El Festival de Málaga homenajea a Pedro Olea como pionero del cine gay
/in Artículo, Cultura, EL CORREO, España, Homosexualidad /by Editorea‘Un hombre llamado Flor de Otoño’ rompió tabúes en 1978. En sus créditos ya encontramos a Pedro Almodóvar, el gran retratista de la comunidad LGTB
El 26 de diciembre de 1978, Adolfo Suárez firmó una modificación de la Ley de peligrosidad social, quedando así despenalizada la homosexualidad en España. Ese mismo año, se estrenan tres títulos fundamentales del cine gay: ‘Un hombre llamado Flor de Otoño’, de Pedro Olea, elegida Película de Oro este año por el Festival de Málaga, que homenajeó ayer al realizador bilbaíno; el documental de Ventura Pons ‘Ocaña, retrato intermitente’; y ‘El diputado’, de Eloy de la Iglesia. José Sacristán encarna en la primera a un abogado de la alta burguesía catalana en la Barcelona de los años 30, que de noche triunfa como travesti en el barrio chino. «¿Te imaginas? Poder ser yo mismo las 24 horas del día», sueña el protagonista.
‘Un hombre llamado Flor de Otoño’ adaptaba una obra teatral de 1973 inspirada en hechos reales y censurada por Franco, que no llegó a los escenarios hasta 1982. Rafael Azcona y Pedro Olea introdujeron en el guion el trasfondo del anarquismo y la preparación de un atentado contra Primo de Rivera, pero su mensaje reivindicativo a favor de la visibilidad y libertad de un colectivo invisible era evidente. Un detalle profético. Como segundo ayudante de dirección encontramos a Pedro Almodóvar, que aparece brevemente en los camerinos como uno de los compañeros travestis del protagonista.
Ventura Pons retrataba a José Pérez Ocaña, pintor de cuadros por vocación y de paredes por obligación, icono de las Ramblas, como un marginado vital y festivo, un apologeta del desmadre profundamente subversivo. Por su parte, Eloy de la Iglesia, uno de los primeros directores en reconocer abiertamente su homosexualidad, convertía a José Sacristán en un diputado de izquierdas a punto de ser elegido secretario general de su partido, al que la extrema derecha pone una trampa para acabar con su vida política con un joven amante como gancho.
La Transición dibujó así personajes homosexuales bajo una mirada que oscilaba entre el malditismo, el morbo y la caricatura. En 1970, Alfredo Landa se había disfrazado de mariquita para que los maridos de sus clientas no sospecharan nada en ‘No desearás al vecino del quinto’, la película española más vista de todos los tiempos hasta que, 31 años más tarde, llegó ‘Torrente 2’. Los afeminados habían sido motivo de chanza en las comedias del franquismo. Con dos notables excepciones que inexplicablemente pasaron la censura: ‘Diferente’ (1961), de Alfredo Alaria, y ‘Sábado en la playa’ (1966), de Esteban Farré. Ambas abundan en imágenes homoeróticas y narran la soledad y el ostracismo de sus protagonistas.
Incesto y transexuales
El colectivo LGTB tuvo que esperar a Pedro Almodóvar para reconocerse bajo el prisma de un estilo provocador e irreverente, y al mismo tiempo reflexivo y contestario. Prácticamente en todas las películas del manchego encontramos personajes gays, pero ‘La ley del deseo’ permanece como un título de culto para toda una generación que se veía a sí misma por fin en una pantalla. Incesto, transexualidad y escenas de sexo entre hombres insólitas en el imaginario patrio. La primera cinta que produjeron los hermanos Almodóvar con su productora El Deseo mantiene 30 años después intacta su intensidad dramática y capacidad de transgresión.
Desde Almodóvar, gays y lesbianas aparecen puntualmente en largometrajes sin que pueda afirmarse que conformen un género diferenciado. ¿Qué tienen que ver las lesbianas glamurosas de ‘Habitación en Roma’ de Medem con las amamas protagonistas de ’80 egunean’ de Jon Garaño y Jose Mari Goenaga? Si en los 90 se pusieron de moda las ‘locas’ con ‘Más que amor frenesí’ y ‘Perdona, bonita, pero Lucas me quería a mí’, en el siglo XXI la orientación sexual de los personajes pasa a segundo plano. Como en la película sorpresa de los últimos tiempos, ‘La llamada’, en la que dos directores gays, Los Javis, mezclan con cándido desparpajo la religión y el descubrimiento de la homosexualidad.
Una campaña busca sacar a la luz el maltrato en las parejas del mismo sexo
/in Agresiones, EL CORREO, España, Familia, HOMOFOBIA @es, Homosexualidad, Noticia @es /by EditoreaExigen una ley para erradicar una lacra que afecta a un tercio de las relaciones y que al menos derivó en 15 asesinatos en una década
Los primeros detalles del crimen de Priego se han conocido el mismo día que Colegas, una de las principales asociaciones LGTB españolas, ha puesto en marcha una campaña en las redes sociales para intentar sacar a la luz un grave problema, «oculto e invisible» para la mayoría de la sociedad, como es el alto porcentaje de violencia y maltrato en las parejas del mismo sexo.
El presidente de Colegas, Francisco Ramírez, alertó de que con la denominada «violencia intragénero» pasa algo muy similar a lo que ocurría en España antes de 2004, antes de que la ley integral contra el maltrato machista pusiese en marcha un cambio legal, policial y social que permitió contabilizar, al menos en parte, la magnitud de esa lacra y favorecer su denuncia y erradicación. En la actualidad, la violencia entre parejas o exparejas de gais y lesbianas tiene una dimensión desconocida, porque es una realidad social «oculta» y «un asunto tabú» incluso para la absoluta mayoría de víctimas, que no denuncian; porque el Ministerio del Interior no contabiliza los casos ni los investiga como delitos concretos; y porque no existe ninguna estructura social y asistencial para socorrer a los afectados y animarles a dar el paso y visibilizar su problema.
Pese a que no existen cifras oficiales de esta lacra, Ramírez indicó que los estudios realizados en Canada o EE UU señalan que entre el 30% y el 60% de las parejas homosexuales están afectadas por la violencia intragénero, con mayor propensión entre las lesbianas. La proporción la corroboró un estudio hecho en España por COGAM, que señaló que un 30% de los homosexuales encuestados admitió haber ejercido violencia sobre su pareja, con un 26,5% en el caso de los gais y un 33,85% en el de las lesbianas. Es una proporción incluso superior a la de la violencia machista, que la UE estima que la padecen en España el 22% de las mujeres de más de 15 años.
Colegas, según añadió su presidente, calcula por miles los casos de maltratos físicos y psicológicos, vejaciones o coacciones y tiene contabilizados en España, a través de las reseñas de prensa, hasta 15 asesinatos fruto de violencia intragénero en la última década, «aunque debe haber muchos más».
La campaña, titulada ‘El arcoíris no enmascara la violencia intragénero’, que quiere subrayar el maltrato oculto tras la imagen alegre y festiva del colectivo, busca concienciar a las víctimas y a la sociedad de la magnitud del problema y de la necesidad de denunciar, pide a Interior que individualice y cuantifique estos delitos, y, sobre todo, exige la elaboración de una ley contra la violencia intragénero, que la equipare con las medidas de protección y asistencia social a que tienen derecho las víctimas de la violencia machista. Quieren un teléfono específico para pedir ayuda, órdenes rápidas de protección y juzgados especializados, pisos de acogida, asistencia legal y psicológica, y ayudas sociales y a la inserción laboral.
Chantaje y homofobia
La psicóloga Mari Luz López, coordinadora del Centro LGTB de Madrid, señaló que la violencia intragénero, a diferencia de la machista, no está centrada en los roles de género sino en desigualdades de poder en la pareja basadas en cuestiones económicas, educativas, de raza o situación legal en España, salud, o edad, entre otras. Se manifiesta con vejaciones y ataques, como en las parejas de distinto sexo, y también busca minar, controlar y doblegar a la víctimas.
Sin embargo, explicó que hay dos tipos de violencias muy características de las parejas de gais y lesbianas. La primera, el chantaje y la amenaza de «sacar del armario a la pareja», como instrumento para lograr su control. Y la segunda, los ataques homófobos. Comentó que, debido a las agresiones y vejaciones que por su condición sexual ha sufrido desde la infancia, el agresor «proyecta toda su frustración en su pareja».
Check It: los homosexuales negros devuelven el golpe
/in Artículo, Cultura, EL MUNDO, HOMOFOBIA @es, Homosexualidad, Transexualidad, USA /by EditoreaLa vida no es fácil para la población negra de Washington D.C. La capital de EEUU tiene una de las mayores proporciones de afroamericanos de todo el país. Pero el racismo y la pobreza han creado una situación de desigualdad en la que florecen las pandillas y bandas criminales. Entre sus víctimas preferidas están los gays y transexuales, hasta el punto de que en los alrededores de la Casa Blanca se da el mayor porcentaje de ataques al colectivo LGBT de EEUU.
Hartos de la violencia, un día los homosexuales afroamericanos se organizaron, formaron su propia banda y empezaron a devolver los golpes. Se hicieron llamar Check It y su lucha por la dignidad ha inspirado un documental realizado por Dana Flor y Toby Oppenheimer que está disponible en España a través de Movistar+.
Producido, entre otros, por Steve Buscemi, y con el apoyo del controvertido Louis C.K., Check It cuenta la triple discriminación que viven los miembros de la pandilla: por negros, por pobres y por homosexuales. Rechazados por sus familias y por el resto de la sociedad, la prostitución es la única opción para sobrevivir.
Estas terribles circunstancias han hecho que tanto el rodaje de este trabajo como su financiación se convirtiesen en una odisea. “Nuestra película aborda muchos temas controvertidos, pero ésa es la clave”, explican Flor y Oppenheimer. “Como cineastas, nuestro primer instinto es entretener, hacer un trabajo convincente. Pero, al hacerlo, queremos descubrir y presentar puntos de vista alternativos. Eso significa a veces arrojar luz sobre temas difíciles, a veces incómodos. Creemos que el poder del cine es enorme y que puede plantear problemas que cambian la vida. Puede educar, inspirar el diálogo y ser un catalizador para el cambio“.
Los cineastas señalan que “la verdadera aceptación de las personas homosexuales y transgénero, especialmente las de color, todavía tiene un largo camino por recorrer”. Así, “puede haber nuevas legislaciones y programas de televisión muy populares, pero las estadísticas cuentan la verdadera historia. La mitad de los jóvenes sin hogar son LGBT. El 86% de los jóvenes LGBT son acosados en la escuela y el 42% viven en un ambiente hostil donde no son aceptados”.
Más que orgullo
Según Flor y Oppenheimer, “los problemas a los que se enfrentan los chicos de Check It y otros casos similares son urgentes. En su caso, defender lo que son es más que una cuestión de orgullo gay: es poner en riesgo sus vidas“.
Su situación se ve agravada por el hecho de que, “en muchos casos, en la comunidad afroamericana se ha condenado enormemente la homosexualidad, forzando a muchos a meterse más adentro en el armario”. La prostitución se ha convertido en habitual y los índices de infección por VIH tocan techo en Washington.
Lo que está en juego, añaden los directores, “es importante y algunos de los principales temas centrales de la película son oportunos y relevantes”. Por eso, “Check It trata de las consecuencias invisibles e indescifrables de la desigualdad racial, de género y de clase en este país, el campo de juego desigual y muchas veces implacable en el que nacen tantos estadounidenses, donde la esperanza es un rumor y la posibilidad de cambiar la dinámica existente son pocas y distantes”.
En ese sentido, el actual clima político de EEUU “hace que la vida de Check It y de personas como ellos sean mucho peores y más peligrosas”. Flor y Oppenheimer advierten: “El racismo, la homofobia, la misoginia, la xenofobia y el clima general de intolerancia que promueve la administración Trump dificultan a todos los estadounidenses y, en el fondo, a personas de todo el mundo. El único aspecto positivo de este fenómeno es que también nos ha inspirado a muchos de nosotros a organizarnos y luchar”.
Porque, lejos del dramatismo, Check It es un colorido canto a la vida y la diferencia. “Esperamos que después de ver la película la gente pueda simpatizar con una subcultura que probablemente no sabían que existía. Y esperamos que nuestra ayude a crear la voluntad de cambiar la forma en que tratamos a Check It y a los chicos como ellos. Su lucha se da no sólo en una pequeña pandilla en una ciudad, sino en todo el mundo“.
Además, los realizadores dicen estar “muy contentos de ver que los propios componentes de Check It viven cambios radicales: están creando su propio negocio y vendiendo su ropa en línea, y no sus cuerpos en la calle”, en definitiva, “cosas positivas que necesitan y merecen apoyo y recursos”.
El fenómeno no acaba en Washington: «Esperamos crear y llevar el modelo Check It a otras ciudades en todo el país con sus tiendas y negocios”, disponibles en la web checkitenterprises.com.
IGNA DE GOMAR PÉREZ «Ni hábito ni mantilla: “Para cantar saetas hace falta sentimiento, y a mí me sobra”
/in Artículo, Bizkaia @es, Cultura, EL CORREO, Entrevista, Euskal Herria @es, Homosexualidad, Religión /by EditoreaIgna de Gomar Pérez no tiene reparos en decir que la Semana de Santa de Bilbao le parece más «sosa» que la de su tierra. Claro que ella es de Vejer de la Frontera (Cádiz), donde el carnaval se vive al ritmo de las chirigotas y las procesiones al de las saetas, nada que ver con la contención que caracteriza estos pagos. Transexual por bandera, cambió su pueblo natal por Bilbao en 1978, cuando vino a trabajar a una sala de fiestas, el Variedades, se enamoró y echó raíces. Estrella del mítico Bataclán hasta que el edificio ardió por los cuatro costados en 1987, es testigo privilegiado del auge y caída de la calle Cortes, primero meca de los artistas y luego lumpen por obra y gracia de la droga, un tema en el que ella no desea entrar. «Tenías que ver cómo era esto. Cuando a Bilbao se le conocía por el color gris y el humo de las fábricas, Las Cortes era una isla de luz, llena de espectáculos y ambiente; los taxis haciendo cola del comienzo al final de la calle». El no va más.
«Cuando Bilbao era humo y fábricas, esto parecía una isla de luz; los taxis haciendo cola en la calle»
Siempre le gustó cantar saetas, «desde niña», y cuando llegó a Bilbao y conoció a las reinas del cabaret de finales de los 70 –Fina del Río, Manolita Quintero, Pepita Sevilla– que abrieron camino, algo se le removió dentro y decidió dar un paso al frente, «aunque al principio me ponía muy nerviosa y me faltaba el aire». Pero el destino estaba echado. Igna, que cantaba en directo, hablaba con el público y era cómica, no se cortaba ni con sierra, rememora mientras salen en la conversación nombres como Sara Montiel o Mari Fe de Triana. «Chiquilla, con esa voz que tú tienes que haces que no te han fichado para grabar un disco», le decía la sevillana cuando le cantó las ‘Cinco Farolas’.
La biografía de Igna daría para una enciclopedia. Artista del Bataclán, gerente del ‘Moulin Rouge’… «Me llamaban la ‘Giralda portátil’ –medía 1,97 metros–. A mí es que la altura me ha matado», suelta con una sonrisa que derrama un poco de tristeza y otro tanto de nostalgia. ¿Lo echa en falta? «Pues mira, no», dice con la certeza de quien sabe que cada cosa tiene su momento. «¿Conoces a la Divina Diva, de ‘La Tramoya’? Pues el año pasado le pasé el baúl entero con toda mi ropa. Es que somos muy amigas». Carretera y manta.
Se encoge de hombros cuando se le recuerda que dan mal tiempo para estos días. La Semana Santa es para ella «sentimiento, corazón y víscera», resume mientras se asoma al balcón enfrentado al de Vicente, otra leyenda del barrio. «No se puede cantar si no tienes algo dentro que sacar». Y susurra «Quisiera ser / quisiera ser golondrina / pa’posarme en el madero / pa’quitarle las espinas». El año pasado, los aplausos desbordaron los límites del barrio». Una paz enorme se dibuja en su cara mientras se asoma al balcón situado enfrente de ‘El Edén’ –otro imprescindible del barrio–, el mismo desde donde cautiva a sus incondicionales. «Porque te aseguro que mucha gente viene a ver al Nazareno, pero otros lo hacen para escuchar las saetas. Uno no se entiende sin las otras», apostilla orgullosa.
«Donde más fe se respira»
Y sí, Igna es muy religiosa. Tiene la casa llena de vírgenes y santos, «aunque no sea mucho de ir a misa. Eso sí, al Nazareno le visito con frecuencia». Cuando se le pregunta qué tiene la procesión de La Palanca contesta sin dudar que es «la más bonita de Bilbao, donde más fe se respira. No me imagino la Semana Santa sin ella. Aquí no sois tanto de saetas, por eso nosotras tenemos que hacernos fuertes». Lo dice sin arrogancia, pero convencida. «Mira, yo soy muy natural. No llevo mantilla, ni me pongo colorete o me pinto los ojos. Para cantar saetas no hace falta maquillaje ni hábito, sino tener sentimiento. Y a mí de eso me sobra».
Además, agradece los buenos momentos que le ha traído la vida y no se arrepiente de nada. «A mí me pusieron vagina con 20 años, ojalá hubiera sido antes, y aquí en Bilbao eso jamás ha sido un problema. Todos me quieren, me respetan. No tengo queja ni de los gitanillos del barrio. ¿Por qué iba a ser de otra forma? A Dios no le importa el sexo, sino el corazón de las personas, que se ayuden unas a otras».
«Orain lasai joaten naiz aldageletara»
/in BERRIA, Elkarrizketa, Euskal Herria, Transexualitatea /by Editorea- ATZEKOZ AURRERA. TEO VALLS. ‘DE BERTA A TEO’ DOKUMENTALEKO PROTAGONISTA
- Duela lau urte, bere trantsizio prozesua grabatu zuen; orain, uste du dokumental horrek ikusgaitasuna eman diola transexualitateari. Ikusezinen eremuan dago, baina dena erakutsi du.
Duela lau urte, gestalt terapeuta ikasketak bukatzeko, Teo Vallsek (Bartzelona, 1985) bere trantsizioa grabatzea erabaki zuen. Baina ez zen horretan gelditu, Irene Navascuesek lana dokumental bihurtu baitzuen: De Berta a Teo (Bertatik Teora). Hortik lortutako diruarekin egin zuen Vallsek bularrak kentzeko operazioa. Miran foroak Iruñera gonbidatu du filma aurkeztera.
Gidoirik gabe grabatu zenuten?
Dena lehenbizikoan grabatu zen, eta agertzen garen guztion zatia oso benetakoa eta jatorra da; beraz, ez da politikoki zuzena, emozionalki gizatiarra baizik. Nire ustez, horregatik ukitzen du jendea hainbeste.
Zer esan nahi du ingurukoak zure trantsizio prozesuari buruz solasean jartzeak?
Oso polita izan zen. Maitasun keinua da jendeak hainbeste sakontasun eta intimitate oparitzea, eta ikusi nuen lotura oso handia genuela, gertatutakoaz mintza gintezkeelako, beldurrez, ziurgabetasunez… Oso ezberdin bizi izan genuen.
Ezkutuan dagoen errealitate bat agertzeko balio dezake?
Dudarik gabe, laguntzen du, zenbat eta gehiago ikusi orduan eta gehiago onartzen baita, eta, horrela, errazago egiten dira trantsizio prozesuak, transentzat eta ingurukoentzat. Arrisku handia hartzen duzu biluzten zarenean, baina jarrera adoretsua da, era berean.
Nola bizi izan zenuen trantsizioa kameretatik kanpo?
Teo oso deliberatuta eta ahaldunduta ateratzen da dokumentalean, ilusioz gainezka. Uste dut hortik bizi izan dudala trantsizioa, barne bulkadatik. Neure burua zalantzan jarri dut; nire maskulinitatea hautatu dut, eta nire trantsizioaren protagonista izan naiz. Hori egia da, baina kontraesan eta frustrazio handiak izan ditut. Bidea beti ez da erraza izan, ingurukoek bete-betean babestu nauten arren.
Zein ziren zailtasunak?
Aldagelak, dokumentazioa, hormonak hartzeko zain egotea… Bestalde, identitate politiko bat utzi dut, lesbianarena, eta hori jende eta militantzia galera bat izan da. Maskulinitatea hautatzea ere bidaia bat da: jendeak gizon gisa tratatzea, eta horrek dakarrena. Kontent nago, baina kontraesanak ere izan ditut.
Zaila da ebakuntza gela batean sartzeko erabakia?
Bai, baina nire beldurra ez zen zer gertatuko ote zen; gehiago zen ez zegoela atzera egiterik.
Lau urteren ondoren, prozesu hura ezberdin ikusten duzu?
Orain dela lau urte, behar handia nuen trans gisa agertu eta hori aldarrikatzeko; orain, ez dit hainbesteko minik ematen noizbait femeninoan mintzo bazaizkit. Noski, nire identitatea indartsua da, ez da erraz kolokan jartzen. Ez dut beharrik trans naizela esateko; ezkutatu ere ez dut egiten, eta oso indartsua da ateratzen denean. Ebakuntzaren aurretik, aldagelak tentsiogune ziren; orain, kamiseta ez ezik galtzak ere kentzen ditut, eta dutxa hartu. Hori sekulako konkista izan da. Orain lasai joaten naiz aldageletara.
Transfobia bizi-bizirik dago; berriki Ekaik bere buruaz beste egin du. Zertan egin behar da lan?
Han edo hemen aurkitzen dudan transfobia ezjakintasun hutsa da. Egin daitekeena da ikusgai egin, ikusgai egin eta ikusgai egin. Bide hau hartzen duenak jakin behar du ez diola inori kalterik egiten, eta jendeak ez badu ulertzen, ez badu onartzen edo ez badio laguntzen, ez da zerbait pertsonala. Kontua da haiei gertatzen zaien zerbaiten ispilua zarela. Trans aferak gauza asko mugitzen ditu: generoa, sexualitatea… Horregatik sortzen ditu erantzun horiek: zure baitako zerbait zalantzan jartzen duelako.
Nola zabaldu genero binomioa?
Ez dakit. Generoarena da existitzen den harraparirik handiena. Askotan passing egin behar duzu lasai egoteko, baina kostu handia du, ezkutuan geratzen zarelako. Etsairik handiena da zure tokirik seguruena. Sinetsita nago jende trans gutxiago legokeela generoak ez balira hain zurrunak eta atzerakoiak, eta ez balego maskulinoaren eta femeninoaren arteko botere desoreka handirik. Neure buruari galdetzen diot transexualitatea gizon izateko barne desiratik datorren, edo horretara sarbidea izatetik. Zis gizonek ez dakizue, baina sekulakoa da maskulinitatera igarotzea, bat-batean pribilegioak dituzulako.
Sexu laguntzaile gisa ere aritu zara. Nola hasi zinen?
Egunerokoan, laguntzailea da elbarri den pertsona horren eskuak eta oinak. Zer pasatzen da sexualitatearekin? Galdera horrekin sexu laguntzaile izateko erosotasuna lortu nuen. Oso argi geratzen zen ez nintzela ez maitale eta ez prostituta.
Zergatik da garrantzitsua hori guzia zehaztea?
Horrek mugak jartzea errazten zidan, eta, bestalde, hori da modurik estrategikoena hau eskubide bat izatea nahi badugu. Ni ez nago prostituzioaren kontra, baina hortik banatuta errazagoa da laguntza mota hau diruz laguntzeko eskatzea.
LGTBI kolektiboa, psikiatriako gaietan
/in Askatasun sexuala, Berria, BERRIA, Euskal Herria, Gay, HOMOFOBIA, Homosexualitatea, Lesbianismoa /by Editorea
«Ondoeza». Sentimendu hori gailendu zitzaion Sara Olariaga sendagileari —Osakidetzan familia mediku izateko lanpostu bat lortzeko prestatzen ari da— osasun sare publikoaren lan eskaintzaren barruan psikiatriako gai zerrendaren berri izan zuenean. Izan ere, espezialitate horretako hainbat kideren bidez jakin zuen gai zerrendan bazela puntu bat —43. gaia, zehazki— honela izenekoa: «Paziente lesbiana, gay, bisexual eta transexualen tratamendua». Joera homosexualak era argian patologizatzen dituen atal hori barruan duen gai zerrenda otsailaren 7an Osakidetzako zuzendari nagusiak lan eskaintzarako oinarriekin onartutako ebazpenean agertzen da, hain justu. Horregatik erabaki zuen Olariagak abisu ematea: Euskal Herriko lesbiana, gay, transexual eta bisexualen Gehitu elkartera jo zuen, eta EAEko Arartekora ere bai. Gehitu-n, Jesus Estonbak hartu zuen abisua. Hark azaldu duenez, Olariagarena ez zen izan gai horri buruzko ohartarazpen bakarra, eta, gai zerrendako eduki hori «iraingarria» zela iritzita, Osakidetzan protesta egitea erabaki zuten: «Izan ere, halakoak gai zerrenda orotatik kanpo daude 1990eko hamarralditik».
Gehitu-k Eraberean zerbitzuaren bidez egin zuen kexua. Jaurlaritzak sustatutako sare bat da, diskriminazio mota oro saihestea duena helburu. Osakidetzak pazienteak artatzeko propio duen zerbitzura jo zuten, albistearen gaineko kezka erakustera, eta Estonbak adierazi du erantzuna «berehalakoa» izan zela. Kontatu du egun gutxiren buruan Osakidetzako zuzendariak berak telefonoz hots egin ziela: «Barkamena eskatu zuen. Onartu zuen hanka sartze bat izan zela, zenbaitetan inertziekin funtzionatzen dela, eta gai zerrenda hori berrikusteke zegoela». Idatziz ere horixe bera adieraziko ziela agindu zien, eta egun batzuen bueltan jaso zuten eskutitz bat, Maria Jesus Mujika Osakidetzako zuzendari nagusiak sinatua.
Gehitu-k seinalatutako gai zerrenda du hizpide gutunak, sexu eta genero identitate jakin batzuk patologizatzen dituen puntu hori: «Guztiz desegokia dela ulertzen dugu. Horregatik, kendu egingo dugu, eta aipatutako gai zerrenda zuzenduko dugu», dio gutunak. Idatziak onartu zuen gai zerrendak elementu «diskriminatzaileak eta patologizatzaileak» izan ditzakeela LGTBI kolektiboarentzat. Are gehiago: eskutitzean, Mujikak aitortu zuen gai zerrendan beste akats bat ere atzeman zutela, «berrikusketa» egitean. Zehazki, Haur Psikiatriarako gai zerrendako 21. puntua aipatu zuen. Hau zioen: «Sexu arteko ezberdintasunen eta sexu portaeren psikopatologia. Transexualitate eta transgenero egoerak». Gai hori zerrendatzea ere okerra zela onartu zuten idatzian. Bi puntuak erretiratzeko konpromisoa hartu zuten; alegia, bi gaiak «ezabatu» eta gai zerrenda berrentolatzekoa.
Barkamena eskatzea
Ondoren erantsi zituzten barkamen hitzak: «Era berean, adierazi nahi dizuegu sentitzen dugula sortutako ondoeza, eta erakunde publiko gisa konpromiso sendoa dugula tratu berdintasunaren aldeko eta diskriminazioaren aurkako printzipioekin. Esparru guztietan berdintasuna lortzeko oztopo guztiak kentzearen erantzukizuna hartu behar dugu, eta oraingo honetan diskriminazio zuzenaren aurka eta zeharkako diskriminazioaren aurka dugun konpromisoari balioa eman behar diogu». Martxoaren 6koa da zuzenketa gutuna. Estonbak adierazi du kexua egin eta berehala jaso zutela; aurretik, gainera, osasun sistema publikoko arduradunak telefonoz ere hots egin zienez, elkartekoak pozik daude emandako erantzunarekin. «Osakidetzak ongi erantzun du, eta azkar; txalogarria izan da izan haren portaera. Hitz onak baino ez ditugu». Martxoaren 14an argitaratu zuten zuzendutako gai zerrenda.
«Badakit Osakidetzak barkamena eskatu duela, eta haren erantzukizuna onartu duela», adierazi du Olariagak. Baina nabarmendu du garrantzitsua dela halakoetan erne egotea: «Milaka ekintzailek eta LGTBIQ+ taldeek urteak daramatzate salatzen medikuntza hedatu egiten dela gaixotasunekin zerikusirik ez duten bizitzako alorretara». Hain zuzen, heteroarautik irteten diren sexu eta genero identitateak eritasunen zerrendetan sartzen ziren garai batean: portaera okertzat jotzen ziren, tratatu beharrekotzat. Herrialde askotan iraganeko kontuak dira horiek beste hainbatetan zigortuta daude oraindik— , baina lagatako lorratza ez da guztiz desagertu oraindik.
Horregatik eragin du ezinegona akatsak. Olariagak berretsi du «hanka sartze handi bat» dela, eta «iraingarria»izan dela, segur aski presak eta behar adinako arretarik gabe jardun beharrak eragindakoa izan arren. «Bada garaia gure inguruan antzematen ditugun tratu txar edo diskriminazioen kontra altxatzeko eta asaldatzeko». Deitoratu du sexu joerak «diagnostikatzeak» ondorio larriak izan ditzakeela, eta horren kontrako aldarriak ozena izan behar duela: «LGTBIQ+ pertsonek urte ugari daramatzate haiek katalogo batean ez sartzeko eskatzen. Instituzio medikoek ezarritako etiketa edo definizio orotatik kanpo egon nahi dute, eta aske autodeterminatzea nahi dute; autodeterminatzeko eskubidea izan nahi dute, modu horretan bakarrik errespetatuko eta babestuko baita haien pluraltasuna».
Retiran de la OPE de Osakidetza un tema que «patologizaba» al colectivo LGTBI
/in EL CORREO, Euskal Herria @es, HOMOFOBIA @es, Homosexualidad, Noticia @es, Transexualidad /by EditoreaPerteneciente a la sección de Psiquiatría, se titulaba ‘Tratamiento de pacientes lesbianas, gays, bisexuales y transexuales’
Osakidetza ha retirado de la sección de Psiquiatría de su última Oferta Pública de Empleo (OPE) un tema titulado: ‘Tratamiento de pacientes lesbianas, gays, bisexuales y transexuales’, después de que tres personas expresaran su malestar por un supuesto «planteamiento ‘patologizante’» del colectivo LGTBI.
Según informa la Asociación de Gays, Lesbianas, transexuales y Bisexuales de Euskadi, Gehitu, recientemente la Red para la Igualdad de Trato y No Discriminación del País Vasco, de la que forma parte, recibió una llamada telefónica en la que tres ciudadanos expresaban su «malestar» por «algunos de los términos» de la citada OPE. «En base a dichas demandas -añade el comunicado-, Gehitu estableció contacto con el Servicio de Atención al Paciente y Usuario de Osakidetza (SAPU)» con el fin de plantear este asunto y «solicitar una reunión».
Gehitu recuerda que poco después, el pasado día 2, la directora general de Osakidetza, María Jesús Gemma Múgica, se puso en contacto con esta asociación excusándose «por el hecho». «Unas disculpas que posteriormente fueron remitidas por escrito» el pasado 7 de marzo en un texto que también daba cuenta de «la inminente revisión del texto de la OPE para realizar las correcciones pertinentes», tras lo que la modificación «sería publicada nuevamente a través del Boletín Oficial del País Vasco (BOPV)» . No obstante, «finalmente, el asunto fue retirado del temario de la sección de Psiquiatría» con publicación en el citado boletín del pasado día 14.
Tras estas modificaciones, Gehitu agradece ahora, en un comunicado, «las gestiones realizadas, tanto por parte del SAPU como de la Dirección General de Osakidetza», así como las, «sumamente rápidas y acertadas», gestiones realizadas.
Brasil llora por una mujer negra, lesbiana y feminista
/in Agresiones, América latina, EL PAIS, HOMOFOBIA @es, Homosexualidad, Lesbianismo, Mujer, Noticia @es /by EditoreaEl clamor por su asesinato ha convertido a la activista brasileña en un tótem
Los tiros que mataron a Marielle Franco el 14 de marzo, en Río de Janeiro, atravesaron más que su cuerpo. Contra las expectativas de quienes la ejecutaron, las balas alcanzaron la ley no escrita de que los negros pueden morir. Siete de cada diez personas asesinadas en Brasil son negras. Marielle, de 38 años, sería una más en desplomarse sobre el asfalto, sin sonido ni lamento. Pero no lo fue. Esta vez, el clamor por la muerte de una mujer negra, lesbiana y feminista ha provocado una ruptura. El cuerpo destrozado de Marielle Franco se ha convertido en un tótem. Y, como tótem, vive.
Su muerte ha traspasado la barrera de la normalidad de un asesinato negro, y este traspaso solo ha sido posible por su vida. Por su vida la mataron. Y por su vida sus asesinos no podrán matarla.
Al hacer de su vida una excepción, Marielle denunció la deformidad de lo normal. Nació en la favela y consiguió llegar a la universidad. Fue madre adolescente y crio a su hija sin tener que convertirse en mujer de traficante. Era lesbiana y luchó contra la homofobia.
E hizo algo todavía más peligroso para quienes quieren mantener sus privilegios intactos: Marielle reventó el discurso de que el voto no tiene valor y que la democracia ya no puede responder a los anhelos de la ciudad. Probó que la política sigue siendo un instrumento poderoso para rechazar destinos determinados y recuperar la capacidad de imaginar un futuro donde todos quepan.
Marielle demostró que los cuerpos negros pueden ocupar la ciudad en otra posición. La quinta concejala más votada en Río por el PSOL, un partido de izquierdas, luchaba por las mujeres de la favela y los derechos humanos. Marielle pertenece a la generación que está reinventando la democracia en Brasil. Una osadía en un país donde el proceso democrático se corrompe sistemáticamente.
El genocidio negro es un golpe que se reedita desde hace siglos en Brasil. Dos días después del asesinato de Marielle, a un bebé negro le volaron la cabeza en un supuesto intercambio de tiros con la policía de Río. “¡Parad de matarnos!”, decía el cartel que llevaba un niño de 11 años en la última manifestación en São Paulo. Al querer recolocar a Marielle en el lugar destinado a los negros, tumbados en el asfalto, Brasil ha descubierto que los negros no volverán a los barracones.
A Marielle Franco la asesinaron casi un mes después de iniciarse la intervención federal en Río, dando el mando de la seguridad al Ejército. Pero la única intervención legítima es la suya, un desgarrón en la estructura racista de Brasil: con su vida, Marielle creó un cuerpo que ya no puede asesinarse.
Migrantes y ‘disidentes’ sexuales: “Nuestros cuerpos hackean al Estado racista español”
/in Artículo, Cultura, EL DIARIO, España, Homosexualidad, Libertad sexual, Sexualidad, Teoría Queer /by Editorea- En el Día Contra el Racismo hablamos con Migrantes Transgresorxs, un colectivo de personas racializadas con diversas orientaciones sexuales e identidades de género
- Su activismo se centra en la lucha contra el racismo y la LGTBIfobia, discriminaciones que sufren a diario: “Soy trans y soy migrante, y recibimos doblemente esa violencia”
- Exigen medidas específicas para el colectivo y trabajan para visibilizar la realidad de las personas migrantes en los espacios LGTBI, formados en su mayoría por personas blancas
Son las ocho de la tarde y, dentro de una de las naves del centro cultural Matadero de Madrid, un grupo de jóvenes ultima los detalles de las actividades que preparan para el próximo fin de semana. Varias fotos de personas racializadas y algunos carteles hechos a mano decoran el espacio. “Lo queer no te quita lo racista”, reza uno de ellos. “No esperaban que sobreviviéramos”, dice otro.
Aquí se reúne cada semana Migrantes Trangresorxs, un colectivo de personas racializadas y migrantes con diversas orientaciones sexuales e identidades de género que luchan contra el racismo y la LGTBIfobia. Una “doble discriminación” que, insisten, les afecta de forma “específica” por el hecho de ser migrantes y racializadas, y por ser trans, lesbianas, gays, bisexuales o no identificarse con los conceptos tradicionales de hombre y mujer.
“Nuestro cuerpo es una intersección, yo no puedo separar una cosa de la otra: soy trans y soy migrante, está unido en una sola vivencia y recibimos doblemente esa violencia sobre nuestros cuerpos”, explica Yos Piña, activista del colectivo. “Pero nuestros cuerpos también hackean el género construido por los blancos, las leyes que nos apresan y las estructuras del Estado racista español”.
“Dentro de los grupos alternativos se nos invisibilizaba”
A su lado está Alex Aguirre, quien llegó a España después de años ejerciendo el activismo con personas trans y lesbianas en Ecuador, su país de origen. Este impulso, dice, está en el origen de este grupo del que hoy forma parte. “Cuando llegué, me di cuenta de que no había espacios para trabajar específicamente migraciones y LGTB. Me iba a espacios blancos LGTB, pero no se trataba: era parte de la agenda, pero no había presupuestos, ni gente que lo trabajara”, relata.
Así nació Migrantes Trangresorxs en 2010. “Decíamos: ‘¿Dónde se reúne la gente?’ Teníamos esta necesidad personal y política, y comenzamos a reunirnos. Y ya son años”, sostiene. Quimy/Leticia Rojas, también procedente de Ecuador, asiente y apunta que el antes y el después lo marcó un encuentro feminista que tuvo lugar en 2009. “Dentro de los grupos alternativos se invisibilizaba totalmente el tema de las personas migrantes. Esto fue un punto de inflexión para pensar por qué no se visibilizaba nuestro discurso, a pesar de estar allí”, relata.
“Parece que los migrantes no tenemos un activismo político crítico, lo que por un lado nos enfurecía, y también nos empujó a hacer algo en estos contextos de personas LGTBQ blancas y locales, y generar una posición crítica y transgresora”, agrega.
Se autodenominan “disidentes sexuales” porque tratan de desmontar, dicen, la identidad y la orientación sexual “hegemónicas”.”La heterosexualidad es un invento colonial, así como la separación que Occidente generó entre salud y enfermedad, o delito y no delito. Antes de la llegada de los conquistadores, en Abya Yala [América] existían multitud de prácticas sexuales y de identidades que no respondían al binomio hombre-mujer o masculino-femenino, como los enchaquirados en la zona de Ecuador”, explica Francisco Godoy, activista.
También rechazan la idea de que se fueron de sus países de origen en busca del denominado “sueño europeo”. “A veces dicen que venimos de países pobres, precarios, que venimos huyendo de que nos maten, pero no es verdad. Ecuador, por ejemplo, es muy adelantado”, sostiene Aguirre. “Tenemos derecho de estar acá y en cualquier otra parte del mundo”, apunta Piña.
“Exigimos al Gobierno que nos reconozca”
Así, uno de sus principales objetivos es combatir la imagen “victimista” y homogénea que a menudo, indican, se da de la comunidad migrante, y reiteran que no quieren que hablen por ellas, que son ellas las protagonistas de su lucha, en la que ponen sobre la mesa demandas específicas, como poder decidir su nombre.
Esta ha sido una de sus campañas más recientes: que las personas trans migrantes no tengan que tener la nacionalidad española, tal y como estipula la ley, para poder cambiar su nombre en su documento de identidad (NIE) sin esperar los dos años exigidos de hormonación y médicos y un certificado de disforia de género.
“Exigimos al Gobierno que nos reconozca. Las personas migrantes tienen que obtener primero la nacionalidad española para poderse cambiar de nombre, y eso, añadido a los dos años que tienes que hormonarte, se demora cinco o diez años”, apunta Aguirre. “Diez años con todas las trabas administrativas y burocráticas, y soportando toda la violencia racista y tránsfoba”, coincide Piña.
Aguirre, según cuenta, se llama Álex en Ecuador, donde pudo cambiar su nombre, pero en sus documentos españoles figura otro, su “nombre anterior femenino”. “Acá llegué con el nombre de Álex, me lo cambiaron en el NIE y cuando pasé a tener la nacionalidad, el juez me dijo que no cumplía las leyes establecidas de sexo y género, que había una confusión. No me quiso poner Álex”, asegura.
Esta traba, según relata, ha marcado su día a día en España. “Hay personas con dos o tres hombres. En mi país me llamo como un hombre y acá tengo otro. Cuando viajo tengo que estar con los dos pasaportes”. Y cuenta que el día anterior a la entrevista, sin ir más lejos, en una visita al médico, el doctor le llamó a la consulta preguntando “¿Dónde está esta señorita”. “Lo dijo en medio de 20 personas y yo no alcé la mano. Cuando me tocó entrar, le dije que estaría bien que llamaran por los apellidos”.
“Hay gente muy cercana que no acepta que es racista”
Con su activismo, no solo se centran en la comunidad LGTBI, sino que denuncian el “racismo estructural” que, a su juicio, sufren las personas migrantes y racializadas en España. “La Ley de Extranjería es una cárcel, porque marca la muerte social de las personas que no tienen papeles. Diariamente nos tenemos que enfrentar a la inexistencia. Mi nombre es Yos, pero al no tener un documento que te valide para alquilar una habitación o tener un trabajo, no existes”, asegura.
Si tiene que pensar en cómo les afecta el racismo y la lgtbifobia a diario, Aguirre no duda. “Sales a la calle con miedo a que te peguen. Yo a veces paso desapercibido por ser chico, pero igualmente me han pegado porque reconocieron que era trans. Hay mucha violencia todavía en la calle contra las personas trans, seamos racializadas o no”.
También empujan para que este discurso esté presente en otros espacios formados en su mayoría por personas blancas que reivindican los derechos LGTBI. “Es importante visibilizarnos, dar constancia de nuestra existencia. Siempre tratamos de imponernos, porque el tema migrante cuesta. Damos a conocer que sí hay racismo, porque no se reconoce que existe a nivel estructural, que hay esta idea de que lo blanco es lo mejor. Hay gente muy cercana, a la que quiero mucho, que no acepta que es racista. Que me dicen: ‘El racismo lo tienes en tu cabeza’. Tenemos un fuerte trabajo por hacer”, esgrime Aguirre.
Para su compañeras, este es a menudo un trabajo “invisible” que requiere un gran esfuerzo. “Nos vemos obligadas a estar constantemente reflexionando y generando una estrategia para explicarlo. El racismo es tan fuerte que es ciego, las personas blancas no tienen la capacidad de verlo hasta que no se lo pones enfrente y se lo explicas”, critica Rojas.
Para combatirlo, trabajan con otros colectivos antirracistas de Madrid y grupos migrantes LGTBI de otros puntos del Estado, como Barcelona o País Vasco. En todos estos años han organizado encuentros, debates, talleres y todo tipo de actividades. La próxima, ‘La cancha es nuestra’, será este domingo en el barrio de Lavapiés, con una exposición de fotografías y conciertos organizados junto a otros colectivos como Kwanzaa, Efae y Alianza por la Solidaridad. En él también rendirán homenaje a Mame Mbaye, el mantero fallecido el pasado jueves en Lavapiés.
Cada vez, dicen, son más. “Y vamos a seguir, porque esto también es lo que nos da vida. Seguir luchando”, anuncia Aguirre. “Son espacios para pensar nuestra realidad y afianzar los lazos para resistir y ver cómo solucionar nuestros problemas diarios. Ha sido lindo, porque permite saber que no estamos solas, que somos muchas y tenemos muchas estrategias para resistir, sobre todo con toda esta avalancha racista efervescente en Europa”, opina Piña.
“Que Europa esté llena de negros y migrantes es hackear la ‘blanquitud’: agrietarla y decir que existimos y sobrevivimos. Y no esperaban que sobreviviéramos”, sentencia.