntan más por Zinegoak. Es un evento muy arraigado a la ciudad, pero lo que también pretendemos es que no se limite solo a Bilbao, sino que se vaya extendiendo a varias localidades más.

Este año el festival llegará a catorce municipios vizcainos. ¿El objetivo en un futuro sería la creación de una red que se podría extender por el territorio vizcaino?

-Sí, es lo que llamamos la Extensión Zinegoak. Este festival nació con un punto reivindicativo y como un espacio de visibilidad que con el tiempo se ha ido transformando en una actividad donde se exhibe una buena programación de cortometrajes y de películas que de otra manera sería complicado que pudieran llegar a verse en la ciudad y en estas localidades. Cada vez son más, porque este año hemos ofrecido la posibilidad de subtitular las obras en euskera. Nos dimos cuenta de que era una carencia que teníamos y la hemos querido suplir, ganando tres extensiones más que el año pasado, así que estamos encantados.

¿Hablamos del punto de partida de una clara apuesta por el euskera?

-A nosotros nos gustaría que fuera así y poder seguir trabajando y creciendo en esa dirección, pero también tendremos que tener en cuenta a nivel presupuestario cómo se van soportando las cosas.

Asumió la dirección del festival hace ya cuatro años. ¿Cómo ha sido esa evolución?

-Como ya he dicho, el festival surgió con un espíritu reivindicativo que ha ido variando y se ha convertido en un espacio muy cinematográfico, se empezaron a proyectar películas con mucha potencia. Yo lo que quiero aportar, y creo que se va consiguiendo, es que sea un festival inclusivo, que se abra. Está muy bien hacer un festival para el colectivo LGTB, pero me parece muy importante conseguir el objetivo de que la mayor cantidad de público venga a ver películas donde se tratan afectos diversos. La única forma de superar estas cosas y asumir que no son el ogro es conocerlas. Para llegar a amar algo lo primero es conocerlo y tener un referente. Por eso creo que es fundamental que el festival se abra, que la ciudad se implique, que se enraíce, y yo sí que voy notando eso.

¿Ir más allá de las proyecciones y crear espacios de comunicación con el público?

-Esa es exactamente la idea, que haya espacios más allá de las salas (de proyección) donde ocurran cosas, que la gente encuentre esos espacios en la calle y que sirva para generar debate, comunicar y estar todos juntos. Y en ese aspecto, este año contaremos con diversas actividades que se realizarán al margen de la programación pero arropadas por el festival, como dos exposiciones o una fiesta que se ha organizado para conmemorar el vigésimo aniversario de Las aventuras de Priscilla, reina del desierto.