EL MUNDO: Clérigo, gay y felizmente casado
ZOO DEL SIGLO XXI JEREMY PEMBERTON
A sus 58 años, Jeremy Pemberton ha roto todos los cánones de la Iglesia Anglicana. Después de ordenarse como sacerdote, se casó con una mujer, tuvieron cinco hijos y se divorció. Hace dos años confesó su homosexualidad y ahora se acaba de casar con un hombre, Laurence Cunnington. Y todo ello sin colgar los hábitos.
“Amo a este hombre y quiero casarme con él, igual que cualquier pareja”, fue el escueto anuncio del canónigo gay en Twitter, donde colgó la foto de la boda con su pareja en un hotel: los dos de riguroso azul, con corbata amarilla, pañuelo amarillo y rosa amarilla en la solapa, como dos impolutos hermanos gemelos.
“Gracias a todos los que nos han deseado lo mejor”, agregó Pemberton. “A quienes se niegan a darnos su bendición les digo: ‘¿podemos hablarlo otro día?’ De momento he firmado, y mi marido reclama mi tiempo”.
El clérigo gay, que ejerce de capellán de los hospitales de Lincolnshire, se ha marchado tan campante de luna de miel, aprovechando la Semana Santa. Posiblemente se esté tostando al sol de España como David Cameron, quién sabe. El caso es que en Reino Unido se ha montado un gran revuelo, apenas dos semanas después de la legalización de los matrimonios gays.
La polémica ha salpicado muy directamente al arzobispo de Canterbury, Justin Welby, que la semana pasada lanzó su somera advertencia: si la Iglesia Anglicana aceptara el matrimonio gay, sería “catastrófico” para los cristianos en África, donde su religión se asociaría con la homosexualidad.
Las presiones para que Welby expulse de la Iglesia Anglicana al canónigo gay van a más, sobre todo tras saberse que Pemberton no está sólo en esta lucha y que podría ser pronto secundado por otros canónigos homosexuales, deseosos de entonar el ‘sí, quiero’. Pemberton estaba bajo sospecha desde que hace dos años firmó una carta colectiva -suscrita por una veintena de clérigos- pidiendo que se autorizara a los sacerdotes anglicanos a oficiar bodas gays.
En la Guía Pastoral sobre los Matrimonios del Mismo Sexo, Welby advertía ya de que “no sería apropiado que un miembro de la orden sagrada pueda oficiar un matrimonio entre personas del mismo sexo, dada la necesidad de los clérigos de predicar en la Iglesia con el ejemplo”.
Pese a pedir comprensión a sus fieles ante la ley de las bodas gays, Welby recalcaba que, según las enseñanzas cristianas, “el matrimonio sigue siendo una unión para toda la vida entre un hombre y una mujer, y eso no va a cambiar”.
Lo último que esperaba el arzobispo de Canterbury -padre también de cinco hijos- era, sin embargo, que uno de sus clérigos profanara por sí mismo la definición de matrimonio. Según Pemberton, el arzobispo de Lincoln, Christopher Lowson, estaba ya avisado con tiempo y mantuvo incluso con él una larga conversación sobre el asunto.
Hasta la fecha, la Iglesia Anglicana consentía como mucho las uniones civiles de sus clérigos homosexuales. Eso sí, con la condición de hacer voto de celibato.
‘Quiero a este hombre y me quiero casar con él, como cualquier pareja’
1956: Nace en Southwell, Notinghamshire. 1980: Se licencia en la Universidad de Oxford. 1985: Ingresa en la Iglesia anglicana, ejerce en una parroquia de Notinghamshire. 1987: Se casa, tiene cinco hijos y se divorcia. 2010: Es nombrado capellán de los hospitales de Lincolnshire. 2012: Firma una carta reclamando que la Iglesia Anglicana pueda oficiar bodas gays. 2014: Se casa con su compañero Laurence Cunnington en un hotel.