EL CORREO: La activista que aprendió en la Universidad que era lesbiana
Boti García Rodrigo (Madrid, 1945) salió tarde del armario. Pero lo hizo con todas las de la ley, con la fuerza que da saber que la suya es una causa por la igualdad, por la libertad, dos de esas palabras que debieran estar esculpidas en mármol cada vez que salen de unos labios. “Siempre tuve pluma. Pero no supe que lo mío se llamaba ser lesbiana hasta la Universidad”, confiesa esta activista “tardía, pero muy intensa”, según su propia definición, que ayer asistió a un hecho insólito. Hasta ahora. Boti García fue recibida por los Reyes de España. En su condición de presidenta de la Federación Estatal de de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (FELGTB), asistió en el Palacio del Pardo a la recepción a la que don Felipe y doña Letizia invitaron a más de 350 representantes de organizaciones sociales de diverso tipo. Toda una novedad y un símbolo de cambio. El acto tenía por objeto reivindicar su labor que, en palabras del nuevo jefe del Estado, “merece ser más conocida y reconocida”.
“Los Reyes nos han recibido en su primera semana (de reinado), mientras que la vicepresidenta del Gobierno ni ha contestado las dos veces que hemos pedido reunirnos con ella”, explicó Boti García. “Para nosotros es muy importante que el jefe del Estado nos reciba y poder pedirle que defienda los derechos de los homosexuales dentro y fuera del país, porque ser homosexual incluso es motivo de pena de muerte en algunos lugares”, añadió, no sin antes admitir su sorpresa por la invitación.
“Hemos sentido que nuestro mensaje ha sido escuchado y recibido”, declaró visiblemente satisfecha Boti, una histórica del movimiento y una de las cabezas visibles de sus reivindicaciones durante las últimas décadas. En los tiempos no muy lejanos en los que la homosexualidad era perseguida como un delito y en los nuevos, los actuales, en los que las leyes han avanzado, aunque en algunas mentalidades aún pervivan los residuos del pasado.
Licenciada en Filosofia y Letras en la Universidad Complutense de Madrid de mediados de los sesenta, en la que además de estudiar aprendió lo que era la realidad y la política “a fuerza de correr delante de los grises”, Boti García ejerció la docencia durante más de diez años. Ahora es funcionaria pública. Su trabajo le permite “vivir en lo material”. Su militancia en el movimiento, “sobrevivir en el ámbito vital”. Candidata por Izquierda Unida y Equo en varias citas electorales, le alegra contar que está divorciada de Beatriz Gimeno, expresidenta de la FELGTB. ¿El motivo? “Porque eso quiere decir que pude casarme, como cualquier otra”, explica. Mantiene una excelente relación con su expareja -confiesa-, sigue la telenovela ‘Amar en tiempos revuletos” porque le deja “como nueva” y es muy activa en Twitter, donde se describe como “una oveja negra desde edad temprana”. Eso sí, su rebaño twittero cuenta con más de 3.800 seguidores.
Acoso homófobo
Entre sus frentes abiertos figura el respeto a la diversidad sexual en el ámbito educativo. “Las aulas no son seguras para los menores y adolescentes de nuestro colectivo. No están en una situación de tranquilidad, están sufriendo. Hay miedo a salir del armario y hay acoso homófobo”, aseguró hace tres meses en la inauguración del curso de la Universidad de Salamanca. La forma de superar esta realidad, añadió, es “no teniendo miedo, afrontándola y restituyendo la asignatura que en su día se cargó el señor Wert, Educación para la Ciudadanía”.
La veterana activista también está comprometida con los derechos de los ancianos gays. Reclama para ellos residencias especificas, “donde puedan vivir más a gusto, en espacios con mayor libertad”. “Hay muchos mayores que, al ingresar en residencias dirigidas por monjas o por la iglesia, se ven obligados a volver al armario, cuando tendrían que seguir viviendo en libertad”, defiende. Pese a los avances, cree necesario seguir batallando contra la “derecha intransigente” y los reductos homófobos que perviven “en toda la sociedad”, incluida la izquierda. “Tenemos que luchar contra la gente rancia”, suele decir. Su aspiración ahora es que los Reyes “lleven más allá del simple protocolo” la “defensa proactiva” de los derechos humanos del colectivo que representan. Afronta una nueva etapa en el activismo social a la que se enfrentará siguiendo los dos lemas que han regido su vida. El vital, “para vencer la adversidad hay que creer, sonreír y luchar” y el activista, “tenemos que seguir defendiendo lo obtenido y luchando por lo que falta” .
Boti García asistió a la recepción de los Reyes junto a José María Núñez Blanco, presidente de la fundación Triángulo, que defiende la igualdad de gays, lesbianas y transexuales, la misma que hace unos años protestó en público por un libro en el que la periodista Pilar Urbano ponía en boca de la Reina Sofía que está en contra de que se llamara matrimonio a las uniones entre parejas del mismo sexo. Sin embargo, a doña Letizia la ven “como a una mujer de su tiempo”. “Es de agradecer el interés, la empatía y la receptividad de los Reyes, especialmente de la Reina”, apuntó ayer Núñez, que no dudó en regalar a los Monarcas unos cuentos infantiles que educan en tolerancia hacia el colectivo homosexual para que se los entregaran a sus hijas, la Princesa Leonor y la Infanta Sofía.