Maiatzaren 17a dela etako Amnesty International-Euskadik antolatutako prentsa-aurrekoan parte hartu du Ehgamek, beste taldeekin batera
/in EHGAM Berri, Euskal Herria /by Editorea
MAIATZAk 17, NAZIOARTEKO HOMOFOBIAREN AURKAKO EGUNA dela eta, Ehgamek eta beste hainbat elkartek elkarreteratzera deitzen dute
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/in Sin categoría /by EditoreaGARA; ¡QUE SE VAYA A LA ANTÁRTIDA, POR FAVOR!
/in Sin categoría /by EditoreaServidora no es especialmente aficionada a seguir ese espectáculo cutre que llaman Eurovisión, pero allá cada cual con sus gustos. Más de una conocida se pasó el sábado noche pegada a la tele para ver si la representante hispana hacía el ridículo una vez más. Cuentan las crónicas periodísticas que al final ganó una artista a la que sus padres pusieron por nombre Tomás pero que ella prefiere llamarse Conchita. Hasta aquí todo correcto, pero el hecho ha servido para que el incalificable Xavier Horcajo sacara lo peor de sí mismo, y tiene de dónde sacar, en su última columna en «La Gaceta». Atención a lo que sigue, porque es de lo más vomitivo que se ha escrito en mucho tiempo. La joya comienza con este párrafo: «Es terrible. Una sencilla trampa marketinera aprovecha lo políticamente correcto en Europa y gana la eurovisión un austriaco que se llama Tomás Neuwirth pero se hace llamar Conchita Wurst. En Austria nadie se llama `Conchita’. Es igual. Además él reconoce que le gusta el uso argentino de la palabra (allí se usa por órgano sexual femenino). El supuesto apellido Wurst, `salchicha’, quizá sea más austríaco, con permiso de Sisi. Usa ropa, imposta voz y lleva joyas femeninas, pero no tiene pecho y su `salchicha’ sigue donde la puso la madre naturaleza, esa gran perdedora en la Eurovisión». Como han visto, la estupidez llevada a la máxima expresión. Pero descuiden, porque en el siguiente párrafo es donde el seudoperiodista da la medida: «Si un `travelo’ inconcluso gana como el gran artista `transgénero’ cantado mal, que es de lo que se trata, es porque tiene una cerrada barba masculina bajo unos ojos con pestañas marquesina y rimel a saco. Puedo entender que los austriacos, listos como para vender al mundo que Hitler era alemán y que Beethoven era austríaco, estén fascinados por la barba a lo Arda Turán. Al fin y al cabo ya se fascinaron con el bigote cómo de Adolf. Pero que Europa entre en trance con Conchita Wurst, un fraude musical para presumir de tolerancia, merece buscarse otro continente para vivir. ¿Esta Europa es la que queremos construir el día 25? `¡Joder que fiasco!’». Pues sí, este es el nivel que gastan en la derechona. Puestos a buscar otro continente para vivir, podía irse a la Antártida. Pronto.
DEIA: El triunfo de la ‘mujer barbuda’ aviva el debate sobre los derechos de los homosexuales
/in Sin categoría /by Editorea- logra que cale el mensaje de tolerancia
- El Gobierno de Austria se plantea empezar a legislar ya sobre temas como la adopción o el matrimonio gay
El triunfo de Conchita Wurst en Eurovisión ha traspasado las fronteras de lo musical y ha avivado el debate sobre los derechos de los homosexuales en Austria, hasta el punto de que parte del Gobierno quiere empezar a legislar ya sobre temas como la adopción o el matrimonio gay.
VIENA. De momento, Conchita, el “alter ego” de Tom Neuwirth, un cantante homosexual de 26 años, ha logrado que cale el mensaje de tolerancia y respeto que su apellido artístico (“da lo mismo” en alemán austríaco) proclama.
Tanto, que la cantante será recibida con todos los honores este domingo por el mismísimo canciller federal, el socialdemócrata Werner Faymann, y ofrecerá luego un concierto gratuito al aire libre frente a la Cancillería, la sede del Gobierno austríaco.
Pero estar tan bien valorada no ha sido nada fácil para Conchita. Según los datos de una encuesta que publica la revista “News”, antes del concurso el 46 por ciento de los austríacos aseguró no sentirse orgulloso de la candidata enviada a Eurovisión.
Ese porcentaje bajó al 29 por ciento tras el triunfo, pero un 80 por ciento cree que Conchita le hace bien a la imagen del país.
Desde su victoria con la canción “Rise like a Phoenix”, los medios de comunicación austríacos no dejan pasar un día sin traer a la nueva estrella a sus programas y portadas.
La elevación de Conchita al nivel de “heroína nacional” es especialmente patente en la prensa más amarilla y populista, donde la defensa de los derechos de los homosexuales hasta ahora no solía encontrar cabida en la línea editorial.
“Gracias a la señora Wurst: Ahora más derechos para los homosexuales”, ha titulado por ejemplo el diario “Österreich”.
El partido socialdemócrata SPÖ, que gobierna junto con los democristianos del ÖVP, quiere aprovechar el triunfo de Eurovisión para presionar a sus socios a que accedan a una serie de reformas legales que mejoren la situación de los homosexuales en el país.
El SPÖ plantea tres cuestiones: la adopción de niños por parte de parejas homosexuales; el derecho a la fecundación artificial para mujeres lesbianas; y la equiparación legal completa de las parejas de hecho con los matrimonios convencionales.
Desde el ÖVP, que hasta ahora ha bloqueado una legislación más liberal al respecto, la reacción ha sido cauta sobre los plazos pero a su vez bastante más abierta de lo habitual.
“No tengo ningún límite que poner a esto”, ha declarado el jefe del partido y vicecanciller, Michael Spindelegger, sobre la posibilidad de equiparar legalmente a las parejas homosexuales.
La propia ministra de Familias, la también conservadora Sophie Karmasin, ha reconocido que el triunfo de Conchita es una señal de que hay que “discutir sobre la igualdad” y supone un empuje a la apertura del debate político.
Que eso ocurra está en manos del ÖVP, asegura Kurt Krickler, miembro de la directiva de la “Iniciativa Homosexual de Austria”.
Este histórico militante de los derechos del colectivo LGTB en Austria opinó en declaraciones a Efe que el éxito de Conchita supondrá más un “cambio de conciencia” en la sociedad que un impacto inmediato en la política y las leyes.
Con todo, Krickler estima que el furor en torno al éxito de Conchita, incluso en la prensa más populista, puede abrir un debate interno en el ÖVP sobre si negarse a cuestiones como el matrimonio gay atrae o no a los votantes.
Más claro lo ve la cabeza de lista de Los Verdes austríacos para las elecciones europeas el 25 de mayo, Ulrike Lunacek, una lesbiana declarada, que el domingo pasado reconoció haber “llorado lágrimas de emoción” por la victoria de Conchita.
Su triunfo en Eurovisión es “una muestra de que la gente está más avanzada de lo que cree las leyes en muchos países”, manifestó la eurodiputada este miércoles en rueda de prensa.
Según Lunacek, su partido atiende con más credibilidad el tema de los derechos de los homosexuales.
Se refirió a numerosas propuestas presentadas al Parlamento Europeo como el reconocimiento de la igualdad para las parejas homosexuales más allá de las fronteras nacionales.
Hasta ahora, estas iniciativas apenas recibían respuesta de los demás partidos, algo difícil de sostener en estos días, al menos en Austria, tras la victoria de Conchita en Copenhague.