EL MUNDO :El soldado Manning asegura que quiere ser mujer y que le llamen Chelsea
- Tras ser condenado a 35 años de cárcel, reivindica su condición de mujer
- El soldado asegura en una carta que quiere someterse a terapia hormonal
- ‘Me llamo Chelsea Manning y soy una mujer. Esto siento desde mi infancia’
Bradley Manning quiere ser Chelsea Manning y recibir terapia hormonal para tener los atributos físicos de una mujer. Así lo ha explicado el soldado al día siguiente de su condena en una carta dirigida al programa matutino de la NBC.
“Mientras voy evolucionando en esta nueva fase de mi vida”, explica en su carta el filtrador estadounidense, “quiero que todo el mundo conozca mi verdadero yo. Me llamo Chelsea Manning y soy una mujer. Esto siento y esto he sentido desde mi infancia. Por eso quiero iniciar una terapia hormonal tan pronto como sea posible. También solicito que a partir de hoy os refiráis a mí con mi nuevo nombre y con el pronombre femenino”.
Tras conocerse la carta de Manning, el Ejército de EEUU ha precisado que no proporciona ni terapia hormonal ni cirugía para el trastorno de identidad de género.
No es la primera vez que Manning admite sufrir un trastorno de identidad de género. Sus letrados lo contaron durante el proceso militar que concluyó este miércoles con su condena a 35 años de cárcel y él mismo lo desveló en una carta enviada a su supervisor en abril de 2010. Entonces, el soldado reconocía que quería cambiar de sexo y enviaba una fotografía (la imagen de arriba) en la que lucía pintalabios y una peluca rubia.
Manning firmó dos cartas a su terapeuta con el nombre de ‘Breanna’ durante su arresto y se desconocen los motivos por los que ahora ha optado por llamarse ‘Chelsea’.
Un dilema sin precedentes
El soldado cumplirá su condena en la prisión militar de Fort Leavenworth. Un recinto que dispone de un departamento de atención psiquiátrica, pero que nunca ha ofrecido terapia hormonal a sus reclusos. Los presos estadounidenses que no han recibido cirugía genital viven en el módulo que corresponde a su sexo de nacimiento. Aunque el dilema que plantea el caso de Manning no tiene ningún precedente en una prisión militar.
El soldado agradeció en su carta el respaldo de sus seguidores en todo el mundo, que le han arropado con sus cartas y han reunido más de un millón de euros para sufragar sus gastos de defensa: “Quiero agradecer a todo el mundo que me ha apoyado durante los últimos tres años. Vuestras cartas de apoyo y de ánimo me han ayudado a mantenerme fuerte en este infierno. Siempre estaré en deuda con quienes me escribieron, hicieron una donación a mi defensa o estuvieron en el juicio”.
Manning escuchó impasible este miércoles su sentencia por filtrar información confidencial a Wikileaks: 35 años de prisión que suponen la condena más dura por desvelar documentos secretos que cualquier estadounidense haya recibido jamás en un tribunal.
Se podría decir que la magistrada Denise Lind optó por un punto intermedio entre los 60 años de cárcel que solicitaba la fiscalía y los 20 que había aceptado el propio Manning al declararse culpable de filtrar documentos secretos a la organización que dirige Julian Assange. Pero la condena se antoja especialmente dura si tenemos en cuenta que el oficial estadounidense Michael A. Peri fue condenado a cinco años menos por filtrar secretos militares a la Alemania comunista unos meses antes de la caída del Muro de Berlín.
La sentencia degrada a Manning al rango de soldado raso, confirma su expulsión del Ejército y le quita el derecho a recibir cualquier compensación económica. Pero deja abierta la puerta a su reinserción al permitirle solicitar la libertad condicional cuando haya cumplido un tercio de su condena. Un extremo que podría propiciar su salida de prisión en apenas ocho años. Unos meses después de haber cumplido 33.
La legislación militar establece la revisión inmediata de la sentencia de Manning. Un proceso que llevará a cabo el oficial Jeffrey Buchanan como comandante del distrito militar de Washington y que podría reducir la condena o dejarla como está. Una vez resuelto ese trámite, los letrados de Manning podrán recurrir la sentencia ante otros dos tribunales militares y solicitar su indulto a la Casa Blanca.
La magistrada Lind reconoce en la sentencia que el soldado ya ha cumplido 1.294 días de su condena durante el tiempo que ha transcurrido desde su arresto y reduce su pena en algo menos de cuatro meses por los malos tratos que recibió durante su estancia en la prisión militar de Quantico.
El soldado estadounidense apenas tenía 22 años cuando llevó a cabo su primera filtración a Wikileaks: un vídeo en el que los pilotos de un helicóptero Apache asesinaban a nueve personas entre las que se encontraban un fotógrafo de la agencia Reuters y su conductor.
Entonces Manning estaba destinado en Irak como analista de la décima división de Infantería y tenía acceso a archivos confidenciales del Pentágono de los que sacó la información que luego entregaría a Wikileaks. El soldado filtró unos 700.000 documentos. Entre ellos detalles sobre las intervenciones militares en Irak y Afganistán y miles de telegramas que desvelaron detalles embarazosos sobre los puntos de vista de diplomáticos estadounidenses en todo el mundo.
El soldado se disculpó hace unos días por sus actos diciendo que había infligido un daño a otras personas y a su país. Explicó que había atravesado “dificultades considerables” durante su vida pero añadió que no eran “una excusa para sus actos” y que era consciente de “lo que estaba haciendo” cuando desveló información confidencial.