Facebook censura la imagen de la campaña en Euskadi y Navarra a favor de los niños transexuales
La organización Chrysallis, promotora de la iniciativa, expresa su malestar por lo que considera una forma de censura que empaña el trabajo a favor de la normalización del colectivo
La primera campaña a favor de los niños transexuales de Euskadi y Navarra arranca envuelta en la polémica. La red social Facebook ha censurado la imagen de la promoción, que desde ayer está en más de un centenar de marquesinas de los servicios públicos de autobuses de Bilbao, Vitoria, San Sebastián y Pamplona, además de las estaciones del metro de Bilbao. La asociación Chrysallis, de familias de menores transexuales, ha expresado su malestar por lo que considera una forma de «censura», que empaña una iniciativa a favor de la normalización y la integración social de todos estos menores.
El cartel de la campaña consiste en un dibujo que muestra a cuatro chavales, una niña, un niño, una cría con pene y un menor con vagina, que corren desnudos, cogidos de la mano. La imagen buscaba -y busca- provocar en el espectador el debate sobre la transexualidad infantil, pero no desde la provocación, según dejaron claro ya el lunes sus promotores, sino desde la discreción. «Es una campaña valiente», valoró el presidente de Chrysallis, el sexólogo Aingeru Mayor. «Habrá sectores que se sientan ofendidos y que la critiquen, pero nuestra obligación, como organización y como sociedad, es trabajar para que nuestras niñas y niños crezcan felices».
Lanzada bajo el lema ‘Hay niñas con pene y niños con vulva’, la campaña cuenta además con la peculiaridad de que ha sido financiada por un hombre gay de muy alto poder económico, un mecenas de Nueva York que sólo puso una condición para aportar los 30.000 euros que ha destinado: que su nombre se mantuviera en el anonimato. No es un tipo cualquiera. La persona que ha puesto sobre la mesa el fondo necesario para este proyecto –el primero de sus características que se realiza en el País Vasco y Navarra– es el número 2 de uno de los bancos más importantes del mundo, un neoyorquino de ascendencia vasconavarra, que quiso colaborar con Chrysallis tras conocer su actividad a través de los medios de comunicación.
Más de un 40% de las personas transexuales ha intentado suicidarse al menos en una ocasión a lo largo de su vida. La cifra contrasta con el porcentaje que se da en el resto de la población, que se sitúa en el 1,2%. «La transexualidad no es una patología, ni tampoco un capricho», ha afirmado Bea Seaver, portavoz de la asociación. «Estamos convencidos de que, pese a todo, la campaña contribuirá a salvar vidas».
Tras tener conocimiento de la decisión adoptada por Facebook, Chrysallis ha comenzado a distribuir de nuevo por las redes sociales la imagen de la campaña, esta vez con la palabra ‘Censura’ impresa en rojo sobre el cartel original. «Nuestro trabajo sigue adelante», adelantó Aingeru Mayor.