Por qué aumenta el VIH entre los hombres que tienen sexo con otros hombres
NUEVOS DATOS Un 33% desde 2004
-
La penetración anal conlleva más riesgo de transmisión que la vaginal
-
España está entre los países donde más transmisiones se cuentan en este colectivo
Los hombres que tienen sexo con otros hombres (HSH) son el único colectivo en el que no se ha reducido la incidencia del VIH en Europa. Así lo comunicaba ayer el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC), que informaba de que, desde el año 2004, los nuevos casos han aumentado en este colectivo un 33%.
Así las cosas, el sexo entre hombres sigue siendo la forma más habitual de transmisión del virus en Europa, ya que es responsable del 42% de los nuevos casos de VIH en el continente.
Según explica a EL MUNDO Pere Domingo, director del programa de Sida del Hospital de la Sant Pau de Barcelona, ésta es una “cifra alarmante” que “coincide con lo que vemos en la práctica clínica en España, donde observamos que la mayoría de las nuevas infecciones son por vía homosexual, y específicamente, en hombres jóvenes“.
Según los últimos datos españoles disponibles, pertenecientes al año 2013, en nuestro país, los hombres que tienen sexo con otros hombres suponen el 51,2% de nuevos diagnósticos de VIH. Y es quela epidemia ha ido cambiando con el tiempo: mientras que hace años, el grupo mayoritario de nuevas transmisiones era el de las personas con problemas de drogadicción, a día de hoy, “a epidemia se mantiene por esta fuente de casos de hombres jóvenes”, declara Juan Berenger, especialista en enfermedades infecciosas en la Unidad del Hospital Gregorio Marañón.
De hecho, a nivel europeo, tal y como queda reflejado en una guía elaborada por los ECDC destinada a los sanitarios para intervenir en esta cuestión, España está a la cabeza en la transmisión de VIH entre los HSH: nuestro país, junto con Portugal, Reino Unido, Holanda y Grecia, es uno de los que más nuevas infecciones registra por esta vía.
Las razones que explicarían esto, según los expertos, son variadas. La primera sería que las relaciones anales tienen más riesgo que las vaginales: “en el coito anal, el riesgo de transmisión es mucho más alto que en el vaginal”, explica Berenguer. “En la penetración anal hay mucho más traumatismo. Esto significa que se produce una exfoliación de la mucosa que favorece el contacto con la sangre”, cuenta Domingo.
Además, -y esto no se limita sólo al colectivo homosexual- otro de los grandes problemas es que, de alguna manera, la percepción que hay hoy sobre el sida no es la que había antes. “Se ha bajado un poco la guardia, se ha perdido el miedo“, opina Domingo. En esto, sin duda ha tenido mucho que ver que el VIH ya no es hoy la sentencia de muerte que era en el pico de la pandemia del virus, allá por los años 90. “Ahora mismo, gracias al tratamiento, es una enfermedad crónica, y ésto ha hecho que se abandonen las medidas de prevención que sabemos que funcionan”, sostiene.
La más importante y simple de todas ellas es el preservativo. De hecho, promover su uso es una de las acciones clave que aparecen en el documento publicado ayer por el ECDC.
Además, según indican los expertos, es importantísimo el diagnóstico precoz (según datos de 2013, el porcentaje de casos diagnosticados de forma tardía en España roza el 50%). Y esto es terrible, porque, tal y como explica Juan Ramón Barrios, presidente de GESIDA, “hay estudios que muestran que cuando una persona está en tratamiento y consigue tener una carga viral indetectable, si no se tienen otras enfermedades de transmisión sexual, es prácticamente imposible que esa persona contagie a otra”. Por otro lado, continúa habiendo personas que no saben que están infectadas, y “muchas de las nuevas transmisiones son consecuencia de una persona que no sabe que tiene el virus porque no se ha hecho la prueba”, dice Barrios.
Otra opción de prevención podría ser la profilaxis pre exposición: dar antirretrovirales a personas en riesgo como método de prevención.
Sean cuáles sean las medidas que se adopten, lo que está claro, sostienen los expertos, y más a la vista de los datos presentados por el ECDC, es que hay que ponerse manos a la obra. “Todas las medidas de prevención tomadas hasta ahora han sido insuficientes, y esto requiere una actuación tanto a nivel europeo como a nivel de país”, opina Berenger.