‘Seropositivo: entrada denegada’

MADRID.- Ni a Barack Obama ni a John McCain -uno de los dos será el próximo presidente de EEUU- sus adversarios podrán echarles en cara que el país de la democracia niega la entrada a personas sólo por estar infectadas por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Hace tres meses que EEUU eliminó, gracias a las presiones internacionales, esta prohibición (aunque aún no ha entrado en vigor). Sin embargo, la norma aún sigue presente en muchos lugares del mundo.

“Seis décadas después de que se adoptara la Declaración Universal de Derechos Humanos, resulta chocante que todavía haya discriminación hacia las personas con VIH. Esta realidad no sólo hace que los afectados mantengan su condición en secreto y que el virus se propague en la oscuridad, sino que dice mucho de nuestra humanidad. Pido un cambio urgente de estas leyes”, declaró en junio Ban Ki-Moon, secretario general de la ONU.

Un documento, realizado conjuntamente por la Sociedad Internacional del Sida (IAS), la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Fondo de Población de la ONU y numerosas instituciones más, recoge que en 2008 quedan demasiados territorios que imponen algún tipo de restricción a los individuos con VIH, “pese a que está más que demostrado que esta medida no protege la salud pública“, insiste el informe.

Las restricciones pueden hacer referencia a la entrada en el país, a la estancia en el mismo por un periodo de tiempo determinado o a la residencia fija. “En cualquiera de los casos son actitudes que no contribuyen en absoluto a lograr el objetivo del acceso universal a los fármacos antirretrovirales. Al contrario, lo que hacen es aumentar el estigma y la discriminación hacia estas personas”, dice Ratri Suksman, representante de CARAM Asia, una organización que lucha contra el sida y que ha participado en la elaboración del documento.

Para los organismos firmantes de este informe, que se distribuyó en la última Conferencia sobre el Sida celebrada en México, las prohibiciones no son sólo un obstáculo que atentan contra la libertad de movimiento de los seropositivos, sino que también afectan a su salud, al desarrollo y contradice otros derechos humanos. Impide que la gente visite a sus familiares en otros países o que vayan a estudiar o trabajar fuera.

La petición de visados para acceder a otros países ya sea por asuntos laborales, estudios o vacaciones es uno de los ejemplos de discriminación hacia los seropositivos que ha recogido en España el Observatorio de Derechos Humanos y VIH/Sida Red2002.

Los más afectados

Aunque el número de personas que se han visto discriminadas por estas normativas se desconoce, los organismos saben que los más afectados son inmigrantes que buscan trabajo en otros países.

Los expertos en enfermedades infecciosas y salud pública han dejado claro, en numerosas publicaciones, que las personas con VIH que viajan no suponen una amenaza para la salud pública “porque el virus no se transmite simplemente por la presencia de un seropositivo o por un contacto casual” y, de hecho, los países en los que entran sin impedimentos no han registrado ningún problema.

El documento también denuncia que bajo estas normativas prohibicionistas a muchos viajeros les realizan las pruebas del sida sin su consentimiento, sin respetar el derecho de confidencialidad y sin ofrecerles ningún consejo o asesoramiento en el caso de que den positivo.