El primer cambio de sexo de un menor en España, a la espera de un fallo judicial

Un juez de Barcelona deberá decidir si el chico de 16 años puede ser intervenido

La primera operación de cambio de sexo a un menor que se realizaría en España, a un chico de 16 años que lleva más de año y medio en tratamiento hormonal y psiquiátrico, depende de un fallo judicial. Un juez de Barcelona deberá decidir si concede la autorización para que el joven pueda someterse a la intervención quirúrgica.

La ley solo permite la operación de cambio de sexo en menores de 18 años si cuentan con una autorización judicial. El visto bueno de los padres no es suficiente. Según el doctor Iván Mañero, jefe de la Unidad de trastornos de género del Hospital Clínico de Barcelona, en este caso la operación está totalmente justificada, ya que, a pesar de que el joven no es mayor de edad, no presenta dudas desde el punto de vista médico. La familia del chico que quiere ser chica acudió a este médico en busca de una solución, y este les explicó las dificultades legales del procedimiento.

“La transexualidad es algo que se tiene que tratar. Todos nos llevaríamos las manos a la cabeza si nos dijeran que un menor de edad con leucemia no se puede tratar hasta que cumpla 18 años”, ha asegurado Mañero. “Hace 10 años los jóvenes de 16 años no sabían qué hacer con su situación, pero ahora descubren cuál es su problema y saben que tiene solución”, ha agregado.

La presidenta de la Asociación de Transexuales de Cataluña, Gina Serra, confía en que el juez autorice la operación del menor. A su juicio, “un menor con ocho años ya sabe lo que quiere ser y lo que no, aunque todo depende del apoyo que encuentre en su familia”. El menor, ha explicado Serra, se dirigió hace dos años a la asociación en busca de ayuda:”tuvo problemas porque los demás alumnos se metían con ella y se vio obligada a cambiar de colegio”. Serra ha asegurado que una sentencia favorable serviría para “abrir nuevas perspectivas para el colectivo transexual”.

Según Mañero, el juez encargado de tomar la decisión solicitó la opinión de peritos médicos independientes, quienes dieron un dictamen favorable a la intervención. Si se aprueba la operación, sería la primera que se realiza en España a una persona menor de 18 años y uno de los pocos casos registrados en todo el mundo.

El pintor Pérez Villalta denuncia una agresión homófoba

Iban de compra y terminaron en el hospital. El pintor gaditano Guillermo Pérez Villalta y su pareja Fernando Boix fueron agredidos el pasado martes en Tarifa (Cádiz) por tres personas que salieron de la sede local del PP sobre las nueve de la noche, según denunciaron ayer en la Guardia Civil. Los supuestos agresores comenzaron a lanzar insultos desde “incultos” a “gilipollas” y “mariconazos de mierda” cuando la pareja pasó delante de la sede en dirección a una tienda ubicada justo al lado, según el relato de Pérez Villalta. “Ante esas palabras, yo me volví y les dije que eso era incultura, y en ningún momento faltamos el respeto a nadie”, cuenta a Público.

Según el artista, estas personas se abalanzaron sobre él y su pareja hasta desencajarle un brazo a este último: “Alguien me ayudó a separarlos, pero el resto mostró absoluta indiferencia”, añade. Boix fue atendido en el hospital de Algeciras y tendrá que permanecer con un brazo en cabestrillo durante tres semanas.

El PP de Tarifa negó ayer que estas personas fueran militantes del partido y aseguró que uno de ellos también presentó una denuncia, aunque desconoce su identidad. “La versión que yo tengo es que fue la persona que acompañaba a Pérez Villalta quien hizo un corte de manga y se cagó en su puta madre”, explicó por teléfono Juan José Medina, secretario del PP local.

El intercambio de los términos incultos-incultura en esta historia no es casual. Pérez Villata preside la plataforma Tarifa Sí, que rechaza la ampliación del puerto porque, a su juicio, sepultaría bajo toneladas de hormigón la costa mediterránea de la ciudad. “La construcción demostraría la incultura de la sociedad”, alegó el pasado julio el artista.

El PP, que apuesta por el proyecto, calificó estas declaraciones como una ofensa a los ciudadanos y pidió una rectificación a Pérez Villalta. “Ellos se dieron por aludidos, yo no insulté a nadie, simplemente hablé de las temibles consecuencias del megaproyecto”, zanja el artista.

Las claves para frenar la pandemia de sida

Marcha en Los Ángeles para pedir más dinero para la investigación del VIH

Marcha en Los Ángeles para pedir más dinero para la investigación del VIH. (Foto: AFP)

MADRID.- ¿Podría un programa universal, voluntario y anual de pruebas del sida, que pusiera inmediatamente en tratamiento a aquellos que dieran positivo para el VIH, poner fin a la transmisión del virus? Un modelo matemáticoelaborado por la OMS respondía hace unos meses a esta pregunta y concluía que en 10 años esta medida podría reducir la incidencia del sida a una infección por cada 1.000 individuos al año, frente a las 20 por cada 1.000 que se registran en la actualidad. No obstante, poner en marcha esta iniciativa no es tan fácil como parece sobre el papel.

Anthony Fauci, director de los Institutos Nacionales de Alergias y Enfermedades Infecciosas de EEUU (NIAID) y uno de los mayores expertos en sida, y Carl W. Dieffenbach, director del departamento de VIH de los NIAID, han elaborado una agenda de investigación con todas las áreas que habría que mejorar para que la implantación del programa de ‘pruebas y tratamiento’ (‘test and treat’, según su nombre inglés) lograra realmente estos ambiciosos objetivos.

Tal y como publican en ‘Journal of American Medical Association’ (JAMA), consideran que hay que analizar detalladamente la viabilidad de universalizar el test de sida, la relación entre el estado de la infección y las posibilidades de transmisión, la eficacia de la terapia antirretroviral como medida preventiva, el impacto a largo plazo de la resistencia a los fármacos, los comportamientos sexuales, el beneficio de comenzar el tratamiento cuanto antes y el coste-eficacia del programa ‘prueba y tratamiento’.

“Potencialmente, el modelo matemático de la OMS constituye una importante estrategia de salud pública para luchar contra el VIH. Sin embargo, se basa en muchos conceptos que hay queevaluar y someter a debate público antes de lanzar las campanas al vuelo”, explica Fauci.

La idea de ‘prueba universal y tratamiento’ parte de la siguiente premisa: la terapia antirretroviral suprime la carga viral (la cantidad de VIH circulando en la sangre de los afectados) hasta hacerla indetectable en muchos pacientes. La eficacia del virus para transmitirse es directamente proporcional a la carga viral que presenta el individuo seropositivo. Por tanto, dado el efecto que la terapia tiene sobre este aspecto, es razonable pensar que los fármacos son una buena herramienta para evitar nuevos casos. El problema es que hay muchos otros factores que pueden echar por tierra estas esperanzas.

Los obstáculos para extender la prueba

Incluir el test de sida como parte de la rutina médica es algo que las principales instituciones médicas recomiendan desde 2006. Pero a pesar de las campañas para concienciar a la población de su importancia, muchos ciudadanos se niegan a hacérsela. Fauci y Dieffenbach señalan que los motivos para este rechazo son muchos y complejos, desde cuestiones sociológicas o culturales hasta el miedo al estigma.

Asimismo indican que poner en tratamiento a todos aquellos que den positivo no es tan sencillo. Hay muchas cuestiones que impiden a los pacientes seropositivos pasar del diagnóstico al tratamiento, entre ellas, la falta de un seguro médico, la escasez de recursos, el abuso de sustancias o enfermedades mentales que impidan al afectado seguir la terapia o, simplemente, la dificultad de aceptar el nuevo estado serológico, que hace que algunas personas nieguen su enfermedad.

También explican los autores de este artículo que la terapia antirretroviral necesita ir acompañada de otras medidas para que la prevención sea realmente eficaz. Es necesario reducir los comportamientos sexuales de riesgo, diagnosticar cuanto antes la infección por VIH, ya que en los primeros momentos el virus tiene más capacidad para transmitirse, y tener presente la cada vez mayor resistencia a los fármacos. “Es conveniente analizar cómo se están transmitiendo las cepas del virus resistente y qué mutaciones están experimentando”, escribe Fauci.

Por último, para que la estrategia ‘prueba y tratamiento’ sea realmente eficaz tiene que demostrarse realmente un beneficio significativo de iniciar la terapia cuanto antes tanto a nivel individual como comunitario. Y, por supuesto, la medida tiene que ser rentable y coste-eficaz para la sociedad.

Niños femeninos. La homofobia esta en las aulas

Artículo publicado en LA JORNADA

El “maricón” del salón, el “jotito”, crece repudiado por sus maneras “de niña” y tiende a interiorizar ese rechazo. Es señalado porque transgrede los roles de género y rebasa los límites de lo “natural”. En un estudio realizado en hombres homosexuales, el investigador de la UAM, Luis Ortiz, constató que el rechazo hacia lo femenino persiste incluso en hombres gay que asumen su orientación sexual.

homofo

En un salón de primaria se escuchan carcajadas. Rodrigo sólo tiene un fuerte sentimiento de vergüenza mientras su mochila resbala de su espalda y cae al suelo. Su compañero de la banca de atrás cortó los tirantes, situación que resultó cómica para todos los demás. Este incidente no fue el primero. Desde primer grado había recibido insultos como “jotito” o “maricón”; para el tercer año más de un compañero lo había empujado o le había quitado cosas; en cuarto, varios de sus compañeros lo acorralaron en los sanitarios para burlarse porque “se había equivocado de baño”; para quinto, lo identificaban como el “putito” del grupo.

¿Qué hace diferente a Rodrigo de los demás niños? Es un niño femenino en sus comportamientos y ademanes. Es notorio para sus compañeros y maestros, para sus familiares y vecinos e incluso para los desconocidos. El trato que recibe va desde la lástima hasta la franca violencia. Pocas muestras de comprensión y empatía ha encontrado. Alguna maestra intentó regañar a los niños que lo agredían haciéndoles ver que “el pobre Rodrigo no podía ser de otra forma”. Su padre platicó con él en tono serio para convencerlo de que era necesario que cambiara su forma de caminar, el tono de su voz, la forma en que se peinaba, la manera en que movía las manos e incluso su forma de mirar.

La situación de Rodrigo es familiar para muchas personas, ya sea porque tuvieron experiencias similares o porque fueron testigos de ellas. Una primera justificación del maltrato hacia los niños femeninos puede ser: “el niño tiene que aprender a ser hombre y los hombres no se comportan así”. Esta respuesta es un reflejo de los estereotipos de género, es decir, de la creencia de que lo “natural” es que los hombres sean masculinos y las mujeres, femeninas.

Cuando se dice que algo es “natural” significa que es producto de nuestra biología. Cuando un comportamiento es producto de la biología se presenta de la misma forma en todos los tiempos y espacios. Pero la realidad no es esa. Por ejemplo, en algunos países europeos los hombres se despiden con besos en las mejillas y en la India es “natural” que los hombres se tomen de la mano en la calle. En México, estas conductas son “femeninas”.

La realidad desafía nuestra creencia de que lo masculino es “natural”, pues la definición de lo que es masculino es artificial en el sentido de que somos nosotros como sociedad (y no nuestra biología) los que lo definimos. Entonces, no hay ningún factor anatómico o fisiológico que impida que un hombre tenga conductas que artificialmente llamamos “femeninas”; lo mismo aplicaría a las conductas masculinas en las mujeres.

La condena a la transgresión
Aclaremos algo: no todos los hombres homosexuales son femeninos y seguramente algunos hombres que son femeninos no son homosexuales. Esto no descarta el hecho de que, con frecuencia, un hombre femenino es un hombre homosexual. Así, en investigaciones realizadas en Estados Unidos de América se ha observado que los niños femeninos tienen más probabilidad de ser homosexuales en la vida adulta que los niños que no son femeninos.

En general se asocia a la homosexualidad con la transgresión de los estereotipos de género: los homosexuales son pensados como varones femeninos y las lesbianas como mujeres masculinas. Existen dos problemas en esta asociación. El primero es erróneo, pues se aplica como una regla general (“todos los homosexuales son femeninos”), cuando existen muchas excepciones. Y el segundo, más importante, es que la asociación está permeada por evaluaciones negativas. Las ofensas y el maltrato que ha recibido Rodrigo son producto de un juicio que considera que está mal desviarse de las normas socioculturales. Palabras como “jotito”, “mariquita” o “putito” no describen un comportamiento, sino que buscan denigrar al que lo realiza.

La asociación de la homosexualidad con la transgresión de los estereotipos de género es reproducida a través del lenguaje (sobre todo en chistes y albures) y los medios masivos de comunicación. Hay que señalar que el carácter devaluatorio de esta asociación es más marcada en el binomio homosexual–varón femenino que cuando se trata del binomio lesbiana–mujer masculina. Por ejemplo, en los medios de comunicación masiva es frecuente observar escenas en las que se humilla, ridiculiza y agrede a un varón por ser femenino e implícitamente es homosexual, pero no es común ver en la misma situación a una mujer masculina. Entre los varones existen juegos y señas con connotaciones sexuales en los que está implícito que el varón que es penetrado adopta un rol pasivo (femenino) y es homosexual; juegos similares no existen entre mujeres.

Temor perenne de la violencia
Para los hombres homosexuales la infancia puede ser una de las etapas donde experimentan mayor violencia, y no debido a su orientación sexual, sino a que son niños femeninos. En un estudio que realizamos con hombres homosexuales de la ciudad de México se observó que 34 por ciento había sufrido insultos verbales debido a que eran niños femeninos (de los 6 a 11 años de edad); por el mismo motivo al 30 por ciento le habían pedido que cambiara, 22 por ciento había sido objeto de humillación o burla, al 8 por ciento lo habían golpeado y al 5 por ciento le habían robado o dañado algún objeto de su propiedad. En el mismo estudio se encontró que, en la vida adulta, los hombres homosexuales percibidos como femeninos son objeto de violencia con mayor frecuencia que los hombres homosexuales que se perciben masculinos. Estas diferencias no se observan entre mujeres masculinas y mujeres femeninas.

En los hombres homosexuales, la forma en que se perciben a sí mismos puede ser afectada por la violencia que reciben, pues aprenden la evaluación negativa del vínculo homosexualidad-transgresión de los estereotipos de género. Una primera reacción es, progresivamente, dejar de tener comportamientos y ademanes que consideran femeninos. En la investigación observamos que de la niñez a la vida adulta el porcentaje de sujetos que se percibían femeninos disminuía (de 16 a 4 por ciento), mientras que lo opuesto ocurría con la proporción de individuos que se percibían masculinos (de 26 a 41 por ciento). Una explicación a este cambio de comportamiento y apariencia para apegarse al estereotipo de género es que con ello reducen la posibilidad de experimentar violencia y discriminación.

Otro aspecto en que puede influir la violencia que reciben los varones homosexuales es en la forma en que perciben su entorno y, en específico, las reacciones de las personas con las que interactúan. Lo que hemos observado es que los varones homosexuales que son femeninos, en comparación con los que son masculinos, perciben que tienen mayor probabilidad de ser víctimas de violencia en el futuro. Es decir, los homosexuales que, a pesar de las presiones del entorno, mantienen comportamientos femeninos, viven de manera crónica con el temor de ser agredidos.

El reto
La típica asociación entre homosexualidad y transgresión de los estereotipos es producto de un hecho estadístico: muchos homosexuales (pero no todos) son varones femeninos. Se trata de una excesiva generalización. Es primordial comenzar a plantear que es injusto considerar como algo negativo a la transgresión de los estereotipos de género. Una interrogante central es ¿qué hacer para aceptar que la feminidad en los hombres y la masculinidad en las mujeres no es mala ni buena, sino parte de la diversidad humana? Estamos acostumbrados a pensar de manera dicotómica: hombre-mujer, femenino-masculino, malo-bueno. Nos es difícil aceptar que la realidad está llena de matices.

Afortunadamente, podemos aprender de los niños y niñas, en quienes la socialización es incipiente. Además de inculcar en ellos el respeto a la diversidad como un valor imprescindible para la convivencia, podemos crear ambientes que les permitan expresarse sin temor a ser censurados por normas arbitrarias y autoritarias.

Si el lenguaje es una de las formas centrales en que se aprende y reproduce el trato denigrante a la transgresión de los estereotipos de género, también puede ser una forma de aprender e implantar nuevas normas para la convivencia social. Podemos cuidar que nuestro lenguaje no reproduzca las evaluaciones negativas o que consideran “desviaciones” a la feminidad en los varones. Por el contrario, busquemos orgullo y dignidad en las diferentes manifestaciones de la transgresión a normas arbitrarias que esconden la verdadera naturaleza humana.

*Profesor investigador del Departamento de Atención a la Salud de la Universidad Autónoma Metropolitana – Xochimilco. lortiz@correo.xoc.uam.mx

‘Seropositivo: entrada denegada’

MADRID.- Ni a Barack Obama ni a John McCain -uno de los dos será el próximo presidente de EEUU- sus adversarios podrán echarles en cara que el país de la democracia niega la entrada a personas sólo por estar infectadas por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Hace tres meses que EEUU eliminó, gracias a las presiones internacionales, esta prohibición (aunque aún no ha entrado en vigor). Sin embargo, la norma aún sigue presente en muchos lugares del mundo.

“Seis décadas después de que se adoptara la Declaración Universal de Derechos Humanos, resulta chocante que todavía haya discriminación hacia las personas con VIH. Esta realidad no sólo hace que los afectados mantengan su condición en secreto y que el virus se propague en la oscuridad, sino que dice mucho de nuestra humanidad. Pido un cambio urgente de estas leyes”, declaró en junio Ban Ki-Moon, secretario general de la ONU.

Un documento, realizado conjuntamente por la Sociedad Internacional del Sida (IAS), la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Fondo de Población de la ONU y numerosas instituciones más, recoge que en 2008 quedan demasiados territorios que imponen algún tipo de restricción a los individuos con VIH, “pese a que está más que demostrado que esta medida no protege la salud pública“, insiste el informe.

Las restricciones pueden hacer referencia a la entrada en el país, a la estancia en el mismo por un periodo de tiempo determinado o a la residencia fija. “En cualquiera de los casos son actitudes que no contribuyen en absoluto a lograr el objetivo del acceso universal a los fármacos antirretrovirales. Al contrario, lo que hacen es aumentar el estigma y la discriminación hacia estas personas”, dice Ratri Suksman, representante de CARAM Asia, una organización que lucha contra el sida y que ha participado en la elaboración del documento.

Para los organismos firmantes de este informe, que se distribuyó en la última Conferencia sobre el Sida celebrada en México, las prohibiciones no son sólo un obstáculo que atentan contra la libertad de movimiento de los seropositivos, sino que también afectan a su salud, al desarrollo y contradice otros derechos humanos. Impide que la gente visite a sus familiares en otros países o que vayan a estudiar o trabajar fuera.

La petición de visados para acceder a otros países ya sea por asuntos laborales, estudios o vacaciones es uno de los ejemplos de discriminación hacia los seropositivos que ha recogido en España el Observatorio de Derechos Humanos y VIH/Sida Red2002.

Los más afectados

Aunque el número de personas que se han visto discriminadas por estas normativas se desconoce, los organismos saben que los más afectados son inmigrantes que buscan trabajo en otros países.

Los expertos en enfermedades infecciosas y salud pública han dejado claro, en numerosas publicaciones, que las personas con VIH que viajan no suponen una amenaza para la salud pública “porque el virus no se transmite simplemente por la presencia de un seropositivo o por un contacto casual” y, de hecho, los países en los que entran sin impedimentos no han registrado ningún problema.

El documento también denuncia que bajo estas normativas prohibicionistas a muchos viajeros les realizan las pruebas del sida sin su consentimiento, sin respetar el derecho de confidencialidad y sin ofrecerles ningún consejo o asesoramiento en el caso de que den positivo.

La prueba de VIH, también recomendable para las personas mayores de 65 años

MADRID.- Si el amor no tiene edad, el sida tampoco. Las estadísticas señalan que el 53% de los individuos entre los 65 y los 74 años (el 26% entre los 75 y los 85 años) se mantiene sexualmente activo. Y, también, está expuesto al virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Un equipo de la Universidad de Duke (EEUU) ha evaluado la relación coste-beneficio que tendría hacer las pruebas del sida en esta población y concluye que es una medida eficaz.

“Muchos de nosotros asociamos el VIH con los jóvenes, pero los datos indican que el 19% de los infectados reciben el diagnóstico a partir de los 50 años“, destaca Gillian Sanders, profesora de medicina en la Universidad y principal autora del trabajo, que se publica en ‘Annals of Internal Medicine’. “La edad no protege a nadie del virus. Se es tan vulnerable a los 60 años como a los 16”, recuerda.

Por eso, aunque los CDC (los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EEUU) recomiendan que todos los ciudadanos con edades comprendidas entre los 13 y los 64 años se hagan la prueba del sida, Sanders y su equipo, con miembros de la Universidad de Stanford, proponen que se incluya también a los pacientes de más edad.

Su afirmación se basa en un trabajo en el que han estimado los efectos saludables y económicos de un programa voluntario de ‘screening’ de VIH en personas entre los 55 y los 75 años, cuyo estado serológico era desconocido. Se tuvieron en cuenta aspectos como el tipo de actividad sexual, el número de parejas sexuales y el sexo de la persona. Asimismo se imaginaron distintas situaciones, como suponer que el participante tenía, de media, una pareja con riesgo de estar infectada o que no iba con múltiples parejas.

Para saber si la eficacia de este programa, los investigadores estimaron el aumento en la supervivencia que resultaría de la detección temprana del VIH y de iniciar el tratamiento antirretroviral. Así, para un paciente de 65 años que descubriera que está infectado, la identificación del virus a través de las pruebas supondría un incremento de medio año en su esperanza de vida. Para un individuo de 75 años, el aumento sería de cuatro meses.

Dentro del presupuesto

En cuanto a los costes, depende de la prevalencia de la enfermedad por grupos de edad, de los años del paciente y de si ha tenido una pareja o una conducta que conlleve riesgo de contagio.

Asumiendo que el 0,5% de la población estudiada tuviera VIH, los investigadores calculan que las pruebas del sida en los pacientes con más de 65 años que no son sexualmente activos costaría 55.440 dólares (unos 35.750 euros al año), mientras que para los individuos sexualmente activos el coste bajaría hasta los 30.020 dólares (19.360 euros). Para Sanders, estas cifras entran dentro de lo aceptable y de lo que se considera una buena relación coste-beneficio.

“Nuestro estudio indica que la medida es buena, especialmente si la persona ha tenido una pareja sexual de riesgo, ya que a esas edades muy pocos utilizan el preservativo“, declara. Eso sí, matiza que “no está indicada para aquellos individuos cuya esperanza de vida sea más corta debido a enfermedades como el cáncer o patologías coronarias”.

El obispo de Tenerife: el abuso a menores se produce debido a que hay niños que lo consienten

El obispo de Tenerife, autor de las polémicas declaraciones

El obispo de Tenerife, autor de las polémicas declaraciones.

El obispo de la diócesis nivariense de Tenerife, Bernardo Álvarez, regaló a los fieles unaspolémicas declaraciones en la pasada Nochebuena.

En una entrevista con el periódico local La Opinión de Tenerife, Álvarez advirtió de que, en ocasiones, el abuso a menores se produce debido a que hay niños que lo consienten.

¿Adolescentes de acuerdo?

“Hay adolescentes de 13 años que son menores y están perfectamente de acuerdo y además, deseándolo, incluso si te descuidas te provocan“, declaró el obispo.

No fue la única opinión polémica que el obispo exhibió en la entrevista. Según Álvarez, “hoy en día hay que tener mucho cuidado porque no se puede decir que lahomosexualidad se sufre o se padece, no es políticamente correcto decir que es una enfermedad, una carencia o una deformación de la naturaleza propia del ser humano”.

La homosexualidad es algo que perjudica a las personas y a la sociedad, a la larga pagaremos las consecuencias

Después de recalcar que respeta a los homosexuales, Álvarez se destapó afirmando que “la homosexualidad es algo que perjudica a las personas y a la sociedad, a la larga pagaremos las consecuencias, como las han pagado otras civilizaciones”.

Para finalizar, el obispo tinerfeño hizo alarde de sus conocimientos sexuales. “No hay que confundir la homosexualidad como necesidad existencial de una persona, con la que espracticada como vicio, la que lo hace así es como practicar el abuso de menores, lo hace porque le atrae la novedad, una forma de sexualidad distinta”, declaró.

Manifiestan su rechazo

La fundación Triángulo Canarias para la Igualdad Social de gays y lesbianas, a través de su presidente Jhon Alfredo Pazmiño, ha rechazado las declaraciones del obispo y ha advertido de que “es rechazable que Álvarez se refiera a las relaciones homosexuales añorando las viejas definiciones de la psiquiatría que la consideraban una enfermedad”.

11 CONFERENCIA EUROPEA DE SIDA: Seropositivo a los 70

MADRID.- K. contrajo el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) antes de que fuera descubierto por la comunidad científica, pero no lo supo hasta que cumplió 70 años. Este hombre homosexual, nacido en 1930, descubrió su estado en el 2000, cuando ingresó en el hospital con fiebre alta, sin apetito y con sarcoma de Kaposi. Fue entonces cuando le dijeron el diagnóstico. Tenía sida.

Pese a su avanzada edad, a este paciente no le sorprendió nada la noticia. “Nunca me gustó practicar el sexo con condón, así que supongo que ha tenido algo que ver”, confesó a sus doctores. Su caso es uno de los que ha expuesto Bernard Hirschel, del Departamento de Enfermedades Infecciosas del hospital universitario de Ginebra, en la 11 Conferencia Europea sobre Sida (EACS), que se celebra en Madrid.

Cada vez más personas descubren que tienen VIH cuando pasan la barrera de los 50 y en estos casos “hay que tener en cuenta otros factores que no se valoran tanto cuando el diagnóstico se hace a una edad más joven, como son la incidencia de algunos tipos de cáncer, el incremento del riesgo cardiovascular o la influencia que el virus puede tener en el deterioro del cerebro”, afirma Hirschel.

Si en 1998 tan sólo el 5% de los pacientes con VIH era mayor de 50 años, en la actualidad este colectivo supone el 25% de los afectados. La mayoría de ellos son hombres. Para el especialista de Ginebra, el principal problema para tratar a estas personas es que “por el momento contamos con muy pocos datos sobre el manejo del VIH en mayores”, ya que hasta la introducción del tratamiento antirretroviral de alta eficacia a mediados de los 90, los individuos infectados no tenían mucha supervivencia.

Además, indica este doctor, “tampoco hay mensajes específicos para este grupo de población. Los esfuerzos de prevención se suelen centrar en personas más jóvenes”.

Más factores de riesgo

Mr K. no ha sido el único en conocer en la vejez que es seropositivo. El paciente A., que nació en 1919, se enteró a los 81 años de que el virus estaba en su organismo. “Ingresó en el hospital con tuberculosis y un amigo suyo estaba seguro de que tenía sida, así que nos convenció a todos para que le hiciéramos las pruebas y éstas confirmaron su sospecha”, ha explicado Bernard Hirschel.

Una de las dificultades que plantean este tipo de pacientes es que, en algunos casos, no siguen bien la terapia y entonces ésta no es eficaz. “El señor A., por ejemplo, se negaba a tomar las pastillas, principalmente las de color azul, y pedía constantemente que le inyectaran los fármacos”.

Por otro lado, la infección por VIH unida a la edad avanzada “aumenta el riesgo de infarto de miocardio, de enfermedades cardiovasculares y de otras patologías”, afirma el experto del hospital suizo. Además, el estado del paciente con sida puede verse empeorado por la presencia de otros trastornos como “hipertensión o diabetes”.

En cuanto a la relación entre el cáncer y el VIH, el doctor Hirschel señala que entre los pacientes seropositivos que superan los 50 años se ha visto una mayor incidencia de los tumores de pulmón, próstata, ano, hígado y Hodgkin, por este orden.

La primera causa de infección por VIH en Europa es la relación heterosexual

El VIH se expande en Europa empujado, sobre todo, por las relaciones heterosexuales sin protección. Es uno de los datos dados a conocer por primera vez por el Centro Europeo para el Control de Enfermedades (ECDC), vinculado a la Unión Europea y fundado hace un año. En 2005, último año con datos, el ECDC registró 20.000 nuevas infecciones por VIH, aunque la cifra real será mayor, según advierte la directora del organismo, Zsuzsanna Jakab. La UE destaca también que sólo quedan dos países que carecen de un registro de transmisiones: España e Italia.

La tendencia a la heterosexualización de la epidemia comenzó en 1999, de acuerdo con los datos de nuevos infectados de los 17 países que tenían entonces registro, que el ECDC ha conseguido recopilar ahora por primera vez. Ése fue el primer año en el que los casos de transmisión heterosexual superaron a los de hombres que tienen sexo con hombres (unos 3.000 en ambos casos). Actualmente, los cálculos son que en Europa viven alrededor de 1,1 millones de personas con VIH, y cada año se infectan unas 32.000, es decir, uno de cada tres nuevos casos no queda registrado. El país que más nuevos casos registra es Portugal (251 por millón de habitantes), seguido de Rusia (247) y Ucrania (243). En España, extrapolando las estimaciones del Plan Nacional contra el Sida, salen unos 70 nuevos casos por millón.

La diferencia está en que, mientras los casos por sexo sin protección entre hombres y mujeres ha ido en aumento en la última década, el de las relaciones homosexuales estaba en 1999 en decadencia. Esa tendencia se invirtió en 2001, de acuerdo con los datos de esos 17 países (entre ellos, algunos tan representativos como Alemania, Francia, Reino Unido y Polonia). La tercera vía de transmisión más habitual, las jeringuillas intravenosas compartidas por usuarios de drogas, se mantiene estable e incluso registró un ligero descenso en los últimos tres años, destacó Jakab en la reunión anual sobre VIH/Sida de la UE, celebrada la semana pasada. En Estados Unidos y Canadá, región equiparable en desarrollo a Europa, la situación es diferente. Ahí la transmisión homosexual sigue siendo la predominante, de acuerdo con los últimos datos de Onusida.

Las cifras son importantes porque es la primera vez que el ECDC realiza un estudio con datos de todos los países europeos, tanto los de la UE como los demás. Además, se centra en el número de personas con VIH y no en los diagnósticos de sida. Estos últimos han ido descendiendo en los países ricos por efecto de la extensión de los medicamentos antivirales, que frenan el desarrollo de la enfermedad, lo que ha creado una sensación de falsa seguridad en muchos sectores, que les ha llevado a rebajar las medidas de prevención, indicó Jakab.

La edad media de los nuevos casos es de 35 años, de acuerdo con el estudio europeo, aunque hay una gran dispersión. En los países bálticos, por ejemplo, se infecta a gente más joven. El récord inferior lo tiene Letonia, con 28 años; el superior, Francia, con 37.

Jakab aprovechó la oportunidad para insistir en la importancia de extender los análisis para detectar a las personas con VIH. Según los cálculos del ECDC, el 25% de quienes no saben que tienen el virus son responsables del 54% de las nuevas infecciones. Además, mientras están en la ignorancia, esas personas no reciben tratamiento, lo que supone que desarrollan sida antes, y que cuando acuden al sistema sanitario es más difícil -y más caro- recuperarlos.

El tema de las pruebas es, sin embargo, peliagudo. En países donde es más fuerte el estigma o donde el acceso a la medicación es más difícil, no se puede extender la realización de las pruebas sin riesgo. Además, éstas siempre tienen que ser voluntarias y después de recibir la suficiente información.

Otro asunto importante es el papel creciente de los inmigrantes en la expansión del VIH. En este tema los expertos no se ponen de acuerdo en si se trata de personas que llegan infectadas de sus países de origen, o si contraen el virus en los de acogida. Hay datos en los dos sentidos. Entre aquéllos que se han infectado por vía heterosexual, la proporción de extranjeros que provienen de países con epidemias de sida supone alrededor del 50%, pero hay una elevada variación: del 80% en Islandia a menos del 20% en Portugal.

Los datos descartan uno de los tópicos más frecuentes: el que relaciona VIH con prostitución. Según los datos presentados por Jakab, sólo el 2% de las personas que se dedican a esta tarea están infectadas.

El cómputo imposible

Obtener un registro de las personas con VIH es una aspiración antigua del Ministerio de Sanidad. Pero los intentos han tropezado siempre en la misma piedra: algunas ONG de afectados recelan de que este tipo de ficheros atente contra la intimidad. En un país donde todavía son frecuentes las discriminaciones laborales y sociales, la posibilidad de que esos datos salgan del Ministerio sin asegurar el anonimato la rechazan de plano las asociaciones.Pese a estos obstáculos, ya casi la mitad de las comunidades tienen en marcha registros (el llamado SINIVIH). Estos datos son los que utiliza Sanidad para programar sus actividades, desde campañas de prevención hasta distribución de medicamentos, una partida que puede resultar muy cara (un tratamiento medio de los que toman aproximadamente 70.000 personas en España cuesta unos 10.000 euros al año).La directora del Centro Europeo de Control de Enfermedades, Zsuzsanna Jakab, consciente de los problemas, no quiso reprochar a la ministra de Sanidad, Elena Salgado, la falta de estos datos.Sólo España e Italia son incapaces de dar una cifra de los nuevos diagnósticos de VIH. En el caso español esto es llamativo, sobre todo porque es uno de los países con mayor número de infectados, y porque el modelo de la expansión del virus es diferente al de la mayoría de los países de su entorno: el VIH se expandió, primero, entre usuarios de drogas intravenosas inyectadas, una situación que ahora se repite en los países del este de Europa, nuevo foco de la epidemia.

“Que no te peguen por gay es una suerte”

Más de un centenar de menores homosexuales y transexuales relatan las agresiones y el aislamiento que padecen

Charla sobre diversidad sexual en el instituto Duque de Rivas en Madrid

Charla sobre diversidad sexual en el instituto Duque de Rivas en Madrid. / RICARDO GUTIÉRREZ

A los 14 años, Pedro ya lo tenía claro: era gay. Después de tantear a sus amigos -“lo aceptaron bien, sin problemas, aunque no con naturalidad”-, afrontó su siguiente reto. Sus padres eran “modernos y liberales”, dice. Por eso su reacción le dejó aún más descolocado. “Me dijeron que era imposible que ya supiera que era gay, que era muy pequeño y que me olvidara del tema”. Hace tres años de aquello.

Pedro -su nombre, como el de otros protagonistas de esta historia, es supuesto- tiene 17 años y estudia 2º de Bachillerato en La Rioja. Todavía le remuerde lo que sucedió. “Yo fui incapaz de decir nada, de contestarles, de explicarles que estaba segurísimo de lo que sentía. Desde entonces no he vuelto a hablar con mis padres del tema, que se ha convertido en algo tabú. Lo que sucedió me marcó mucho, me dejó destrozado, pasé unos días horribles, y todavía ahora sigo sintiéndome incapaz de volver a sacar el tema con ellos, a pesar de que sé que debo hacerlo”, cuenta por correo electrónico.

Algo parecido le pasó a Inés. “Mi madre no se creía que a los 14 años ya pudiera tener definida mi condición sexual. Me dijo que no tenía nada en contra, pero que sencillamente no se lo creía aún. Con 15 me volvió a preguntar si me seguían gustando las chicas. Y le dije que sí. Ella a su bola… seguía empeñada en que era una fase. A los 16 volvió a preguntar…y le dije que sí. Añadí que de hecho tenía novia. Entonces acabó creyéndolo”, escribe desde Alcobendas (Madrid).

“Cuando descubres tu homosexualidad con 13 años te sientes absolutamente desamparado. Nadie te ha explicado que eso te pudiera pasar y no tienes ayuda de nadie. Eres un crío de 12, 13 o 14 años, casi un niño, que te encuentras con un problemón que te tienes que tragar tú solito. Yo quería vivir con absoluta normalidad, soñaba con un mundo donde poder expresarme libremente, donde todo el mundo me entendiera, donde no tuviera que esconderme ni estar callado; pero salía a la calle y me encontraba otro mundo, otra sociedad. Una sociedad que parece creer que los homosexuales sólo existimos a partir de los 18 años. Es indignante”, insiste Pedro.

“Creo que a los jóvenes homosexuales no se nos tiene en cuenta para nada. Es como si la homosexualidad apareciera a partir de los 18, 19 años por lo menos”, remacha Vanessa.

Pero si la relación con la familia es problemática, la mayor exclusión se vive en los centros educativos. “Por suerte soy fuerte de carácter. Muchas veces me insultaron, me tiraron escupitajos, me golpearon. En el colegio es un acoso continuo. Pasas por una ventana y te dicen: ‘¡Maricón!”, relata Jaime, que tiene 17 años y vive en San Sebastián. “Del colegio sólo una profesora [sabe que soy gay]. Mejor así, que los alumnos allí buscan amargarte”, dice José, de 17 años, en un correo que envía desde Algeciras (Cádiz).

Pedro, Inés, José y Vanessa son algunos de los más de 100 adolescentes no heterosexuales de entre 12 y 18 años que han participado en el estudio Adolescencia y sexualidades minoritarias, elaborado por la Comisión de Educación del Cogam (Colectivo de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales de Madrid) en colaboración con el departamento de Antropología Social de la Universidad Autónoma madrileña.

“Resulta curioso que la a hora de hablar, recurran a la palabra suerte: han tenido suerte con sus amigos, han tenido suerte en no recibir palizas… Situaciones que para otros adolescentes forman parte de la normalidad”, reflexionan los autores del estudio, Jesús Generelo, José Ignacio Pichardo y Guillem Galofré. “Con los que no pasa nada, te haces amigo, puedes ir al cine con ellos, lo saben y no te pegan”, cuenta David, un transexual de Barcelona que ya ha cumplido los 18 años. “Que no te peguen por ser gay es una suerte”, afirma José.

El problema se extiende a todos los ámbitos. Ni las revistas para jóvenes, ni los videojuegos, ni la televisión, ni los lugares de ocio, ni los educativos. Ni siquiera las asociaciones son un lugar asequible para ellos. En muchas, el estigma que asocia pederastia con homosexualidad, unida a la falta de subvenciones, impide que tengan programas de atención específicos. En el de Atención a Lesbianas, Gays y Transexuales de la Comunidad de Madrid, por ejemplo, a los menores se les pide que acudan acompañados de sus padres. Pero, ¿cómo van a hacerlo cuando lo que quieren es ayuda para decirles que no son el hijo o la hija heterosexual que ellos esperaban?.

La solución, coinciden encuestados e investigadores, está en Internet. “Sin Internet y sin amigos que conozcan lo tuyo, es más complicado ligar. He tenido la suerte de que tengo esas dos opciones, por lo que me ha sido fácil. Si a eso le sumas que vas a discotecas donde hay gente con tu misma opción, la cosa se multiplica por 10”, dice José, quien tuvo su primer novio con 15 años y ahora mantiene una relación con otro chico, que no vive en su ciudad.

Pero incluso este recurso les está, a veces, vedado. En algunas librerías públicas y centros educativos tienen instalados filtros que impiden que los jóvenes accedan a las webs de las asociaciones y otros grupos de ayuda, “aunque sí permiten entrar en otras de contenido homófobo”, indica el estudio. Por eso, Pedro y tres adolescentes más han puesto en marcha un ciber-lugar de encuentro: Pisando fuerte (http://adolescentesglbt.blogspot.com).

Y una última reflexión de los investigadores: estos testimonios son de adolescentes que tienen clara su orientación. ¿Qué estará pasando con todos los que tienen dudas, no disponen de Internet o son menos fuertes?

El modelo de Rivas

Cuando casi lo más seguro para un adolescente no heterosexual es quedarse en el armario, hay iniciativas que ofrecen un atisbo de esperanza. El estudioAdolescencia y sexualidades minoritarias no ha podido dejar de destacar una excepción: la tarea del instituto Duque de Rivas en Rivas-Vaciamadrid (Madrid).Ahí, un profesor ha creado -con el apoyo del claustro- una tutoría específica para alumnos gays, lesbianas o transexuales. Hasta ahora ha atendido a ocho, dos de manera presencial y el resto por Internet.La tutoría ha sido el último paso de una intensa campaña de sensibilización iniciada por José Joaquín Álvarez, que comenzó invitando al Colectivo de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales de Madrid (Cogam) a dar una charla sobre sexualidad.Pero estas actuaciones son una excepción. En muchos centros ha bastado que un padre protestara ante el “adoctrinamiento” o el “proselitismo” homosexual de sus hijos para que actuaciones similares -o más sencillas, como repartir una guía sobre sexualidad- se suspenda. En Rivas, una madre protestó, pero la directora del instituto le explicó el objetivo del programa, y le ofreció que su hija no participara si no quería. Tras la reunión, la alumna asistió, sin más problema, a las siguientes actividades.