LA LUCHA CONTRA LA HOMOFOBIA DE SKOLAE SE MERECE UN PREMIO

El programa de coeducación Skolae recibirá una mención la próxima semana por parte de la Federación Estatal del colectivo LGTB. La forma en la que aborda las identidades sexuales desde el respeto y la prevención de la homofobia, claves del éxito.

Uharte. Mural en favor de la diversidad atacado con pintadas de los ultras.

 

Visi González coordina el área de Educación de la FELGTB. Ella da clases en Primaria. Lo habitual, explica, es que las identidades sexuales no se desarrollen a esa edad, sino que afloren durante la Secundaria. Sin embargo, las actitudes homófobas sí que se ven en Primaria. «Maricón» y «bollera» se escuchan a edades muy tempranas antes de que los niños sepan siquiera qué significan, salvo que son insultos. «La LGTBIfobia no la pagan únicamente los niños y niñas del colectivo LGTBI, basta con que alguien parezca serlo para sufrirla».

A González le gusta de Skolae que se centra en toda la comunidad educativa y, en especial, en los formadores. «Los profesores no sabemos de todo y nuestro papel es muy importante. Si en Primaria no atajamos los insultos, acabamos normalizando esos comportamientos». La profesora descarta que tratar estos temas a edades tempranas suponga adoctrinar en nada. «Si se pudiera adoctrinar en esto, todo el mundo sería heterosexual y cisexual, pero no lo es».

La coordinadora asegura que han decidido entregar el premio a Skolae porque cuando les llegó el programa supuso «una alegría». Les gustó que fuera integral, con información graduada por años desde los 0 a los 18 y también porque incorpora medios de evaluación y de garantía de que las materias se imparten, pues otras intentonas en otros lugares han quedado en buenas palabras. El otro gran punto fuerte es que se trata de un programa transversal. «Muchas veces nos encontramos que el tema de la diversidad sexual solo se trata con motivo del Día del Orgullo y que hay familias que, cuando se van a tratar estos temas, deciden no llevar a los alumnos al centro. Siendo transversal y obligatorio, no se pueden eludirlo».

Lejos del enconado panorama político navarro, Skolae se mira con cierta admiración. Miguel Ángel Arconada aporta un ángulo interesante. Él es uno de los redactores de los materiales de Skolae. Este profesor castellanoleonés ha trabajado en numerosas ocasiones para el Gobierno del PP de su comunidad, sin haber sufrido nunca una oposición tan histriónica como la que se ha movilizado contra el programa. El profesor destaca que el tema de la diversidad sexual supone una parte imprescindible del Skolae. «Combatimos el estereotipo de la masculinidad dominante y, de este modo, también atacamos el fondo de la homofobia. El ser gay no puede acarrear una pérdida de categoría social dentro de un centro educativo. Nadie tiene que ser mirado como si fuera de menos por su identidad sexual. Las identidades diversas deben ser creadoras de igualdad».

Skolae trabaja eso con cuentos donde los amores no son siempre entre atrevidos varones y preciosas princesas, con actividades, con exposiciones. La vida real no es como las de esos cuentos y las familias de los alumnos tampoco son así.

«Se está formando a más de 2.000 profesores en coeducación. Ninguna iniciativa en todo el Estado está teniendo una envergadura así. Por eso para mí ha sido un placer formar parte de todo esto», resalta Arconada.

En la fiesta de la FELGTB brillarán nombres como Bob Pop, Itziar Castro, Empar Pineda, Jordi Petit, Arantxa Etxebarria, Jesús Generelo. No se sabe quién recogerá para Nafarroa la mención para Skolae el próximo día 6. Quizá nadie pueda, por cuestiones de la Ley Electoral. Y resulta extraño, pues el riesgo de involución está, precisamente, en las urnas y los partidos que quieren volver a lo de antes.

La Generalitat Valenciana abre diligencias para sancionar al colectivo que organiza cursos para ‘curar’ la homosexualidad

Convivencia del colectivo Verdad y Libertad en las Esclavas de Gandia con participación de sacerdotes.

La Dirección General de Igualdad en la Diversidad de la Generalitat Valenciana ha abierto diligencias previas a un posible expediente sancionador a Verdad y Libertad y a su fundador, el médico granadino M.Á.S.C., por la celebración en tres sedes religiosas de Valencia de cursos homófobos. La investigación parte de la información publicada por eldiario.es que acredita con testigos, grabaciones y documentación estas pseudoterapias de aversión destinadas a modificar la orientación sexual, no permitidas en la Comunitat Valenciana desde la aprobación de la ley autonómica LGTBI.

“En el caso de producirse, el expediente sancionador se realizaría por incumplimento del artículo 60.4. de la ley LGTBI, que regula las infracciones muy graves, entre las que se encuentran la realización, difusión o promoción de métodos, programas o terapias de aversión, conversión o contracondicionamiento destinadas a modificar la orientación sexual, la identidad de género o la expresión de género de las personas, con independencia del consentimiento prestado por la persona sometida a estas terapias”, explican fuentes de la dirección general.

Según la ley LGTBI, aprobada por el Parlamento valenciano en noviembre de 2018, “las infracciones muy graves serán sancionadas con multa de 60.001 hasta a 120.000 euros”. Señalan las mismas fuentes, que la celebración de este tipo de cursos podría derivar en otro tipo de reprimendas administrativas como la inhabilitación temporal, por un periodo de tres a cinco años, para ser titular de centros o servicios dedicados a la prestación de servicios públicos.

Además, se puede imposibilitar a la asociación o al titular acceder a ayudas públicas de la Generalitat o contratar con la misma por periodos de tres a cinco años. La norma también contempla el cierre o la suspensión temporal del servicio, la actividad o la instalación por un plazo de hasta 5 años.

La ley LGTBI valenciana no obtuvo ningún voto en contra en el Parlamento valenciano, ya que fue apoyada por PSPV-PSOE, Compromís, Podemos y Ciudadanos con la abstención del Partido Popular.

Madrid investiga los cursos de Alcalá

Cursos similares a los de Verdad y Libertad celebrados en Valencia, al menos desde 2015, también se han impartido por parte del obispado de Alcalá de Henares, como reveló en exclusiva eldiario.es. Este tipo de sesiones están prohibidas en la Comunidad de Madrid y quienes las imparten pueden enfrentarse a multas de más de 45.000 euros. La administración autonómica madrileña también anunció que iniciaría una investigación por la celebración de estas terapias de reversión de la que de momento no se conoce más.

El arzobispado de Valencia, del que es titular el cardenal Antoñio Cañizares, se ha distanciado de los cursos homófobos de Verdad y Libertad. Pese a ello, Verdad y Libertad ha podido celebrar sus convivencias en tres enclaves religiosos valencianos: Salesianos de Godelleta, Esclavas de Gandia y Verbum Dei en Siete Aguas.

Rivera: “Calvo y Lastra no son feministas, sino políticas sectarias que no quieren que los gais sean padres”

El candidato de Ciudadanos celebra un acto en apoyo de los derechos de los gais con el que se diferencia de PP y Vox

El líder de Ciudadanos, Albert Rivera. FOTO: ANDER GILLENEA (AFP) | VÍDEO: EFE

Albert Rivera ha sacado este martes a relucir su perfil liberal abierto en las cuestiones morales para diferenciarse del PP y Vox. El líder de Ciudadanos (Cs) ha celebrado en Albacete un acto centrado en los derechos de los homosexuales, en el que ha estado acompañado de uno de sus candidatos por Madrid, Pablo Sarrión, de origen albaceteño, que ha contado emocionado junto a sus padres que sufrió acoso en la adolescencia por ser homosexual. Rivera se ha comprometido con los derechos de los gais y las lesbianas y los ha vinculado con la gestación subrogada. El candidato de Cs ha lanzado un dardo al PSOE por no aceptar esta práctica: “No considero feministas a las señoras [Carmen] Calvo y [Adriana] Lastra, esas políticas sectarias que no quieren que Pablo sea padre”.

Rivera ha comparado las reticencias de parte de los colectivos feministas o el PSOE con la gestación subrogada con los recelos en su día contra “los bebés probeta”. “A los que están en contra: ¿serían capaces de rechazar a un hijo por haber nacido por ese método?”, ha interpelado. Ciudadanos hace bandera de esta práctica en solitario. Es su programa electoral para el 28-A, propone una ley que la regule de forma altruista. El PSOE, al contrario, plantea en su programa que debe mantenerse prohibida.

El acto ha estado cargado, en realidad, de referencias a Vox y a su candidato por Albacete al Congreso, Fernando Paz, que tuvo que dimitir por sus declaraciones homófobas y antisemitas. Rivera ha censurado a los “odiadores profesionales” y ha remarcado las diferencias entre los “liberales y los conservadores”, en que los últimos “no quieren que nada cambie”.

El líder de Ciudadanos, que no reniega de un posible apoyo de la formación de extrema derecha en caso de que pueda sumar con el PP para formar un Gobierno de coalición, ha querido dejar un “aviso a navegantes”, que sonaba dirigido a Vox: “Si Ciudadanos gobierna España, no va a haber ni un paso atrás en las libertades”. “Tolerancia cero para la homofobia”, ha remarcado el candidato. Ciudadanos lleva en su programa que se blinde el matrimonio LGTBI en la Constitución española. Como propuesta relacionada (para dificultar el acoso en el colegio), el presidente de Cs ha planteado prohibir los teléfonos móviles en las aulas.

Le había precedido a Rivera una exposición muy emotiva de Pepi y Pedro, padres de su candidato Pablo Sarrión, que han contado a los dos centenares de simpatizantes en el Casino Primitivo de Albacete que su hijo dejó de ser feliz a los 13 años, cuando empezaron a acosarle en el colegio por ser gay. “Los últimos que nos enteramos somos siempre los padres”, ha admitido Pedro sobre la homosexualidad de su hijo, en un relato que ha tenido también momentos cómicos, como cuando ha relatado que Pablo “tuvo una novia, aunque el roce no era muy fuerte”. El hombre se ha terminado preguntando, con una lógica aplastante: “¿Por qué no pueden tener los mismos derechos unos que otros?”.

Sarrión ha recordado que su colectivo “sufre” y ha pedido “avanzar hacia la diversidad y la tolerancia”. “Gracias Albert por defender mi causa y la de muchos que tenemos que escuchar que estamos enfermos, que el matrimonio es únicamente entre el hombre y la mujer. La de muchos que no queremos ser encerrados en un armario”. El joven se ha felicitado por conseguir que el dirigente homófobo de Vox tuviera que dimitir. “Los albaceteños, no es que no le hemos apoyado con votos, es que lo hemos echado”.

 

Arrancan la placa en homenaje a ‘La Veneno’ una semana después de su colocación en Madrid

La placa en homenaje a ‘La Veneno’ es arrancada una semana después de su colocación. TWITTER @RUBENLODI

Así lo ha denunciado en la red social Twitter Rubén López, director del Observatorio Madrileño contra la Homofobia, Transfobia y Bifobia y miembro de la ejecutiva de Arcópoli, asociación que junto a la Junta Municipal de Distrito de Moncloa-Aravaca, llevaron a cabo la inauguración de la placa en homenaje a ‘La Veneno’ el pasado lunes 8 de abril, hace tan solo una semana. Anteriormente, Arcópoli ya había colocado en el mismo parque placas en honor a Ortiz antes de que la oficial llegara la semana pasada.

En el mensaje que ha difundido López, ha asegurado que denunciarían el acto vandálico al Ayuntamiento de Madrid y que exigirían su reposición. “Si alguien se cree que por arrancar la placa de Cristina Ortiz, La Veneno, va a dejar de estar ahí, lo llevan claro”, ha declamado en honor a la homenajeada.

La placa fue inaugurada el pasado lunes 8 de abril en el madrileño Parque del Oeste, donde ella ejerció la prostitución, más de dos años después de su muerte. ‘En memoria de Cristina Ortiz, La Veneno, mujer transexual visible en los años 90’ es la frase que se había incluido en la placa, que estaba ubicada entre la calle Francisco y Jacinto Alcántara y el Paseo de Camoens.

Cristina Ortiz fue una actriz y vedette transgénero muy popular en la década de los 90 en televisión y falleció en 2016 tras pasar cuatro días en coma en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital La Paz de Madrid, a la que llegó después de ser encontrada en su casa con un golpe en la cabeza.

HOMOFOBIA : La ola de agresiones homo-transfóbicas que sacude a la comunidad LGBTI de Chile

“A Brenda la mataron de forma brutal. Quiero justicia para ella, que se sepa quién la mató de esta manera, que este hecho no quede impune, que las autoridades ayuden en esto, por favor”. Fueron las palabras desesperadas de Gloria Vallejos, madre de Brenda, asesinada cerca de su casa el lunes pasado en Valparaíso, en la zona central de Chile.

Personas sostienen paraguas arco iris para celebrar el Día Internacional contra la Homofobia frente al edificio del Parlamento rumano en Bucarest. DANIEL MIHAILESCU / AFP

“A Brenda la mataron de forma brutal. Quiero justicia para ella, que se sepa quién la mató de esta manera, que este hecho no quede impune, que las autoridades ayuden en esto, por favor”. Fueron las palabras desesperadas de Gloria Vallejos, madre de Brenda, asesinada cerca de su casa el lunes pasado en Valparaíso, en la zona central de Chile.

Brenda Plaza tenía 41 años y era una mujer trans que vivía en Iquique, al norte del país, pero aterrizó hacía dos meses al litoral para visitar a su madre. Hasta ahora no se han encontrado los responsables del crimen, pero familiares y activistas criticaron que la policía hablara de ella como “una persona de sexo masculino vestida de mujer”. “Hasta el último momento trataron a Brenda como hombre. Así que no podemos esperar que los malos dejen de matarnos, ni mucho menos podemos esperar respeto de los demás, si la misma policía no nos respeta”, espetó la concejala trans de la ciudad porteña, Zuliana Araya.

El asesinato de Brenda se suma a una larga lista de agresiones y ataques que se han registrado en el país suramericano en el último tiempo. Según el XVII Informe Anual de los Derechos Humanos de la Diversidad Sexual y de Género, elaborado por el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh), en 2018, en Chile se denunciaron 698 casos de violencias y abusos basados en la orientación sexual o la identidad de género de las personas. En comparación a 2017, se registró un aumento de un 44%, la cifra más alta que se ha registrado en los últimos 17 años. El documento también revela que por tercera vez en este período, la población trans acumuló el mayor número de vulneraciones, con el 39% del total, correspondiente a 273 casos, el más alto conocido hasta ahora.

Hasta el 15 de marzo, se registraron en el país sudamericano 13 casos de violencia física por diversidad sexual, un 85% más que el promedio de años anteriores entre enero y marzo. En este recuento no se consideró el homicidio de Brenda ni tampoco la agresión que sufrieron un grupo de mujeres trabajadoras sexuales trans, que fueron apuñaladas a finales del mes pasado.

Entre los últimos casos que han conmocionado la sociedad chilena hay la “violación correctiva” de un hombre a su hijastra por ser lesbiana; o el ataque a la joven Carolina Torres, que quedó herida con riesgo vital tras ser golpeada con un palopor dos hombres mientras paseaba de la mano de su novia y otra amiga.
Precisamente, este jueves, después de dos meses de búsqueda, los presuntos agresores de Carolina fueron detenidos y, tras pasar a disposición del juez, quedaron en prisión preventiva mientras dure la investigación. El magistrado consideró que existe riesgo de fuga y que representan un peligro para la víctima y para la sociedad. No tuvieron la misma suerte las familias de María Pía Castro y Nicole Saavedra, asesinadas en 2008 y 2016 respectivamente, por ser lesbianas. Ambas muertes siguen impunes hasta el día de hoy.

“Efecto rebote” y ultraderecha

Érika Montecinos, directora de la Agrupación Lésbica Rompiendo el Silencio, vincula la ola de agresiones de los últimos meses a la irrupción de los discursos de odio de los sectores “fundamentalistas y ultraconservadores” que han aparecido en todos los medios y la sociedad en general. “Es un acoso que nosotres vivenciamos diariamente, sobre todo aquellas personas que tienen una expresión o identidad de género diversa, como las lesbianas camionas o las personas trans”, explica.

Coincide con ella el encargado de legislación y políticas públicas de Organizando Trans Diversidades (OTD), Franco Fuica, que apunta que los logros de la comunidad LGBTI se convierten en “razones para ser más odiados” por parte de los sectores más reaccionarios. “Hay un efecto rebote”, afirma.

De hecho, los avances en la tramitación de la Ley de Identidad de Género, que se promulgó el noviembre pasado, y el triunfo de la película Una Mujer Fantástica en los Oscar de 2018 provocaron la ira y el rechazo homo-transfóbico de varios grupos y personas que se movilizaron para boicotear la norma o para ofender a la protagonista del film, Daniela Vega. Concretamente, del total de casos de discriminación del 2018, 15 fueron dirigidos contra la actriz y 218 para boicotear la ley, según el Informe Anual.

Para Montecinos no se puede pasar por alto las consecuencias que tienen hasta hoy las dictaduras que en los 70 acecharon los países de América del Sur. Según ella, los grupos vinculados a los asesinatos y desapariciones no han desaparecido totalmente y resurgen ahora “con discursos neofascistas”. Opina que en los gobiernos de derecha “no hay mano dura ni políticas efectivas” que condenen los discursos de odio que incitan a la violencia. Y añade: “Se normalizan y relativizan detrás de una errada interpretación de la libertad de expresión”.

Fuica considera que lo que ocurre en Chile tiene relación directa con el auge de la extrema derecha a nivel global y el “mal manejo de los gobiernos socialistas”. Según él, los partidos conservadores “han empoderado a estos grupos que habían estado en la sombra y ahora aparecen sin temor, vergüenza ni pudor”.

Políticas a debate

Chile tiene varios pendientes en materia de políticas antidiscriminatorias. En 2012 se promulgó la Ley Antidiscriminación, más conocida como Ley Zamudio, en homenaje al joven Daniel Zamudio, víctima mortal de una agresión homofóbica perpetrada por un grupo neonazi. Sin embargo, las organizaciones LGBTI reclaman una revisión de la normativa porque la consideran insuficiente. “No tiene sanciones contra quien discrimina, excepto una multa que además tiene un beneficio fiscal; y hay que cambiar la carga de la prueba: no debería ser la víctima quien demuestre la discriminación, sino que tendría que ser el agresor quien debiera probar que no lo hizo”, lamenta Franco Fuica.

El gobierno de Sebastián Piñera anunció para marzo la convocatoria de una consulta ciudadana para evaluar la efectividad de la ley, pero de momento no ha habido avances al respecto y el anuncio quedó en meras palabras al viento.
Ante el aumento de la violencia y desprotección, el Ejecutivo también decidió establecer una mesa de trabajo abierta a las organizaciones sociales. Sin embargo, algunas de las entidades fueron excluidas de la convocatoria y quedaron sin representatividad. La ministra de la Mujer y Equidad de Género, Isabel Plá, indicó que el incremento de agresiones contra mujeres lesbianas y trans, requiere “un trabajo especializado” y “una protección especial” porque la violencia que afecta a estos grupos de mujeres “tiene unas características especiales”. Sin embargo, tampoco en eso ha habido avances.

Érika Montecinos considera que hasta ahora las políticas públicas dirigidas a la comunidad LGBTI “han sido débiles” y no han abordado la “violencia estructural que niega derechos, por ejemplo, a las familias diversas, o que impide el matrimonio igualitario”. Por eso, desde su organización reclaman leyes “más severas que sirvan para combatir la incitación y crímenes de odio”. Como mujeres lesbianas y trans, exigen que se las incluya en las leyes integrales de violencia contra la mujer: “Queremos que se considere la violencia a las mujeres por su orientación sexual e identidad de género, que se busque una mirada más amplia y no heteronormativa”, sostiene.

Desde OTD, Fuica redunda esa mirada y añade la importancia de transformar desde la educación: “Es el pilar fundamental para el cambio social hacia la igualdad verdadera”, concluye.

“Si yo tengo un amigo gay”, “que cada uno haga en casa lo que quiera” y otros comentarios que encubren la homofobia

Seguro que lo has escuchado alguna vez. “Si yo tengo un amigo gay, pero…”, “no pasa nada por que sea lesbiana, pero ¿por qué tiene que ir diciéndolo por ahí?”, “me parece genial que celebren el Orgullo, pero…”, “cada uno en su casa que haga lo que quiera, pero…”. Se oyen en clase, en el bar, en una cena familiar, en el trabajo o en el grupo de amigos y según la campaña que acaba de lanzar la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales (FELGTB) se trata de una patología que afecta a la población, el llamado “síndrome del pero” que con altas dosis de ironía la organización propone combatir a través de un medicamento denominado Argumentine.

“Está entre nosotros y afecta en España a miles de personas. No importa el género ni la edad ni la clase social. Nadie está a salvo. Incluso tú puedes estar sufriéndolo”. Así presenta la FELGTB la iniciativa, que pone énfasis en ese tipo de afirmaciones que aparentan tolerancia hacia el colectivo LGTBI, pero que forman parte de un discurso discriminatorio sutil y menos evidente que las palizas, los insultos o el acoso que siguen sufriendo las personas gays, lesbianas, bisexuales y trans. Como si se tratara de una patología que amenaza a la población, la organización quiere poner sobre la mesa el daño que estas actitudes pueden acarrear. Ante ello, propone un tratamiento, el Argumentine, que emula un medicamento que actúa contra el síndrome.

Con una composición de 50 miligramos de argumentos y otros 50 de paciencia, el Argumentine no es otra cosa que una batería de argumentos que busca dotar de respuestas a todas las personas que “se encienden” cuando escuchan este tipo de comentarios en conversaciones cotidianas, ya sea en forma presencial o en redes sociales. El objetivo de la campaña, disponible en una página web, es “proponer esta reflexión a la ciudadanía y tener argumentos para poder contestar a los ‘peros’ del día a día”, señala la presidenta de la FELGTB, Uge Sangil, que apunta a que “muchas veces nos quedamos en blanco o no sabemos qué responder”.

A pesar de que no es algo nuevo, la organización no quiere dejar pasar la irrupción de discursos que cuestionan los derechos LGTBI mediante la fórmula del ‘pero’. Algo muy habitual entre los representantes de Vox cuando han tenido que pronunciarse públicamente al respecto y como ha hecho Santiago Abascal varias veces al referirse al matrimonio igualitario, que prometió derogar para impulsar uniones civiles. Es el clásico “que hagan lo que quieran, pero que no lo llamen matrimonio” que llevó al PP a recurrir la reforma del Código Civil de 2005 ante el Tribunal Constitucional.

La del matrimonio es una de las diferentes manifestaciones del “síndrome del pero” para las que el Argumentine ofrece respuestas. “Entiendo que quieran cambiarse de sexo, pero que no tenga que pagarlo yo”, “entiendo que tengan su orientación sexual, pero que lo hagan en su casa”, “el colegio es para educar, pero no para adoctrinar”, “me parece genial que hayan conseguido derechos, pero ¿qué más quieren?” y “perfecto que celebren el Orgullo gay, pero ¿y el de las personas heterosexuales?”, son el resto. Entre las réplicas, que llamar al matrimonio de forma diferente implicaría estar hablando de una categoría distinta que genera desigualdad, que “ser trans no es un retoque estético” y hablamos de derechos humanos o que visibilizar la realidad LGTBI es “imprescindible para mostrar que existe”.

“Homofobia pura y dura”

Con ello, la FELGTB pretende ayudar a combatir la impotencia que muchas veces surge como reacción más habitual por parte del que escucha estos comentarios. De hecho, que este tipo de LGTBIfobia sea más sutil que la violencia directa puede conllevar que sea más difícil de identificar y de combatir, tal y como pone de manifiesto un informe de la UNED sobre el tema publicado en 2017. Los resultados de la investigación concluyeron además que en España la discriminación sutil percibida es mayor que la manifiesta porque “a pesar de la existencia de legislación avanzada y de la aparente tolerancia, hay una amplia evidencia de que en la sociedad española aún hay prejuicios y discriminación”.

Ana Murillo, una mujer lesbiana integrante de la recién creada en Madrid Plataforma de Encuentros Bolleros, tiene claro que lo que hay detrás del “síndrome del pero” es “homofobia pura y dura” y que “el ‘pero’ que alguien pronuncia hoy es el silencio de la sociedad ante las agresiones físicas de mañana” o la existencia de terapias que pretenden ‘curar’ la homosexualidad como las del obispado de Alcalá. Su experiencia con el “síndrome” viene de lejos y recuerda que la primera respuesta que recibió cuando le contó a parte de su familia que es lesbiana fue que “me seguían queriendo, claro, pero que no había ninguna necesidad de contárselo a más gente o mostrarme abiertamente o tener muestras de cariño públicamente”.

Rubén Serrano, periodista e impulsor del #MeQueer, una etiqueta que recopila testimonios de homofobia, bifobia y transfobia en Twitter, se acuerda especialmente de su época en el instituto, donde escuchó aquel “no me importa que sea gay, pero que no mariposee delante de mí”. “Yo tenía y tengo pluma, era imposible salir del armario en ese entorno hostil”, lamenta. La plumofobia, de hecho, es otras de las discriminaciones muy relacionadas con el “síndrome del pero” y que es aquella que penaliza a las personas que se salen con su forma de hablar, vestir o expresarse de la norma que asocia a hombres y mujeres roles diferentes. El típico “gay sí, pero que no se note”.

“Es un pensamiento que vende tolerancia pero que en el fondo es pura homofobia porque no nos está respetando”, explica Serrano, que insiste en que el ‘pero’ es la punta de un iceberg que sigue viendo “lo diferente a la norma como algo raro, excepcional, irrelevante y que no merece atención o respeto”. Y es que el “síndrome” tiene consecuencias. Aunque Murillo reconoce que a sus 41 años y “como parte de una comunidad bollera que utiliza su visibilidad como herramienta” ya no se siente igual que cuando era joven, sí asume que en otra época llegó a creerse “que el espacio que acabaría habitando sería solitario, oscuro y frío –el armario, prosigue– y que para evitar la hostilidad, había que estar callada y mentir”.

El diagnóstico

No solo la campaña de la FELGTB es de utilidad para aquellas personas que quieren responder ante los ‘peros’ habituales, también incluye un test “para que toda persona interesada en saber si ha contraído o no el síndrome, pueda comprobarlo y para que en caso afirmativo, acceda al tratamiento”, explica la federación. “Cuidado, es fácil que tú también presentes síntomas” es la frase que encabeza el cuestionario formado por preguntas relativas al matrimonio igualitario, las muestras de afecto entre personas del mismo sexo o la celebración del Orgullo LGTBI. Los diagnósticos posibles son cuatro: desde el más positivo –”Ni rastro de síndrome”– al “cuidado, empiezas a mostrar los primeros síntomas” para pasar al “¡Argumentine, por favor! En el último tiempo has empeorado” y “¡alarma! no queremos asustarte pero tu caso es muy grave”.

“Si de verdad defiendes la igualdad, no cabe ningún ‘pero’ en tus argumentos porque el ‘pero’ significa discriminación. Eso sí: por la otra parte debe haber una predisposición a escucharnos porque si no es como hablar con la pared”, zanja como última receta Serrano.

“El precio de una paja”: los cursos homófobos de Valencia sancionan con aislamiento las “caídas” de sus miembros

“Panteón” donde se depositan tocones de madera con el nombre de las personas que han “superado” un ejercicio especial de Verdad y Libertad.

El colectivo Verdad y Libertad, fundado y dirigido por el médico granadino M.Á.S.C., lleva desde 2013 organizando cursos homófobos para “sanar” la “herida” que considera que es la homosexualidad. El colectivo se ha reunido en, al menos, tres centros religiosos de Valencia y ha acogido “itinerantes” de toda España y del extranjero en sus diferentes convivencias, según su propia nomenclatura. Las directrices que marca el líder de esta comunidad clandestina son tan estrictas que quienes incumplen sus premisas son aislados del grupo. La reincidencia significa la expulsión.

Según la documentación de estos cursos de V y L en poder de eldiario.es, los incumplimientos de las directrices, que consideran “caídas”, pueden suponer aislamientos temporales o definitivos del grupo -muchas veces el único sostén emocional de las víctimas- y se bareman según la supuesta gravedad. Según han explicado y confirmado varios de los participantes en estos cursos que los abandonaron, M.Á.S.C. obliga a superar un mínimo de 270 días de “sobriedad sexual” para considerarse “sanado”. La documentación acredita estos retos impuestos.

En el propio domicilio del médico en Granada, según la imagen que reproduce este periódico y los testimonios de víctimas, las personas que teóricamente superan un programa especial con M.Á ponen su nombre en un trozo de tronco considerado “cuarto oscuro” en el “panteón donde yacen los cuartos oscuros”. Se trata de un ejercicio en el que los itinerantes muestran sus mayores intimidades. Esta casa también es un lugar para celebrar convivencias entre los miembros del grupo, según el relato de las víctimas.

“El aislamiento se conoce en V y L como el periodo en el desierto. Pretende  evidenciar a aquellos que están en ese lugar que, por haber errado, han perdido mucho. Es muy doloroso, pero M. Á. piensa que los itinerantes se deben sentir así”, asegura J. Q., una de las víctimas que han conseguido salir de esta comunidad y que ha necesitado tratamiento médico. “Hay personas que se van y no las vuelves a ver. Hay otras situaciones en las que un hermano mayor o mentor te tutela y solo puedes hablar con él”, añade este testimonio, que apunta que las temporadas “en el desierto varían”. “Estuve meses sin contacto con los otros miembros del colectivo, que además eran mis amigos”, sostiene.

En los documentos que se reproducen en esta información, la falta menos grave en estos cursos homófobos es el “buceo o fantaseo consciente”. Así, en el primer trimestre de proceso puede suponer la salida cinco días del grupo, que suben a 15 días si se produce en el tercer trimestre.

Tras el fantaseo consciente le siguen en gravedad la “paja consciente”, la búsqueda de porno y el sexo con otros. “El engaño de cualquier tipo” significa la expulsión que solo se puede evitar con “un sincero arrepentimiento” y necesita de la decisión del “terapeuta”. Otras situaciones como el “chateo”, cibersexo o el tonteo con otras personas del mismo sexo se deben hablar con el terapeuta.

Las sanciones se agravan si hay una segunda “caída” y la tercera se sanciona con la expulsión, sea por “una paja consciente” o un engaño. En este caso, plantean los documentos que se debe hablar con el “terapeuta” y puede haber “una probable necesidad de apoyo psicológico o psiquiátrico externo”. Es aquí donde entra la figura de algunos psicólogos ultra que colaboran en esta terapia como la valenciana L.I., que se ha negado a contestar las preguntas formuladas por eldiario.es.

El documento recuerda a los “itinerantes” que los cursos son gratuitos -los asistentes se pagan el desplazamiento y el alojamiento-, pero que se incurre en un error cuando no “se pide ayuda”. “El precio de una paja”, se titula el documento.

El Gobierno valenciano ha abierto diligencias para un expediente que podría suponer multas de entre 60.000 y 120.000 euros y todo tipo de sanciones administrativas. En la Comunitat Valenciana, este tipo de cursos homófobos son ilegales, según relata el secretario autonómico de Igualdad del Gobierno valenciano, Alberto Ibáñez, quien asegura que la reciente ley autonómica LGTBI los “prohíbe” y él mismo los considera “aberraciones”.

Portugal, refugio para homosexuales huidos de Brasil

Entre 2011 y 2018, cada 16 horas tenía lugar un asesinato homófobo en Brasil. En total, durante esos años, han matado a 4.422 personas del colectivo LGTBI

Un hombre participa en las marchas del Orgullo Gay en Lisboa, en junio. Rafael Marchante REUTERS

El día después de que el ultraderechista Jair Bolsonaro ganara las elecciones presidenciales en BrasilAriadna Seixasdecidió huir de Florianópolis, una de las mayores ciudades de la región Sur.

La brasileña, que se identifica como una mujer transexual,había regentado un popular café de la ciudad durante años y nunca había tenido problemas con nadie. Sin embargo, en las semanas previas a las elecciones -a la par que crecían las probabilidades de que el líder populista asumiera la presidencia-, ella y su pareja comenzaron a recibir amenazas a través de las redes sociales.

“Nos llamaban pervertidos y decían que nos iban a matar”, recuerda Seixas. Intentó ignorar los insultos, pero el día después de la victoria de Bolsonaro un grupo de personas asaltaron su café, llevándose todo lo que había de valor y destruyendo lo demás.

“Para nosotros fue obvio que el ataque iba ligado a su elección. Bolsonaro dice que las personas LGTBI representan un peligro para Brasil, y su victoria dio legitimidad al odio sin complejos. Algunos amigos homosexuales fueron agredidos en la calle y sé que asesinaron a varias personas trans en otras ciudades. El asalto que sufrimos fue terrible, pero comparado con otras barbaridades que tuvieron lugar, tuvimos suerte”, relata la brasileña.

Convencida de que si no salía del país iba a morir, Seixas comenzó a buscar dónde exiliarse. Inicialmente pensó en irse a Canadá, país que ha aceptado numerosas peticiones de asilo formuladas por víctimas de violencia homófoba, pero mientras ojeaba su cuenta de Facebook una mañana dio con la página de Portugay Tropical. El grupo, gestionado por brasileños asentados en el país vecino, ofrece asesoramiento a las personas LGTBI que intentan huir de la violencia en Brasil. Con la ayuda de la organización, la pareja de Seixas solicitó un visado de estudios en Portugal y ella consiguió su permiso de residencia por reagrupación familiar.

“Malvendimos el café y, con ese dinero, nos trasladamos aquí en enero”, cuenta la brasileña, que ahora vive en Oporto. “Tenemos que averiguar cómo hacer para quedarnos aquí a largo plazo, pero de momento es un alivio vivir en un sitio donde podemos andar por las calles sin miedo”, relata Seixas.

EL PAÍS DONDE MÁS PERSONAS LGTBI ASESINAN

Seixas es una entre los centenares de brasileños LGTBI que han elegido a Portugal como refugio tras sufrir agresiones homófobas en el país sudamericano. Desde hace una década, Brasil es el país del mundo donde más personas LGTBI son asesinadas. Según los informes de la ONG Grupo Gay da Bahia, 4.422 asesinatos homófobos tuvieron lugar en Brasil entre 2011 y 2018. La cifra implica que se produjo un crimen de estas características cada 16 horas.

En la segunda mitad de 2018 la situación crítica fue a peor debido a la influencia de Bolsonaro, quien reconoce ser “orgullosamente homófobo” y ha declarado que preferiría tener un hijo muerto antes que un hijo ‘maricón’.

Las noticias sobre la escalada de violencia contra las personas del colectivo LGTBI hicieron que Debora Ribeiro, que vive en Oporto desde hace una década, fundara Portugay Tropical en otoño. “Muchos amigos me contactaron preguntando cómo podían hacer para emigrar, y se me ocurrió que habría miles de personas como ellos. Creé la página en Facebook y, en ese primer día, llegaron miles de mensajes de personas pidiendo ayuda”.

Actualmente el grupo tiene más de 3.000 miembros,asesorados por Ribeiro y los trabajadores sociales y psicólogos que pertenecen a la organización. “Damos apoyo a personas que temen por su vida. Algunos se ven obligados a ocultar su identidad y fingir ser heterosexuales para sobrevivir; otros ni siquiera pueden salir de casa porque, si pisan la calle, les van a matar. La policía ya no hace nada para protegerles;están desamparados”.

UN REFUGIO IMPERFECTO

Al ser un país lusófono y seguro, Portugal es un destino natural para el colectivo perseguido. No obstante, aunque viajar al país vecino es fácil -los brasileños no requieren visado para hacerlo-, pedir asilo es complicado.

“Lo normal sería aprobar las peticiones de asilo de los brasileños que demuestren que sufren persecución debido a su orientación social”, explica Marta Ramos, directora de la ONG LGTBI ILGA Portugal. Aclara, sin embargo, que “hacerlo pondría al Ejecutivo luso en una situación delicada, pues implicaría reconocer que el Gobierno de Bolsonaro no respeta los derechos humanos del colectivo”.

“Ese paso podría provocar un incidente diplomático entre los países hermanos, algo que debe evitarse, pues podría empeorar la situación del colectivo en Brasil. Entretanto, estamos buscando vías alternativas para ayudar a los afectados”, añade Marta Ramos.

Además de las complicaciones que pueden surgir a la hora de obtener la residencia lusa, algunos de los brasileños que ya están asentados en el país vecino puntualizan que la vida portuguesa no es utópica.Emmerson Pessoa, profesor universitario de Rondonha, está cursando un doctorado en Lisboa desde hace un año. El académico ya sufrió agresiones por ser gay en su estado natal -el más evangélico de Brasil-, y una compañera trans fue víctima de un ataque homófobo en el periodo postelectoral.

“La elección de Bolsonaro me ha hecho dudar si volver a Brasil cuando concluya mi tesis. Sé que retornar es peligroso, pero ahí tengo mi puesto en la universidad. Si me quedo en Lisboa, tendré que empezar de cero, sin nada”, reflexiona Emmerson Pessoa.

“Sigo la situación en Brasil muy de cerca y, en unos meses, decidiré si me quedo o me voy. Cuando mis amigos me escriben desde ahí, preguntando cómo emigrar. Les cuento que las dos decisiones conllevan riesgos. Portugal es un puerto seguro, pero no es una panacea, y el exilio puede ser muy duro”, concluye este profesor universitario.

Una web española ofrece “un método de sanación integral” para la homosexualidad

La asociación Arcópoli va a denunciar ante la Comunidad de Madrid esta página porque considera que se “una aberración impropia del siglo XXI en nuestro país” y que, además, es dañina para los jóvenes. 

Esta web ofrece “terapias reparativas” de la homosexualidad y recomiendan la lectura de libros sobre este asunto

La asociación Arcópoli va a denunciar ante la Comunidad de Madrid una página web que ofrece “itinerarios de maduración integral” que persiguen, entre otras cosas, “terapias reparativas” de la homosexualidad y recomiendan la lectura de libros sobre este asunto. “Hemos sido creados para amar y ser amados. Como varones y mujeres, para poder vivir este misterio de amor desde un amor de comunión y de donación, de esponsalidad”, se lee en la página www.esposiblelaesperanza.com.

“El lunes presentamos una denuncia contra el Arzobispado de Alcalá de Henares y ahora presentamos otra contra esta web porque nos han llegado testimonios de que a través de esa página se apuntan a terapias” para curar la homosexualidad, ha explicado el portavoz de Arcópoli, Rubén López. Con la denuncia, avanzada por la Cadena Ser, la asociación pretende que la Comunidad de Madrid actúe y haga cumplir la ley porque estos cursos son “una aberración impropia del siglo XXI en nuestro país”.

Según López, se deriva a personas del colectivo LGTB a “presuntas terapias de curación de la homosexualidad”. “Confiamos en que la Comunidad de Madrid actúe sobre estos focos, los elimine y dé un mensaje contundente a la sociedad porque es dañino para los más jóvenes“, ha añadido el portavoz de la asociación. Arcópoli ha insistido en Twitter en que estas supuestas terapias deben ser sancionadas por “el daño que causan al libre desarrollo de la personalidad”.

En la página web denunciada se indica que se trata de una comunidad de “varones con masculinidad y mujeres con feminidad” y que “solo desde ahí” se puede “amar de verdad”: “Esta es la entusiasmante y hermosa tarea que tenemos entre manos y que queremos vivir en esta página”. La web ofrece talleres de “maduración integral” en los que se recomienda la lectura de libros como “Terapia reparativa de la homosexualidad masculina”, “Homosexualidad y esperanza” o “El proceso de auto-identificación homosexual” de Aquilino Polaino.

Además, se redirecciona a los jóvenes a otra página en la que se sostiene que se puede curar la homosexualidad y que “las personas que se sienten atraídas por personas del mismo sexo sufren de un desorden emocional condicionado por distintas razones“, entre ellas un padre violento o ausente, una madre sobreprotectora o con trastornos emocionales o abuso sexual o violación.

Arcópoli también denunció esta semana al Arzobispado de Alcalá de Henares, por unos supuestos cursos de curación de la homosexualidad, y hace dos años y medio otra página web que también ofrecía recursos para esto mismo.

HazteOir presiona al PP para que derogue la ley que prohíbe las terapias para ‘curar’ la homosexualidad

Ignacio Arsuaga, presidente de Hazte Oír, delante del bus tránsfobo de la organización. EFE

La asociación ultracatólica y homófoba HazteOir ha lanzado este jueves una campaña con la que pretende presionar al PP para que retire la ley de la Comunidad de Madrid que prohíbe las supuestas terapias para ‘curar’ la homosexualidad como los cursos que celebra el obispado de Alcalá de Henares que esta semana sacó a la luz eldiario.es.

Estas informaciones han provocado, a juicio de HazteOir, que “la izquierda y los lobbies LGTBI” vuelvan “a la cacería mediática, política e ideológica contra monseñor Reig Pla, obispo de Alcalá de Henares, a quien están tratando como un delincuente”.

La organización ultracatólica asegura que es “falso” que el obispado imparta cursos “para revertir la homosexualidad”. Pero acusa a este diario de ampararse “en las leyes LGTBI regionales promovidas por el Partido Popular” para pedir que se castigue a Pla “con una multa y se le humille públicamente”.

“Pídele a los responsables del PP en la Comunidad de Madrid que han causado con sus leyes este lamentable linchamiento contra un prelado (sea Ángel Garrido, o Pedro Rollán, que le sucederá en el cargo en los próximos días), que paralicen esta nueva ‘caza de brujas’ contra monseñor Reig Pla”, apunta HazteOir en su página web, en la que incluso ha habilitado un formulario para firmar una carta dirigida a Garrido en ese sentido.

A juicio de la organización ultracatólica “el obispado no ofrece ningún curso, ni taller, ni charla pública para revertir la homosexualidad. Sencillamente, siguiendo su pastoral, acoge y acompaña a las personas que libremente llaman a su puerta”, señala.

“Mientras tanto, la misma ley que le persigue (promovida por el PP) consiente y permite, sin el expreso consentimiento de los padres, que los niños reciban ‘talleres de visibilidad lésbica’ como en el IES Anselmo Lorenzo de San Martín de la Vega o de ‘formación en la diversidad’ en el IES Virgen de la Paz de Alcobendas”, lamenta.

Advierte, además, de que “la Comunidad de Madrid subvenciona el cambio de sexo de cualquier persona que lo solicite y sus respectivos y carísimos tratamientos hormonales”. “Sin embargo si un ciudadano, libremente, decide que quiere recibir ayuda o consejo sobre su homosexualidad, la multa para quien escucha las inquietudes de esa persona, puede llegar a los 45.000 euros si se interpreta que se quiere “tratar de modificar la orientación sexual del individuo”.