¿Qué fue de los ‘madonnos’?

Madonna y sus bailarines, en los años del tumulto.

Madonna y sus bailarines, en los años del tumulto.

El 13 de abril de 1990, Madonna arrancaba en Chiba (Japón) su tercera gira mundial, The blond ambition world tour. Un espectáculo a la medida de Like a prayer (1989), su cuarto elepé, que jugaba a mezclar iconografía católica y toneladas de sexo más o menos explícito (durante la canción Like a virgin, por ejemplo, dos de sus bailarines simulaban masturbarse vestidos de sacerdotes). De esa gira nació Truth or dare (1991), en Europa conocida como En la cama con Madonna, un polémico documental que desvelaba los entresijos de la gira y que, de paso, lanzaba a la fama (efímera) a su troupe de baile, seleccionada personalmente por la propia artista: Luis Camacho, Oliver Crumes III, Salim Gauwloos, Jose Gutierez, Kevin Stea, Gabriel Trupin y Carlton Wilborn.

En aquella cinta se podía ver a siete personajes extravagantes hasta extremos nunca vistos y, además, actuando de manera abiertamente gay. Para muchos homosexuales, el beso que se daban dos de ellos en una de las secuencias era el primero entre dos hombres que veían en una pantalla de cine. Gracias a eso, el filme se convirtió en una especie de pieza de culto para la comunidad gay, mientras la propia Madonna subía a los altares homo gracias a su apoyo a los derechos de los homosexuales, la liberación sexual y la lucha contra el sida.

Hoy, 25 años después de aquel jaleo, otro documental relata la vida de estos siete hombres tras aquel punto y aparte que supuso formar parte del universo de la diva. Strike a pose, que así se llama la cinta, celebró ayer su estreno mundial dentro de la Berlinale. Obra de la escocesa Ester Gould y el holandés Reijer Zwaan, dos jóvenes directores indies, Strike a pose muestra los estragos de la fama fugaz y su bajonazo posterior, cuando ya nadie se acuerda de ti.

“Recuerdo ver En la cama con Madonna por primera vez cuando tenía 11 años y los bailarines me impactaron muchísimo”, comentaba ayer Reijer Zwaan, después del estreno berlinés. “La vi decenas de veces en VHS con mi hermana. Para mí estos chicos eran algo más grande que la vida: estaban girando con Madonna y eran parte de todo aquel show. Cuando conocí a Ester Gould, que también era una gran fan del filme, nos preguntamos dónde estarían esos siete bailarines que nos habían cambiado la vida como a mucha otra gente. Y ahí nació la idea de esta película. Empezamos a buscar en internet y también había un montón de personas preguntándose lo mismo. La gente decía: ‘Gracias a ellos salí del armario’ o ‘Gracias a ellos pude liberarme'”.

Los supervivientes de la 'troupe', en 2015.

Los supervivientes de la ‘troupe’, en 2015.

Mientras duró el impacto del Blond ambition world tour los siete bailarines eran la salsa de todos los platos: las discotecas de medio mundo se pegaban por tenerlos en sus zonas VIP, la gente les reconocía por la calle e, incluso, aprovechando el tirón, dos de ellos, llegaron a grabar un disco (Queen’s English) bajo el nombre de Jose & Luis. Después de esa gira, Madonna nunca jamás volvió a contar con ellos. La inevitable resaca, ya se sabe: muchos tuvieron que enfrentarse al VIH (uno de ellos, Gabriel Trupin, falleció a causa de la enfermedad en 1995), superar sus adicciones al alcohol y a todo tipo de drogas y cargar con una mochila de sueños rotos.

“Conseguimos contactar con los seis supervivientes a través del correo electrónico”, continúa Gould. “Les mandamos un mail y algunos respondieron y otros no. En verano de 2014 pudimos visitarlos uno a uno en diferentes ciudades de EE.UU. Y ahí nació la idea de volver a juntarlos a todos para alguna de nuestras escenas, ya que hacía 25 años que no estaban todos juntos”.

Por el documental planea, claro, la ausencia de Madonna Louise Ciccone, que sólo aparece en pantalla en las tomas de sus conciertos de la época. Si en 1991 estatroupe era “parte de su famlia” (según sus propias palabras), en 2016, rige la ley del “si te he visto no me acuerdo”. “Creemos que Madonna verá la película en algún momento, cuando acabe su actual tour“, se excusa Zwaan. “Y seguro que volverá a quedarse impresionada de nuevo con estos hombres. Pero nuestra idea desde un principio era hacer una película sobre ellos, no sobre Madonna. Ésa sería otra historia muy diferente”.