EL PAIS:Mikel Rueda dedica su película ‘A escondidas’ a Álex Angulo
El fallecido actor tiene un papel secundario en el film que se estrena este viernes
Álex Angulo tiene en A Escondidas un papel secundario —que no pequeño— de esos por los que se destacó en su carrera. Al actor bilbaíno, fallecido el pasado 20 de julio en un accidente de coche, le dedica su paisano, el director Mikel Rueda, su segundo largometraje, rodado íntegramente en Bilbao y que se estrena este viernes 10 de octubre en los cines españoles.
La película fija su mirada, sin embargo, en una historia muy distinta, el romance entre Ibrahim (Sergio Kouh) y Rafa (Germán Alcarazu, también bilbaíno), dos adolescentes de 14 años, marroquí y español respectivamente, cuyos caminos se cruzan mientras buscan un hueco en el mundo. A Ibrahim acaban de anunciarle que en dos días va a ser expulsado del país. Ha cogido su petate y se ha dado a la fuga. Rafa no puede más.
“Ante el amor que sentimos por primera vez una vez en la vida da igual la edad, la orientación o la nacionalidad que tengas”, ha explicado Rueda. “En esta sociedad, todo aquello que se sale de lo convencional, de lo estipulado, de lo normativo… no gusta. Y queremos taparlo como sea. Para que no nos haga daño.“
Angulo interpreta al director del centro de menores donde está internado Ibrahim. Rueda ha destacado del actor, con el que ya coincidió en el cortometraje Agua!, los consejos que tenía para los más jóvenes, “la serenidad”, su “calidad humana” y “el buen rollo que tenía todo el rato”. En el reparto también aparecen los nombres de Ana Wagener, como una miembro de una ONG, Ramón Agirre y Elena Irureta.
El cineasta presentó el film, producido por Baleuko y Bitart New Media y distribuido por Vértigo Films, en la pasada edición del Festival de cine español de Málaga, después de acercarse al Festival de San Sebastián en 2010 con su opera prima, en euskera, Estrellas que alcanzar (Izarren Argia).
Aunque la película está rodada en barrios de Bilbao como Txurdinaga, La Peña, Otxarkoaga y Santutxu, trata de retratar los recovecos “de barrio” de cualquier gran ciudad. No aparecen localizaciones icónicas como el Museo Guggenheim, por ejemplo.