EL MUNDO: La Iglesia se abre a los gays
SÍNODO VATICANO Segunda y última semana de su reunión extraordinaria
- Los obispos animan a las diócesis a acoger “los valores familiares” de estas uniones
- El borrador afirma que los homosexuales “tienen cualidades para ofrecer a la Iglesia”
Francisco ya rompió moldes cuando al hablar de los gays se descolgó con el ya histórico: “¿Quién soy yo para juzgar a nadie?”. Pero ayer el Vaticano dio un paso de gigante en apertura al reconocer en un documento oficial que los homosexuales “tienen dotes y cualidades para ofrecer a la comunidad cristiana” y destacar “lo positivo” que hay en las parejas de hecho.
El terremoto se ha materializado en la “relatio post disceptationem”, el borrador del documento final del sínodo que desde hace una semana reúne en Roma a obispos de todo el mundo para debatir sobre los retos de la familia. Ese documento de 14 páginas, elaborado tras las discusiones de la primera semana y dado a conocer ayer por el cardenal húngaro Peter Erdo (relator general del sínodo) ante el Papa, refleja una apertura sin precedentes hacia gays y lesbianas e incluye un tirón de orejas al modo en que hasta ahora han sido muchas veces tratados por la Iglesia.
“Las personas homosexuales tienen dones y cualidades para ofrecer a la comunidad cristiana: ¿estamos en grado de recibir a estas personas, garantizándoles un espacio de fraternidad en nuestras comunidades? A menudo desean encontrar una Iglesia que sea casa acogedora para ellos. ¿Nuestras comunidades están en grado de serlo, aceptando y evaluando su orientación sexual, sin comprometer la doctrina católica sobre la familia y el matrimonio?”, se lee en el documento.
El informe reitera de manera rotunda el “no” de la Iglesia a permitir el matrimonio a las uniones gay. Pero al hablar del colectivo homosexual lo hace con un tono claramente distinto del que hasta ahora utilizaban muchas conferencias episcopales (con la española a la cabeza), alabando las virtudes de gays y lesbianas y animando a la Iglesia a cambiar su visión sobre ese colectivo, dejando de lado la rigidez para abrazar la apertura y la misericordia.
Caminos realistas de crecimiento afectivo
“La cuestión homosexual nos interpela a una reflexión seria sobre cómo elaborar caminos realistas de crecimiento afectivo y de madurez humana y evangélica integrando la dimensión sexual: por lo tanto se presenta como un importante desafío educativo”, se señala en el documento.
Es verdad que se trata de un texto que aún no es definitivo, que es un borrador que los participantes en el sínodo todavía pueden retocar y corregir. Pero ya varios cardenales reconocieron ayer, en una rueda de prensa en el Vaticano, que representa un cambio gigantesco para la Iglesia católica.
Ese espíritu abierto y compasivo que ha traído Francisco y que se esta dejando sentir con fuerza en este sínodo no sólo hace un llamamiento contemplar a los homosexuales con una mirada renovada y positiva, sino también de las parejas de hecho. El documento no sólo constata en ese sentido el aumento de ese tipo de parejas sino que, en una nueva apertura desconocida hasta ahora, subraya”lo positivo” que encierran las uniones civiles y de aquellas personas que conviven sin haber pasado por el altar.
Una sensibilidad nueva
“Una sensibilidad nueva de la pastoral actual consiste en acoger la realidad positiva de los matrimonios civiles y, reconociendo las debidas diferencias, de las convivencias”, se señala en el texto, en el que ademas se destaca que en las parejas de hecho “es posible acoger los valores familiares auténticos o al menos el deseo de ellos”.
También al abordar el tema de los divorciados casados en segundas nupcias, objeto de una cruenta batalla entre conservadores y progresistas sobre la posibilidad de que puedan o no recibir la comunión tras realizar un camino de penitencia, la “relatio post disceptationem” también apuesta por la apertura.
“Para algunos, el eventual acceso a los sacramentos debe ir precedido de un camino penitencial -bajo la responsabilidad del obispo diocesano-, y con un compromiso claro a favor de los hijos. Se trataría de una posibilidad no generalizada, fruto de un discernimiento actuado caso por caso, según una ley gradual, que tenga presente la distinción entre el estado de pecado, estado de gracia y circunstancias atenuantes”.