ANDALUCES.ES:Un joven recibe una paliza en un pueblo de Sevilla por “maricón”

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Secuelas de la paliza recibida por ‘Ricardo’.

Todo fue rápido, pero a Ricardo, nombre ficticio, le pareció el tiempo más largo de su existencia. Volvía de clase, como cada día, pero no sería un día cualquiera. Al paso por una de las calles que atraviesa a diario para regresar a casa, dos viejos conocidos lanzaron el grito de guerra: “Ahí va el maricón del cinco del oro”, el sambenito que Ricardo soporta estoicamente desde la infancia. A su intención de defenderse, la respuesta de los agresores fue tajante: “Nos reímos de ti y cuando nos riamos de ti, tú te piras, maricón”. Ricardo no se piró y, tras un escupitajo en toda la cara, empezó a recibir puñetazos e insultos homofóbicos en pleno centro de la localidad sevillana de Castilleja de la Cuesta.

No es la primera vez que los agresores dan una paliza a Ricardo por su condición sexual. “De pequeño, ya me pegaron otra vez.”, afirma el joven, que asegura que “me la tienen jurada desde pequeño”. Lo peor no es el dolor físico, tener que acudir al hospital y los terrores nocturnos que padece desde el día de la agresión: “Lo peor de todo es sentirme humillado y que haya personas que se dediquen a obstaculizar mi felicidad”.

Una felicidad que a Ricardo le ha costado alcanzar más que al resto: “Durante cinco años he tenido que ir a un psicólogo porque me hicieron la vida imposible en el colegio y en el instituto”, se lamenta. Ahora, Ricardo tiene miedo a salir de casa, sufre pesadillas y está a base de ansiolíticos para poder dormir. “Llevo año y medio recibiendo amenazas de ellos por las redes sociales”, dice con la voz entrecortada pero llena de valentía, en posición de defensa.

HOMOFOBIA INVISIBLE

“Espero que se les castigue como es debido pero, sobre todo, lo que deseo es que la gente se conciencie de que la homofobia aún existe en los colegios, en los institutos, en los centros de trabajo y en las calles”, dice de carrerilla el discurso que se ha construido casi con la misma velocidad que la paliza que recibió este pasado martes en una calle de su pueblo.

Tras la agresión, Ricardo acudió al hospital y, con el respectivo parte de lesiones, fue a poner la denuncia a un cuartel de la Guardia Civil. “No pienso retirar la denuncia, si la retiro mañana me harán lo mismo”, manifiesta, convencido de que esta “es una lucha que nos toca a todos y todas”. Tiene miedo de salir de casa sin compañía, los agresores viven por su zona, pero no está dispuesto al que el miedo le venza. “Hay que denunciar y concienciar”, prosigue su discurso de autodefensa.

BESADA EN CASTILLEJA

Para manifestar el rechazo a la agresión y concienciar del aumento de agresiones homofóbicas, Ricardo se ha aliado con su novio, sus amigos,  asociaciones de defensa de los derechos de homosexuales y transexuales y el área LGTB de IU Andalucía para organizar una besada, delante del Ayuntamiento de Castilleja de la Cuesta, el miércoles 5 de noviembre a las 19.00 horas. “Si nos quieren en el armario, nos tendrán bien visibles”, sentencia este joven al que la agresión homofóbica le ha hecho abrir los ojos: “aunque nos podamos casar, aún no estamos plenamente aceptados por la sociedad”.