El arzobispo de Santiago llama a desobedecer las leyes contrarias a los valores de la Iglesia

“Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres”, dijo el arzobispo de Santiago durante la tradicional ofrenda al Apóstol en la Catedral con motivo del 25 de julio

El arzobispo de Santiago, Julián Barrio

El arzobispo de Santiago, Julián Barrio. / tucho valdés

PAULA PÉREZ | SANTIAGO Primero fue la autorización del matrimonio homosexual, después la norma que regulaba el aborto en España y más recientemente la ley de muerte digna. Las decisiones del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero torpedean los cimientos sobre los que se sustenta la Iglesia y el arzobispo de Santiago, Julián Barrio, lanzó ayer un mensaje claro a sus fieles durante la Ofrenda al Apóstol, celebrada en la Catedral de Santiago, instándolos a desobedecer estas normativas. “Una ley civil que, rebasando los límites de su competencia, contradiga la verdad del hombre, no reconociendo sus derechos fundamentales o incluso atropellándolos, carece de fuerza obligatoria” , advirtió.

Durante su discurso en la tradicional Ofrenda, que este año corrió a cargo de la presidenta del Parlamento gallego, Pilar Rojo, como delegada regia, el arzobispo dejó claro que “hay que obedecer a Dios antes que a los hombres”.

Además, frente a quienes critican la intromisión de la Iglesia en los asuntos públicos, Julián Barrio defendió su papel porque “fortalece la convivencia social y sirve al bien común cuando recuerda a sus fieles y a todos los hombres que las leyes justas, aunque puedan y aún deban perfeccionarse, obligan en conciencia”. Otra cosa, según distingue el arzobispo, son las “leyes civiles y ahí apunta que “el origen de la autoridad no es crear un sistema de dominio”.

Y, frente a las posturas que enarbolan el concepto de libertad para respaldar leyes como la del matrimonio gay, el aborto o la muerte digna el arzobispo también tuvo respuesta: “Dios nunca privará al hombre de su libertad pero actuar con un fin contrario al bien de nuestra naturaleza humana no es libertad verdadera, ya que la libertad se ordena hacia el bien”.

Crisis

No fue el único mensaje que lanzó a los gobernantes. La crisis ocupó también parte de su discurso durante la celebración de ayer en la Catedral. En su opinión, para salir de la crisis es preciso “una actitud de conversión”. “Si el hombre tiene la mirada dirigida a Dios, aprenderá de él la verdadera humanidad”, aconsejó.

Fue una ceremonia, menos multitudinaria que la del pasado año, que coincidía con el Xacobeo, pero que tuvo como telón de fondo otra conmemoración, la del octavo centenario de la Catedral, y también el reciente robo del Códice Calixtino. Las medidas de seguridad fueron extremas: además de la fuerte presencia policial por el casco antiguo de Compostela se registraron las mochilas a todos los visitantes y transeúntes que cruzaron la Plaza do Obradoiro.

El acto comenzó con la tradicional revista a las tropas. No faltaron las principales autoridades gallegas: desde el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, los conselleiros del Gobierno gallego, el delegado del Gobierno, Miguel Cortizo, el fiscal superior de Galicia, Carlos Varela, el presidente del Tribunal Superior de Xustiza, Miguel Ángel Cadenas, el Valedor, Benigno López, así como otras personalidades sociales, políticas y militares.

Unos cuarenta sacerdotes y obispos participaron en la celebración eucarística, que comenzó en torno a las diez y media de la mañana.

El arzobispo de Santiago aprovechó su homilía para recordar la visita del Papa Benedicto XVI el pasado año y animar a los jóvenes a participar este año en la Jornada Mundial de la Juventud que se celebrará en Madrid en agosto y en la que también estará presente el Pontífice. Barrio, de hecho, remató su discurso animando a las familias a formar a las generaciones más jóvenes “dentro de los principios morales y espirituales que garanticen el respeto sagrado a la persona”.’