De la ducha fría al electroshock: las ilegales torturas en China contra la homosexualidad
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Aunque estas prácticas están prohibidas en el país asiático, algunas ‘clínicas’ siguen ofertando torturas como si fueran tratamientos.
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Un joven se ha infiltrado en una de ellas para un reportaje en una cadena televisiva de Reino Unido.
“Si cuando ves a una persona de tu mismo sexo sientes amor, ahora yo quiero que sientas miedo”. Estas palabras proceden de una ‘especialista’ en curar la homosexualidad en China. En el gigante asiático, ser homosexual puede ser algo más que un tabú. Aunque en marzo de este año una sentencia declarase ilegales de facto las clínicas que ‘curan’ la homosexualidad, este tipo de ‘tratamientos’ continúan siendo una realidad en el gigante asiático.
Un reciente reportaje con cámara oculta del Channel 4 revela que en China todavía siguen existiendo clínicas que afirman que pueden ‘curar’ la homosexualidad. Sin embargo, lo que los responsables de estas clínicas llaman ‘métodos’, en cualquier sitio serían calificados como tortura.
En el reportaje se puede ver a una responsable de una de estas clínicas recomendar a un joven homosexual que tome duchas de agua fría o corra cuando sienta que le gusta alguien de su mismo sexo. Estos métodos se vuelven aún más cruentos cuando la ‘especialista’ le indica que él mismo puede suministrarse medicamentos que le hagan sentirse mal o descargas eléctricas en caso de necesidad.
En otra ‘clínica’, la situación empeora. Serán los propios especialistas los que les suministren un electroshock directamente, que le llega incluso a paralizar el rostro. Torturas al ‘módico’ precio de unos 480 euros (el sueldo medio en el gigante asiático es de unos 500 euros mensuales).
En China, la homosexualidad no es delito desde 1997, y dejó de considerarse como una enfermedad cuatro años después. Estas crueldades y torturas contrastan con una sociedad que poco a poco se va mostrando cada vez más abierta con los homosexuales, aunque con nichos de homofobia.
En una sentencia en marzo de este año, una clínica fue condenada por realizar este tipo de ‘tratamientos’. El centro fue obligado a pagar una indemnización a un joven homosexual, además de tener que pedir disculpas en su página web durante 48 horas por ofrecer tratamientos fraudulentos. Además, las principales webs chinas han dejado de acoger publicidad de esta clase de centros.
El infiltrado en estas clínicas es un cuadro de una organización para la defensa de los derechos de los homosexuales en China. En el documental explica que todo su entorno lo sabe, excepto sus padres. “Hay un dicho en China que dice que lo más irrespetuoso para tus padres, es no tener hijos”. Una losa demasiado pesada para todos los chinos que todavía recurren a estas ‘clínicas’.