EL PAIS: Conchita, algo más que una ‘drag queen’ provocadora

Thomas Neuwirth creó el personaje por la intolerancia que padeció al desvelar su homosexualidad

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Conchita Wurst, a su llegada a Viena tras ganar Eurovisión. / GEORG HOCHMUTH (EFE)

Conchita Wurst es un delicado personaje femenino que nació en las montañas de Colombia y creció en Alemania. Tiene ojos grandes y melancólicos, luce una hermosa melena oscura y una barba postiza que le cubre las mejillas y el mentón, a modo de adorno provocador y simbólico. Thomas (Tom) Neuwirth, autor de la biografía de Conchita, dos corazones palpitan en mi pecho, nació el 6 de noviembre de 1988 en Gmunden, vive en Viena e hizo pública su homosexualidad a los 14 años y al mismo tiempo, buscó el éxito en el mundo de la música.

Bendecido con un gran talento musical, Tom logró saborear las mieles del éxito en 2006 al participar en el programa de televisión Starmania, pero su fama se disparó cuando decidió crear en 2011 a Conchita Wurst, el personaje que lo ha convertido ahora en un héroe en su país y en un abanderado de la tolerancia tras ganar Eurovisión con un himno al derecho de ser sexualmente diferente: Rise like a Phoenix.

El triunfo fue algo más que un número extravagante de un travestí provocador y con buena voz. Su presentación fue un acto político que convirtió al joven artista en una figura mediática europea, adorado en su país y en todo el mundo gay del continente, pero odiado en Rusia, donde Vladímir Putin nunca ha escondido su homofobia y donde el político nacionalista Vladjmir Zhirinovsky admitió ante la televisión estatal rusa que el triunfo de Conchita significaba el “fin de Europa”. “Nuestra indignación no tiene límites. Hace 50 años, el ejército soviético ocupó Austria. Su marcha fue un error, debería haberse quedado”, añadió.

“La tolerancia no tiene fronteras. También en Rusia hay lugares donde soy muy bienvenida”, dijo Conchita Wurst al recordar que su actuación recibió de ese país cinco puntos, una clara demostración de que en Rusia también hay gente que piensa diferente. “Esta noche está dedicada a todos los que creen en la paz y la libertad. Somos una unidad”, añadió al saberse ganadora, sin poder contener las lágrimas. “Fue también una victoria para toda la gente que cree en un futuro que puede funcionar sin discriminación y exclusiones”.

“Gracias a Conchita Austria ha ganado una imagen nueva, la imagen de un país tolerante”, escribió el periódico Kurier, al valorar la dimensión que tuvo el triunfo de la cantante en Copenhague. “Es un mensaje de tolerancia dirigido a Putin”, anotó el periódico Kronen Zeitung, mientras que el presidente de Austria, el socialdemócrata Heinz Fischer, hizo saber que el triunfo de Conchita Wurst, además de ser una victoria para Austria, era un triunfo de la diversidad y la tolerancia en Europa. “El que ella dedicara su victoria a todos aquellos que creemos en un futuro de paz y libertad la hace doblemente valiosa”, escribió el presidente en Facebook donde también colgó una foto con ella.

El triunfo de Conchita Wurst, cuyo apellido significa “salchicha” pero que también puede significar, según la pronunciación, “indiferente”, tiene sus raíces en la televisión publica austríaca ORF, que hizo posible que ya se postulara como candidata a Eurovisión en 2012. Pero ese año, al igual que ahora, su presencia despertó la furia de la extrema derecha de Austria, que calificó como “ridícula” su participación e insinuó que Thomas Neuwirth tenía problemas psiquiátricos.

En vísperas del nuevo concurso, las críticas contra Conchita aumentaron, pero la ORF defendió públicamente su decisión de elegir a la cantante como representante de Austria y lanzó una campaña en defensa de la tolerancia.

“Conchita nació a causa de la intolerancia que sufrió Tom cuando era un joven adolescente”, señala una breve biografía escrita por Tom sobre su personaje y él mismo. “Por eso, creó una mujer con barba. Como un catalizador para la discusión sobre términos como otrosnormales”. “Lo único que cuenta es el ser humano”, escribió Tom/Conchita. “Cada uno debe poder vivir su vida como la considera correcta, mientras no le cause daño a nadie”.