OSÉ LUIS BEIZTEGUI SEXÓLOGO DE LA CLÍNICA BIKO ARLOAK: “Los hombres buscamos más el placer y somos menos conscientes del riesgo”

Cada dos o tres años una nueva tendencia sale a la luz desde las oscuridades de las relaciones eróticas. En esta ocasión, es el Chemsex -Chemical Sex o sexo químico- el que parece estar a la moda

JOSÉ LUIS BEIZTEGUI SEXÓLOGO DE LA CLÍNICA BIKO ARLOAK

BILBAO – José Luis Beiztegui, sexólogo de la clínica Biko Arloak, en Bilbao, analiza esta nueva tendencia, por qué el perfil principal son los hombres gays y cuáles son los motivos por los que estos participan en estas fiestas donde las relaciones eróticas en grupo y las drogas se combinan en una fiesta que puede durar hasta 72 horas sin descanso.

Relaciones eróticas y drogas. No es una combinación nueva.

-Para nada. Y en el mundo gay menos. Históricamente, en buena parte de este colectivo, ha habido prácticas eróticas que han tenido que ver con el uso de drogas, como el popper, la cocaína, etc. Y en cuanto a las relaciones eróticas en grupo, es decir, aquellas en las que participan tres o más personas, también se han venido dando más o menos regularmente y con más asiduidad que en la subcultura heterosexual. Aun así, el Chemsex sí que tiene algunas connotaciones diferenciales que son nuevas. Principalmente, que se usan nuevos tipos de drogas.

¿Cuál sería el perfil de los participantes en estas fiestas?

-Generalizando, sería el hombre gay que vive su sexualidad y su erótica muy en el terreno de la noche, la fiesta, el desfase y la transgresión. Más que centrarnos en la edad, que creo influye poco o nada, yo destacaría ese perfil más personal de afición por el sexo rápido, descomprometido emocionalmente y cuyo objeto prioritario es el placer.

¿Por qué gay?

-Es tan evidente que de tanta evidencia la gente no se da cuenta. Las relaciones gays están conformadas por hombres. Muchas veces pensamos que hay una división entre heteros y gays, cuando la división real es entre hombres y mujeres. Un encuentro erótico gay es un encuentro entre dos o más hombres que se desean eróticamente, pero sobre todo entre hombres. Y los hombres, por lo general, buscamos relaciones mucho más explosivas, parafílicas e instrumentales. Podríamos decir que buscamos más el placer por el placer, el éxtasis erótico más centrado en lo corporal y, sobre todo, en lo genital. Es decir, son relaciones bastante más hedónicas, donde lo que importa es el disfrute, el gozo y el deleite. Y muy importante: solemos tener menos susceptibilidad ante el riesgo porque se bloquea más la parte racional del cerebro y se activa la zona límbica.

¿Y en las relaciones lésbicas y heterosexuales?

-No creo que se den tanto este tipo de festividades. Las mujeres en general suelen tener bastante más cabeza para estas cosas, porque lo analizan desde una perspectiva más racional y compensada. Como las relaciones lésbicas están conformadas por mujeres, sus modos, objetivos y metas eróticas de relación también son diferentes. En las heterosexuales, aun siendo una configuración diferente, también se establecen convenios eróticos y prácticas no tan tendentes al exceso y la voluptuosidad.

¿Cuáles serían las razones por las que estos hombres participan en estas fiestas?

-Algunos opinan que para sentirse más liberados. Otros, para superar problemas de pudor o vergüenza o para sentirse pertenecientes a un grupo. Hay quien elucubra que es incluso para reafirmar su orientación sexual. Sin embargo, yo no estoy de acuerdo con ninguna de estas posibles causas, que me parecen ridículas. En mi opinión y como ya he mencionado anteriormente, estas tendencias se dan por la forma en la que los hombres viven su sexualidad y su erótica, que tiene unas connotaciones diferenciales claras.

¿Cómo se podrían volver estas prácticas más saludables?

-Es complicado, ya que lo hedónico y lo preventivo desde el contexto de las prácticas de las que estamos hablando son caminos difíciles de reconciliar. Alguien que va buscando como meta principal la transgresión y el éxtasis sensorial excitatorio per se inhibe y neutraliza la parte racional más cercana al de la evitación de posibles riesgos en sus prácticas eróticas, como ponerse el preservativo, estar vigilante a posibles infecciones, etc. Las asociaciones vinculadas a la salud sexual supongo que dirán que se continúen haciendo este tipo de fiestas con cabeza y protección. Eso sería lo razonable, obviamente. Pero alguien que va buscando y se quiere dejar arrastrar por la efervescencia de los sentidos muchas veces no está pensando en eso ni le está dando importancia, aunque la tenga. En cualquier caso, son apuestas soberanas de los individuos.

Entonces está a favor de este tipo de fiestas.

-Este tipo de festividades son un culto dionisíaco a los placeres y a la voluptuosidad, que me parecen no sólo respetables sino cultivables y promocionables. El único problema, que es real y en el que nos estamos centrando, es el uso abusivo, descontrolado e ignorante de la ingesta de drogas y las consecuencias perniciosas que conllevan desde múltiples puntos de vista. Es ahí en todo caso donde habremos de centrar las intervenciones.