Apoyo definitivo al inicio inmediato del tratamiento contra el VIH

 

Lo ha dicho el New England Journal of Medicine y lo ha hecho en uno de los congresos médicos más importantes sobre la especialidad: la conferencia mundial de la Sociedad Internacional sobre el Sida, que se celebra estos días en Vancouver (Canadá). A partir de ahora, la ciencia apoya lo que especialistas como Julio Montaner llevan poniendo -precisamente en un distrito de la ciudad canadiense- en práctica muchos años: que el recuento de linfocitos T CD4 no influya a la hora de decidir administrar la medicación antirretroviral contra el VIH y que está se ponga en marcha en cuanto se detecte carga viral.

El estudio que ratifica esta opción, denominada START, ha contado con la participación de 4.685 pacientes de 215 centros de 35 países. “La importancia de España ha sido importante”, recalca uno de los autores, el investigador de la Fundación Lucha contra el Sida Josep María Llibre. El médico catalán reconoce que la idea no es nueva pero que la conclusión del trabajo es “el dato que faltaba”para completar una recomendación que no está pautada así por las principales sociedades médicas.

“En España, el Grupo de Estudio del Sida (GESIDA) deja libertad para empezar a tratar cuando se quiera pero, hasta ahora, afirma que no hay suficiente evidencia clínica para recomendar el inicio cuando hay 500 o más CD4 por milímetro cúbico de sangre, por lo que no hay una práctica clínica común”, comenta a ELMUNDO Llibre.

Sin embargo, en algunos casos sí había una recomendación en este sentido. Desde que un estudio en The Lancet demostrara que el tratamiento prácticamente disminuía a cero el riesgo de transmisión del virus, la terapia se recomendaba a las personas seropositivas con parejas discordantes y a aquellos con actividad sexual de riesgo, con independencia de sus CD4, explica Llibre.

El especialista señala que, desde que se comprobó la eficacia en el control de la infección de la primera combinación de terapia antirretroviral, tanto médicos como pacientes han tratado de buscar“un balance entre toxicidad y beneficio”. “Pero cuando se discutía la opción de empezar inmediatamente, no se disponía de un argumento científico de mucha fuerza, que es lo que aporta este estudio”, apunta.

El siguiente paso, que apoya la publicación del trabajo en una revista de la magnitud del NEJM, es que los distintos organismos científicos recomienden iniciar la terapia nada más detectarse carga viral. “Esto no afectaría a los controladores de élite, uno de cada 300, ya que ellos -aún infectados y sin tratamiento- tienen carga viral indetectable, por lo que no participaron en el estudio”, aclara Llibre.

Así, la OMS será la que tenga que dar el siguiente paso para la implementación de esta nueva práctica clínica que, lógicamente, será más complicada en los países de menos recursos.