Una farmacéutica aumenta un 5.500% el precio de un medicamento clave contra el sida
La nueva empresa ha argumentado que tiene que “conseguir beneficios” después de desembolsar 55 millones de dolares para comprar los derechos de Daraprim. Ha pasado de costar 13.50 dólares a 750
El Daraprim es un medicamento que se ha podido adquirir y utilizar durante 62 años para la cura de afecciones parasitarias como la toxoplasmosis. Por si fuera poco, es un elemento crucial en la lucha contra el sida. Desde su creación su precio ha sido asequible para todos, pero de repente, sin previo aviso, su coste se ha incrementado un 5.500%. Ha pasado de costar 13,50 dólares a 750.
Martin Shrekli, de 32 años y propietario de Turing Pharmaceuticals, adquirió el medicamento a través de la compañía por 55 millones de dólares. Una vez en sus manos, subió el precio. “Esto no va de una avariciosa compañía farmacéutica tratando de sacarle los ojos a los pacientes, sino de nosotros intentando mantenernos en el negocio”, ha declarado el empresario al ‘New York Times’, en un intento por explicar tan desproporcionado incremento. Asimismo, ha opinado que las pastillas estaban por debajo del precio que debería.
Las palabras de este joven venido de los fondos de alto riesgo ha provocado una ola de indignación en las redes sociales. La repercusión ha sido tal, que hasta la candidata demócrata a la Casa Blanca Hillary Clinton ha mostrado su oposición frontal.
Ante tal polémica, la farmacéiutica se ha visto obligada a dar un paso atrás. Según ha informado la CNBC -artículo también compartido por Clinton-, la compañía de Shrekli ha anunciado que abaratará el precio del medicamento, aunque no ha especificado el precio final. “Hemos reaccionado. Hemos cometido algunos errores tratando de hacer entender a la gente las razones por las que habíamos tomado esa decisión. Lo más lógico es bajar los precios en respuesta de toda es ira que hemos recibido”, ha comentado el empresario.
Martin Shkreli ya se vio en una situación similar hace un año, cuando trabajaba como director general de la también farmacéutica Retrophin. Siguiendo la misma jugada, compró el medicamento Thiola, utilizado para tratar una enfermedad renal incurable, y quiso multitplicar su precio por 20. El comité directivo de la empresa le despidió por hacer un uso inapropiado de los fondos de la compañía.