Un centenar de niñas y niños guipuzcoanos son transexuales

chrysallis

“Apostamos por la difusión del conocimiento de esta realidad porque es la mejor lucha contra el acoso” “Nuestros niños no son enfermos sino parte de la diversidad existente y tienen que ser felices”

DONOSTIA – La asociación de familias con menores en situación de transexualidad Chrysallis estima que un centenar de familias de Gipuzkoa están viviendo esta circunstancia. Además, temen que más del 90% abordan este proceso en la intimidad, con las dificultades y angustias que ello conlleva, ya que se trata de una realidad desconocida para la gran mayoría de las personas, que muchas veces carecen de las herramientas necesarias para hacerle frente.

Chrysallis se constituyó el 8 de marzo de 2015 en Euskadi con ocho familias. Un año después, ya atiende a 24 -ocho de ellas en Gipuzkoa-, una cifra que se eleva a 250 en el conjunto del Estado. No obstante, la asociación estima que el número de personas que no recibe ningún apoyo para afrontar esta realidad es mucho mayor. Tomando como referencia diversos estudios internacionales, calculan que uno de cada 1.000 niños nace con unos genitales que no les corresponde. Así, un centenar de familias guipuzcoanas podrían tener menores en situación de transexualidad.

Dos representantes de Chrysallis, Aingeru Mayor y Abi Labaien, comparecieron ayer en las Juntas Generales para dar cuenta de la situación que viven las familias que integran esta asociación, que apenas tiene un año de vida en Euskadi. Y lo hicieron con un propósito claro: reclamar a la Diputación de Gipuzkoa que ponga en marcha una campaña informativa que permita visibilizar la realidad que viven estos menores y su entorno y pedir una mayor formación o especialización de los profesionales sociales para que puedan llevar a cabo el proceso de acompañamiento de la mejor manera posible.

Partiendo de la base de que la tasa de intentos de suicidio de los transexuales -que se sitúa en el 41%- está directamente ligada con la aceptación de su identidad durante la infancia, la asociación demanda que se pongan en marcha campañas que permitan a las familias afectadas “entender qué está pasando y aprender a ver a sus hijos conforme a los que son y no conforme a unos genitales”, señaló Mayor.

De esta forma, pidieron a la Diputación que aproveche las marquesinas o la inserción de publicidad en los medios de comunicación para visibilizar la realidad de este colectivo. En este sentido, consideraron que la herramienta más efectiva para luchar contra el acoso que pueden sufrir estos niños es la información.

Asimismo, demandaron una mayor formación de los profesionales que trabajan en el sector de los servicios sociales. “En el último año, en Gipuzkoa ha habido dos casos de menores en los que los profesionales desconocían la realidad de la transexualidad y no se ha hecho el acompañamiento que se debía. No es que la acogida o la atención no hayan sido buenos, pero el acompañamiento no ha sido el que debía”, expuso Mayor, que subrayó la importancia de que en este tipo de servicios “haya una persona de referencia que pueda realizar el seguimiento” oportuno.

Sin embargo, estas no son las únicas reclamaciones que hace Chrysallis a las instituciones. La asociación, que está en “contacto permanente” con el Gobierno Vasco, pide al Departamento de Educación la creación de un Plan Integral de Formación en los centros escolares. Entienden que el trabajo que se está haciendo con los docentes es “muy bueno”, valorando muy positivamente la creación de un protocolo de actuación en los centros cuando se encuentran con un menor en estas circunstancias. No obstante, creen necesario formar también al resto de padres del aula, así como hacer una intervención pedagógica con todos los niños.

En esta misma línea, reclaman que se cree material escolar para que los docentes puedan abordar la transexualidad en sus clases.

Asimismo, al Departamento de Salud le instan a crear un servicio específico de atención y acompañamiento de estas familias. Además, piden a las instituciones que se involucren y promocionen la creación de literatura sobre transexualidad en menores, porque todavía es “inexistente”.

Finalmente, exigen que se avance en la Guía de la Atención de Personas Transexuales y lamentan que, el DNI transitorio con su nueva identidad que se otorga a quienes no han sido sometidos a una reasignación genital “no sirve de nada”, ya que no hace mención alguna al sexo de la persona, sino únicamente a su nuevo nombre, por lo que será solo “una base de datos” que “no garantizará los derechos” de este colectivo.