La transexualidad infantil habla ocho idiomas en las aulas

La asociación Chrysallis Euskal Herria elabora materiales didácticos específicos, que vienen a unirse a un cómic para sensibilizar a los alumnos

BILBAO – ¿A quién no le gusta darse un chapuzón de vez en cuando? A Ane Pirata le encanta, aunque a su compañero Patakon, no demasiado -¡Por mis barbas! No se lo digáis a nadie, pero aunque Patakon sea un valiente capitán pirata ¡tiene miedo al agua!-. Por suerte, mientras Ane chapotea en la piscina conoce a Laia y a otra niña. Cuando llega el momento de volver a casa, las tres chicas van al vestuario. Entonces, mientras se están cambiando, Ane se pone roja como un tomate al ver a su nueva amiga desnuda. “Laia tienen pitilín. ¡Es un chico!”, piensa, escandalizada. Pero rápidamente el rubor se convierte en enfado: “Ane, tienes que dejar de pensar de una manera tan simple”, se reprocha a sí misma.

Del mismo modo que no todos los piratas, corsarios, bucaneros y filibusteros son natos nadadores -ahí tenemos al valiente Patakon-, no todos los niños nacen con pene ni todas las niñas con vulva. Es más, hay niñas que nacen con pene y niños que nacen con vulva. Ahora, Ane Pirata ha aprendido la lección y, junto con la protagonista de este cómic de la revista Irrien Lagunak, también lo harán miles de estudiantes. Sobre todo porque, aparte de este tebeo, de ahora en adelante los educadores contarán con material didáctico específico para trabajar esta realidad en las aulas. Y en nada menos que ocho idiomas: alemán, francés, inglés, italiano, catalán, gallego, euskera y castellano.

Según Chrysallis Euskal Herria, la asociación dedicada al apoyo de las familias con menores en situación de transexualidad en Bizkaia, Gipuzkoa, Araba y Nafarroa que presentará mañana la versión mejorada y las traducciones de estos materiales didácticos, hasta el momento existía un vacío en este ámbito. El enorme éxito de la primera versión -ha llegado a más de 330.000 personas de todo el mundo desde su publicación en la página de Facebook de Chrysallis y ha sido compartida 2.200 veces- demuestra, según la asociación, la necesidad de elaborar más fichas para trabajar este y otros asuntos relacionados con la diversidad sexual.

EDUCACIÓN COMO MOTOR DE CAMBIO Con esta idea de sensibilizar al alumnado y aprovechando como excusa el Día Internacional contra la Homofobia y la Transfobia, la ikastola getxotarra San Nikolas ha organizado para mañana una serie de actividades, desde varios vídeos que tratan estos temas a lecturas como la del cómic de Irrien Lagunak, cuyo guion se acaba de destripar. “A pesar de los avances que se han dado los últimas años, todavía existen muchas las carencias en el camino hacia la igualdad y la educación, por supuesto, tiene que ser un motor de cambio”, reivindica Gorka Gaztelu, organizador de estas actividades.

A sus 56 años, Gorka lleva prácticamente 35 cursos dando clase en la ikastola San Nikolas, pero no fue hasta el año pasado cuando la realidad de la transexualidad entró en su vida: un niño que vivía esta peculiaridad llegó al centro. “Desde el primer momento vimos la necesidad de implicar a toda la comunidad de la ikastola para hacer más fácil la vida de este niño”. Sin embargo, a él le ha tocado el tema mucho más cerca, pues durante este curso es su tutor.

Debido a ello Gorka ha realizado junto con sus 26 alumnos diferentes proyectos para trabajar el tema de la transexualidad. Por ejemplo, han leído el cómic de Irrien Lagunak y le han dado voz en un vídeo a Ane Pirata, Laia y los demás personajes. Un punto de inflexión, explica Gorka, fue el momento en el que trataron el cuerpo humano, ya que ello les dio la oportunidad de profundizar en la materia. “Pero lo más importante son las conversaciones cotidianas y la forma y el ambiente en el que se dan”.

Gorka asegura que sus alumnos han acogido a su compañero como a la realidad que le rodea con total naturalidad. Es más, valora positivamente la oportunidad que las diferencias de sus alumnos le están brindando. ”Para mí es un lujo que exista esta diversidad en clase, porque eso nos hace ver el mundo de otra manera: nos hace más libres”.

Del mismo modo lo ve Bea Sever, madre de este niño y miembro de Chrysallis Euskal Herria. “Con solo 6 años, mi hijo me está enseñando mucho sobre la vida”. Principalmente, que la norma no existe y, por tanto, que nadie es normal, sino todos diferentes y diversos. “Al principio parece un drama terrible, pero ellos lo ven con toda normalidad y eso nos da fuerzas”. Feliz de que su hijo se encuentre en un centro que posee un plan integral de coeducación en el que se trabaja el tema de la transexualidad y que, además, pertenezca a Loratuz -la red de centros educativos que ayudan a los estudiantes en situación de transexualidad-, Bea es optimista, pero insiste en que hay que continuar educando y sensibilizando a la sociedad en esta materia. “Que se conozca esto salva vidas, porque hay una alta tasa de personas en situación de transexualidad que se suicidan porque nadie les apoya ni les comprende”.

UN TEBEO QUE SENSIBILIZA No es la primera vez que Ane Pirata y su compañero Patakon ayudan a sensibilizar a los más pequeños sobre situaciones minoritarias como la transexualidad. Antes que Laia también estuvieron otros niños, como Peru, cuya madre padece esclerosis múltiple; Tanveer, un paquistaní que vive en Gipuzkoa; o Israel, un joven de etnia gitana.

“El objetivo de estos cuentos es dar a conocer otras realidades a los niños y enseñarles que todos somos diferentes y tenemos necesidades diferentes“, explica Amagoia Mujika, guionista de los cómics de Irrien Lagunak. Hasta el momento, ya han escrito 30 historias, cada una ligada a una asociación distinta. “Estas situaciones minoritarias que se encuentran en las escuelas pueden crear mucho sufrimiento a estas personitas por el desconocimiento de compañeros y padres y por eso hay que hablar sobre ellas”.

Según un estudio publicado en la Revista Internacional sobre Transexualidad, la prevalencia de esta peculiaridad se da en una de cada mil personas. Esto supondría que, a día de hoy, en Euskal Herria podría haber alrededor de 400 niños cuya identidad sexual no corresponde con la socialmente asignada en base a sus genitales. Por ello, desde Chrysallis Euskal Herria insisten en que es primordial sensibilizar a la sociedad. “La felicidad de nuestros hijos está en juego”, asegura Bea.

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