«La curación del sida es una cuestión de tiempo y dinero»
«Estamos a la cabeza de nuevas infecciones en Europa occidental, pero también la investigación», dice el doctor Bonaventura Clotet Sala, el médico que atendió el primer caso en España
El doctor Bonaventura Clotet Sala (Barcelona, 1953) formó parte del equipo de médicos que, en octubre de 1981, atendió al primer enfermo de sida en España. Desde entonces, sus esfuerzos se centran en encontrar la cura y la vacuna que acabe con el virus que hoy, tan sólo en España, afecta a más de 130.000 personas. Estuvo en Madrid para hablar, entre otras cosas, de la ‘Gala Sida’ que se llevará a cabo el próximo 29 de noviembre en el Wizink Center (antiguo Palacio de los Deportes de Madrid), encabezada por el cantante Miguel Bosé y amadrinada por su colega Mónica Naranjo. El objetivo es recaudar fondos para contribuir al desarrollo de la investigación contra la enfermedad.
«Cuando pedimos dinero, siempre digo que la sociedad tiene que entender que gracias a lo que se ha progresado en el sida, hoy se cura la hepatitis y estamos avanzado mucho en el conocimiento del papel del microbioma intestinal, en el envejecimiento, en la resistencia de antibióticos. La gente, cuando estigmatiza y dice ‘no voy a ayudar al sida porque esto es de cuatro pringaos’ tiene que pensar que no es así, porque la investigación está ayudando a toda la sociedad», explica este hombre enjuto, de gafas finas, canas bien peinadas, aficionado a la música clásica y padre de dos actores (Aina y Marc Clotet) que fue jugador de tenis y ahora acostumbra correr todas las mañanas. «Hoy he ido al Parque del Retiro y me ha encantado verlo tan cuidado», cuenta una mañana soleada antes de pedir una caña en la terraza de un bar del centro de la capital española.
«España está a la cabeza de nuevas infecciones en Europa occidental, pero también lidera la investigación», dice de entrada el médico que ha sido pionero en el uso de combinaciones farmacológicas y en la lucha contra la aparición de las resistencias a los fármacos.
En 1992, Clotet creó la ‘Fundación Lucha contra el Sida’ y después fundó el primer laboratorio de retrovirología, que hoy es la ‘Fundación IrisiCaixa’. Ambas se encuentran en el Hospital Germans Trias i Pujol de Badalona y en ellas trabaja un equipo de 120 personas. «Después de años de investigación hoy tenemos las estrategias para acabar con el sida. Y todas se persiguen al unísono, porque son imprescindibles y se complementan. Pero cada paso son millones de euros y unos plazos de experimentación clínica inevitables. No podemos hablar de fechas. La curación del sida es una cuestión de tiempo y dinero», afirma. Pero también hace referencia al principal obstáculo en la recaudación de fondos para la causa: «Hace falta una ley del mecenazgo que ayude, porque la de ahora es ridícula. En Francia la desgravación es del 60% para empresas y del 63% para particulares; en España es del 30% y del 33%».
Dice que ha intentado acercarse a Amancio Ortega, el hombre más rico de España, para pedirle un sustancioso donativo, pero hasta ahora no ha logrado hablar con él. «Hay un grupo de protección que te hace difícil llegar a una persona clave como él. Lo cual es normal, mucha gente puede ir a pedirle dinero y se expone a recibir una especie de avalancha. Pero, a reserva de personas de su nivel económico, considero un deber moral que toda la sociedad contribuya la investigación».
«Reeducar» el sistema inmunitario
Cada semana, el doctor Clotet se reúne con su equipo para intercambiar ideas, sugerencias y coordinar nuevas acciones. Si la lucha para acabar con el sida es lenta es porque «está causado por un virus muy complejo». «Muta continuamente, infecta unas células y éstas se convierten en factorías de más virus. Hay células aparentemente normales pero que guardan un ‘alien’ que puede despertar. Por eso el enfermo no debe interrumpir el tratamiento, a pesar de que al tomar la medicación se sienta bien», explica.
En otros países hay más científicos tratando de vencer la enfermedad y, según Clotet, entre unos y otros hay más colaboración que competencia. «Uno siempre sueña con ser el mejor, pero si no hay colaboración no hay una buena investigación. Todos debemos estar en contacto», sostiene.
Hasta ahora, el avance que ha tenido más impacto en su laboratorio son los beneficios que representa un trasplante de célula ósea en algunos enfermos de sida. «Parece ser que en personas trasplantadas ha disminuido muchísimo todo el reservorio viral que se esconde en algunas células y que, de pronto, despierta para atacar a otras. Pero el trasplante de célula ósea no puedes hacerlo como terapia porque tiene un riesgo importante y, además, no estaría justificado pues hoy, con la medicación, una persona puede vivir sin grandes complicaciones. Pero es verdad que se trata de estrategia de gran impacto».
También se han dado cuenta de que es posible «reeducar» el sistema inmunitario. «Lo que hemos elaborado es una vacuna que permite reconocer las áreas que son atacadas y limpiarlas. Pero al final siempre despiertan las células infectadas que permanecían dormidas y, prácticamente, tenemos que volver a empezar. Y hasta que no eliminemos ese reservorio no habrá curación».