Grupos ultras destruyen en París un “árbol de Navidad” hinchable con forma de juguete sexual
Puede que lo verde empiece en los Pirineos, pero todo tiene un límite. Por ejemplo, instalar un árbol de Navidad “conceptual” en pleno centro de París, como hizo el artista Paul McCarthy y que rápidamente se convirtió en objeto de las burlas primero y de las iras después de los conservadores por su forma ambigua, querecuerda más a un dildo anal que a un árbol propiamente dicho.
La instalación de McCarthy contaba con los parabienes de todas las autoridades de la capital francesa, desde la alcaldía a las asociaciones de vecinos del barrio, la elegante Place Vendôme, donde se emplazan, entre otros, el Ministerio de Justicia francés y el hotel Ritz (de donde salió por cierto Lady Di minutos antes de su muerte). No obstante, los problemas empezaron desde el mismo día de lainauguración el pasado viernes, cuando el artista de Los Angeles fue abofeteado tres veces por un transeúnte que huyó a la carrera, según relata The Guardian.
Por aquel entonces ya se estaba montando la marimorena en las redes sociales. En el grupo de Facebook del ultraconservador Le Manif por Tours, que saltó a la fama durante las movilizaciones contra el matrimonio gay y que ahora se apunta a cualquier causa que pueda ofender a las mentes bienpensantes (¿les suena?), empezó a hablarse de que el árbol inflable formaba parte de “complot para humillar a Francia”. Y eso que el dildo anal estaba en París, una ciudad que no está precisamente escasa de arquitecturas fálicas.
Desde luego, McCarthy tenía todas las papeletas para levantar sospechas: americano, de Los Angeles y con un currículum provocador que incluye instalaciones con Blancanieves en situaciones sexualmente comprometidas o deGeorge Bush copulando con un cerdo. La mecha de la indignación estaba prendida.
El desenlace del pulso entre el artista y sus detractores tuvo lugar en la noche del viernes al sábado. Unos asaltantes arrancaron el motor que insuflaba aire a la escultura. Cuando el guardia de seguridad intentó volver a conectarlo, los vándalosrompieron los cables de acero que mantenían la instalación amarrada al suelo. El árbol fálico amaneció lánguido, como una pavesita, tal y como muestra la imagen:
nformado del incidente, el propio artista decidió no volver a hinchar el árbol de la controversia. Pero la venganza es un plato que se sirve frío en California, así que McCarthy ya está pergeñando su respuesta a los enemigos del arte abstracto: el artista ha encargado a Paris Mint una serie de 250 figuras de Santa Claus de chocolate, cada una con un dildo insertado en el recto, que se exhibirán en un largo túnel (nada de hacerlo al aire libre esta vez) y que los parisinos podrán devorar el 6 de enero, una vez concluyan las fiestas navideñas.
Visto en The Guardian y Nouve Lobs.