CULTURA TRANS Barcelona 18,19 y 20 de octubre del 2012

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El próximo 19 de octubre se celebra en todo el mundo el Día Internacional de Acción por la Despatologización Trans, en el marco de la campaña Stop Trans Pathologization (STP). La ciudad de Barcelona acoge los próximos 18, 19 y 20 de octubre del 2013 el evento CULTURA TRANS que agrupa diversas actividades para visibilizar la realidad del colectivo transexual, transgénero y travesti y denunciar la patologización de la transexualidad. Te esperamos!

ACTIVIDADES:

Viernes 18 de octubre del 2013 a las 18h30 en La Bonne- CDD Francesca Bonnemaison

CINEFORUM: Estreno del documental Sexing the transman

Sábado 19 de octubre del 2013 de 10h a 19h en La Bonne- CDD Francesca Bonnemaison

JORNADA “Nuevos retos en torno a la despatologización trans”

Domingo 20 de octubre del 2013 a las 19h en Diables de Sant Andreu

pequeño FESTIVAL DE LA CANCIÓN trans

URRIA TRANS BARTZELONAN

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calendario

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X Berdintasunerako Gunea urriaren 1etik 31ra ospatuko da

X. Berdintasunerako Gunea 2013ko urriaren 1etik 31ra burutuko da eta ardatz nagusia honako izango da: “Berdintasuna: gizarte osoari mesede egiten dion giza eskubidea”. “Emakume eta Gizonezkoen arteko Berdintasunerako Gunea” urteroko topaketa da. Bere helburua emakume eta gizonezkoen arteko berdintasunaren alde lan egiten duten erakundeen, taldeen eta elkarteen lana bildu, ikustarazi eta indartzea da. Programa osoa hemen

El X Foro para la Igualdad se celebra del 1 al 31 de octubre

El X Foro para la igualdad de mujeres y hombres 2013 se celebrará del 1 al 31 de octubre en distintas localidades vascas y su eje central será “La igualdad: un derecho humano, un beneficio para toda la sociedad”. El Foro para la igualdad de mujeres y hombres es un espacio de encuentro anual cuyo objetivo es aglutinar, visibilizar y reforzar el trabajo que vienen realizando instituciones, colectivos y entidades a favor de la igualdad de mujeres y hombres.

Accede al programa completo

Entrevista a Silvia Federici en la revista NÚMEROS ROJOS

Silvia Federici y la caza de brujas

silvia federici

Silvia Federeici

Hace unos siglos la hubieran quemado en la hoguera. Feminista incansable, la historiadora y autora de uno de los libros más descargados de la red, “Calibán y la bruja. Mujeres, cuerpo y acumulación originaria”, habla con Números Rojos y expone de forma rigurosa las razones políticas y económicas que se ocultaron tras la caza de brujas. Su último libro, “Revolución en punto cero”, es una recopilación de artículos imprescindible para conocer su trayectoria intelectual.

Texto: Maite Garrido Courel.

Con ojo escrutador, la italiana Silvia Federici lleva más de 30 años estudiando los acontecimientos históricos que dieron lugar a la explotación social y económica de las mujeres. En su libro “Calibán y la bruja. Mujeres, cuerpo y acumulación originaria” (Traficantes de sueños, 2010), fija su punto de mira en la violenta transición del feudalismo al capitalismo, donde se forjó a fuego la división sexual del trabajo y donde las cenizas de las hogueras cubrieron de ignorancia y falsedades un capítulo esencial de la Historia. Federici habla para Números Rojos desde su despacho del departamento de Historia en la Hofstra University de Nueva York sobre brujas, sexualidad y capitalismo, y se propone “revivir entre las generaciones jóvenes la memoria de una larga historia de resistencia que hoy corre el peligro de ser borrada”.

¿Cómo es posible que la matanza sistemática de mujeres no se haya abordado más que como un capítulo anecdótico en los libros de Historia? Ni siquiera recuerdo haberlo dado en la escuela…
Este es un buen ejemplo de cómo la Historia la escriben los vencedores. A mediados del siglo XVIII, cuando el poder de la clase capitalista se consolidó y la resistencia en gran parte fue derrotada, los historiadores comenzaron a estudiar la caza de brujas como un simple ejemplo de supersticiones rurales y religiosas. Como resultado de ello, hasta no hace mucho, pocos fueron los que investigaron seriamente los motivos que se esconden tras la persecución de las ‘brujas’ y su correlación con la instauración de un nuevo modelo económico. Como expongo en “Calibán y la bruja…”, dos siglos de ejecuciones y torturas que condenaron a miles de mujeres a una muerte atroz fueron liquidados por la Historia como producto de la ignorancia o de algo perteneciente al folclore. Una indiferencia que ronda la complicidad, ya que la eliminación de las brujas de las páginas de la historia ha contribuido a trivializar su eliminación física en la hoguera. Fue el Movimiento de Liberación de la Mujer de los años 70 el que reavivó el interés por la caza de brujas. Las feministas se dieron cuenta de que se trataba de un fenómeno muy importante, que había dado forma a la posición de las mujeres en los siglos venideros, y se identificaban con el destino de las ‘brujas’ como mujeres que fueron perseguidas por resistirse al poder de la Iglesia y el Estado. Esperemos que a las nuevas generaciones de estudiantes sí se les enseñe la importancia de esta persecución.

Hay algo, además, que inquieta profundamente, y es el hecho de que, salvo el caso de los pescadores vascos de Lapurdi, los familiares de las supuestas brujas no se alzaran en armas en su defensa después de haber luchado juntos en los levantamientos campesinos.
Desafortunadamente, la mayoría de los documentos que tenemos sobre la caza de brujas fueron escritos por aquellos que ostentaban el poder: los inquisidores, los magistrados, los demonólogos. Esto significa que puede haber ejemplos de solidaridad que no hayan sido registrados. Pero hay que tener en cuenta que era muy peligroso para los familiares de las mujeres acusadas de brujería que se les asociara con ellas y más alzarse en su defensa. De hecho, la mayoría de los hombres que fueron acusados y condenados por brujería eran parientes de las mujeres sospechosas. Esto, por supuesto, no minimiza las consecuencias del miedo y la misoginia que la propia caza de brujas produjo, ya que propagó una imagen horrible de las mujeres convirtiéndolas en asesinas de niños, sirvientes del demonio, destructoras de hombres, seduciéndolos y haciéndolos impotentes al mismo tiempo.

Expones dos consecuencias claras en lo referente a la caza de brujas: que es un elemento fundacional del capitalismo y que supone el nacimiento de la mujer sumisa y domesticada.
La caza de brujas, así como la trata de esclavos y la conquista de América, fue un elemento imprescindible para instaurar el sistema capitalista moderno, ya que cambió de una manera decisiva las relaciones sociales y los fundamentos de la reproducción social, empezando por las relaciones entre mujeres y hombres y mujeres y Estado. En primer lugar, la caza de brujas debilitó la resistencia de la población a las transformaciones que acompañaron el surgimiento del capitalismo en Europa: la destrucción de la tenencia comunal de la tierra; el empobrecimiento masivo y la inanición y la creación en la población de un proletariado sin tierra, empezando por las mujeres más mayores que, al no poseer una tierra que cultivar, dependían de una ayuda estatal para subsistir. También se amplió el control del Estado sobre el cuerpo de las mujeres, al criminalizar el control que estas ejercían sobre su capacidad reproductiva y su sexualidad (las parteras y las ancianas fueron las primeras sospechosas). El resultado de la caza de brujas en Europa fue un nuevo modelo de feminidad y una nueva concepción de la posición social de las mujeres, que devaluó su trabajo como actividad económica independiente (proceso que ya había comenzado gradualmente) y las colocó en una posición subordinada a los hombres. Este es el principal requisito para la reorganización del trabajo reproductivo que exige el sistema capitalista.

Hablas del control de los cuerpos: si en la Edad Media ejercían las mujeres un control indiscutible sobre el parto, en la transición al capitalismo “los úteros se transformaron en territorio político controlados por los hombres y el Estado”. 
No hay duda de que con el advenimiento del capitalismo comenzamos a ver un control mucho más estricto por parte del Estado sobre el cuerpo de las mujeres, llevado a cabo no solo a través de la caza de brujas, sino también a través de la introducción de nuevas formas de vigilancia del embarazo y la maternidad, y la institución de la pena capital contra el infanticidio (cuando el bebé nacía muerto, o moría durante el parto, se culpaba y ajusticiaba a la madre). En mi trabajo sostengo que estas nuevas políticas, y en general la destrucción del control que las mujeres en la Edad Media habían ejercido sobre la reproducción, se asocian con la nueva concepción que el capitalismo ha promovido del trabajo. Cuando el trabajo se convierte en la principal fuente de riqueza, el control sobre los cuerpos de las mujeres adquiere un nuevo significado; estos mismos cuerpos son entonces vistos como máquinas para la producción de fuerza de trabajo. Creo que este tipo de política es todavía muy importante hoy en día porque el trabajo, la fuerza de trabajo, sigue siendo crucial para la acumulación de capital. Esto no quiere decir que en todo el mundo los patrones quieran tener más trabajadores, pero sin duda quieren controlar la producción de la fuerza de trabajo: quieren decidir cuántos trabajadores están produciendo y en qué condiciones.

En España, el ministro de Justicia quiere reformar la ley del aborto, excluyendo de los supuestos la malformación del feto, justo cuando las ayudas a la dependencia han desaparecido.
En Estados Unidos también están tratando de introducir leyes que penalicen gravemente a las mujeres y limiten su capacidad de elegir si desean o no tener hijos. Por ejemplo, varios estados están introduciendo leyes que hacen que la mujer sea responsable de lo que le ocurre al feto durante el embarazo. Ha habido un caso polémico de una mujer a quien han acusado de asesinato porque su hijo nació muerto y luego se descubrió que había utilizado algunas drogas. Los médicos excluyeron el consumo de cocaína como causa de la muerte del feto, pero fue en vano, la acusación siguió su curso. El control de la capacidad reproductiva de las mujeres es también un medio de controlar la sexualidad de las mujeres y nuestro comportamiento en general.

Tú misma lo planteas: ¿por qué Marx no se cuestionó la procreación como una actividad social determinada por intereses políticos?
Esta no es una pregunta fácil de responder, ya que hoy nos parece evidente que la procreación y crianza de los hijos son momentos cruciales en la producción de fuerza de trabajo y no por casualidad han sido objeto de una regulación muy dura por parte del Estado. Creo, sin embargo, que Marx no podía darse el lujo de ver la procreación como un momento de la producción capitalista porque se identificaba con la industrialización, con las máquinas y la industria a gran escala, y la procreación, como el trabajo doméstico, parecía ser el opuesto de la actividad industrial. Que el cuerpo de la mujer se mecanizara y se convirtiera en una máquina para la producción de fuerza de trabajo es algo que Marx no podía reconocer. Hoy en día, en Estados Unidos al menos, el parto también se ha mecanizado. En algunos hospitales, obviamente no los de los ricos, las mujeres dan a luz en una línea de montaje, con tanto tiempo asignado para el parto, si exceden ese tiempo se les hace una cesárea.

La sexualidad es otro tema que abordas desde un punto de vista ideológico, siendo la Iglesia quien promovió con gran virulencia un férreo control y criminalización. ¿Era tan fuerte el poder que confería a las mujeres que continúa ese intento de control?
Creo que la Iglesia se ha opuesto a la sexualidad (aunque siempre lo han practicado a escondidas) porque tiene miedo del poder que ejerce en la vida de las personas. Es importante recordar que a lo largo de la Edad Media, la Iglesia también estuvo implicada en la lucha para erradicar la práctica del matrimonio de los sacerdotes, que lo veían como una amenaza para la conservación de su patrimonio. En cualquier caso, el ataque de la Iglesia sobre la sexualidad siempre ha sido un ataque a las mujeres. La Iglesia teme a las mujeres y ha tratado de humillarnos de todas las maneras posibles, retratándonos como el pecado original y la causa de la perversión en los hombres, nos obliga a esconder nuestros cuerpos como si estuvieran contaminados. Mientras tanto, se ha tratado de usurpar el poder de las mujeres, presentando al clero como dadores de vida e incluso adoptando la falda como vestimenta.

En una entrevista afirmas que sigue teniendo lugar una caza de brujas ¿Quiénes son los herejes ahora?
Ha habido caza de brujas desde hace varios años en diferentes países africanos, así como en la India, Nepal, Papúa Nueva Guinea. Miles de mujeres han sido asesinadas de esta manera, acusándolas de brujería. Y está claro que, como en los siglos XVI y XVII, esta nueva caza de brujas se conecta con la extensión de las relaciones capitalistas en todo el mundo. Es muy conveniente tener campesinos luchando unos con otros mientras que en muchas partes del mundo estamos viviendo un nuevo proceso de cercamiento, con la privatización de la tierra y un gran saqueo a los medios básicos de subsistencia. También hay pruebas de que parte de la responsabilidad de esta nueva caza de brujas, que a su vez se dirige especialmente a las mujeres mayores, debe atribuirse a la labor de las sectas cristianas fundamentalistas, como el movimiento pentecostal, que han traído de nuevo al discurso religioso el tema del diablo, aumentando el clima de sospechas y el miedo existente generado por el dramático deterioro de las condiciones económicas.

“Omnia sunt communia!”, “Todo es común”, fue el grito de los anabaptistas cuya lucha y derrota, como cuentas en el libro, fue barrida por la Historia. ¿Sigue siendo igual de subversivo ese grito?
Ciertamente lo es, ya que estamos viviendo en una época donde sunt omnia privata. Si las tendencias actuales continúan, pronto no habrá aceras, ni playas, ni mares, ni aguas costeras, ni tierra, ni bosques a los que podamos acceder sin tener que pagar algo de dinero. En Italia, algunos municipios están tratando de aprobar leyes que prohíben a la gente poner sus toallas en las pocas playas libres restantes y esto es solo un pequeño ejemplo. En África, estamos siendo testigos de las más grandes apropiaciones de tierras en la historia del continente por parte de empresas mineras, agro industriales, agro-combustibles… La tierra africana se está privatizando y las personas están siendo expropiadas a un ritmo que coincide con el de la época colonial. El conocimiento y la educación se están convirtiendo en mercancías disponibles solo para aquellos que pueden pagar e incluso nuestros propios cuerpos están siendo patentados. Así que omnia sunt communia sigue siendo una idea radical, aunque hay que tener cuidado de no aceptar la forma en que está siendo usado este ideal distorsionado, por ejemplo, por organizaciones como el Banco Mundial, que en nombre de la preservación de la ‘comunidad global’ privatiza las tierras y los bosques y expulsa la población que ganaba su sustento de ello.

¿Cómo se podría abordar la cuestión de los comunes actualmente?
El tema de los comunes es cómo crear un mundo sin explotación, igualitario, donde millones de personas no se mueran de hambre en medio del consumo obsceno de unos pocos y donde el medio ambiente no sea destruido, donde la máquina no aumente nuestra explotación en vez de reducirla. Este creo que es nuestro problema común y nuestro proyecto común: crear un mundo nuevo.

EL PAIS: La fiscalía investiga el trato dado en tres colegios a niños transexuales

Los centros malagueños les impidieron usar el nombre que pedían, cambiar de cuarto de baño y de uniforme. Dos de ellos ya han anunciado que rectifican

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Una de las niñas espera a que se resuelva el problema para volver al colegio. / GARCÍA-SANTOS

La Fiscalía Superior de Andalucía ha abierto diligencias de investigación contra tres colegios de Málaga, dos concertados religiosos y uno público, que han mostrado reticencias a atender la solicitud de los padres para que respeten la identidad de género de sus hijos. Los progenitores piden que los niños, transexuales de seis, ocho y nueve años, sean llamados en clase con el nombre del género con el que se identifican, que puedan vestir ropas o uniforme masculino o femenino (según su identidad sexual) y elegir qué aseo utilizan.

El caso ha llegado a la fiscal andaluza de violencia contra la mujer y la discriminación sexual de género, Flor de Torres. La fiscal confía en que el asunto se resuelva sin que tenga que interponer una denuncia. “Si apreciamos que hay un delito de discriminación mi obligación es denunciar, pero antes intentamos mediar por si existe solo una falta de entendimiento”, señala Torres.

En efecto, dos de los tres centros en los que ha puesto el foco han comunicado a los padres en las últimas horas que aceptan el cambio de tratamiento para sus hijos. Aunque uno de ellos, un centro público en el que el niño de nueve años esperaba empezar una nueva etapa lejos de las burlas a las que fue sometido en su antiguo colegio, ha pedido a los padres que no lo lleven hasta el lunes. El tercer centro, un concertado de la Fundación Diocesana de Enseñanza Santa María de la Victoria de Málaga, dependiente del obispado, sigue sin aceptar que la niña de seis años aparezca en las listas escolares con nombre femenino, pueda llevar falda, usar los baños de chicas y sea tratada como una niña en todas las actividades del centro.

La madre fue citada el martes en el colegio para reunirse con el orientador, al que la fundación diocesana ha pedido un informe. La niña ya cursó primero de Primaria el año pasado en este centro, en el que estudió su madre y al que también acuden sus dos hermanos. La pequeña quería que le llamaran con nombre femenino completo, pero se conformó con un diminutivo neutral. Peor llevaba que los profesores la consideraran un niño y no le permitieran vestir el uniforme femenino. A final de curso, la madre habló con la dirección y le dieron el visto bueno a que, a la vuelta del verano, la pequeña fuera una niña más en su clase. Pero a principios de septiembre, cuenta la mujer, le comunicaron que la fundación exigía una orden judicial para aceptar este cambio y garantizar la protección del menor.

“¿Por qué mi hija necesita una orden judicial y los demás no?”, se queja la madre, que lamenta la “falta de visibilidad” de los menores transexuales. “Mi hija me pregunta todos los días, “mamá, ¿está arreglado ya?”. Estaba ilusionada con poder por fin vestir falda, se ha comprado una diadema, una mochila rosa. Yo querría que fuera más discreta, pero es exacerbadamente femenina. Los psicólogos dicen que es una forma de reafirmar su identidad”, explica.

La Junta de Andalucía confía en que el conflicto se resuelva pronto. “Queremos formar parte de la solución del problema y contribuir a la defensa de los derechos y el bienestar de los niños y niñas en los centros”, señala un portavoz de la Consejería de Educación.

Normalmente, estos casos se resuelven con un acuerdo entre las familias y la dirección de los centros. Este año, 12 familias que buscaron la ayuda de la Asociación de Transexuales de Andalucía (ATA)presentaron en sus colegios una petición amparada por esta asociación y firmada por los sindicatos CC OO, UGT, USTEA y la confederación andaluza de asociaciones de padres y madres de alumnos y alumnas.

Las peticiones se presentaron en centros públicos y concertados de Sevilla, Cádiz, Huelva, Córdoba, Almería y Málaga, pero solo los tres registrados en esta última provincia fueron rechazados. Los padres creen que las reticencias han venido por parte de la Inspección educativa de Málaga porque así se lo han comunicado las direcciones de algunos centros.

Los inspectores solo suelen actuar cuando no hay acuerdo entre los colegios y las familias. De lo contrario, asegura fuentes de la Junta, no intervienen. Tras la petición de información formulada por la fiscalía, la Inspección andaluza envió este miércoles un escrito en el que fija las pautas que los inspectores deben recomendar a los centros. La primera, adecuar la documentación interna del colegio (las listas de clase, el boletín de notas, el carné de estudiantes) considerando el género con el que se siente identificado el alumno. Además, sugiere que el profesorado se dirija a ellos con el nombre que acuerden las familias y los menores; que cuando se hagan actividades en grupo se tenga en consideración el género con el que el alumno se identifica; y que se reconozca o se acepte la posibilidad de vestir ropa o uniforme femenino o masculino, en función de la identidad sexual.

Estas directrices coinciden con la petición de las 12 familias que han llevado su solicitud a los centros. Reclamaban también que los menores pudieran usar los aseos de niños o niñas o que, si lo piden, se les permita acceder a “unas instalaciones adecuadas” para él o ella, un asunto que consideran “fundamental” y que en California acaba de ser regulado por ley.

Todo esto es lo que le han prometido a partir del lunes al niño de nueve años. Lleva sin ir a clase tres semanas. Empezó el curso feliz en su nuevo colegio, un centro público de Málaga. “En el otro coleestaba siempre solito, sentado en un escalón”, cuenta su madre. En el nuevo centro, en unas horas el menor ya tenía amigos y todos le llamaban por su nombre masculino. “Estaba contentísimo”, asegura la madre.

Pero cuatro días después de empezar las clases, la directora, que había dado el visto bueno a la petición de la familia antes de matricular al pequeño, le comunicó que el inspector había vetado que se le tratara como un niño y le obligaba a llamarle por el nombre con el que le registraron al nacer. La familia, asesorada por psicólogos, optó por no llevarle al colegio hasta que no hubiera una solución para evitar que se sintiera de nuevo rechazado. La directora llamó ayer a la madre para decirle que el lunes el menor podrá volver a clase con su nombre masculino. “Estoy deseando ir al colegio y mira que es raro que un niño diga eso”, dice el pequeño al otro lado del teléfono.

La Asociación de Transexuales de Andalucía ha amparado las peticiones de los padres y aboga por que los centros garanticen el libre desarrollo de la personalidad de los niños. De lo contrario, señala su presidenta, Mar Cambrollé, estarán “discriminándolos por su identidad de género y vulnerando sus derechos”. ATA ha enviado a la Junta una propuesta para consensuar el tratamiento que deben recibir en el colegio los niños transexuales.

EL PAIS:JOSÉ RAMÓN LANDARROITAJAUREGI Sexólogo “El juego da las primeras pistas del sexo que sienten”

“Lo que tienen que hacer los padres cuando son pequeños es relajarse. Si no, van a sufrir ellos y hacerlo sus hijos”, dice el experto.

José Ramón Landarroitajauregi.

José Ramón Landarroitajauregi.

“Entre los dos y cuatro años ya se ven las primeras cosas”. El director del Instituto de Sexología Sustantiva, José Ramón Landarroitajauregi —abrevia su apellido con Landa— no muestra ninguna sorpresa cuando se le pregunta por niños transexuales. Claro que su explicación es más elaborada. “Las personas nacemos con un sexo en el cerebro, y el problema surge cuando no coincide con el que tenemos entre las piernas”, dice gráficamente. Y esta dicotomía aparece “desde el principio”. “Nos confundimos poco en la asignación de una identidad. Esto se hace al nacer, a simple vista, y casi siempre acertamos. Pero cuando no lo hacemos surgen los problemas”. Y estos empiezan a manifestarse muy pronto. “Entre los dos y los cuatro años ya se ven las primeras cosas. Todavía, obviamente, los niños no tienen un discurso, pero unos padres que estén pendientes y quieran verlo —porque muchos no quieren— tienen en el juego las primeras pistas del sexo que sienten”, advierte el director del máster de Sexología Sustantiva de la Universidad Europea Miguel de Cervantes de Valladolid.

“No es que todos los niños a los que les guste jugar con muñecas vayan a ser transexuales. Pueden ser niños muy rosas y niñas muy azules que luego sean heterosexuales o gais o lesbianas. Pero los que van a ser transexuales suelen ser muy cabezones, muy reiterados. Desafían y se enfrentan a sus padres”, dice. “No es ya que, si son chicos, no quieran jugar al fútbol, es que piden un tutú de bailarina. Muchos, muy pronto, con seis o siete años, ya saben incluso cómo quieren que les llamen. Buscan diminutivos, nombres fonéticamente parecidos al suyo, pero que no los marquen como niños o niñas”, si no se sienten así.

Landa explica que la solución es que los padres vayan haciendo concesiones. Poco a poco. Y negociando. “El problema es que muchas veces se sienten acosados por los otros adultos, que les juzgan por cómo es su hijo. Esto pasa sobre todo en los niños que se sienten niñas, porque cuando es al revés hay mucha manga ancha”, dice.

Landa no cree que haya una edad en la que el niño sepa por primera vez que es transexual. “Lo que nota es que no está a gusto, que quiere ser otra cosa. La diferencia con los primeros transexuales que yo vi en los noventa es Internet. Ahora, con nueve años ya han buscado, ya saben que no son unos bichos raros, unos monstruos. Todos, a la edad que sea, cuando conocen a otros como ellos se reafirman”.

Para el sexólogo, los intentos de torcer la voluntad de los niños son inútiles. “Hay padres que apuntan a los niños a kárate, a deporte, pero eso no sirve para nada. Lo que tienen que hacer cuando son pequeños es relajarse. Si no, van a sufrir ellos y hacerlo sus hijos. Y lo que hay que tener claro es que no es un fracaso de los padres, ni de cómo educan a sus hijos”. Aceptado esto, propone varias soluciones: “Con el nombre se puede pasar a usar el apellido; con la ropa, el chándal es una buena solución”.

No tiene que ir muy lejos Landa para describir lo que pasa si se produce el choque, el intento —que él insiste en que es inútil— de reeducación. “Es lo que se ha hecho siempre, y por eso han sido tradicionalmente un colectivo tan vulnerable, con problemas psicológicos cuando no psiquiátricos, que sufre acoso y tiene una mayor tasa de intentos de suicidio y de fracaso escolar, porque se les obliga a vivir en contra de todo el mundo cuando no tienen las herramientas para ello”.

La solución es, una vez aceptado que existen y van a seguir siendo como son, “detectarlos lo antes posible y acompañarlos”.