EL MUNDO: El tiempo de eyaculación, una cuestión cultural

SEXUALIDAD Aspectos médicos y culturales

  • El tiempo de eyaculación estipulado ‘normal’ varía según países

  • Antes, ser eyaculador precoz era considerado un signo de virilidad

  • En España un 20% de los hombres tiene esta afección

Se estima que en España un 20% de los hombres tienen eyaculación precoz, es decir, eyaculan rápidamente, sin control alguno y produce problemas de gran impacto psicológico tanto en el hombre como en su pareja. Se trata de una disfunción sexual que afecta tanto a mayores y a jóvenes. Pero, ¿qué tiempo de eyaculación debe considerarse ‘normal’? ¿Cuándo estaríamos ante una disfunción sexual de este tipo? Este y otros aspectos relacionados con esta disfunción fueron expuestos recientemente en Programa Científico del III Foro Nacional de Salud Sexual celebrado recientemente en Santander. El tiempo de latencia intravaginal eyaculatorio (IELT) se define como el número de segundos/minutos entre la penetración vaginal y la eyaculación. Como se ha demostrado en diferentes estudios, este tiempo varía según el país, es decir, la duración ‘normal’ es diferente en función de donde se viva. Por ejemplo, según explica Antonio Fernández Lozano, urólogo y andrólogo de la Fundación Puigvert, en Turquía se considera normal unos 3,5 minutos, en España, 5,8 (aproximadamente lo mismo que en Francia o Italia), y en Inglaterra, 9. Según un estudio en el que fueron consultados miembros de la Society for Sex Therapy and Research de EEUU y de Canadá, en el que se les pidió que cuantificaran lo que es adecuado, deseable, muy corto o muy largo al hablar de tiempo de latencia intravaginal eyaculatoria, estos expertos etiquetaron los 4,91 minutos como tiempo ‘adecuado’, 8 minutos como el ‘deseable’, 1,25 minutos como un tiempo ‘muy corto’ y 19,96, como ‘muy largo’. Pero, ¿son aplicables los conceptos y criterios de terapeutas sexuales de dos países al resto de la humanidad? Los factores culturales, religiosos y sociales juegan un papel muy importante, no es lo mismo, por ejemplo, en países donde no se tiene en cuenta el disfrute sexual de la mujer. ¿Cuándo hablamos de EP? Teniendo en cuenta esta variabilidad intercultural, ¿hay un criterio común para la eyaculación precoz? En el Congreso de Salud Sexual celebrado en Lisboa en 2007, se estableció que “el 93% de las personas con esta disfunción eyacula antes de un minuto”, afirma Fernández Lozano. Al tiempo hay que unir la falta de control y la aparición de sentimientos como tensión, angustia y ansiedad en el varón y en su pareja. De hecho, “es una de las causas de hostilidad, insatisfacción y hasta de rupturas dentro de una pareja”, comenta. La prevalencia de este trastorno, según estudios nacionales e internacionales, se sitúa entre un 20-25% de la población masculina, lo que significa que “uno de cada cuatro o cinco hombres pueden tener alteraciones del control eyaculatorio en un momento determinado de su vida sexual”, mantiene Carlos San Martín, médico, sexólogo y coordinador del Centro Interdisciplinar de Psicología y Salud, CIPSA de Santander. Fundamentalmente, la eyaculación precoz es una conducta y, como tal, puede cambiarse. Para ello, existen tratamientos farmacológicos y terapias de tipo conductual. “Actualmente, la eyaculación precoz tiene solución a través de fármacos y consejo o terapia sexual, por lo que el paciente debe buscar la ayuda de su médico de atención primaria o del especialista en sexología o andrología”, sostiene San Martín, con lo que consultar problemas estos problemas es fundamental. “Se deben consultar estos problemas, pero también los médicos tenemos que preguntar por ellos, pues forman parte de nuestra salud y de nuestra calidad de vida”, añade Fernández Lozano. Antes, era un signo de virilidad Hace tan sólo unos años la eyaculación precoz no era considerada como una disfunción sexual, sino como un signo de virilidad. Sin embargo, a partir de los años 60 y 70, con los estudios de investigadores como Masters y Johnson entre otros y con la liberación sexual femenina, las cosas empezaron a cambiar porque la mujer empezó a ser dueña de su sexualidad y a disfrutar de la misma forma. Según cuenta Fernández Lozano, “antes la mujer era considerada un objeto de deseo sexual y no un sujeto sexual, por lo que hasta ese momento, eyacular de forma precoz era estimado como un signo viril, ya que sólo era el hombre quien ‘podía’ disfrutar del sexo”. El problema de la eyaculación precoz empezó a evidenciarse, sobre todo, con la aparición de los fármacos para tratar la disfunción eréctil. “A raíz de haber resuelto los problemas de erección, se empiezan a consultar otros problemas sexuales”, dice el experto. Así, la eyaculación precoz es hoy la segunda disfunción más frecuente en nuestro país, después de la disfunción eréctil. Sin embargo, “todavía se consulta poco, aunque cada vez se hace con más frecuencia, y no debemos olvidar que la salud sexual es algo clave”, comenta. Según un estudio realizado por este facultativo en 2004 sobre cuáles eran los factores más importantes de intervención en la satisfacción sexual, los hombres señalaron que lo más importante para ellos era “conseguir satisfacción”, mientras que las mujeres dijeron que “tener un juego preamatorio” era fundamental. El factor de “experimentar placer” fue considerado de forma parecida por hombres y mujeres, dando una puntuación de 8,9 y 8,1, respectivamente. De este modo, insisten ambos expertos, es fundamental tratar los problemas de salud sexual porque forman parte de la calidad de vida del individuo. “Es importante que la población masculina sepa reconocer con naturalidad la posibilidad de desarrollar a lo largo de su vida algún tipo de disfunción sexual y que busque ayuda médica lo antes posible, porque no suelen ser problemas que se resuelvan por sí solos”, concluye San Martín.