‘PrEP salvaje’ contra el VIH: ¿una excusa para el sexo de riesgo?
- El uso sin control el fármaco contra el sida se extiende empujado por las fiestas sexuales gais
- Llegan a costar hasta 30 euros la pastilla y se compran en farmacias de África o Asia
Luis tiene 46 años, vive en Madrid y es homosexual. Desde hace algunos meses practica lo que se conoce comúnmente en la comunidad gay como «PrEP salvaje»: conseguir el medicamento preventivo contra el VIH a través de páginas web extranjeras y tomarlo sin control o seguimiento médico. En Barcelona, se han puesto de moda las ya famosas fiestas Truvada, que es el nombre comercial de este fármaco que evita la infección del sida con un 90% de eficacia. En catalán la palabra encuentro se escribe trobada y se pronuncia exactamente igual que el fármaco, lo que convierte estas fiestas sexuales en un juego de palabras.
En el mercado negro, una dosis (sin garantías) puede llegar a costar 30 euros la unidad. Luis (nombre falso) compra las pastillas genéricas que toma cada día en una farmacia en Suazilandia, un pequeño país situado en África del sur, entre Sudáfrica y Mozambique. Hay que atravesar todo un laberinto digital para conseguirlas. Primero es necesario pagar 20 libras (unos 23 euros) en un sitio web británico para poder utilizar una dirección falsa en Inglaterra como lugar de envío de las pastillas. Una vez que el medicamento llega a Reino Unido, recibe un correo electrónico al que puede contestar de forma segura con su dirección de envío real en España. Así se burlan los controles y llega a casa el fármaco, la PrEP.
«El tratamiento lo compro cada 3 meses y me sale a unos 70 euros para ese periodo», cuenta Luis. La razón por la que decidió activamente tomarlo por su cuenta no son las orgías, sino la misma que la de muchos hombres homosexuales: para sentirse más seguro. «Soy un hombre al que le gusta mucho el sexo y, en ocasiones, me relajaba por la confianza que me daba la pareja y siempre iba con miedo a hacerme análisis».
Pero, al contrario que otros usuarios de la PrEP salvaje, Luis sí se puso en manos de un médico, que le realizó los controles previos antes de tomar la pastilla y el seguimiento posterior.
La Truvada sólo se puede conseguir en España a través de hospitales, en tratamientos post-exposición, cuando un profesional determina que hay que tomar el fármaco durante un mes para evitar un contagio.
En Barcelona, la ONG Projecte dels Noms-Hispanosida se ha adelantado a la administración y, desde el pasado 15 de noviembre, ya está operativo el centro PrEP Point, el primero de carácter privado en Europa para el estudio y seguimiento de personas que decidan tomar la PrEP por su cuenta.
Lo cierto es que en España hay mucho desconocimiento de lo que significa realmente tomar Truvada. La carga moral que se imprimió al uso del preservativo en el colectivo homosexual durante los 80 y 90 sigue vigente y muchas personas ven con reticencia que se generalice un tratamiento de estas características. Para Iván Zaro, de la ONG de salud sexual y diversidad Imagina Más, existe un temor a vivir una sexualidad libre sin que haya un castigo en forma de enfermedad venérea. «Cuando nosotros hablamos de libertad sexual, otros entienden libertinaje», opina. Y pone sobre la mesa el dilema moral que existe en torno a la PrEP: «Muchas personas ajenas a estas realidades se plantean: ¿Por qué vamos a pagar todos un tratamiento, por los excesos de una minoría?».
España es el país de la Unión Europea donde más infecciones por VIH se produjeron en 2015 y el tercero del continente europeo tras Rusia y Ucrania, según una reciente publicación del Instituto para la Medición y Evaluación de la Universidad de Washington en Seattle (EEUU) en la revista The Lancet VIH. «Por este motivo España debería liderar la aplicación de la PrEP en Europa, pero al paso que vamos me temo que seremos uno de los últimos países en aplicarlo, lo cual es incomprensible vista la incidencia del VIH en nuestro país», dice Ferran Pujol, director de Projecte dels Noms-Hispanosida que gestiona el nuevo centro Barcelona PrEP Point.
Desde que diferentes estudios revelaran en 2010 que la Truvada protegía frente al VIH a personas sanas con una eficacia superior al 90% si se tomaba diariamente, varios países empezaron a adoptar este método preventivo como una herramienta más para frenar el avance del VIH dentro de sus fronteras. Estados Unidos aprobó su uso en 2012 y en 2016 el tratamiento fue aprobado por la Agencia Europea del Medicamento y la Comisión Europea. Desde entonces, países como Francia, Inglaterra, Bélgica, Noruega y Portugal ya lo utilizan.
El Grupo de Estudio de Sida, integrado por profesionales sanitarios y que históricamente ha tenido un papel muy importante en lo que se refiere al VIH en España, publicó en 2016 la llamada Guía de recomendaciones sobre Profilaxis Pre-Exposición en adultos, pero el Ministerio no adoptó tales medidas.
Actualmente, la Administración va a comenzar en breve un ensayo para ver si se puede implantar el medicamento en nuestro país. «Pero el estudio llega tarde y no va a aportar ninguna información que no tengamos ya», dice Pujol. Desde el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad aseguran que «están estudiando su viabilidad». «La PrEP es una opción más a considerar, dentro de la oferta de la prevención combinada», asegura a Papel un portavoz del Ministerio.
La compañía farmacéutica que fabrica Truvada –Gilead Sciences de EEUU- está realizando un ensayo clínico a nivel internacional para determinar la efectividad de un nuevo medicamento y sus efectos sobre el organismo. El Centro Sanitario Sandoval de Madrid, uno de los referentes sociales para VIH en la ciudad, participa en dicho ensayo. El director del centro, Jorge del Romero, y el médico Oskar Ayerdi hacen hincapié en la importancia del tratamiento PrEP para evitar nuevos contagios de VIH. Un tratamiento preventivo como algo añadido a las técnicas ya existentes: el diagnóstico precoz, el uso del condón o el tratamiento temprano con retrovirales si hay infección.
Gabriel Sanchez -de 29 años y residente en Madrid- es uno de los voluntarios que participa en este ensayo. Para él no ha cambiado nada. «La gente cree que esto es para tener barra libre y follar sin condón, pero no es así. Aunque estoy más protegido, sigo tomando las mismas medidas de precaución que usaba antes de tomar la PrEP», dice.
Del Romero aclara que si Truvada se toma correctamente, la efectividad es altísima. «Pero si se me olvida la pastilla, o no la tomo porque estoy en una fiesta que dura 5 días, el grado de protección desciende y me puedo infectar de VIH», advierte.
Ayerdi insiste en que la PrEP es mucho más que tomar una pastilla diaria. El tratamiento va acompañado de un seguimiento individualizado. «Tomar esta pastilla implica que vas a venir a la consulta cada 3 meses, donde se van a realizan revisiones para ver que la persona se mantiene VIH negativa y que no tiene otras enfermedades de transmisión sexual», cuenta.
En Inglaterra ya hay resultados. El último informe de su sistema sanitario ha constatado la reducción de un 21% los nuevos casos de infección por VIH en la ciudad de Londres. Junto con otras estrategias, el uso de la PrEP podría estar detrás de esta disminución.
«Se toma en casa, sin drogas o alcohol de por medio. ¿No es más responsable tomar la PrEP que esperar a que la gente use el preservativo más eficientemente, cuando sabemos cuál es el uso que se hace?», se pregunta Jorge Garrido, de la ONG Apoyo Positivo.