EL MUNDO : Despedido de una ONG antiexclusión por iniciar el proceso de cambio de sexo

Nuevo Futuro Sirio echa a un trabajador tras conocer que estaba hormonándose

 

daniel roman

Daniel Román, con la denuncia que ha presentado. | Bernardo Díaz

El 15 de agosto, nada más volver de vacaciones, sin margen de reacción, a Daniel Román le despidieron de la ONG Nuevo Futuro Sirio, que se encarga de tutelar a los niños y adolescentes que salen del Instituto del Menor para su reinserción en la sociedad. Daniel es enfermero, y dice que nunca había tenido ninguna queja de sus superiores desde que entró a trabajar en febrero de 2011.

«Estaban muy contentos con mi trabajo, hasta que yo no dije nada todo iba bien», afirma Daniel, que para «evitar que le llegaran rumores a la directora», decidió contarle él mismo que estaba en medio de un proceso de cambio de sexo. Aquello fue en el mes de noviembre de 2012.

«Yo estaba hormonándome ya, aunque siempre mi manera de vestir fue como la de ahora, masculina, llevaba esta ropa (vaqueros, camiseta de deporte) y el pelo corto», relata Daniel, que le explicó a la directora del piso de reinserción donde trabajaba que dentro de poco iba a afrontar la última parte del proceso, que debía culminar con el cambio de nombre en el contrato (de Natalia a Daniel).

Desde entonces, todo fueron problemas. «Me dijeron que como eran niños [tienen entre 10 y 17 años] que tenían la salud mental débil no podrían afrontarlo», explica Daniel, al que la dirección, en repetidas ocasiones, le ofreció que se cogiera «una excedencia de un año» o «una baja laboral».

«Me sentía acosado, sentía que tenía que ir con mil ojos, y yo sólo quería seguir con mi trabajo», asegura el joven, de 25 años, que se sorprendió de que algo que no era extraordinario para los niños –«ellos han visto los cambios y en ningún momento han cambiado su relación conmigo»– no lo fuera para los adultos.

Tras volver de vacaciones de verano, le despidieron argumentando, según la carta de la que le hicieron entrega, que «habían constatado la indisciplina o desobediencia» en su trabajo y «una disminución continuada y voluntaria» de su rendimiento.

«Me llegaron a decir que no daba el perfil psiquiátrico, nunca había tenido problemas, ¿qué pasa? ¿qué ahora con las hormonas se había borrado el título de enfermero?», se pregunta el afectado, que, ayudado por el sindicato UGT y por la diputada socialista Carla Antonelli, ha presentado una denuncia «por vulneración de los derechos fundamentales». Tras un acto de conciliación en el que las dos partes mantuvieron sus posturas, el juicio se celebrará los próximos meses.

‘Nocturnidad y alevosía’

«Le despidieron con nocturnidad y alevosía, en pleno puente, intentando evitar cualquier tipo de reacción. Es un caso de discriminación de libro, sobre todo con todas las pruebas que hay; Daniel no tiene abierto ni un solo expediente por su trabajo», denuncia Antonelli.

La diputada ha registrado una pregunta en la Asamblea de Madrid porque la ONG «tiene un concierto público por el que recibe 1,3 millones de euros de la Comunidad para dos pisos tutelados y está vulnerando el artículo 14 de la Constitución, que dice que no puede haber discriminación por razón de nacimiento, raza, sexo, religión».

En contacto telefónico con este periódico para conocer su versión, en la ONG sólo han respondido: «No hablamos de ese tema».