La Ruta Sexualidad del proyecto Biziz alcanza Donostia

LA RUTA SEXUALIDAD DEL PROYECTO BIZIZ ALCANZA DONOSTIA ACOMPAÑADO POR DECENAS DE FAMILIARES, AMIGOS Y CURIOSOS DESPUÉS DE TRES MESES Y 4.000 KILÓMETROS PEDALEADOS A TRAVÉS DE EUROPA

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El ambiente festivo predominó en la llegada a Donostia, donde los integrantes del proyecto posaron tras culminar su itinerario. (Rubén Olveira)

ENTRE música y bicicletas, así transcurrió el último día de la Ruta Sexualidad del proyecto Biziz, organizado por Donostia 2016 (DSS2016). Después de tres meses pedaleando por Europa, esta odisea que comenzó en Kaliningrado un 20 de junio con el objetivo de narrar nuestras aventuras y desventuras por el viejo continente, pero sobre todo con el fin de abundar en la diversidad del sexo y de recopilar diferentes nociones positivas sobre la sexualidad, terminó ayer en Donostia. Aunque no de cualquier manera, sino con una gran fiesta. Una que ni tan siquiera la lluvia ha podido aguar pese a las previsiones. Tras 4.000 kilómetros en bicicleta a través de Rusia, Polonia, República Checa, Alemania, Luxemburgo, Bélgica y Francia, por fin estamos de vuelta y eso se merece descorchar un par de botellas.

Decenas de familiares, amigos y curiosos se acercaron tanto en bici como andando para hacer juntos los últimos kilómetros de esta expedición. Globos no faltaron, ni tampoco niños jugando con sus bicis a nuestro alrededor mientras avanzábamos despacio por las avenidas donostiarras, que durante unos minutos se convirtieron en una auténtica autopista de bicicletas. Y mientras tanto, a ritmo de pedalada, una txita sound system -un triciclo cargado con altavoces- abriendo la comitiva hacia el parque Cristinaenea con temas como Begitara begira o Sweet home Alabama. Resumido en una palabra: inolvidable.

Día de llegada, día de celebración. Aunque en realidad, toda la semana ha sido una gran fiesta. En Burdeos nos juntamos con la Ruta Biodiversidad y unos días más tarde, en Lyon, con Comunidad. Y ello sin contar a los familiares y amigos que se nos han ido uniendo durante estas últimas etapas. De ahí que hayamos pasado, de repente, de ser tres a ser diez, primero, y luego de diez a dieciséis. Y se nota. Todo ello ha derivado en un ambiente festivo que ha culminado en Donostia.

En lo que respecta a la temática de la ruta, el reto no ha sido fácil, pero después de tres meses a los pedales hemos encontrado reductos de pensamiento que aportan un aire fresco, diferente y abierto a la sexualidad. Entre otros, hemos hablado con filósofos y sociólogos sobre la situación de Rusia; hemos entrevistado a distribuidores de cine LGTB en Polonia; hemos visitado museos y tiendas de máquinas y juguetes eróticos en la República Checa; hemos profundizado en la sexualidad en la tercera edad en Alemania; hemos conocido cómo se vive la transexualidad Luxemburgo y hemos tratado un tema tan polémico como la asistencia sexual en Francia. Con estas pinceladas hemos obtenido un cuadro bastante colorido de la sexualidad que aboga por la diferencia, la diversidad y la sinergia en vez de por la opresión, la represión y la pureza.

En general, la Ruta Sexualidad ha transcurrido sin problemas pero no sin emoción. Todavía recordamos las cuestas, el barro y los circuitos de trail por donde tuvimos que empujar los triciclos en Polonia. Los diluvios y las olas de calor también han estado presentes durante esta odisea y más de una vez hemos tenido que levantar las bicicletas para cruzar puentes o vallas. Aunque por supuesto hemos vivido momentos que lo compensan con creces, como los paseos en bicitaxi por las rúes parisinas o como aquellos en los que la gente se acercaba a pedirnos helados.

OTROS VENDEDORES AMBULANTES DE HELADOS Y en lo referente a los helados no somos la única ruta a la que han confundido con vendedores ambulantes. Lo mismo les ha pasado a la Ruta Gastronomía. En su caso, salieron desde Atenas con el objetivo de encontrar los ingredientes para izeko Mertxe. ¿Pero quién es izeko Mertxe? Pues la tía de Julen Nafarrete, comunicador de la expedición. “Le encanta estar entre fogones, como a muchas cocineras en Euskal Herria que no han visto reconocida su labor”. Después de tres meses recorriendo el mediterráneo, vuelven con orégano, nueces y aceite de Grecia; mejillones, pasta, mozzarella y salsa de tomate en Italia; etc. Para ello también han vivido sus experiencias peligrosas. La peor: las carreteras italianas. Pero asegura que ha merecido la pena. Y más sabiendo que este miércoles izeko Mertxe le cocinará un menú con todos los ingredientes de la ruta por motivo de su cumpleaños.

El objetivo de la Ruta Arquitectura no ha sido menos interesante. En su caso, durante tres meses han mapeado y registrado iniciativas ciudadanas “que hacen ciudad”. “Lo que realmente sorprende de estos proyectos es su capacidad para hacer frente a situaciones adversas y revertir un beneficio a la comunidad”, destaca Aitor Deza, comunicador de la expedición. Desde huertos urbanos a centros vecinales, en total han recopilado información sobre una treintena de iniciativas a lo largo y ancho de España y Portugal. “Cuando colguemos el uniforme de culote nos quedarán el humor andaluz, la hospitalidad lusa o la cercanía castellana reflejadas en un puñado de iniciativas ciudadanas”.

Festejar la variedad de comunidades étnicas, tribus urbanas y grupos sociales. Con estas palabras describe Daniel Burgui el objetivo de la Ruta Comunidad. “Desde el Mar Negro hasta el Cantábrico, hemos remontado el Danubio buscando músicos, artistas, revolucionarias, poetas de lenguas perdidas, viejos cabreros y jóvenes creadoras”. En tiempos en los que el discurso del odio y los argumentos de señalar al diferente se propagan, esta expedición que partió de Constanza (Rumanía) ha buscado celebrar esa mezcla.

“Me encanta esta expedición: ninguna posibilidad de éxito”. Con esta frase comenzó Artxon Arza la Ruta Biodiversidad en Copenhague. Tres meses después ha conseguido llegar a Donostia nada menos que en una silla de ruedas motorizada. Y ello sin contar los diferentes aspectos relacionados con la diversidad que ha tratado durante este tiempo. Entre ellos destaca la cría de unas avispas que ayudan a acabar con las plagas de pulgones.

Entre música y bicicletas, así concluye este proyecto y esta etapa de nuestras vidas. Ahora toca reinsertarse en la sociedad, volver a acostumbrarse a la rutina, a no cambiar día sí y día también de techo, de gentes, de cultura, y dejar la bici un poco más de lado -aunque tampoco demasiado-. Será duro, sufriremos e incluso nos tiraremos de los pelos -ninguno de nosotros lo duda-, pero gracias al chute de positividad que nos ha transmitido toda esa gente que se ha acercado a este proyecto también se hará más llevadero. A todos ellos un fuerte abrazo desde Euskal Herria y solo espero que de una u otra manera nuestros caminos se vuelvan a encontrar. Y mientras tanto ese gran viaje que es la vida prosigue, así que ¡bon voyage ta gora Biziz!