EL CORREO: La versión gay de ‘Sexo en Nueva York’.Carrie es un señor con bigote

Por qué tienes que ver ‘Looking’, la serie de la HBO protagonizada por tres tíos que buscan tíos

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Juntos pero no revueltos, los tres tipos de ‘Looking’ se dan mucho amor.

Carrie Bradshaw es un señor con bigote. Dom -no conviene confundir con el ‘Mad Men’ Don Drapper, macho alfa por excelencia del mundillo seriéfilo- no vive en un estudio de aire vintage en Nueva York: comparte piso en San Francisco. No colecciona zapatos carísimos diseñados por un tal Manolo: es adicto a las apps para encontrar sexo. Tampoco firma una aborrecible columna no apta para diabéticos: es camarero y anda algo obsesionado por montar un negocio de ‘Peri Peri Chicken’, un “delicioso pollo portugués”. Como el personaje que fagocitó a la glamurosísima Sarah Jessica Parker, el señor con bigote anda preocupado por su edad, por no encontrar a su alma gemela y por todas esos asuntos que atribulan al ser vivo moderno medio. Y, siendo honestos, hasta aquí llega cualquier coincidencia entre ‘Sexo en Nueva York’ y ‘Looking’ más allá de que las dos son series alumbradas por la factoría HBO, esa suerte de churrería de la ficción de calidad.

En lugar de exitosas abogadas con inseguridades varias, pijas pijísimas y sofisticadas devoradoras de hombres con evidente adicción al fornicio, la ‘pandi’ de ‘Looking’ se reduce a tres dispares treintañeros, con el mentado señor con bigote al frente (Murray Barlett, de ‘Damages’), Patrick (Jonathan Groff, visto en ‘Glee’), un diseñador de videojuegos que carga con una mochila hasta arriba de citas decepcionantes, y Agustin (Frankie J. Álvarez, de ‘Smash’), un bohemio artista cubano entregado en cuerpo y alma, sobre todo en cuerpo, a retratar los encuentros sexuales de un escort (el chapero cañí de toda la vida) con sus clientes.

Mariquitas castizos

A pesar del envoltorio, de las esporádicas escenas de sexo y del periplo por saunas y garitos de todo pelaje de sus personajes, sería demasiado facilón catalogar a ‘Looking’, que ya se ha ganado una segunda tanda de episodios, como una serie exclusivamente gay. Resulta mucho más interesante acercarse a ella sin la máquina de etiquetar en ristre. Al fin y al cabo, se acerca más a eso que Lena Dunham llama ‘historia generacional’ -“quiero ser la voz de mi generación”, dice el personaje que protagoniza la chiquilla en ‘Girls’- que a un folletín voyeur sobre la sodomía.

La ficción de HBO, que en España se emite esta noche en Dual en Canal+Series, consigue que hasta un enamorado convencido de Marion Cotillard, un tipo que pierde los papeles cuando Sofía Vergara enseña escote (o sea, siempre), pueda empatizar con las historias que acaecen a sus personajes, unos tipos que tienen más bien poco que ver con el arquetipo de mariquita castizo que se empeñan en explotar las series patrias, de ese desatado y atorrante Fidel de ‘Aida’ al amanerado Mauri de ‘Aquí no hay quien viva’. Igual es ahí donde reside el interés de esta ficción. Porque, sí, ‘Looking’ es mucho más que la versión gay de ‘Sexo en Nueva York’.