El contagio Zapatero

El Vaticano ya temió en 2005 que el modelo español iba a extenderse al resto de Europa

Cada país a su manera, el matrimonio entre personas del mismo sexo se abre camino poco a poco en el mundo civilizado sin que el Vaticano salga de su asombro. ¿Dónde las raíces del cristianismo?, se preguntan los jerarcas de la Iglesia romana. El referéndum en la muy católica Irlanda les ha colmado el vaso de la desolación, mucho más después de conocer el apabullante resultado de las votaciones. No ha sido un Gobierno desviado, ni unos diputados anticlericales, ni la traición de políticos que creían fieles quienes han tomado la decisión. Es el pueblo de Irlanda en referéndum, ¡la Irlanda católica!

“Europa es una viña devastada por jabalíes”, proclamó el pontífice emérito Benedicto XVI poco después de ser elegido Papa, en abril de 2005. Por entonces, el Gobierno de Rodríguez Zapatero estaba empeñado en reformar el Código Civil para permitir contraer matrimonio a parejas del mismo sexo y otorgarles los derechos de las uniones heterosexuales, incluida la adopción. El Congreso de los Diputados respaldó esa modificación por mayoría absoluta (187 votos) frente a 147 contrarios, procedentes del PP (menos el voto de la ex ministra Celia Villalobos) y de varios diputados de Convergencia i Unió. El Partido Popular tiene recurrida ante el Tribunal Constitucional esa reforma.

Conviene recordar cómo se tomó el Vaticano aquella legalización en España, antaño la reserva espiritual de Occidente. Las execraciones contra el Gobierno Zapatero parecen ahora de los tiempos de la Inquisición, o peores. Para los obispos, su organización no había sufrido antes ni las catacumbas de Nerón, ni la persecución de Diocleciano, ni la Revolución Francesa, ni la pérdida de los Estados Pontificios. La legalización del matrimonio gay era “el momento más excepcional de la Iglesia en 2000 años”. “Estamos en una situación única en la historia de la humanidad”, sentenció el portavoz episcopal.

Cosas de Zapatero, se pensó entonces, pese a que en 2005 ya había dos naciones europeas (Holanda y Bélgica) que permitían las uniones gays. Hoy son ya una veintena. Los mentideros de Roma, azuzados por la jerarquía del catolicismo español, creían que el presidente era un furibundo laicista y hasta un comecuras, pero que su modelo de Gobierno no corría peligro de contagiarse al resto de Europa. En cambio, el mundo político italiano curioseaba lo que ocurría en España. La intriga llegó tan lejos que la Mostra de Cine de Venecia de aquel año presentó en su sesión de clausura, con gran regocijo mediático, el documental ¡Viva Zapatero!, de Sabina Guzzanti.

Además de negar al Estado capacidad para intervenir en la organización de la sociedad -“el Gobierno no puede legislar sobre derechos inexistentes”, llegó a decir el cardenal Rouco-, los obispos llamaron a la desobediencia con apelaciones como la del entonces cardenal de Barcelona, Ricard Maria Carles, que equiparó la obediencia en la aplicación de la reforma con el “obediente” exterminio de personas en Auschwitz. En consecuencia, decenas de prelados salieron a las calles de Madrid en ruidosa y multitudinaria manifestación y jaleando tesis sostenidas terquedad. “Los homosexuales son unos pobres diablos que, enfermos de muy mala manera, pasan la vida en un infierno o se arrastran por el fango del pecado, luchando algunos de ellos a brazo partido para curarse”, sostiene todavía el obispo de Alcalá de Henares, Juan Antonio Reig Pla, ex responsable de las políticas de familia en la Conferencia Episcopal.

Comportamiento tan exaltado contra una ley estatal tenía antecedentes. Recordaba lo ocurrido cuando el Gobierno decidió en 1870 legalizar el matrimonio civil. Lo había hecho antes media Europa siguiendo el ejemplo del código napoleónico sobre el matrimonio entre personas de diferentes creencias y sin tocar la indisolubilidad del vínculo eclesiástico. “Es la ley de la mancebía. El matrimonio civil no será jamás otra cosa que un inmoral concubinato o un escandaloso incesto”, argumentaron los obispos de entonces.

El matrimonio homosexual en el mundo

HOMOSEXUALIDAD Marco legal

Una veintena son los países que tienen reconocido el matrimonio homosexual, más de la mitad de ellos en Europa. En siete sigue penado con la pena de muerte. En 39 supone la cárcel. Las uniones homosexuales son muy antiguas, pero la generalización de un movimiento organizado con objetivo de buscar un reconocimiento legal surge a fines del siglo XX.

En la actualidad el matrimonio homosexual es legal en Holanda,Bélgica, Canadá, España, Sudáfrica, Noruega, Suecia, Portugal,Islandia, Argentina, Dinamarca, Nueva Zelanda, Uruguay, Francia,Luxemburgo y Brasil. A los que hay que sumar Irlanda que ha reconocido este sábado en referéndum el matrimonio homosexual.

Irlanda

Irlanda ha decidido en rerférendum legalizar el matrimonio entre parejas del mismo sexo. Será reconocido por el artículo 41 de la Carta Magna, lo que le concederá protección constitucional y le equiparará al matrimonio convencional.

Los detractores, entre los que figuran grupos antiabortistas, ultraconservadores y la Iglesia católica, sostienen que estas uniones atentan contra los valores de la familia tradicional y que modificarán radicalmente los procesos de adopción y de maternidad subrogada, al tiempo que erosionarán los derechos del menor.

La República de Irlanda ya promulgó en 2010 la ley de Relaciones Civiles que, por primera vez en este país, concedía reconocimiento legal a las parejas de hecho del mismo sexo, pero eludía calificar a esas uniones de “matrimonio”.

Países Bajos

Fue en el año 2001 cuando los Países Bajos se convirtieron en el primer estado en dar luz verde al matrimonio homosexual. Seis años costó llegar hasta este reconocimiento, después de que el Gobierno encargara a una comisión parlamentaria investigar el matrimonio entre personas del mismo sexo. El 1 de enero de 1998 entró en vigor la ley que permitía las uniones civiles. el 1 de abril de 2001 lo hacía el matrimonio homosexual. Según la oficina estadística de los Países Bajos, desde que entrara en vigor y hasta 2005 se han registrado 6.600 matrimonios.

España

El reconocimiento al derecho al matrimonio a las parejas del mismo sexo llegó a España de la mano del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en 2005 no sin el rechazo del grupo parlamentario ‘popular’ que llevó la Ley del Matrimonio Homosexual al Constitucional. La Ley generó una gran polémica entre la opinión pública. Por una parte, la Iglesia Católica y grupos conservadores la rechazaron de pleno. Sin embargo, un 66% de la población le mostró su apoyo y otro 56% era partidario de que los matrimonios homosexuales pudieran adoptar. Según datos del INE, unas 4.500 parejas del mismo sexo se casaron durante el primer año de vigencia de la ley y hasta finales de 2010 se celebraron 19.643 matrimonios entre personas del mismo sexo.

Bélgica

En Bélgica entró en vigor el 30 de enero de 2003 con algunas restricciones para las parejas extranjeras que más tarde se subsanaron y para la adopción de niños. Finalmente sí se permitió que adoptasen y la afiliación de hijos nacidos dentro del matrimonio.

Sudáfrica

El matrimonio entre personas del mismo sexo fue legalizado en Sudáfrica el 30 de noviembre de 2006, cuando se promulgó la Ley de Uniones Civiles. Sudáfrica se convirtió así en el primer país del continente africano en permitir el matrimonio homosexual. Su camino comenzó en el año 2002, a Corte Superior de Sudáfrica indicó que es discriminatorio e inconstitucional que la ley sudafricana no permita el matrimonio entre personas del mismo sexo. En 2005, el Tribunal Constitucional dio al Parlamento 12 meses para que promulgara una ley que reconociera estas uniones.

Portugal

Es una de las más recientes, del año 2010. Promulgada por el Gobierno de Aníbal Cavaco da Silva, la ley entró en vigor en mayo de 2010, con restricciones como el tema de la adopción que aún está prohibido. Según el Eurobarómetro realizado entre septiembre y octubre de 2006, el 29% de los portugueses apoyaba el matrimonio homosexual, muy por debajo de la media europea, situada en el 44%.

Canadá

Canadá fue el primer país del continente americano en reconocer el derecho al matrimonio entre parejas del mismo sexo. Lo hizo en el año 2005 a nivel nacional, ya que anteriormente había varios regiones que ya lo tenían reconocido. La creación de la Ley C-38 amplía el derecho de casarse a las personas que viven en el resto del país y redefine el matrimonio en el nivel federal a “una unión legal entre dos personas”, en lugar de “una unión legal de un hombre y una mujer.”

Noruega

Fue legalizado el 1 de enero de 2009, aunque las uniones civiles estaban permitidas desde 1999. La nueva legislación modificó la definición de matrimonio civil haciéndolo neutral al género. Además de proporcionar una definición de matrimonio neutral al género, el proyecto de ley estableció que cuando dos mujeres se casan y una queda embarazada por inseminación artificial, ambas tendrán todos los derechos de maternidad desde el momento de la concepción.

Suecia

Cinco meses después de que lo aprobará Noruega, le llegó el turno a Suecia. La ley contó con el apoyo del partido de la oposición e incluso con el de la iglesia de Suecia. En octubre la Iglesia también votó a favor para que los sacerdotes puedan casar parejas del mismo sexo en ceremonias.

Islandia

En 1996 el país permitió las uniones civiles, pero no fue hasta 14 años después cuando se dio luz verde al matrimonio entre parejas del mismo sexo.

Además Islandia reconoce el derecho de asilo político para los ciudadanos de países donde las personas son perseguidas a causa de su orientación sexual.

Argentina

El proyecto, impulsado por un grupo de senadores de distintos partidos, fue aprobado el 15 de julio de 2010, aunque no sin generar un gran debate en el país y la oposición de la Iglesia y los partidos conservadores. Según la ley vigente, entre los 10 países en el mundo donde se permite el matrimonio homosexual, Argentina es el único país que lo garantiza globalmente independientemente de la nacionalidad y condición de residencia.

Dinamarca

Dinamarca posee una legislación a favor de la no discriminación de las personas LGBT. Además ha sido pionera y referente en la aplicación de estas políticas antidiscriminatorias.

Dinamarca fue, en 1989 el primer país del mundo en reconocer a las parejas del mismo sexo con una ley de uniones civiles, esta ley fue aprobada por todos los partidos del parlamento danés, exceptuando el Partido Popular Cristiano. El 7 de junio de 2012 el Parlamento aprobó una ley que reconoce el matrimonio entre personas del mismo sexo, tanto civil como de la Iglesia de Dinamarca.

Además, una encuesta realizada en 2006 por el eurobarómetroreveló que el apoyo de la población al matrimonio entre personas del mismo sexo se situaba en el 69%. Apoyo que sólo se superaba en los Países Bajos y Suecia con un 82% y un 71% respectivamente.

Nueva Zelanda

El ambiente gay friendly se resume en el hecho de que hay varios miembros del Parlamento que pertenecen a la comunidad LGBT, los derechos de los homosexuales están protegidos por la Ley de Derechos Humanos de Nueva Zelanda, y las parejas del mismo sexo son capaces de contraer matrimonio a partir de 2013. Las relaciones sexuales entre hombres fueron despenalizadas en 1986.

Las personas pertenecientes a la comunidad LGBT (lesbianas, gais, bisexuales, transgénero y/o transexuales) tienen los mismos derechos legales que otras personas en Nueva Zelanda

Uruguay

Los derechos de los homosexuales en Uruguay se encuentran entre los más liberales de América. La actividad sexual entre personas del mismo sexo es legal, se han decretado leyes contra la discriminación y a los homosexuales se les permite servir abiertamente en las Fuerzas Armadas.

Desde 10 de enero de 2008 pueden reconocer legalmente su concubinato, situación legal que proporciona la mayor parte de los derechos del matrimonio, y que desde finales de 2009 se reformó para que incluyese el derecho de adopción, convierténdose Uruguay en el primer país de Latinoamérica en permitir la adopción de niños por parte de parejas del mismo sexo.

El 10 de abril de 2013 la ley de “Matrimonio igualitario” fue aprobada en el parlamento uruguayo. Dicha ley incluía entre otras cláusulas la modificación del artículo 83 del Código Civil, la cual añade la siguiente definición: “El matrimonio civil es la unión permanente, con arreglo a la ley, de dos personas de distinto o igual sexo”.

Francia

El matrimonio entre personas del mismo sexo es legal en Francia a partir de 2013.

En 2006 el 62% de la población, según las encuestas, apoyaba la legalización del matrimonio homosexual, en contra del 37%, a pesar de esto, al 55% no le parecía bien la idea de que estos pudiesen adoptar niños.

El 23 de abril de 2013, después de la aprobación de ambas cámaras legislativas al proyecto de ley que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo, incluida la adopción de niños por estas,Francia se convirtió en el 14º país del mundo en legislar sobre el tema. La votación de la izquierda en la Asamblea Nacional de ese país fue clave para la aprobación del proyecto de ley, donde 331 diputados votaron a favor y 225 en contra.

Luxemburgo

La homosexualidad en Luxemburgo es socialmente tolerada, siendo ampliamente respetada y aceptada. Fue totalmente despenalizada en 1795. En 1992 se igualó la edad de consentimiento para las relaciones homosexuales a las heterosexuales situadas en los 16 años, mediante la nueva sección 372 del código penal. Desde 1997 existen leyes que prohíben la discriminación por orientación sexual.

La legislación de Luxemburgo establece en su código penal una prohibición de la discriminación en base a la orientación sexual desde 1997.

Brasil

El reconocimiento legal de las parejas homosexuales en Brasil es complejo. No existe una ley de matrimonio y la ley para creación de las uniones civiles, presentada en 1995 por Marta Suplicy, nunca ha sido presentada a votación. En cambio, los derechos ganados provienen de decisiones judiciales, comenzando por la decisión del Tribunal Superior de Justicia en 1989, que reconoció que las parejas homosexuales forman una “sociedad de facto”. En los últimos 20 años las decisiones judiciales han ido reconociendo derechos y acceso a las parejas homosexuales a diferentes instituciones que regulan la cohabitación doméstica heterosexual, de larga tradición en Brasil, incluyendo el reconocimiento como “miembros de una familia”.

EEUU

El matrimonio entre personas del mismo sexo es reconocido por cinco Estados y por el Distrito de Columbia. Hawái, Nueva Jersey, Delaware, Rhode Island, Washington, California, Oregón, Nevada y Illinois han creado uniones legales que, aunque no son llamadas matrimonios. El presidente Barack Obama que en las elecciones de 2008 se mostró en contra de denominarlo matrimonio, ha cambiado su postura y asegura que los “deberían ser legales”. Probablemente si vence en las elecciones de noviembre promulgue una ley a nivel nacional que reconozca este derecho.

México

El Distrito Federal reformó seis artículos de su código civil, en especial el 146 para que, en lugar de establecer “el matrimonio es la unión libre de un hombre y una mujer (…)”, como antes decía, señale actualmente que es “la unión libre de dos personas (…)”

Irlanda vota sobre el matrimonio gay pendiente del voto oculto

Las encuestas auguran una victoria del sí pero el voto rural puede marcar la diferencia

Ciudadanos de Dublín pasan por delante de un cartel a favor del sí en el referendum sobre el matrimonio gay

Ciudadanos de Dublín pasan por delante de un cartel a favor del sí en el referendum sobre el matrimonio gay. / PAUL FAITH (AFP)

Los vecinos de las islas de la costa atlántica de Irlanda se convirtieron ayer en los primeros habitantes del mundo en votar sobre la legalización del matrimonio homosexual. “Ha sido el mejor referéndum, sin un solo cartel en las calles”, bromea en el Irish Timesun vecino de la isla de Inishbofin, en Galway, quejoso de la indiferencia tradicional del Gobierno hacia estas tierras. Para facilitar las labores de recuento de los votos, las urnas se abrieron el jueves en 12 islas del oeste del país, de Donegal a Galway, antes de que hoy el resto de los irlandeses decida en referéndum si añade una frase a su Constitución que permita a las personas del mismo sexo contraer matrimonio.

Las urnas han abierto a las siete de la mañana de este viernes en el resto de Irlanda y permanecerán abiertas hasta las 10 de la noche. Algo más de 3,2 millones de irlandeses mayores de edad, de un total de 4,5 millones de habitantes, se han registrado para votar. Deberán responder, marcando la casilla del sí o la del no en la papeleta blanca, si la Constitución irlandesa debe cambiarse para incluir la siguiente frase: “Pueden contraer matrimonio de acuerdo con la ley dos personas sin distinción de su sexo”. Habrá otra papeleta, de color verde, en la que los irlandeses podrán votar si se reduce o no el límite de edad legal (de 35 a 21 años) para poder ser candidato a presidente.

Irlanda se ha sumado a la tendencia global de extender el derecho a contraer matrimonio a las personas gais. Las bodas entre personas del mismo sexo son legales en 19 países de todo el mundo, en todo su territorio. Además, dicho derecho se reconoce en parte del territorio de Estados Unidos, México y Reino Unido (el matrimonio gay sigue siendo ilegal en Irlanda del Norte, una de las cuatro naciones que lo componen).

Dos motivos convierten el caso irlandés en especial. El primero, de carácter técnico, es que aquí son los ciudadanos con sus votos quienes deciden sobre el tema. Esto obedece a que es preceptivo un referéndum para modificar la Constitución del país.

El segundo motivo es de carácter histórico: el país, en el que hasta hace poco la Iglesia Católica tenía un importante peso en la política, fue uno de los últimos del mundo occidental en que la homosexualidad constituía un delito castigado con penas de cárcel. No fue hasta 1993 que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos declaró ilegal la legislación hasta entonces vigente, heredada de la vecina Inglaterra. La misma legislación por la que el célebre dublinés Oscar Wilde fue enviado a la cárcel de Reading, desde la que escribió su inmortal balada.

El referéndum se celebra en cumplimiento de una recomendación que la Convención Constitucional nacional formuló en 2012. Hace tres años el vice primer ministro laborista Eamon Gilmore se refirió al matrimonio entre personas del mismos sexo como “el asunto de derechos civiles de esta generación”. Todos los partidos políticos han pedido el voto por el sí en el referéndum. Y todos los sondeos publicados vaticinan una amplia victoria de sí. Aunque el margen se ha ido estrechando y todos esperan un cierto afloramiento del llamado voto del “no tímido”.

La calles de la ciudad de Dublín, en cuya área metropolitana vive más de un 30% de los 4,5 millones de habitantes del país, son un clamor por el sí. Pero no hace falta irse muy lejos de la capital para comprender que el fenómeno no se extiende a todo el país.

Liz Brockledank, Tony Keddy y Paul O’Connor, en un banco de Greystones, votarán no en el referéndum

Liz Brockledank, Tony Keddy y Paul O’Connor, en un banco de Greystones, votarán no en el referéndum. / LIONEL DERIMAIS

A solo una hora en tren de la capital, en el próspero pueblo costero de Greystones, la anciana señora Una (prefirió no dar su apellido) mojaba las yemas de sus dedos en agua bendita antes de entrar, la víspera del referéndum, a la Iglesia del Santo Rosario. Se arrodillo ante la última bancada del templo vacío y pronunció en silencio sus oraciones diarias que incluirían, esta vez, una plegaria por el no en el referéndum. “Todo esto se nos ha ido de las manos”, opinaba antes de entrar. “No tengo problemas con los gais, aunque no conozco a ninguno, pero creo que esto no es bueno. ¿Cómo pueden casarse dos hombres o dos mujeres?”.

En al banco junto a la entrada a un supermercado, los jubilados Tony Keddy y Paul O’Connor comparten la misma opinión. Ambos votarán no. Keddy, antiguo taxista, cree que ganará el sí, no obstante, pero que lo hará por menos margen del que la gente espera. “Yo apuesto por un 55% a 45%”, aventura.

“Nosotros crecimos con un padre y una madre, creo que eso es lo normal”, explica O’Connor. “Pero aquí en los pueblos nadie habla de esto. De hecho, creo que es la primera vez que hablo de ello. En Dublín dicen que solo se escucha el sí. Pero creo que es la mayoría silenciosa, como nosotros, la que marcará la diferencia en las urnas”. Mañana sábado, a lo largo de la tarde, se sabrá si O’Connor tiene razón.

“Los gais en Irlanda ya no somos monstruos, sino hijos y vecinos”

DAVID NORRIS | SENADOR Y ACTIVISTA.Norris es el hombre que logró la descriminalización de la homosexualidad en el país

David Norris, retratado en su casa de Dublín

David Norris, retratado en su casa de Dublín. / LIONEL DERIMAIS

Es el intelectual que rehabilitó el prestigio de James Joyce en Irlanda. Fue el primer cargo electo abiertamente gay del país, es senador independiente desde 1987 y se presentó a presidente en 2011. Pero David Norris, de 71 años, pasará a la historia como el hombre que logró la descriminalización de la homosexualidad en Irlanda, tras emprender un largo proceso judicial que terminó con unpronunciamiento del Tribunal Europeo de Derechos Humanos en 1988. Cinco años después la homosexualidad era legal. Recibe en su casa a EL PAÍS dos días antes del referéndum por el matrimonio gay.Él, advierte, no planea casarse. “Después de tantos años empujando la barca, al final he olvidado subirme en ella”, lamenta. “Pero sería muy bello verla partir”.

Pregunta. ¿Cómo se siente, después de tantos años de lucha, al ver partir esa barca?

Respuesta. Es una notable trayectoria para una vida el pasar de ser definido como un delincuente por tu sexualidad a poder, si gana el sí en el referéndum, casarte con la persona que elijas. Es maravilloso que los ciudadanos irlandeses voten que sea un ciudadano como ellos.

P. ¿Qué ha cambiado en Irlanda en todos estos años?

R. En los años 50 y 60 la Iglesia Católica tenía un fuerte mando sobre la política. La legislación se enviaba al arzobispo de dublin para que la aprobara. Pero ha habido una cascada de escándalos de abusos sexuales a niños en la Iglesia, en los que no solo fueron los perpetradores, sino que la jerarquía deliberadamente los protegió y facilitó sus apetitos violentos. Otro cambio es que en la Irlanda en la que yo crecí había una emisora de radio, ninguna televisión y casi ningún periódico extranjero. Ahora la explosión de los medios ha derribado los muros de aislamiento. Por último, cuando yo supe que era gay creía que era el único. Debido al silencio, no había modelos de conducta. El proceso judicial en que yo demandé al Estado de Irlanda en el tribunal supremo y luego en el europeo, para cambiar la ley penal por la que los hombres gais podían ir a prisión de 10 años a perpetuidad, en ese proceso hubo testigos internacionales de todo el mundo. Y eso rompió el silencio. Ahora ya no somos vistos como monstruos depredadores, sino vecinos, tíos, hijos.

P. ¿Qué peso tiene hoy la Iglesia en Irlanda?

R. Hay curas muy respetados. Pero la gente ya no acepta la palabra de la Iglesia como ley. Y eso no empezó con la homosexualidad, sino con la contracepción. La Iglesia dijo que era pecado pero la gente vivía sus vidas normales de casados. Esa fue la primera gran ruptura.

P. ¿Cómo era luchar en los años setenta por los derechos de los gais en Irlanda?

R. Lo que me llevó a actuar fue un sentimiento de injusticia e indignación. Después del primer shock de comprender que era gay, me di cuenta de que había una generación antes de mí, empresarios y profesionales exitosos, que tenían sus cenas privadas, y que no hacían nada contra la injusticia. A mi me pudo la injusticia. ¿Y cómo fue? ¡Fue absolutamente maravilloso!

P. Usted citó a un luchador por la emancipación católica irlandesa del siglo XIX, Daniel O’Connell, para hablar de la libertad de los homosexuales.

R. Malvados miembros de la ascendencia protestante privilegiada dijeron entonces que, al dar libertad y dignidad a los católicos, disminuiría su propio sentimiento de libertad. Es lo mismo que dice la gente del no ahora. Él respondió que la dignidad y la libertad humanas no son finitas. No son cosas que, si las divides y se las das a otras personas, te quedas tú con menos. De hecho, al dárselas a otra gente incrementas enormemente el sentimiento de dignidad y libertad para todo el mundo. Y yo creo que eso es cierto y aplicable a extender a los homosexuales el derecho a contraer matrimonio.

P. ¿Cómo valora esta campaña?

R. Ha enriquecido la conversación entre los gais y sus familias y amigos. La parte del no habla de los derechos de los niños, y la comisión del referéndum se ha cansado de decir que eso no tiene nada que ver con lo que se vota. Lo hacen para confundir a la gente. Y la gente confundida vota no.

P. Joyce dijo que la religión, la familia y el nacionalismo eran las fuerzas que oprimían a la sociedad irlandesa.

R. Yo soy una persona religiosa. Una de las pocas que quedan, supongo. La religión estrecha, el nacionalismo estrecho y las constricciones de una familia disfuncional, eso era de lo que Joyce escapaba. El Dublín de Joyce era una ciudad dormida, paralizada. Pero ahora es muy viva y todas las grandes preguntas están sobre la mesa, para que las debatan los ciudadanos. Somos una sociedad más abierta y libre que la de Joyce.

P. ¿Cómo cambiará el país si gana el sí?

R. Será más libre y abierto. Los gais jóvenes podrán respirar mas fácil. Los partidarios del no dicen que los derechos de los homosexuales están protegidos por las provisiones de igualdad en la constitución. Pero esas provisiones estaban ahí cuando demandé al Estado para eliminar la ley que nos criminalizaba. La justicia decidió que no había nada desigual en mandar a los gais a la cárcel. Si gana el sí los gais serán bienvenidos a la sociedad irlandesa como ciudadanos completos e iguales.

Irlanda desafía su pasado ante el referéndum sobre el matrimonio gay

El país católico, donde la homosexualidad fue ilegal hasta 1993, puede convertirse mañana en el primer Estado en aprobar en las urnas las bodas entre personas del mismo sexo

Jóvenes activistas por el sí en la calle Grafton, en el centro de Dublín

Jóvenes activistas por el sí en la calle Grafton, en el centro de Dublín. / LIONEL DERIMAIS

La clave del apasionante momento histórico que está viviendo Irlanda, según Tiernan Brady, está en su tamaño. En este país de cuatro millones y medio de habitantes, explica, los seis grados de separación que supuestamente existen entre cualesquiera personas del mundo se reducen a solo dos grados. “Todo el mundo conoce a alguien que conoce a alguien”, explica este exalcalde de Bundoran, un pueblo del noroeste rural, convertido hace unos meses en director político de la campaña por el sí en el referéndum sobre la legalización del matrimonio gay que se celebra este viernes en Irlanda.

“En comunidades pequeñas la humanidad de una persona se abre paso rápidamente”, prosigue. “Las personas gais y lesbianas no viven en una roca fuera de Irlanda esperando a entrar. Viven en cada rincón del país. Lo más importante es recordar a la gente que esto va de personas. Va de gente a la que conocen. Alguien en su familia, en su calle, en su comunidad. Esa es una de las razones por las que todo aquí se ha movido tan rápidamente”.

Un cartel por el no-Dos hombres no pueden remplazar el amor de una madre

Un cartel por el no: “Dos hombres no pueden remplazar el amor de una madre”. / L.D.

Hasta 1993, en Irlanda, ser homosexual se pagaba con la cárcel.Y este viernes, si las encuestas no se equivocan, este se convertirá en el primer país del mundo que aprueba por referéndum el matrimonio entre personas del mismo sexo. “Yo era un delincuente en la universidad, y ahora estoy a punto de convertirme en un ciudadano de pleno derecho”, explica Brady. “Creo que este mensaje es poderoso para la gente que vive en países donde parece no haber esperanza. Es la demostración de que el mundo puede cambiarse en una generación. Y sin pelearse, solo hablando a la gente”.

El referéndum se convocó porque la ley lo exige para cualquier modificación en la constitución. Pero el hecho de que la decisión se haya dejado a en las manos de todos los ciudadanos, y no de un grupo de políticos o jueces, ha convertido las calles de Dublín en el escenario de un acalorado debate sobre un tema que hasta hace muy poco era tabú. Ha llenado de energía política una sociedad que, sobre todo en su capa más joven, había perdido la fe en la política después del humillante rescate económico al que hubo de someterse el país en 2010, seguido de años de dolorosa austeridad. “Si gana el sí habrá toda una generación de gente que descubra que la política puede funcionar, que puede cambiar las cosas”, resume Brady. “Eso tendrá un efecto profundo mucho más allá de esta campaña”.

La Iglesia Católica sigue teniendo un enorme peso en un país donde el aborto es ilegal, incluso en el caso de violación, y donde el divorcio se legalizó en 1995 y los anticonceptivos solo 10 años antes. Si la homosexualidad se despenalizó hace 21 años, no fue no por un clamor popular, sino porque así lo exigió el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

El 85% de la sociedad irlandesa sigue siendo católica. Pero ya no escuchan tanto los dictados de conducta de una Iglesia duramente golpeada por una sucesión de gravísimos escándalos de abusos sexuales a menores encubiertos por las jerarquías.

La Iglesia, en general, se ha opuesto a la equiparación del matrimonio para personas del mismo sexo. Pero también muchos sacerdotes han pedido el voto por el sí. Contactado por EL PAÍS, un portavoz declina ofrecer una postura oficial alegando que la Iglesia no hace campaña en este referéndum y que se limita a atender las consultas de sus feligreses.

Activistas por el sí en el centro de Dublín-Combate la desigualdad. Empieza por votar sí

Activistas por el sí en el centro de Dublín: “Combate la desigualdad. Empieza por votar sí”. / L.D.

Todos los partidos políticos y todos los grandes periódicos han pedido el voto por el sí. El propio primer ministro, el democristiano Enda Kenny, volvió a pedirlo el miércoles, en la víspera de la jornada de reflexión.

Al Goliat de la campaña del no se enfrentan pequeños davides como Fernando Rodríguez, que exhibe en una acera, acompañado de una amiga, carteles en defensa de la familia tradicional. “Dos hombres no pueden sustituir el amor de una madre”, se lee en uno de ellos. Un hombre se detiene y les mira con cara de desprecio. “Esto es lo más insultante que he oído: yo soy padre soltero”, explica.

Rodríguez, de 27 años, mexicano de padres asturianos, residente en Dublín desde hace nueve años, viene a repartir panfletos cada tarde, cuando sale de su trabajo de becario de marketing. “Toda la información está en el lado del sí”, protesta. “Pero si vivimos en una democracia, debemos informar de las dos opciones”.

El mismo desequilibrio de fuerzas denuncia Evana Boyle, abogada, madre de cuatro hijos, portavoz del recientemente creado colectivoLas Madres y los Padres Importan. “El debate se ha silenciado”, asegura. “Los medios no nos dejan hablar. Ha faltado debate legal y la gente está confundida. Creo que ganará el sí porque la gente ha sido engañada. Creen que votan por lo que sienten hacia los gais, por motivos emocionales, pero es mucho más. Los hombres y las mujeres son diferentes. Traen cosas distintas y los niños tienen derecho a esas dos influencias en su crianza. Es sobre los derechos de los niños. En la constitución, el matrimonio está conectado con la familia, porque con el derecho a casarse está el derecho a tener hijos. El Gobierno dice que se trata de la igualdad de las personas gais, pero no es eso. Creemos que se puede ser igual sin cambiar el matrimonio. Tenemos una de las leyes de parejas de hecho más robustas del mundo”.

El centro de Dublín es un clamor por el sí. Grupos antiausteridad han cambiado su mensaje anticapitalista por uno de igualdad de derechos que gritan por los megáfonos. Un camión de Ben & Jerry’s reparte helados gratis por el sí. Colectivos de artistas jóvenes realizan voluntariosas acciones por las calles comerciales llenas de turistas. El clamor callejero por el sí recuerda al de los días previos al referéndum de independencia de Escocia el año pasado.

En aquella ocasión ganó el no. Aquí las encuestas dan al sí un margen tan amplio que pocos creen que pueda revertirse. Pero en estas islas las encuestas dejaron de creerse el pasado 7 de mayo. Y todo el mundo cuenta con una disminución del margen por el afloramiento del voto del llamado no tímido.

El sí, en cambio, es todo menos tímido. No está permitido el voto por correo, así que jóvenes irlandeses de todo el mundo han viajado estos días a su país para votar. Se han organizado viajes colectivos desde Londres y la demanda ha disparado el precio de los vuelos desde Nueva York o Boston. “Si gana el sí, el mensaje será muy fortalecedor para todos los irlandeses”, opina Brady. “Cada persona gay y lesbiana que ama a su país se podrá levantar a la mañana siguiente y saber que su país les ama también. Es algo muy importante para la gente que ha crecido sin sentir eso. Diremos al mundo que somos tan amigables como la gente cree que somos. Tenemos fama de eso. Sería un fenomenal mensaje de compasión, de humanidad y de esperanza más allá de Irlanda. El cambio puede suceder. No importa lo imposible que parezca. Puedes mover montañas y lo puedes hacer en solo una generación”.

España se despierta a los asistentes sexuales para personas con discapacidad

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Fotograma de ‘The Sessions’ (Ben Lewis, 2012). / Red Camera Pulls – Fox Searchlight

El tópico de que las personas con discapacidad no tienen vida sexual se desmonta poco a poco. Algunas iniciativas pioneras, todas surgidas en Barcelona, tiran por tierra la engañosa asociación de diversidad funcional con asexualidad. Sexo sí, pero también afectividad –e incluso terapia– es lo dicen ofrecer los asistentes que, por intermediación de la asociación Tandem Team, tienen encuentros con los usuarios que así lo solicitan. Pagando o no, y apartados de la heteronormatividad y de la concepción más clásica del sexo.

A Raquel (nombre ficticio) no le gusta hablar de asistencia sexual. “No estoy de todo conforme con la palabra. Yo intento enseñar a las personas a vivir la sexualidad desde su situación, una sexualidad diferente, no necesariamente genital, como está establecido”, señala esta mujer de 39 años, que realiza esta actividad “como un complemento” a su trabajo habitual. Tiene pareja y muy claro que no quiere esconderse. “Mi entorno más cercano sabe lo que hago y lo respetan. Es una satisfacción personal poder abrir ventanas. El sexo no es cómo nos lo han vendido”, admite.

Aquello que se concibe como “erótico” –es decir, lo que se inserta dentro del imaginario colectivo, marcado entre otros por el sistema patriarcal– es cultural y político, explica la antropóloga Andrea García-Santesmases. “Los cuerpos con diversidad funcional no son deseables ni deseantes, además de no capaces y no reproductivos”. Salvo contadas excepciones (‘ The Sessions‘, de Ben Lewin, es una de ellas), no existen en el cine, ni tampoco en la literatura, por lo que no forman parte de ningún imaginario. Y eso provoca, asegura García-Santesmases, que se “queden fuera de las categorías de género hegemónicas”.

Esta exclusión conduce casi de forma unívoca a la estigmatización. “Tener una diversidad funcional –especialmente si ha sido adquirida a lo largo de la vida– cambia tu autoconcepto corporal, tu forma de relacionarte, tus prácticas afectivo-sexuales y tus imaginarios”, señala la antropóloga. Durante varios años, ha trabajado mano a mano con Antonio Centeno en el documental ‘Yes, we fuck’, un proyecto que busca “hackear esa realidad” que percibe a las personas con diversidad funcional como seres no sexuales ni sexuados. “Se trata de que la relación con nuestro cuerpo no sea fuente de problemas, sino de bienestar, también en este ámbito. El deseo y el placer nos atraviesa a todos”, apunta el codirector.

María Clemente, psicóloga especializada en neurorehabilitación y encargada de intermediar entre asistente y usuario en Tandem Team, sabe mucho de los miedos, los tabús y la vergüenza de las personas que acuden a la asociación. “Aquí se quitan una mochila que les pesa mucho, y en muchos casos durante muchos años. Hablan del silencio, de la soledad, de esas murallas invisibles… el resultado es un sufrimiento muy intenso. Esa faceta sexoafectiva está guardada en un cajón”, asegura Clemente.

“Planteo dónde fijo mis límites y el usuario los suyos”

Algunos usuarios y usuarias reconocen que han recurrido a la prostitución para llenar esas carencias. “Muchas veces se quedan más vacíos de lo que llegaban porque implícitamente sienten que deben dar una talla, alcanzar algún objetivo”, indica Raquel. Pero esto es algo más para ella. “La gente que piensa que esto es prostitución lo seguirá pensando porque cuando aparece un concepto nuevo, siempre buscamos la relación con alguno ya asimilado. El elemento transformador de las asistencias sexuales es el hecho de que las personas se sientan deseadas. Eso permite reesctructurar aspectos de la personalidad que estaban bloqueados. El placer puramente sexual es positivo, pero no es restaurador porque es solo físico, sin afecto”, argumenta Clemente tratando de marcar una línea divisoria con el trabajo sexual.

El año pasado, 150 personas con diversidad funcional se pusieron en contacto con Tandem Team. La asociación solo trabaja en la ciudad de Barcelona, aunque suelen recibir llamadas para solicitar información y asistencia de otros lugares. Es la única iniciativa de este calado que existe en España, donde la figura del asistente sexual se mueve en la alegalidad.

A nivel interno, la propia organización tiene un protocolo de actuación, que pasa por una primera reunión entre usuario y asistente en un lugar público. En ese encuentro, cuyo objetivo es crear un ambiente de confianza y bienestar, también se ponen sobre la mesa los límites que ponen cada una de las partes. “Planteo donde fijo mis límites y cuáles son los suyos, qué esperan, si tienen pareja o no y cómo les condiciona… y a partir de ahí enfocamos la sesión”, cuenta Raquel mientras conduce de camino a una de esas reuniones.

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Reunión en la asociación barcelonesa Tandem Team. / Tandem Teamm

En ocasiones el usuario plantea la necesidad de un acompañamiento en el proceso, más allá de los pactos privados. Además, la organización tiene una misión pre y post: al comienzo del proceso realiza entrevistas en profundidad para encajar perfiles -el del asistente es el de una persona con cierta experiencia sociosantiaria, sin motivaciones económicas y con una concepción no genital del sexo- y después entra a recoger el feedback para verificar que todo se ha hecho de forma regular y sin abusos de poder. “A veces hay contraprestación y a veces no, algunas asistencias son totalmente voluntarias. Cuando se recibe dinero a cambio no es por el acto íntimo, sino por la parte más logística (transporte, higiene, movilización si es necesaria…).

Las aristas del debate en España

La defensa de los derechos sexuales de las personas con diversidad funcional ha provocado cambios en las políticas sanitarias de algunos países. El que ha llegado más lejos es Suiza, que cuenta con un modelo que muchos consideran intervencionista y que pasa por encuentros mensuales y asistentes con una formación reglada. El esquema de Bélgica es el que toma como referencia Tandem Team. Allí, esta asistencia se mueve en el vacío legal. En Dinamarca, Suecia, Alemania y Holanda también existen estos servicios, con unos u otros matices. Y en Francia, el debate continúa abierto, marcado por una recomendación del Comité Nacional de Ética, que aconsejó al Gobierno que no legalizara la asistencia sexual a personas con diversidad funcional. Aquí, ese intercambio de ideas -y discrepancias-, propio de un tema con tantas aristas, no es más que un recién nacido.

La única referencia sobre el tema se encuentra en el código ético elaborado conjuntamente por Sex Assistant –la organización pionera en la reflexión teórica en este ámbito– junto a la Asociación Nacional de Salud Sexual y Discapacidad (ANSSYD). El documento incide en la necesidad de un cambio de enfoque: de un modelo meramente asistencial a otro basado en los derechos humanos que reconozca a la persona con diversidad funcional como sujeto titular de derechos y “no solo como objeto de tratamiento y protección social”.

Por el camino se han quedado intentos de formación y desarrollo de asociaciones por los derechos sexuales de las personas con discapacidad. Los contemplaba la conocida como ley Aído de 2010 (Ley Orgánica de Salud Sexual y Reproductiva y de la Interrupción Voluntaria del Embarazos), barrida por la crisis y enterrada por un cambio de Gobierno cuya primera promesa electoral fue cortar de raíz la principal novedad de la norma: eliminar los supuestos para abortar en favor de una ley de plazos.

El asistente tipo: una mujer

Pero a pesar del estancamiento en el ámbito más institucional, el debate da sus primeros coletazos en la sociedad civil. ¿El derecho al cuidado de la salud sexual de las personas con diversidad funcional, reconocido por una convención de la ONU (2006), debe ser satisfecho a cambio de una contraprestación económica? Desde la Federación de Mujeres Progresistas no tienen una posición fundada sobre la asistencia a estas personas. “Es un tema que no hemos tocado”, reconoce su presidenta, Yolanda Besteiro. Otras agrupaciones feministas, como la de Mujeres Juristas Themis,  tampoco entran a valorar la cuestión por “falta de conocimiento”.

“El asistente tipo no deja de ser una mujer y el usuario un hombre. Lo demás parece que se sale de lo esperable”, sostiene Dyon (nombre ficticio), asistente sexual en Tandem Team. Él se considera “un trabajador sexual” y recalca que presta sus servicios “sin caer en el paternalismo ni en la compasión”. En la asociación, de las 12 personas que realizan asistencias de forma regular hay 9 mujeres y 3 hombres. De ellos, un chico y una chica son asistentes homosexuales.

“El enfoque en este ámbito está inclinado hacia lo androcéntrico porque muchas de las personas que hacen activismo son hombres. Para las mujeres, el deseo para con una misma, más allá del enfoque reproductivo, sigue siendo tabú. Un tema que encierra todavía más a las mujeres con discapacidad, cuyo derecho social a una sexualidad no reproductiva está más cuestionado”, concluye la antropóloga Andrea García-Santesmases.

Niños transgénero, un ejercicio de visibilidad positiva

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Niños transgénero / www.atandalucia.org

Conocer la historia de un menor transexual y la aceptación y apoyo de sus padres es un ejercicio de visibilidad positiva que pone sobre el escenario social una realidad común a muchas familias andaluzas, y con ella, la necesidad de abordar esta realidad desde los ámbitos sociales, sanitarios, familiares y educativos. “Es una responsabilidad de padres y madres no callar ni ocultar el posible maltrato que sus hijas e hijos puedan recibir por su identidad de género. La invisibilidad no ayuda a frenar y acabar con la discriminación”, explican desde el área específica de menores transexuales de ATA (Asociación de Transexuales de Andalucía).

Familias de menores y adolescentes transexuales llevan poco tiempo aunando esfuerzos pero consideran muy importante que se conozcan entre ellas, que sepan de sus derechos y que, sobre todo, compartan vivencias y conocimientos. A estas reuniones llevan a sus hijos e hijas, porque también para ellos es importante relacionarse con sus padres y madres, que se sientan parte de la diversidad que existe en la naturaleza. La Confederación Andaluza de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos les ha ofrecido su ayuda para cualquier vicisitud y para informarles de los derechos de los niños en los colegios. Este domingo 19 de mayo celebran un segundo encuentro en Sevilla.

Desde este área, señalan que el género se construye desde los primeros años de vida, lo cual permite que un niño pequeño se dé cuenta cuándo no encaja en el rol que su entorno espera de él. La condición transexual es difícil de entender y explicar en los adultos, pero cada vez se hace más visible entre menores que ni siquiera se han acercado a la adolescencia. El reconocimiento de los padres juega un papel fundamental, según explican desde ATA, para buscar información fiable y así brindar la adecuada atención a los menores que se identifican con el otro sexo. El corto de animación ‘Huellas’, participante en la XI edición del JamesonNotodofilmfest, lo refleja.

Las madres y los padres son más sensibles al “mensaje” que sus hijas e hijos, con su comportamiento persistente, les manifiestan. Según ATA, esta situación provoca que, en vez de querer ocultar u obviar la realidad de sus hijas e hijos, busquen una respuesta, apoyo e información que les oriente y les proporcione herramientas para que éstos tengan un libre desarrollo de su personalidad. Es el objetivo que se pretende, al objeto de aportarles un bienestar y equilibrio emocional que les hará niñas y niños más felices.

“Eso de que es niño o niña, me tienes que convencer”

Eva Witt, cordobesa, madre de un menor transexual de siete años, coordina elÁrea de Familia de Menores Transexuales de ATA . “Piensas que la sociedad está avanzada, pero…” lamenta que “nadie sabe qué hacer” y explica que “entras en un sitio temblando y sales llorando; falta información especializada”. Ha llegado a escuchar frases como “eso de que es niño o niña, me tienes que convencer” o “eso ya te lo diré yo”. “No me pueden someter a un pulso; yo conozco a mi hijo y lo que necesito es que, como madre, me respalde una ley para que él tenga los mismos derechos que cualquier otro”, denuncia Witt, que se muestra “horrorizada” con los “tapujos” que se encuentra en el camino para que su hijo crezca integrado socialmente.

Tratamiento con bloqueadores hormonales

“Hay muy poco respeto hacia las personas transexuales; hay que intentar ponerse en la piel de quien sienta así”, indica Witt, que considera muy importante la posibilidad de que los bloqueadores de hormonas permitan al niño o niña no desarrollar aspectos físicos que no se correspondan con el sexo que sienten como propio desde una edad muy temprana. “¿Cómo se sentiría cualquier niño adolescente si le empiezan a crecer los pechos? Es algo que no queremos vivir. Yo no voy a dejar que mi hijo sea de ese tanto por ciento que trata de suicidarse”.

“Nadie sabe nada sobre transexualidad; en Internet parece que toda está claro pero cuando tú quieres dar los pasos oficiales con tu caso es otra cosa”, lamenta. El tratamiento con bloqueadores hormonales de detención de la pubertad es totalmente reversible, pero “los casos de arrepentimiento en los púberes tratados con bloqueadores de hormonas son del 0%”, explica Witt, que alude también al estudio realizado por la sanidad pública holandesa, que lleva tratando a transexuales desde 1979. “Estamos pidiendo algo que se está haciendo ya”, pero sienten el “prejuicio” contra los transexuales “y contra todos los que aún no han dado el paso de reconocer esta circunstancia”.

El abordaje de los problemas derivados de esta situación en estos ámbitos ha hecho “necesaria” la creación de este espacio familiar de menores transexuales, cuya finalidad no es otra que unir esfuerzos e intercambiar impresiones e información sobre una realidad compartida. Desde esta área consideran que “toda intervención de la comunidad autónoma de Andalucía debe estar presidida por elcriterio rector de atención al interés superior de las personas menores de edad y dirigida a evitar situaciones de indefensión, que garanticen el pleno derecho a crecer y desarrollarse en buena salud y a disfrutar de servicios médicos adecuados. Con este fin deberá proporcionarse el oportuno tratamiento médico relativo a su transexualidad, especialmente terapias de detención de la pubertad”.

Esto es lo que algunas figuras históricas opinaban de la homosexualidad

Artículo publicado en Vanity Fair

Todos ellos se manifestaron en contra de la homosexualidad hace menos de lo que usted cree.

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MARGARET THATCHER

Ayer se cumplieron 25 años de la eliminación de la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y, no se equivoque, no se trata de una mera efeméride. Ha supuesto uno de los mayores hitos de la lucha contra la homofobia, a la altura de los disturbios de Stonewall que supusieron el germen del día del orgullo gay.

Pocos serían los líderes que hoy en día se atreverían a calificar la homosexualidad como una enfermedad (en nuestra civilización occidental y exceptuando Rusia, claro) pero, en el pasado, la excepción fueron los que se mostraron condescendientes con ella. De Margaret Thatcher a Mahatma Gandhi pasando por Tierno Galván, casi todos fueron un reflejo de la homofobia imperante, pero lo cierto es que algunas de esas declaraciones se hicieron hace apenas apenas 30 años y fueron aceptadas por países enteros. Repasamos las opiniones de diferentes líderes mundiales y culturales sobre la homosexualidad, que hoy en día serían totalmente inaceptables.

MAHATMA GANDHI

El padre de la independencia de la India y uno de los mayores hombres de paz de la historia no parecía tener la misma sensibilidad con las relaciones entre personas del mismo sexo. En su libro ‘Todos los hombres son hermanos’, de 1960, escribió esto sobre la homosexualidad: “Me atrevo a sugerir que es una de las doctrinas más peligrosas para predicar en cualquier sitio”. De hecho, lo llegó a calificar como un “vicio occidental”, cuando muchos templos de la India reflejaban en sus relieves relaciones entre personas del mismo sexo. Paradójicamente, Gandhi ha sido relacionado sentimentalmente con el arquitecto alemán Hermann Kallenbach, con el que le unía una estrecha y ambigua amistad de forma epistolar. En las cartas llegaban a prometerse “no mirar con lujuria a ninguna mujer”.

MARTIN LUTHER KING

En 1958 el activista por los derechos civiles escribía lo siguiente en su columna de la revista Ebony a un joven homosexual que pedía su consejo:“El tipo de sentimientos que tienes hacia los niños probablemente no es una tendencia innata, sino algo que se ha adquirido culturalmente”.Luther King confundía homosexualidad con pederastia, uno de los prejuicios más comunes de todas las épocas, y por si fuera poco remataba: “Ya estás en el camino correcto hacia una solución, siempre que honestamente reconozcas el problema y tengas ganas de resolverlo”.

Llama la atención que uno de sus colaboradores más cercanos, Bayard Rustin, y organizador de la marcha sobre Washington de 1963 fuera abiertamente homosexual. Rustin fue el autor de una frase con la que quizás Luther King no hubiese estado muy de acuerdo: “El barómetro para saber cómo está una sociedad con respecto a los derechos humanos no es la comunidad negra, es la comunidad gay. Porque es la que más fácilmente es maltratada”.

WINSTON CHURCHILL

A pesar de su Nobel de literatura y de su estatus de héroe tras la segunda guerra mundial, durante el mandato de Churchill los detenidos por homosexualidad se multiplicaron por cuatro. Miembros de su gabinete le sugirieron rebajar el delito de sodomía sólo a aquellos casos en los que se atentara con la juventud o se promoviera la indecencia. Sin embargo, Churchill se negó en rotundo a suavizarla, es más, declaró. “¿No podemos limitar la publicidad de la homosexualidad, al igual que lo hicimos con el divorcio?”. En lo único que dio su brazo a torcer fue en ‘rebajar’ la pena de cárcel y sustituirla por un tratamiento médico. Aunque parezca un gesto bondadoso, la castración química era una auténtica bomba de relojería para todos aquellos que decidían someterse a ella para no ingresar en la cárcel.

De hecho, el matemático Alan Turing, padre de la informática moderna y gracias al que se descodificaron los mensajes nazis en la guerra, se suicidó en 1954, en pleno mandato de Churchill, por las secuelas de este tratamiento y la opresión de la ley británica, una de las más estrictas de la época. La ley que prohibía las relaciones homosexuales entre adultos no fue derogada hasta 1967 y algunas de sus víctimas, como Alan Turing, no fueron reconocidas hasta bien entrado el siglo XXI.

TIERNO GALVÁN

El que fuera uno de los alcaldes más laureados de Madrid durante la Movida no estuvo demasiado afortunado en una entrevista para Interviú en 1977. “Se trata de personas que han desviado los instintos bien por razon biológica, por razón social o, en muchos casos, porque no han tenido un tratamiento psiquiátrico a tiempo”, declaraba Galván en referencia a los homosexuales.

El por aquel entonces líder del Partido Socialista Popular y candidato a alcalde tampoco era partidario de que se les castigara (recordemos que por aquel entonces regía la Ley sobre peligrosidad y rehabilitación social, heredera de la Ley de vagos y maleantes). “Pero no soy partidario de conceder libertad ni de hacer propaganda del homosexualismo. Hay que poner límites a este tipo de desviaciones”, concluía. De hecho, años después, Eloy de la Iglesia llegó a decir que Tierno Galván había ejercido presiones para que su película El diputado, que hablaba de un político homosexual, no se estrenara. Lo cierto es que las opiniones de Galván iban en la línea de las de muchos líderes de izquierdas, que consideraban la homosexualidad como un síntoma de la degeneración burguesa.

SIGMUND FREUD

“La homosexualidad seguramente no es ninguna ventaja, pero tampoco es algo de lo que avergonzarse. No hay vicio, no hay degradación, no se puede calificar como una enfermedad”, escribía el padre del psicoanalisis a una angustiada madre en 1935. A pesar de que Freud siempre buscara un motivo para todo aquello que acontece en nuestras vidas, con la homosexualidad no fue capaz de decidirse por uno solo y lo calificó como una mezcla de motivos psicológicos y biológicos. Sin embargo, aunque su posición pareciera la más cerca a lo que hoy en día tenemos aceptado, seguía considerándola como algo ‘fuera de lo normal’.

“Me pide que ayude a su hijo, según entiendo, como si pudiera abolir la homosexualidad”, continuaba en su texto. “No puedo prometer hacer eso.En un número concreto de casos en los que tenemos éxito, podemos restaurar los gérmenes de la heterosexualidad que se han deteriorado y que están presentes en todo homosexual, pero en la mayoría de los casos no es posible”, respondía Freud a aquella madre al borde del colapso emocional en plenos años 30.

CAMILO JOSÉ CELA

El Premio Nobel de literatura y Marqués de Iria Flavia pronunció unas polémicas declaraciones en 1998, en el centenario del nacimiento de García Lorca que, hoy en día, le habrían supuesto verdaderos problemas. El autor deLa Colmena dejó claro que si a él le homenajeaban en un futuro no le gustaría que hubiera implicadas asociaciones gays y, aunque dijo que no estaba “ni a favor ni en contra” del colectivo, fue su “me limito a no dar por el culo” lo que encendió a determinados sectores, mucho más sensibles con el tema a finales de los 90. ¿Su mejor crítico? El mismísimo Terenci Moix, que en un artículo en El País le respondía visiblemente ofuscado: “¡A don Camilo nunca le han dado por el culo! Es una excelente noticia que confirma el buen gusto de los gays españoles, incluidos los más gerontófilos. Ignoro cuál será el aspecto de esa parte de la anatomía del marqués-académico, pero no debe de ser muy apetecible a juzgar por el resto.”

RICHARD NIXON

El año pasado unas grabaciones secretas de Nixon sacaron a la luz su verdadera opinión sobre la homosexualidad: “Los gays tienen un problema. Han nacido así. Ya sabes. Eso es todo”, decía en 1971 al consejero de seguridad nacional Henry Kissinger.

“Si miras a lo largo de la historia de las sociedades verás que, por supuesto, mucha de la gente más inteligente -Oscar Wilde, Aristóteles, etcetera- eran homosexuales. Nerón estaba, públicamente, con un chico de Roma. Por Dios, no digo que pasemos a una situación en la que una ley les diga a los niños ‘Salid a la calle y sed gays’, pero el caso es que pueden hacerlo. Solo dejémosles en paz”, decía al respecto. Lo cierto es que si las grabaciones sobre el Watergate le hundieron, éstas le hacen ver como una persona algo más tolerante de lo que parecía, teniendo en cuenta su época y su posición política.

MARGARET THATCHER

“A los niños se les está educando en que tienen un derecho inalienable a ser gays. Todos están siendo engañados desde el comienzo de sus vidas”, declaraba la dama de hierro en un acto del partido Conservador en 1987. Thatcher apoyó en 1967 la despenalizacion de la homosexualidad pero, veinte años después, durante su mandato se mostró tan inflexible con los gays, críticos con su gestión, como con los mineros. Así que aprobó el Artículo 28. Éste decía literalmente que las autoridades locales “no deben promocionar intencionadamente la homosexualidad o publicar material con la intención de promocionarla” o “promocionar la enseñanza de la aceptabilidad de la homosexualidad” en las escuelas. ¿Les suena de algo? Quizás Putin echara un vistazo al legado de Thatcher antes de promulgar la suya. La ley fue abolida 13 años después. En el año 2000. 

El hombre del siglo XXI

Los tiempos cambian y las sociedades también. Si las mujeres todavía tienen objetivos por conquistar en la lucha por la igualdad, según los expertos, los hombres también tienen sus propios retos: adaptarse a esta nueva realidad

FUERZA, decisión, liderazgo. Son características que durante siglos han definido la masculinidad. El hombre se impuso como cabeza de familia, como el encargado de llevar a casa el pan y aquel que ostentaba el poder y la razón en la relación. No obstante, a día de hoy eso está cambiando: la entrada en escena de la mujer en el ámbito de lo público ha trastocado el modelo de masculinidad patriarcal predominante. Todo ello, según los expertos, ha sumido a la sociedad en un estado de transición donde los roles tradicionales han quedado desfasados. ¿Qué se espera entonces del hombre en pleno siglo XXI?

Eduardo Urzelay es sexólogo en el centro Emaize. Al igual que sus compañeros de profesión, él entiende el sexo desde la perspectiva de lo que implica ser hombre y ser mujer. “Es mucho más que el coito”, indica. Para ello, tiene en cuenta tanto las influencias biológicas como las biográficas -vivenciales- y también las culturales. Precisamente en este último ámbito, en el nivel social y educativo, es donde se están dando los cambios.

“Ser hombre y ser mujer ya no se vive de la misma manera que hace unas décadas”, asegura Urzelay. Dicho cambio, explica, guarda una estrecha relación con los procesos sociales, como las reivindicaciones feministas, que se llevan dando activamente desde los siglos XIX y XX. El derecho a las participación política, a unas condiciones laborales más justas y equitativas, etc., lograron que la mujer saliera de lo íntimo -de lo privado- para entrar también en lo público. “Ese cambio en el rol tradicional de la mujer ha hecho que los hombres tengamos que resituarnos”. Pero no de cualquier manera: si históricamente ha primado un modelo de masculinidad único, troncal -el modelo patriarcal-, con esta “recolocación” no ha surgido un solo modelo, sino muchos.

Esto se traduce en la sociedad vasca de diferentes maneras. Por un lado, se está pasando de un modelo patriarcal en el que el hombre solo se encargaba de lo público para poder gestionar también lo íntimo y lo doméstico. “Hay modos de entender la masculinidad que dentro de la familia tienen un rol más cuidador, tanto con los hijos como en el caso de sus mayores”.

Asimismo, Urzelay también indica que están apareciendo hombres más sensitivos y conscientes de sus gustos y sus deseos, dejando de lado ese modelo en el que el hombre tenía que detentar el poder y la iniciativa, de saber el cómo y de qué manera gestionar la intimidad -el deseo- en una relación. “Librarse de las presiones del rendir”, como dice Urzelay. Tras varios años trabajando la terapia sexual, asegura que esto genera todavía muchos problemas y tensiones en la actualidad. “No da más de sí el modelo del fin coital, por lo que hay que pensar en qué es lo que desea cada uno”.

Y todo ello sin olvidar la homosexualidad, cuya socialización progresiva ha aportado otra manera de vivir la masculinidad. “Aunque continúen existiendo estereotipos sociales y culturales, a día de hoy hay que hablar de la masculinidad en plural”.

Pero los cambios siempre provocan incertidumbre. “El no saber dónde estamos y hacia dónde vamos nos produce desasosiego”. Ese es, en opinión de Urzelay, el primer gran reto al que se enfrentan los hombres del siglo XXI. Para ello, alude que cada uno ha de reflexionar, primero, sobre sí mismo, sobre lo que busca y sobre lo que siente; y después, también, establecer un diálogo con las personas con quien se guarde relación. “Es decir, ser conscientes de nosotros mismos y establecer un espacio de tú a tú con tu pareja”. Todo ello, añade, supone un cambio al que hay que ir dando contenido tanto a nivel social y cultural como en el espacio de lo íntimo.

“Somos lo que somos y los hombres somos diferentes a las mujeres”, recalca Urzelay. Después de todo, como apunta, ahí están las influencias biológicas. Aun así, asegura que este es el momento de buscar nuevas formas de relación. “El sexo está pensado para diferenciarnos, pero también para incentivar el encuentro”.

¿SE NACE O SE HACE? Más allá de la Sexología, otra disciplina que también ha estudiado las masculinidades es la Antropología. Esta, por su parte, la comprende como un proceso de creación y de socialización. “La masculinidad no existe siempre, ya que hay culturas donde no la hay”, comenta Carmen Díez, profesora de Antropología Social en la UPV/EHU. Es decir, que se basa en la idea de que la mujer no nace, se hace; y con el hombre más de lo mismo.

En el caso concreto de Euskadi, Díez apunta la gran influencia que tienen las actividades deportivas sobre los hombres como una de las principales características. “Vincular el deporte con la masculinidad es muy típico de aquí”. No solo el fútbol, sino también los herri kirolak y cualquier tipo de ejercicio. Al igual que Urzelay, Díez también ha observado cambios en las masculinidades que conforman la sociedad vasca. Nuevas formas de vivir la paternidad, de valerse por sí mismos en las tareas del hogar, de mostrar las emociones y ese lado “más femenino”. “Hay muchos hombres que quieren vivir su propio camino y por eso critican la masculinidad más hegemónica”.

No obstante, Díez asegura que no todo son avances. “El feminismo introdujo fuertes cambios en los años 80, pero ahora se está retrocediendo”. Se refiere, principalmente, a la división social por sexos. “Tengo nietos pequeños y estoy horrorizada, porque se está volviendo al esto es de niña o esto es de niño”.

En Euskadi, algo similar que se ha mantenido es la separación existente entre hombres y mujeres. “A partir de los 10 u 11 años ellos van por un sitio y ellas por otro”. Como ejemplo, se sigue hablando de “cuadrilla de chicos” y “cuadrilla chicas”. “Hay una socialización muy diferenciada”.

Los desafíos son grandes, pero tanto Urzelay como Díez se muestran optimistas. “El feminismo ha hecho que el hombre se resitúe en una posición de mayor equidad con respecto a la mujer y eso es positivo”, asegura Díez. Aunque opina que los hombres no lo tienen nada fácil, afirma que sí que tienen más opciones que hace cincuenta años de elegir cómo quieren vivir: “A día de hoy hay tantos modelos de masculinidad como hombres hay en el mundo”.

Transexualidad infantil e infamia médica

Artículo publicado en Atclibertad

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En referencia al artículo del médico forense D.Luis Montero Ezpondaburu, publicado  por el periódico El País el 7 de abril, La Plataforma por los Derechos Trans#NadieSinIdentidad#, manifiesta su absoluta repulsa e indignación ante las afirmaciones de este Señor:

Señor Montero, cuando usted se refiere a las personas transexuales como personas con disforia de género lo hace única y exclusivamente desde una perspectiva médica, limitando el universo de estas personas a esta única visión. Por encima de la medicina están los Derechos Humanos y la propia voz de las personas transexuales. Disforia de género y transexualidad no son sinónimos, puesto que no todas las personas transexuales tienen disforia de género ni quien la tiene, la tiene en el mismo grado. Referirse así a las personas transexuales induce a error y no deja de ser una categorización desafortunada y estigmatizante que fundamenta la vulneración de los Derechos Humanos de las personas transexuales. En este sentido la Resolución del Consejo de Europa del pasado 22 de abril, en su punto 3, considera una violación de los Derechos Fundamentales, entre otros, el diagnóstico de la transexualidad como enfermedad mental. Al hilo de todo esto, el Comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa, Thomas Hammarberg, el verano del 2011 solicitó a la OMS la despatologización de la transexualidad, declarando que la “disforia de género” (como se denomina erróneamente a la transexualidad en ciertos manuales de medicina) debe dejar de considerarse como enfermedad mental en los países del Consejo de Europa y los organismos internacionales de salud. Añade que “mantener este término -que designa a las personas que viven un desacuerdo entre su sexo biológico y su sexo psicológico- en la categoría de trastorno mental, estigmatiza a las personas transexuales y restringe su libertad a la hora de escoger un eventual tratamiento hormonal”. El término “Disforia de género”, por más que se utilice, no deja de ser un término desafortunado en castellano, y que induce a error. Peor aún es el término “Trastorno de identidad de género” que, por fortuna, ya se ha desterrado en las últimas publicaciones que tratan sobre la transexualidad.

Si la homosexualidad fue desclasificada como enfermedad mental y no necesita de acompañamiento psicológico obligatorio, ¿por qué si la transexualidad ha dejado de ser una patología según la APA y la OMS, usted Sr. Montero afirma en su artículo que “las personas que sufren esa disconformidad (refiriéndose a la transexualidad) con su sexo anatómico precisan de acompañamiento psicológico (…)”?.

Sr. Montero, a lo largo de su artículo usted mantiene la necesidad de las UTIG como referente para la atención médica de las personas transexuales. Los tratamientos recibidos por las personas transexuales no son distintos a los que son prescritos al resto de usuarios y usuarias del Sistema público de Salud de nuestro país. Segregar a las personas transexuales en UTIGs es estigmatizarlas. La Resolución del Consejo de Europa del pasado 22 de abril, en lo que concierne a los tratamientos de reasignación y cuidados de la salud la Asamblea llama a los Estados miembros a: “Modificar las clasificaciones de patologías utilizadas a nivel nacional y proponer la modificación de las clasificaciones internacionales con el fin de garantizar que las personas transexuales, incluidos las menores, no sean considerados como enfermos mentales, al mismo tiempo asegurando el acceso a los tratamientos médicos sin estigmatización”

Sr. Montero, lo que usted expresa en su artículo que no es otra cosa que un modelo de atención obsoleto, discriminatorio y patologizante, y que confronta con la nueva realidad social, con la mayor visibilidad de los/as menores trans, el cambio legislativo que han supuesto las Leyes Trans de Andalucía y Extremadura, que abogan por la libre autodeterminación del género como hiciera la ley argentina de 2012, y con la citada Resolución del Consejo de Europa del mes pasado. Esas disposiciones cuenta con gran apoyo social (las leyes autonómicas fueron aprobadas por unaimidad), y con gran consenso de profesionales de la medicina, psicología, antropología, trabajo social, pedagogía etc.; profesionales que usted desautoriza en su artículo otorgándose la potestad y autoridad en la materia de forma única e incluso usurpando la tutela legal de los padres y las madres de los menores trans. Algo tendrán que decir las propias personas transexuales a través de sus organizaciones, las cuales usted desacredita en su artículo. Y no es que lo digamos nosotros, sino que la propia Resolución del Consejo de Europa expresa la necesidad de consultar explícitamente a las personas transexuales y sus organizaciones e implicarlas en la elaboración y puesta en marcha de políticas y disposiciones jurídicas que les conciernen.

Es momento ya de dar un salto cualitativo que nos acerque a la igualdad de trato en todos los ámbitos y esto se concreta en ser atendido de forma normalizada como el resto de la ciudadanía y sin el prejuicio y el paternalismo que usted propone bajo la fórmula segregatoria que han supuesto las UTGs, insistiendo de forma antagónica en el descarte de patologías mentales. Usted fomenta la implantación y proliferación de “nuevas UTGs” que quieren tutelar a las personas transexuales y no acompañar, que quieren apartar su libre autodeterminación y marcar la pauta en el desarrollo de nuestras vidas. Es necesario la creación de una Ley estatal, pero no su Ley sino la nuestra.

Por otro lado, Sr. Montero, en su artículo vemos cómo una vez más se repite aquello de que “Solo el 15-20% niños/niñas con disforia persistirán en la edad adulta”. Siempre que lo escuchamos o leemos, preguntamos que de dónde sacan esa estadística, porque entre los colectivos trans no consta que eso sea así. En este colectivo, por más que preguntamos por la existencia de tales remisiones, no encontramos dicho porcentaje. A pesar de ello, esa estadística se repite y repite hasta mil veces, con la intención de que se convierta en la “verdad”, parece que siguiendo la máxima de Joseph Goebbels. Existen rendiciones: personas transexuales que ante el temor a lo que conlleva todavía esa condición, en especial en la adolescencia, tiran la toalla y optan por vivir una vida que no es la que querrían, simulando una identidad sexual que no es la sentida como propia. Pero ni de lejos existe ese porcentaje de remisiones.

La evidencia está en las propias unidades de corte patologista. En el reciente estudio de la Dra. DELAMARRE-VAN DE WAAL (2014), se concluye que “A día de hoy, no tenemos ningún caso de arrepentimiento en nuestro grupo de pacientes jóvenes”. De manera similar, en el trabajo publicado por el equipo del Hospital Universitario Ramón y Cajal, se afirma que “Respecto a la persistencia del diagnóstico, a pesar de que se ha publicado datos cuantitativos de otros autores resultan contradictorios (…). Nuestros datos hasta la fecha objetivan un número elevado de casos de menores vistos en edades tempranas, en los que se confirma y se mantiene su diagnóstico de disforia de género, después de la mayoría de edad”. También el Hospital Clinic de Barcelona en 2013, en su publicación al respecto, se dice “es preciso realizar nuevos estudios con criterios diagnósticos muy definidos para analizar la gran discrepancia entre estudios.”

Por tanto, la propia clase médica reconoce que las estadísticas no son fiables, y además es importante subrayar que en los casos en lo que no se mantiene el “diagnóstico” no se trata de que algunos menores “diagnosticados” como personas transexuales hayan dejado de serlo con el paso de los años (la condición de persona transexual se tiene desde que se nace hasta que la persona fallece), sino que ha existido un “diagnóstico” erróneo, resultando paradójico que hasta los “errores de diagnóstico” del sistema sanitario se vuelvan en contra de los menores transexuales, tratando de extender la errónea creencia de que lo más probable es que haya remisiones, por lo que mejor no hacerles caso… La conclusión debería ser que esto no hace sino confirmar que nadie, nada más que cada persona, en la única que puede saber cuál es su identidad sexual: el principio de autoderminación de género.

Desde la Plataforma de los Derechos Trans #NadieSinIdentidad#, hacemos un llamamiento a Instituciones, Partidos Políticos, Organizaciones Sociales y Entidades LGTBI, para que se posicionen públicamente al lado de las personas transexuales y no junto a los profesionales de la medicina que contribuyen a la segregación, patologización y estigmatización de las personas transexuales. Los derechos de las personas transexuales también son derechos humanos.

Que es la Plataforma por los Derechos Trans :

En una plataforma de acción y debate que nace para aunar fuerzas y decidir estrategias que posibiliten una defensa común de las reivindicaciones trans, evitando el agravio comparativo de unas comunidades con respecto a otras.

Por que se crea:

El momento político en el que estamos inmersos; elecciones generales, autonómicas y municipales, es el momento propicio para que nuestras demandas formen parte de los programas y agendas políticas. Estimamos que dichas propuestas han de salir del propio colectivo trans y en primera persona, de lo contrario, otros hablarán por nosotros y no desde nuestras necesidades.

La lucha y las necesidades del colectivo trans se ha visto diluida dentro del colectivo LGTB. Las necesidades y los derechos de este colectivo precisan de actuaciones específicas y contundentes.

Es el derecho a la identidad y a la autodeterminación del género, es decir derecho a ser quien se es y se dice ser, el eje sobre el que se sostienen las reivindicaciones de las personas trans.
Demandas de la Plataforma:
Se acuerdan las siguientes propuestas como punto de partida irrenunciable para las demandas y acciones de la Plataforma:

  • Inclusión en la cartera de prestaciones del SNS (Sistema Nacional de Salud) la atención sanitaria de las personas transexuales, incluidas las cirugías de reconstrucción genital y la atención a los menores trans en la pubertad, para que puedan acceder desde cualquier punto del estado español, a una atención igualitaria, no patologizante ni segregadora.
  • Modificación de la Ley 3/2007, de 15 de marzo, reguladora de la rectificación registral de la mención relativa al sexo de las personas, eliminando de la misma los requisitos de informes médicos o psicológicos, diagnostico de disforia de género, los dos años de tratamiento hormonal y la no limitación de la edad para ser persona beneficiaria de la ley. Siguiendo las recomendaciones del informe temático Derechos humanos e identidad de género del comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa (2009) y la Resolución del Consejo de Europa 1728 (2010) sobre discriminación por razones de orientación sexual e identidad de género, en la que se afirma que el derecho al reconocimiento legal del género no debería ser restringido por ningún procedimiento médico obligatorio. En el mismo sentido, la OMS –Organización Mundial de la Salud- condenó a principios de junio 2014 la esterilización forzosa de las personas transexuales como paso previo a su reconocimiento legal y pidió su eliminación.
  • Establecer un Protocolo de actuación sobre Identidad de Género en el Sistema educativo donde se garantice el libre desarrollo de la personalidad y la Identidad del sexo y género del alumnado trans.
  • Una Ley Integral de Transexualidad Estatal, que garantice los derechos de las personas transexuales en los ámbitos sanitarios, educativos y laborales, fundamentada en los principios de despatologización y de la libre autodeterminación del género. Teniendo como referencia la Ley Trans de Andalucía.
  • Demandar una Ley contra la Violencia hacia el colectivo LGTBI a nivel de todo es estado español, que contemple sanciones por LGTBIfobia. Teniendo como referencia la Ley Catalana.

Quienes la componen:

El Hombre Transexual, Comunidad de Madrid

AET- Transexualía , Comunidad de Madrid

Generem, Comunidad de Catalunya

ATC (Asociación de Transexuales de Catalunya-Libertad, Comunidad de Catalunya

Visión Trans, Comunidad de Aragón

Aperttura, Comunidad de Canarias

Asociación de Transexuales de Andalucía-Sylvia Rivera, Comunidad Andaluza

Asociación de Familias de Menores Transexuales (Chrysallis), Estado Español

Portavoces:

Erik García, presidente de Visión Trans, Comunidad de Aragónvisiontransaragon@gmail.com

Natalia Aventín, presidenta de Chrysallis Afmt del Estado Españolcontacto@chrysallis.org

Mar Cambrollé, presidenta de ATA-Sylvia Rivera, Comunidad Andaluzaasociación@atandalucia.org