DEIA: Cuando ser homosexual se considera un delito
MIENTRAS en Europa el más alto tribunal de la Unión Europea (UE) acaba de dictaminar que los estados miembros que no permitan casarse a las parejas homosexuales deberán concederles los mismos derechos si celebran una unión civil, en otros lugares del mundo la situación de este colectivo es cada día más difícil. De hecho, en casi 80 países se siguen criminalizando las prácticas homosexuales y en cinco de ellos la pena de muerte continúa en vigor,
En efecto, el pasado lunes día 13 el presidente de Nigeria, Goodluck Jonathan, aprobaba una ley que prohíbe el matrimonio entre personas del mismo sexo, que será castigado con catorce años de prisión para cada miembro de la pareja. Además, cualquier persona que muestre en público, de forma directa o indirecta, una relación homosexual será condenada a diez años de cárcel, según la nueva legislación. El Gobierno de Lagos seguía así el ejemplo de otro país africano, Uganda, que a finales del pasado mes de diciembre daba luz verde una ley todavía más dura ya que castiga con cadena perpetua las prácticas homosexuales en el país. Además prohíbe cualquier promoción de comportamiento gay y castiga incluso con la cárcel a las personas que no lo denuncien en caso de saberlo. Es más, en el borrador, la norma llegó a incluir la pena de muerte.
En efecto, mientras en Occidente el matrimonio homosexual sigue el camino de Holanda, el primer país en permitir la unión entre personas del mismo sexo, en otros se sigue una auténtica cruzada.
Latigazos, prisión, cadena perpetua e incluso pena de muerte. Estas son algunas de las penas previstas en al menos 78 países por mantener una relación homosexual, gracias a leyes que criminalizan las relaciones consensuales del mismo sexo entre adultos, según el informe más reciente de ILGA, la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transexuales y Personas Intersex. Los castigos van desde latigazos en Irán, prisión en Argelia y cadena perpetua en Bangladesh hasta la pena capital en Irán, Mauritania, Arabia Saudita, Sudán, Yemen o la ya nombrada Uganda.
A los ejemplos anteriores hay que añadir la decisión del Tribunal Supremo de India que también en los últimos días de 2013 restablecía la ilegalidad de las relaciones sexuales entre homosexuales, cuatro años después de que fueran despenalizadas, en una medida calificada de paso atrás en las libertades en la mayor democracia del mundo. El Tribunal Supremo indio anulaba así una sentencia del Tribunal Superior de Nueva Delhi que legalizó la homosexualidad en 2009, al considerarla “constitucionalmente insostenible”, y afirmó que el Parlamento puede considerar la opción de enmendar el Código Penal. El máximo organismo judicial de Nueva Delhi ya había dictaminado hace cuatro años que el artículo 377 del Código Penal violaba varios artículos de la Constitución al penalizar los actos sexuales consentidos entre adultos. Este artículo, una ley británica de 148 años, que data de la época victoriana, considera ilegal “las relaciones carnales contra el orden de la naturaleza” -entre ellas las homosexuales-, y las castiga con hasta diez años de prisión.
Casi al mismo tiempo, el Tribunal Superior de Australia anulaba una ley similar en el Territorio de la Capital del país, que incluye a Canberra, por considerarla inconstitucional. Según el fallo de la máxima instancia judicial, la legislación aprobada en octubre pasado por el Gobierno regional es inconsistente con la Ley Federal de Matrimonios de 1961 y, por lo tanto, es contraria a la Constitución. La decisión, que anula la ley del Territorio de la Capital Australiana, implica la anulación de los matrimonios de la treintena de parejas homosexuales que se habían casado.
Abusos y ataques en África
“Los ataques y la persecución a homosexuales en el África subsahariana son cada vez más visibles, la homofobia está alcanzando niveles peligrosos”, denunció Amnistía Internacional en su informe de junio 2013 sobre la criminalización de este tipo de relaciones en la región titulado Transformando al amor en un crimen. “En muchos casos los ataques han sido alentados por políticos y líderes religiosos”, agrega el documento. Las relaciones entre adultos del mismo sexo son un crimen en 40 países de África, y Liberia también estudia proyectos de ley para endurecer las penas.
“En Camerún, las personas son arrestadas con frecuencia luego de ser denunciadas a las autoridades por ser gay o lesbianas en base a su apariencia o rumores. Algunos individuos fueron encarcelados hasta durante tres años sin proceso judicial o cargos en base a esas denuncias”, dice el informe. Exdetenidos dijeron a Amnistía que fueron golpeados con frecuencia y sometidos a “procedimientos invasivos como exámenes anales forzosos”. Incluso en aquellos países en los que las leyes de criminalización no suelen ser aplicadas hay frecuentes abusos, como extorsión a homosexuales para evitar castigos.
también en américa En el continente americano la lista de países que penalizan incluyen a Barbados, Belice, Granada, Guyana, Jamaica y Trinidad Tobago. Incluso en países que permiten el matrimonio homosexual como Uruguay hay denuncias de ataques y abusos. Un caso que preocupa especialmente a las organizaciones internacionales de derechos humanos es Honduras. En 2013 más de 186 homosexuales fueron asesinados en el país centroamericano y la mayoría de los crímenes no fueron castigados. La intolerancia contra homosexuales va creciendo a nivel mundial.
Por último, en Rusia, una ley promulgada por el presidente Vladimir Putin acaba de prohibir lo que califica como “propaganda” homosexual. El mandatario ruso sostiene que su polémica ley que tantas protestas ha generado e incluso exhortaciones al boicot de las Juegos Olímpicos de Invierno ue Rusia organiza en Sochi, prohíbe solamente “la propaganda de relaciones no tradicionales entre minorías”.
Alega también que “no transgrede los derechos de las minorías sexuales” e insistió en que las leyes europeas que permiten el matrimonio entre homosexuales contribuyen a la caída de la población. Al mismo tiempo, desde el verano, el gobierno ruso ha paralizado las adopciones con los países que permiten el matrimonio gay hasta que existiera un acuerdo que garantizara que los niños no serían criados por homosexuales. El Gobierno español del Partido Popular, que recurrió el matrimonio homosexual ante el Tribunal Constitucional, ha aceptado esta premisa para desbloquear la adopción de niños rusos.
Y es que al mismo tiempo que se votan reformas en Europa, en América del Norte, Sudáfrica y América Latina, en otras zonas se desarrolla una homofobia política y una homofobia de Estado en nombre de una identidad cultural que acrecienta el rechazo y el endurecimiento de las penas contra las prácticas homosexuales.