EL MUNDO: ¡Hagan caso a los adolescentes con VIH!
INFECCIOSAS Nuevas guías de la OMS
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Dos millones de jóvenes de entre 10 y 19 años conviven con la infección
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Muchos no reciben ni el diagnóstico, ni los tratamientos ni el apoyo necesarios
La Organización Mundial de la Salud ha dado la voz de alerta ante un grupo de población especialmente vulnerable al VIH: los adolescentes, como el organismo define a los seropositivos de entre 10 y 19 años. En un comunicado de prensa, ha advertido de que más de dos millones de adolescentes conviven actualmente con la infección y muchos de ellos no reciben el tratamiento y el apoyo que necesitan para mantenerse con buena salud y, sobre todo, prevenir la transmisión (el riesgo se reduce casi a cero cuando la persona infectada tiene la carga viral indetectable por tomar tratamiento). Además, alerta la nota, millones de individuos de este grupo tiene un alto riesgo de infección.
Para la OMS las cosas no se están haciendo bien. “El fracaso a la hora de proveer de servicios efectivos y aceptables en el campo del VIH a los adolescentes ha resultado en un incremento del 50% en las muertes asociadas a sida en este grupo, en comparación con la reducción del 30% observada en la población general entre 2005 y 2012″.
Por esta razón, la OMS ha publicado unas recomendaciones tituladas VIH y adolescentes: guía para la prueba del VIH y el consejo y el cuidado para adolescentes con la infección.
Situación en España
En España, aunque la situación dista de ser igual, los adolescentes también son un grupo especialmente vulnerable a la infección por VIH, como confirma la investigadora en el Hospital General Universitario Gregorio Marañón María Ángeles Muñoz, experta en el manejo del VIH en niños. Muñoz señala que hay que distinguir entre dos grupos de adolescentes: los niños que adquirieron el VIH por transmisión vertical (a través de sus madres) y ahora han llegado a la adolescencia (algunos son incluso adultos) y los que adquieren el virus en la misma adolescencia por sus conductas de riesgo.
Para Muñoz, la ciencia es clara al afirmar que en este grupo poblacional “hay más conductas de este tipo” y que, por lo tanto, los adolescentes se infectan más que los adultos. Esta especialista cree que la educación sexual y la prevención en los niños es básica para evitar esta tendencia y aboga además por mejorar el acceso a las pruebas del VIH en este grupo de edad, ya que en algunos casos y edades los jóvenes tienen que pedir el permiso de los padres para realizársela.
A los otros adolescentes, los que han convivido toda su vida con el virus, también les afectan problemas cuando alcanzan la ‘edad del pavo’. Según Muñoz, uno de los principales es mantener la adherencia al tratamiento ya que, a esa edad, “se sienten ya hartos” y la tentación de dejar las pastillas es grande. Por esta razón, la investigadora participa en un estudio dentro de la red europea PENTA (siglas en inglés de Red Europea Pediátrica para el Tratamiento del Sida).
El trabajo, bautizado como Breather y que aún no ha comenzado, evaluará una estrategia para que los chavales puedan descansar dos días -“los que salen”, dice Muñoz-, del tratamiento y solo tengan que tomarlo cinco a la semana.
También les cuesta a estos adolescentes, como a todos, la prevención sexual. “Hablamos con los padres para abordar cómo decirles que usen preservativo y que, en algún momento más pronto que tarde, tendrán que decir a sus parejas que son seropositivos. Antes nos ayudaban psicólogos pero, con la crisis su financiación cada vez es más complicada”, explica la especialista.
Al final, señala Muñoz, los chavales se conciencian de la importancia del uso de preservativos y de no transmitir el VIH. De hecho, los momentos más gratificantes para esta médico y bióloga son los que le ofrecen aquellos niños que ya han crecido y han salido adelante, llegando incluso a tener hijos nacidos libres de VIH.