El joven católico y homosexual que amenaza a Merkel
Jens Spahn, líder del ala más conservadora de la CDU, se erige en la oposición interna a la canciller alemana dentro de su propio partido
Es poco menos que el orzuelo de Angela Merkel entre sus correligionarios cristianodemócratas. Jens Spahn, el responsable del éxito de la rebelión en el congreso de la CDU, se ha convertido con solo 36 años de edad, en líder del ala más conservadora del partido. Suele decir cosas que los críticos de la canciller consideran valientes, cuando no descaradamente osadas. Habla abiertamente de «fracaso del Estado» en la crisis de los refugiados y utiliza términos que inevitablemente recuerdan el lenguaje que manejan los populistas de la ultranacionalista Alternativa para Alemania (AfD). Se convirtió en un político incómodo para la canciller lo más tarde en el congreso de la CDU en Colonia en 2014. Entonces, y sin consensuar sus ambiciones con la presidenta, se presentó en la elección a la ejecutiva de la CDU, una votación para la que los distintos candidatos habían sido seleccionados de antemano. Spahn consiguió su propósito y desplazó del gremio a Hermann Gröhe, un hombre incondicional de la canciller que llegó a ocupar la secretaría general del partido y hoy es ministro de Sanidad.
Spahn se declara católico practicante y homosexual. Desde 2013 convive con el periodista Daniel Funke. Ingresó en 1995 en la Joven Unión y dos años más tarde en la CDU. Estudió banca y después políticas en la Universidad de Hagen y con solo 22 años consiguió un escaño por elección directa en el Bundestag, del que sigue siendo miembro y en el que trabaja en la comisión presupuestaria. Cuenta entre sus valedores con el ministro federal de Finanzas, Wolfgang Schäuble, enemigo abierto de la ley de doble nacionalidad. El jefe del Tesoro le aprecia tanto que en julio de 2015 le nombró secretario de estado parlamentario en su ministerio y a diferencia de su mentor, es capaz de sonreír cuando hace algún comentario sobre los sufrimientos del euro o las finanzas europeas. No duda en llevar la contraria a la dirección del partido, pese a que forma parte de la misma y la ley, el orden y el control son sus temas favoritos. Contra los «ladrones, tocones y estafadores», Spahn exige mucha policía, y para el aparato de seguridad, más policías aún.
Los conservadores en la CDU consideran que no hace sino expresar lo que muchos piensan y los más críticos apoyan sus ambiciones y han puesto sus esperanzas en él a la hora de corregir el curso del gobierno y la canciller hacia la derecha. Y no son pocos los que consideran que, dada su juventud, tiene un gran futuro por delante. Su profesor en la escuela superior cuenta que al preguntar a los alumnos del último curso de bachillerato que querían ser en su vida profesional, Spahn respondió sin dudar: «canciller federal».