Charlie Sheen: alcohol, drogas, sexo y sida

RESUMEN DEL AÑO – El terremoto de Hollywood

Charlie Sheen, cerveza en mano, en una imagen de archivo

Charlie Sheen, cerveza en mano, en una imagen de archivo. CORDON

Ha sido, probablemente, el terremoto del año en el showbiz. Y es que el (último) escándalo protagonizado por Charlie Sheen (50) tiene todos los ingredientes necesarios para convertirse no sólo en portada de medios de todo el mundo (como de hecho fue), sino también en una biografía best seller o una película “basada en hechos reales”. El pasado 17 de noviembre, el actor acudía al programa Today de la cadena NBC para contar que tiene el virus del sida y que, pista sobre su estilo de vida, no sabe cómo lo ha contraído.

No fueron los únicos titulares que el polémico protagonista de Dos hombres y medio concedió en este programa de máxima audiencia: Sheen lleva cuatro años, desde que le fue diagnosticada la enfermedad, siendo extorsionado por personas de su entorno que él creía de confianza. Ha sufrido, asegura, tal nivel de coacción, que ha tenido que vender dos de sus tres mansiones de Beverly Hills para hacer frente a los chantajes.

Desde luego entre esas personas cercanas a Sheen no debían encontrarse la mayoría de sus amantes (exceptuando a sus dos ex mujeres, Denise Richards y Brooke Mueller) pues no habían pasado 24 horas de la dura revelación cuandomuchas de ellas comenzaron a aparecer en programas de radio, televisión y redes sociales para criticar al actor asegurando que no habían sido informadas de la situación antes de mantener relaciones sexuales con él. En teoría, todas tendrían que estar tranquilas en cuanto a su salud pues, según declaró Sheen, sólo había mantenido relaciones sexuales sin protección con dos mujeres y con el absoluto conocimiento de ellas (otro titular). Éstas tampoco tardaron en hablar, claro.

El virus del sida es la gota (envenenada) de la vida llena de excesos de Charlie Sheen que le han llevado a perder el trabajo, a varias clínicas de desintoxicación y, ahora, al VIH. Y aún así, el vaso no ha rebosado. El hijo del también actor Martin Sheen (que se recupera estos días de un cuádruple bypass) no ha dejado sus noches de juerga y alcohol en las que ha llegado a gastar 100.000 dólares en prostitutas (casi 1,5 millones en un año) y 20.000 en cocaína. En algo tenía que ocupar el tiempo de los dos años que asegura haber estado encerrado en su casa tras recibir el horrible diagnóstico. En eso y en visionar una y otra vez sus viejas películas acompañado, eso sí, por actores y actrices porno con los que compartir, además de su tiempo, la droga y alguna que otra orgía.