EL MUNDO: Falleras lesbianas
OPINION el ruido de la calle . RAÚL DEL POZO
Se espera un millón de visitantes a la apoteosis de la pólvora, pero en Valencia, donde enseguida tuvo éxito ‘El Quijote’, no han querido quemar a don Miguel de Cervantes. Se salvará de la Cremà como ‘ninot indultat’. Las Fallas -petardos, ostentosidad kitsch, ritual de arroz, caracoles y garrofón- se celebran en honor de san José, patrón de los ebanistas. Ausiàs March, nacido en Gandía en 1400, escribió: “La carn vol carn, no s’i pot contradir”. La carne quiere carne, su apetito domina sobre el hombre.
Este año, la mascletà de la lujuria, la traca, estaba envuelta en el traje regional. La foto de dos lesbianas falleras, María Jesús Ramírez (transportista en paro) y Amparo Albiach, pareja en la vida real, besándose, publicada en la portada de la revista EGF, ha provocado más morbo que si las chicas hubieran posado desnudas. Nada de porno lésbico: tradición, liturgia folclórica y delicadeza es lo que ha tenido impacto.
Lo descubrió Ruano en estas mismas costas un verano: después de ver tantas mujeres desnudas, lo que le excitaba era verlas vestidas.
El beso de dos valencianas de muchos moños, manteletas, delantal y peinetas tiene una explicación, según la revista: “Valencia es la ciudad de la fiesta y siempre ha sido una ciudad bastante, bastante gay”. Hay muchas guías gay, hoteles, saunas y sitios de encuentro, como The Kôde o Som com Som, pero estos chicos que presumen de modernos han descubierto el Mediterráneo.
La homosexualidad estuvo sacralizada en las orillas de este mar 600 años antes de Jesucristo. Lesbos, la décima musa, pequeña y oscura como un ruiseñor, fue adorada como diosa.
Esteban González Pons, el hombre a la espera, el brillante político aún virgen de cartera, ha vuelto a la ciudad prohibida y está muy contento porque ha visto salir el sol en el mar. No quiere decirme si prefiere ir en la lista de las europeas o ser ministro de Agricultura, así que le pido opinión sobre las lesbianas. Le parece bien. “O las fiestas son una válvula de escape o son un rito de adulación a las autoridades”.
Me recuerda que el acto central de las Fallas es la ofrenda a la Mare de Déu dels Desemparats, como desagravio a las ofensas de la Guerra Civil. “La ceremonia fue impuesta por un arzobispo. Creo que hay que despojar la fiesta de caspa y de servidumbres institucionales”.
Una vez quemaron un ninot con el rostro de Jean Fuster y ahora, tantos años después, Valencia nos trae a la memoria ‘Las flores del mal’: “Lesbos, donde los besos, lánguidos o incendiados / cálidos como soles, frescos como sandías”.