Conchita Wurst: más allá de lo masculino y lo femenino
La victoria de Conchita Wurst en la pasada edición del Festival de Eurovisión provocó un terremoto de dimensiones diplomáticas, cuando la muy homófoba Rusia protestó por el primer puesto de la mujer barbuda con la canción ‘Rise like a phoenix’. Ha pasado un año y el próximo sábado se celebra de nuevo el concurso televisivo musical, con la participación de Edurne como representante española, por lo que Wurst ha aprovechado para publicar su primer álbum, que se llama como ella, ‘Conchita’. Más allá de lo ‘drag queen’, el disco muestra un sorprendente juego, con la voz masculina de Conchita adaptándose a todos los registros de una moderna diosa pop. Salvando las distancias, un poco como la prodigiosa transformación vocal de los contratenores. Apelando descaradamente a los gustos de los ‘eurofans‘ (‘You’re unstoppable’, ‘Somebody to love’) o presentándose como una suerte de Madonna(‘Colours of your love’, la potable ‘Out of body experience’), Conchita va de la pista de baile a la balada lacrimógena. Todo ello, decimos, sin que los graves de su garganta apenas contaminen las canciones. Dejando a un lado esto, el disco no está mal, pero no tiene nada nuevo que añadir a las toneladas de ‘pop divas’ que surgen cada año. Pero viene bien para recuperar algunas canciones sobre el cruce de géneros en esta lista.
Podríamos empezar con David Bowie, que tanto hizo por derribar los límites de los géneros a principios de los 70 con canciones como ‘Rebel Rebel’ y ese verso que dice: “Tienes a tu madre confundida; no está segura de si eres un chico o una chica“. De esa época son los travestis de Lou Reed en ‘Walk on the wild side’, los New York Dolls maquillados como fulanas o el ‘He’s a woman-She’s a man’ deScorpions que luego retomaron los Helloween. Esta confusión de sexos también está presente en otras canciones, de Aerosmith(‘Dude- Looks like a lady-‘) o Prince (‘I would die 4 U’).
El tema ha sido tratado también en los musicales, como el legendario‘Rocky Horror picture show’ (con aquel Doctor Frankenstein de la Transilvania Transexual) y, más recientemente, ‘Hedwig and the angry inch’. Y, aunque sus éxitos no hablasen explícitamente de lo transgénero, Sylvester y Boy George representan -igual que Klaus Nomi, Jobriath, RuPaul o Freddie Mercury– iconos dentro del proceso de normalización.
En España tenemos a Bibi Andersen y ese ‘Sálvame’ que incluso ha dado título a un programa de telebasura. Y también a Alaska, de la que resulta imposible escoger una sola canción, aunque probaremos con ‘Miro la vida pasar’, de Fangoria, por aquello de “En plan travesti radical”, que bendigo a una inolvidable generación festiva en Madrid. Y, por supuesto, McNamara, solo o con Almodóvar.
Otros iconos a destacar serían Wendy Carlos, uno de los primeros casos de cambio de sexo en el mundo de la música, autora del ‘Switched on Bach’ y de las bandas sonoras de ‘La naranja mecánica’ y ‘Tron’; Philippe Jaroussky, por su increíble capacidad como contratenor; y Mykki Blanco, el primer rapero gay y travesti. Y, ya más recientemente, Laura Jane Grace, líder del grupo de rockAgainst Me! y varón hasta su proceso de reasignación de sexo que contó en su disco ‘Transgender Dysphoria Blues’; o Antony y sus Johnsons.